Los plaguicidas, independientemente de su ingrediente activo y la plaga que combaten, tienen diferente grado de toxicidad; se reconocen 4 niveles de toxicidad:
- Ligeramente tóxico (etiqueta verde)
- Moderadamente tóxico (etiqueta azul)
- Altamente tóxico (etiqueta amarilla)
- Extremadamente tóxico (etiqueta roja)
En general para evitar problemas a la salud humana, se recomienda que en su aplicación se use:
- Guantes de lona, de cuero o de hule.
- Mascarilla para respirar.
- Lentes protectores.
- Casco; en su defecto, sombrero, gorra o paliacate cubriendo el cabello.
- Overol industrial, o en su defecto, camisa de manga larga y pantalones.
- Calzado que cubra todo el pie.
Las prendas deben lavarse inmediatamente después de aplicarse un plaguicida y el agricultor o la persona que lo aplique, tomar una ducha.
Los envases de plaguicidas son un problema, ya que no pueden reutilizarse por los residuos del producto que quedan; lamentablemente tampoco se pueden reciclar como la mayoría de los plásticos; las empresas fabricantes de plaguicidas recomiendan enterrar o quemar los envases pero con estas acciones, ambientalmente son foco de contaminación del suelo, del agua y del aire.
En cuanto a productos de limpieza en el hogar, desconozco que existan en presentación de aerosol, salvo los insecticidas. Como productos de limpieza tenemos:
- Limpiadores de piso (fabuloso, maestro limpio, pinol, flash, Bref)
- Limpiadores de grasa de alimentos (Easy Off Bam!, Brasso)
- Limpiadores de sanitarios (pato purific)
- Limpiadores de vidrios y cristales (windex)
Casi nadie lo realiza, pero el uso de limpiadores también debería hacerse usando por lo menos guantes de hule y una mascarilla.
El problema con los limpiadores en el hogar es que se contaminan el agua y dificultan su posterior tratamiento en las plantas de tratamiento de aguas residuales, si es que van a dar a este tipo de instalaciones; si llegan directamente a cuerpos de agua (ríos, arroyos o lagos) destruyen la vida acuática.
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Plaguicidas:
- Ridomil 4E (fungicida)
- Faena con transorb (herbicida)
- Gramoxone (herbicida)
- Oxicob (Óxido de Cobre, fungicida)
- Actara (Insecticida)
Los plaguicidas, independientemente de su ingrediente activo y la plaga que combaten, tienen diferente grado de toxicidad; se reconocen 4 niveles de toxicidad:
- Ligeramente tóxico (etiqueta verde)
- Moderadamente tóxico (etiqueta azul)
- Altamente tóxico (etiqueta amarilla)
- Extremadamente tóxico (etiqueta roja)
En general para evitar problemas a la salud humana, se recomienda que en su aplicación se use:
- Guantes de lona, de cuero o de hule.
- Mascarilla para respirar.
- Lentes protectores.
- Casco; en su defecto, sombrero, gorra o paliacate cubriendo el cabello.
- Overol industrial, o en su defecto, camisa de manga larga y pantalones.
- Calzado que cubra todo el pie.
Las prendas deben lavarse inmediatamente después de aplicarse un plaguicida y el agricultor o la persona que lo aplique, tomar una ducha.
Los envases de plaguicidas son un problema, ya que no pueden reutilizarse por los residuos del producto que quedan; lamentablemente tampoco se pueden reciclar como la mayoría de los plásticos; las empresas fabricantes de plaguicidas recomiendan enterrar o quemar los envases pero con estas acciones, ambientalmente son foco de contaminación del suelo, del agua y del aire.
En cuanto a productos de limpieza en el hogar, desconozco que existan en presentación de aerosol, salvo los insecticidas. Como productos de limpieza tenemos:
- Limpiadores de piso (fabuloso, maestro limpio, pinol, flash, Bref)
- Limpiadores de grasa de alimentos (Easy Off Bam!, Brasso)
- Limpiadores de sanitarios (pato purific)
- Limpiadores de vidrios y cristales (windex)
Casi nadie lo realiza, pero el uso de limpiadores también debería hacerse usando por lo menos guantes de hule y una mascarilla.
El problema con los limpiadores en el hogar es que se contaminan el agua y dificultan su posterior tratamiento en las plantas de tratamiento de aguas residuales, si es que van a dar a este tipo de instalaciones; si llegan directamente a cuerpos de agua (ríos, arroyos o lagos) destruyen la vida acuática.