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La inmensidad azul-turquesa del mar se perdía en el horizonte, donde cielo y agua se confunden en una línea imperceptible. Algunas nubes blancas indicaban el firmamento. Pequeños veleros marcaban su rumbo entre las olas. En la playa, la arena tibia esperaba ansiosa la caricia del agua. Las olas juguetonas iban y venían, rozando la orilla. A un costado un grupo de palmeras bailaban al compás de la suave brisa que refrescaba la tarde de verano. En cómodas reposeras algunos turistas aprovechaban su sombra. Un grupo de niños correteaba tras las olas, jugando a ser más rápidos que el agua, en una competencia interminable. Otros caminaban dejando sus huellas en la playa. Mientras, el sol esperaba el momento para refrescarse entre las olas.

La brisa fresca enloquese en el aire

Alla asoma la luna envidiosa de este inmensidad

El sonido d aquellas olas hace eco en mi

Si tan solo supieras q el mar es lo mas parecido amor y la eternidad.

Que si pudiera recoger tda la arena

Tdavia seguiria habiendo algo q buscar...