Una banda de atracadores se instala durante unos días en un piso alquilado de Madrid tras haber robado en una joyería en Burgos. Tienen que quedarse allí hasta que hagan un último trabajo, puedan marcharse a Venezuela y una vez allí cambiar de vida, ya que la que tienen ahora es un poco falsa (hacen creer que son una familia venezolana que está en España de turismo y que acaban de llegar de Sevilla). En principio esta es su intención pero Cosme se pone malo y obliga a cambiar sus planes.
Lo primero que hacen nada más llegar a la casa es esconder las joyas dentro del macetero de una planta. Después avisan a Doña Pilar, la dueña del piso, de que llame a un médico. Éste les receta una serie de medicamentos y les dice que mandará una enfermera para que pase la noche con Cosme. Pero en vez de una enfermera aparece una monja, la cual parece saber todo lo que ellos esconden. Además demuestra un especial interés por la maceta que contiene las joyas. Esto no agrada lo más mínimo a los ladrones y hace que se pongan muy nerviosos.
A media tarde llega a la casa Cosme, el jefe de la banda, y al ver la situación decide que lo mejor es interrogar a la monja y que les diga todo lo que sabe. Entonces se dan cuenta de que todo lo que ella ha deducido a través de sus observaciones no tiene nada que ver con el robo de las joyas, por lo que se quedan más tranquilos. Pero entonces Sor María les dice algo que les hace volver a pensar que lo sabe todo y que les ha mentido, por lo que deciden marcharse de una vez por todas. Cogen la maceta con las joyas que anteriormente habían cambiado por una nueva que habían comprado y se van de la casa. Pero no se dan cuenta de que Sor María se había dado cuenta del cambiazo y había vuelto a coger la maceta con las joyas, por lo que los ladrones se quedan sin último atraco, sin joyas y sin vida nueva.
Resumamos la trama: es la historia de una monjita, curiosa e impertinente, que, llamada para atender a un enfermo, descubre el robo cometido por una banda de delincuentes que han copiado su modus operandi de una película que lleva el nombre del libro. Sor María, usando una lógica deductiva tan implacable como inadvertida, consigue desbaratar los planes de la banda. Al final, los ladrones huyen dejando las joyas de su último golpe escondidas en un tiesto que va a parar, no obstante, a manos de la sagaz monja, que les cambia la planta por otra parecida. El contraste entre la sospechosa ingenuidad de sor María y la paulatina desesperación de los ladrones ocasiona situaciones de gran comicidad.
A diferencia de su más conocida y valorada Tres sombreros de copa, en Melocotón en almíbar nos encontramos con una trama en la que está completamente ausente la problemática humana o significados trascendentes. Es Melocotón en almíbar una parodia del género policíaco con personajes tipo, sin mucha profundidad psicológica, que desarrolla una única situación en un mismo decorado. A pesar de su poca complejidad, la obra tiene suficiente dignidad literaria, pues es un tipo de teatro construido con oficio y sin mayor pretensión que la de que el lector o espectador pasen un buen rato, que no es poco.
La trama de la obra gira en torno a un grupo de ladrones que, tomando como fuente de inspiración al cine, comete un atraco en Burgos. Huyen y llegan a Madrid con el propósito de abandonar el país, pero la mala fortuna se interpondrá en su destino. Uno de los miembros del grupo, cae enfermo de un resfriado que se convertirá en pulmonía, por lo que deberán recurrir a los cuidados de una peculiar monja, fisgona y sin pelos en la lengua, que darán entrada a una divertida historia, llena de peripecias y sorpresas. Miguel Mihura impregna sus creaciones de un humorismo suave y brillante teñido de melancolía y ternura, una apariencia bajo cuya placidez se agazapaba un componente de rebeldía irónica que destila medidas dosis de escepticismo crítico.
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Este es el argumento:
Una banda de atracadores se instala durante unos días en un piso alquilado de Madrid tras haber robado en una joyería en Burgos. Tienen que quedarse allí hasta que hagan un último trabajo, puedan marcharse a Venezuela y una vez allí cambiar de vida, ya que la que tienen ahora es un poco falsa (hacen creer que son una familia venezolana que está en España de turismo y que acaban de llegar de Sevilla). En principio esta es su intención pero Cosme se pone malo y obliga a cambiar sus planes.
Lo primero que hacen nada más llegar a la casa es esconder las joyas dentro del macetero de una planta. Después avisan a Doña Pilar, la dueña del piso, de que llame a un médico. Éste les receta una serie de medicamentos y les dice que mandará una enfermera para que pase la noche con Cosme. Pero en vez de una enfermera aparece una monja, la cual parece saber todo lo que ellos esconden. Además demuestra un especial interés por la maceta que contiene las joyas. Esto no agrada lo más mínimo a los ladrones y hace que se pongan muy nerviosos.
A media tarde llega a la casa Cosme, el jefe de la banda, y al ver la situación decide que lo mejor es interrogar a la monja y que les diga todo lo que sabe. Entonces se dan cuenta de que todo lo que ella ha deducido a través de sus observaciones no tiene nada que ver con el robo de las joyas, por lo que se quedan más tranquilos. Pero entonces Sor María les dice algo que les hace volver a pensar que lo sabe todo y que les ha mentido, por lo que deciden marcharse de una vez por todas. Cogen la maceta con las joyas que anteriormente habían cambiado por una nueva que habían comprado y se van de la casa. Pero no se dan cuenta de que Sor María se había dado cuenta del cambiazo y había vuelto a coger la maceta con las joyas, por lo que los ladrones se quedan sin último atraco, sin joyas y sin vida nueva.
Saludos!!
Resumamos la trama: es la historia de una monjita, curiosa e impertinente, que, llamada para atender a un enfermo, descubre el robo cometido por una banda de delincuentes que han copiado su modus operandi de una película que lleva el nombre del libro. Sor María, usando una lógica deductiva tan implacable como inadvertida, consigue desbaratar los planes de la banda. Al final, los ladrones huyen dejando las joyas de su último golpe escondidas en un tiesto que va a parar, no obstante, a manos de la sagaz monja, que les cambia la planta por otra parecida. El contraste entre la sospechosa ingenuidad de sor María y la paulatina desesperación de los ladrones ocasiona situaciones de gran comicidad.
A diferencia de su más conocida y valorada Tres sombreros de copa, en Melocotón en almíbar nos encontramos con una trama en la que está completamente ausente la problemática humana o significados trascendentes. Es Melocotón en almíbar una parodia del género policíaco con personajes tipo, sin mucha profundidad psicológica, que desarrolla una única situación en un mismo decorado. A pesar de su poca complejidad, la obra tiene suficiente dignidad literaria, pues es un tipo de teatro construido con oficio y sin mayor pretensión que la de que el lector o espectador pasen un buen rato, que no es poco.
espero te sirva,un saludo
La trama de la obra gira en torno a un grupo de ladrones que, tomando como fuente de inspiración al cine, comete un atraco en Burgos. Huyen y llegan a Madrid con el propósito de abandonar el país, pero la mala fortuna se interpondrá en su destino. Uno de los miembros del grupo, cae enfermo de un resfriado que se convertirá en pulmonía, por lo que deberán recurrir a los cuidados de una peculiar monja, fisgona y sin pelos en la lengua, que darán entrada a una divertida historia, llena de peripecias y sorpresas. Miguel Mihura impregna sus creaciones de un humorismo suave y brillante teñido de melancolía y ternura, una apariencia bajo cuya placidez se agazapaba un componente de rebeldía irónica que destila medidas dosis de escepticismo crítico.