Arte en Grecia Clásica. Belleza del cuerpo. Arte y pensamiento.
En torno al siglo VIII a.C. Grecia salió del colapso producido por la decadencia de la civilización Micénica y comenzó a desempeñar una función clave en el concierto de las civilizaciones desplegadas alrededor del Mediterráneo.
Esta recuperación fue más allá de todo lo imaginable, pues representó el comienzo de una larga historia de éxitos en los que la cultura y el arte griegos se convirtieron en la escuela del Imperio Romano y, por ende, contribuyeron a sentar las bases del pensamiento y modo de vida de la civilización occidental.
Los primeros modelos
El arte griego es una continua carrera hacia el triunfo del realismo. Desde una etapa inicial eminentemente esquemática, que tiene sus primeras manifestaciones en la cerámica y las artes plásticas, se pasa a la observación y plasmación de la belleza del cuerpo y, posteriormente, de la expresión.
El período clásico
En el siglo V a.C. llega el momento del clasicismo, considerado por muchos autores como la época cumbre de la actividad artística y cultural de la antigua Grecia. El realismo se apodera de la escultura, se distingue entre pierna de apoyo y pierna libre, entre carga y descarga, aparece el equilibrio en movimientos contrapuestos de los brazos y las piernas, la toma en consideración de los músculos tensos y relajados, inevitables en la representación natural de un organismo humano que adopta una posición determinada. Los griegos estaban convencidos de que a través de la representación del hombre se podían también transmitir valores ideales: junto a la perfección de un cuerpo sin defectos, la perfección del espíritu, el pensamiento y la acción. Estas relaciones, realizadas en la práctica, se explicitan teóricamente en el Canon de Polícleto.
El período helenístico
Tras la muerte de Alejandro Magno, en el 323 a.C., el lenguaje formal del arte griego perdió su relativa unidad. El hecho de enfrentarse a las culturas y mentalidades orientales, determinó un cambio brusco de los presupuestos formales y de contenido. En época helenística se llega a aplicar fórmulas marcadamente realistas en el tratamiento de la superficie escultórica. El resultado es una nueva vivacidad en el movimiento, una expresividad inmediata y fresca y un resplandor sensual, todo ello dirigido a los sentimientos y a los afectos del observador. Pasamos del ideal griego de la belleza del período clásico al puro realismo, como relato de la vida de los griegos.
El arte se acerca así a los hombres, a lo cotidiano, alejándose de los modelos divinos o triunfadores para reflejar la realidad, pura, tal y como la observamos, plasmando la vejez, la lujuria, la ira o la muerte, ampliando así la gama de temas y de estilos para representarlos. Adquiere un vigor especial el retrato, de personajes públicos o anónimos, cuya personalidad queda reflejada para siempre.
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Arte en Grecia Clásica. Belleza del cuerpo. Arte y pensamiento.
En torno al siglo VIII a.C. Grecia salió del colapso producido por la decadencia de la civilización Micénica y comenzó a desempeñar una función clave en el concierto de las civilizaciones desplegadas alrededor del Mediterráneo.
Esta recuperación fue más allá de todo lo imaginable, pues representó el comienzo de una larga historia de éxitos en los que la cultura y el arte griegos se convirtieron en la escuela del Imperio Romano y, por ende, contribuyeron a sentar las bases del pensamiento y modo de vida de la civilización occidental.
Los primeros modelos
El arte griego es una continua carrera hacia el triunfo del realismo. Desde una etapa inicial eminentemente esquemática, que tiene sus primeras manifestaciones en la cerámica y las artes plásticas, se pasa a la observación y plasmación de la belleza del cuerpo y, posteriormente, de la expresión.
El período clásico
En el siglo V a.C. llega el momento del clasicismo, considerado por muchos autores como la época cumbre de la actividad artística y cultural de la antigua Grecia. El realismo se apodera de la escultura, se distingue entre pierna de apoyo y pierna libre, entre carga y descarga, aparece el equilibrio en movimientos contrapuestos de los brazos y las piernas, la toma en consideración de los músculos tensos y relajados, inevitables en la representación natural de un organismo humano que adopta una posición determinada. Los griegos estaban convencidos de que a través de la representación del hombre se podían también transmitir valores ideales: junto a la perfección de un cuerpo sin defectos, la perfección del espíritu, el pensamiento y la acción. Estas relaciones, realizadas en la práctica, se explicitan teóricamente en el Canon de Polícleto.
El período helenístico
Tras la muerte de Alejandro Magno, en el 323 a.C., el lenguaje formal del arte griego perdió su relativa unidad. El hecho de enfrentarse a las culturas y mentalidades orientales, determinó un cambio brusco de los presupuestos formales y de contenido. En época helenística se llega a aplicar fórmulas marcadamente realistas en el tratamiento de la superficie escultórica. El resultado es una nueva vivacidad en el movimiento, una expresividad inmediata y fresca y un resplandor sensual, todo ello dirigido a los sentimientos y a los afectos del observador. Pasamos del ideal griego de la belleza del período clásico al puro realismo, como relato de la vida de los griegos.
El arte se acerca así a los hombres, a lo cotidiano, alejándose de los modelos divinos o triunfadores para reflejar la realidad, pura, tal y como la observamos, plasmando la vejez, la lujuria, la ira o la muerte, ampliando así la gama de temas y de estilos para representarlos. Adquiere un vigor especial el retrato, de personajes públicos o anónimos, cuya personalidad queda reflejada para siempre.