La Revolución Francesa se inició básicamente a causa de la pésima situación económica de la población que no tenía para comer pero veía la ostentosa vida de los reyes que derrochaban descaradamente.
La crisis económica tiene su origen el la política exterior francesa, que que la corona ayudó con tropas y armamentos a los norteamericanos en su deseo de terminar con el predominio mundial inglés. Previamente a esto Francia ya se había enfrentado directamente a Inglaterra en el territorio americano (guerra de los siete años).
En la historia del mundo contemporáneo, la revolución francesa significó el tránsito de la sociedad estamental, heredera del feudalismo, a la sociedad capitalista, basada en una economía de mercado. La burguesía, consciente de su papel preponderante en la vida económica, desplazó del poder a la aristocracia y a la monarquía absoluta. Los revolucionarios franceses no sólo crearon un nuevo modelo de sociedad y de estado, sino que difundieron un nuevo modo de pensar por la
mayor parte del mundo.
La revolución francesa se encuadra dentro del ciclo de transformaciones políticas y económicas que marcaron el fin de la edad moderna y el comienzo de la edad contemporánea. La independencia de los Estados Unidos y el desarrollo de la revolución industrial, iniciada en la Gran Bretaña, son los otros dos grandes procesos que señalan esta transición histórica.
Causas e inicios de la revolución
La crisis de la sociedad del llamado antiguo régimen constituyó uno de los principales detonantes del estallido revolucionario. La sociedad francesa estaba dividida en tres estamentos o estados: el primero de ellos estaba
constituido por el clero, el segundo por la nobleza y el tercero por el resto de la población, el tercer estado, en el que se integraban desde los grandes comerciantes y banqueros hasta los campesinos más depauperados. Los miembros del tercer estado, cada vez más instruidos, recibieron la influencia de los pensadores y filósofos ilustrados que, como el barón de Montesquieu y Jean-Jacques Rousseau, pretendían realizar un cambio en la estructura social.
Por una parte, los burgueses aspiraban a incrementar su participación en el gobierno y reducir los privilegios aristocráticos en relación con el derecho de propiedad. Por otra, las clases populares mostraban creciente descontento ante la subida de los precios y la presión ejercida por la nobleza y el clero con respecto a la recaudación de tributos y diezmos.
La monarquía absoluta se mostraba incapaz de satisfacer las necesidades de una sociedad en plena
expansión. Los cargos públicos se vendían y la administración no era uniforme para todo el país.
Además, el reino pasaba por una grave crisis financiera, debido a las numerosas deudas contraídas para sufragar los gastos ocasionados por su participación en la guerra de la independencia estadounidense. La necesidad de obtener recursos para financiar las deudas movió a algunos ministros de Luis XVI a intentar una modificación del sistema de impuestos. El ministro de hacienda, Jacques Necker, pretendió extender el pago de tributos a
las clases privilegiadas, por lo que fuedestituido. Su sucesor en el ministerio, Charles-Alexandre de Calonne, propuso ciertas reformas encaminadas al
establecimiento de un impuesto general aplicable a la nobleza.
Para hacer sus ideas realidad, Calonne convocó una
asamblea de notables en la que su proyecto fue
rechazado; esto provocó su inmediata sustitución en el cargo por Loménie de Brienne, quien mantuvo la
proposición de su antecesor. La asamblea de notables volvió a rechazarla e instó a la convocatoria de los Estados Generales, asamblea de los tres estamentos que no se reunía desde hacía más de un siglo.
El propio rey y Brienne intentaron oponerse al deseo del consejo, lo que provocó un descontento general. Luis XVI se vio obligado a convocar los Estados Generales para el 5 de mayo de 1789. La nobleza pretendía mediante esta convocatoria convertirse en la fuerza política de mayor poder en Francia y controlar a los restantes estamentos. Sin embargo, los Estados Generales, convocados en un ambiente de creciente crisis social y económica, catalizaron los deseos de cambio de la población francesa. En los cahiers de doléances (cuadernos de quejas), los distintos grupos sociales
expresaron sus intereses y preocupaciones: la nobleza y el clero manifestaron su conservadurismo, mientras que la burguesía, los trabajadores urbanos, los labradores y los campesinos hacían notar su disconformidad frente a los privilegios aristocráticos y el poder absoluto de la monarquía. En 1788, ante el agravamiento de la crisis
económica, el rey había vuelto a solicitar los servicios de Necker, quien consiguió aumentar el número de representantes del tercer estado.
El Parlamento de París decidió que las votaciones que se realizaran en la reunión de los Estados Generales no debían ser nominales, sino estamentales, esto es, que cada estamento había de votar por separado. De este modo, nobleza y clero, si actuaban de concierto, siempre derrotarían las propuestas del tercer estado. Este acuerdo de París suscitó la desconfianza del tercer estado, que se revolvió contra las pretensiones de la nobleza; desde entonces, y pese a que en un principio
apoyaron a los nobles en su lucha contra el gobierno de Luis XVI, burgueses, trabajadores urbanos y campesinos pasaron a convertirse en enemigos encarnizados de los estamentos más altos de la soc
Aunque su estallido fue en 1789, se vino gestando varias décadas antes. Todo fue debido a la rebelión que va imponiendo la clase burguesa contra el poder abusivo de la nobleza y la monarquía. Estas clases pasivas derrochan en gastos, mientras la burguesía y las clases más bajas mantienen los gastos de aquellos. La burguesía de aquella época se hace fuerte, de hecho, esta revolución iniciará las posteriores revoluciones burguesas que ocurrirán en el resto de Europa occidental durante el siglo XIX. Habrá sectores de la pequeña nobleza que también se unan a la revolución. Todos pretenderán quitar el excesivo poder de las clases pasivas, para una mejor distribución de la riqueza. Ahora, la burguesía tendrá el poder, porque tiene el dinero; ambas cosas irán unidas. Incluso pretenderán importantes puestos en la política y la dirección del país.
La revolución francesa inció cuando el pueblo fue a decirle a sus reyes que no tenian pan para comer, a lo que la reina (llena de sabiduria y gracia como todos los nobles) dijo: si no tienen pan, que coman pollos.
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
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Se inició con La toma de la Bastilla.
La Revolución Francesa se inició básicamente a causa de la pésima situación económica de la población que no tenía para comer pero veía la ostentosa vida de los reyes que derrochaban descaradamente.
La crisis económica tiene su origen el la política exterior francesa, que que la corona ayudó con tropas y armamentos a los norteamericanos en su deseo de terminar con el predominio mundial inglés. Previamente a esto Francia ya se había enfrentado directamente a Inglaterra en el territorio americano (guerra de los siete años).
Saludos.
La revolución Francesa
En la historia del mundo contemporáneo, la revolución francesa significó el tránsito de la sociedad estamental, heredera del feudalismo, a la sociedad capitalista, basada en una economía de mercado. La burguesía, consciente de su papel preponderante en la vida económica, desplazó del poder a la aristocracia y a la monarquía absoluta. Los revolucionarios franceses no sólo crearon un nuevo modelo de sociedad y de estado, sino que difundieron un nuevo modo de pensar por la
mayor parte del mundo.
La revolución francesa se encuadra dentro del ciclo de transformaciones políticas y económicas que marcaron el fin de la edad moderna y el comienzo de la edad contemporánea. La independencia de los Estados Unidos y el desarrollo de la revolución industrial, iniciada en la Gran Bretaña, son los otros dos grandes procesos que señalan esta transición histórica.
Causas e inicios de la revolución
La crisis de la sociedad del llamado antiguo régimen constituyó uno de los principales detonantes del estallido revolucionario. La sociedad francesa estaba dividida en tres estamentos o estados: el primero de ellos estaba
constituido por el clero, el segundo por la nobleza y el tercero por el resto de la población, el tercer estado, en el que se integraban desde los grandes comerciantes y banqueros hasta los campesinos más depauperados. Los miembros del tercer estado, cada vez más instruidos, recibieron la influencia de los pensadores y filósofos ilustrados que, como el barón de Montesquieu y Jean-Jacques Rousseau, pretendían realizar un cambio en la estructura social.
Por una parte, los burgueses aspiraban a incrementar su participación en el gobierno y reducir los privilegios aristocráticos en relación con el derecho de propiedad. Por otra, las clases populares mostraban creciente descontento ante la subida de los precios y la presión ejercida por la nobleza y el clero con respecto a la recaudación de tributos y diezmos.
La monarquía absoluta se mostraba incapaz de satisfacer las necesidades de una sociedad en plena
expansión. Los cargos públicos se vendían y la administración no era uniforme para todo el país.
Además, el reino pasaba por una grave crisis financiera, debido a las numerosas deudas contraídas para sufragar los gastos ocasionados por su participación en la guerra de la independencia estadounidense. La necesidad de obtener recursos para financiar las deudas movió a algunos ministros de Luis XVI a intentar una modificación del sistema de impuestos. El ministro de hacienda, Jacques Necker, pretendió extender el pago de tributos a
las clases privilegiadas, por lo que fuedestituido. Su sucesor en el ministerio, Charles-Alexandre de Calonne, propuso ciertas reformas encaminadas al
establecimiento de un impuesto general aplicable a la nobleza.
Para hacer sus ideas realidad, Calonne convocó una
asamblea de notables en la que su proyecto fue
rechazado; esto provocó su inmediata sustitución en el cargo por Loménie de Brienne, quien mantuvo la
proposición de su antecesor. La asamblea de notables volvió a rechazarla e instó a la convocatoria de los Estados Generales, asamblea de los tres estamentos que no se reunía desde hacía más de un siglo.
El propio rey y Brienne intentaron oponerse al deseo del consejo, lo que provocó un descontento general. Luis XVI se vio obligado a convocar los Estados Generales para el 5 de mayo de 1789. La nobleza pretendía mediante esta convocatoria convertirse en la fuerza política de mayor poder en Francia y controlar a los restantes estamentos. Sin embargo, los Estados Generales, convocados en un ambiente de creciente crisis social y económica, catalizaron los deseos de cambio de la población francesa. En los cahiers de doléances (cuadernos de quejas), los distintos grupos sociales
expresaron sus intereses y preocupaciones: la nobleza y el clero manifestaron su conservadurismo, mientras que la burguesía, los trabajadores urbanos, los labradores y los campesinos hacían notar su disconformidad frente a los privilegios aristocráticos y el poder absoluto de la monarquía. En 1788, ante el agravamiento de la crisis
económica, el rey había vuelto a solicitar los servicios de Necker, quien consiguió aumentar el número de representantes del tercer estado.
El Parlamento de París decidió que las votaciones que se realizaran en la reunión de los Estados Generales no debían ser nominales, sino estamentales, esto es, que cada estamento había de votar por separado. De este modo, nobleza y clero, si actuaban de concierto, siempre derrotarían las propuestas del tercer estado. Este acuerdo de París suscitó la desconfianza del tercer estado, que se revolvió contra las pretensiones de la nobleza; desde entonces, y pese a que en un principio
apoyaron a los nobles en su lucha contra el gobierno de Luis XVI, burgueses, trabajadores urbanos y campesinos pasaron a convertirse en enemigos encarnizados de los estamentos más altos de la soc
Aunque su estallido fue en 1789, se vino gestando varias décadas antes. Todo fue debido a la rebelión que va imponiendo la clase burguesa contra el poder abusivo de la nobleza y la monarquía. Estas clases pasivas derrochan en gastos, mientras la burguesía y las clases más bajas mantienen los gastos de aquellos. La burguesía de aquella época se hace fuerte, de hecho, esta revolución iniciará las posteriores revoluciones burguesas que ocurrirán en el resto de Europa occidental durante el siglo XIX. Habrá sectores de la pequeña nobleza que también se unan a la revolución. Todos pretenderán quitar el excesivo poder de las clases pasivas, para una mejor distribución de la riqueza. Ahora, la burguesía tendrá el poder, porque tiene el dinero; ambas cosas irán unidas. Incluso pretenderán importantes puestos en la política y la dirección del país.
Espero te sirva mi respuesta. Saludos,
La revolución francesa inció cuando el pueblo fue a decirle a sus reyes que no tenian pan para comer, a lo que la reina (llena de sabiduria y gracia como todos los nobles) dijo: si no tienen pan, que coman pollos.
Hola, busca en el google wikipedia, pincha lo primero que te sale y busca hay lo que necesites. Suerte
chao
por la mala economia
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.