El Imperio Inca estaba constituido según un rígido sistema militar. El estado se hallaba dividido en cuatro distritos. Su capital. Curco, planificada en cuadriculas. Los visitantes de las distintas provincias solo podían permanecer en la cuadricula correspondiente a su distrito. A la cabeza del gobierno estaba el Inca, con sede en el Cusco. Todas las escuelas administrativas recibían sus órdenes directamente de arriba abajo, y no existia comunicación de tipo lateral.
Los incas eran un pueblo de habla quechua, originario, quizá, de la región tropical y selvática del este de los Andes, de donde habrían emigrado hacia el siglo XI, estableciéndose en la altiplanicie del Cuzco. Sus grandes aptitudes para la guerra y su organización, extendieron su poder a expensas de las tribus vecinas. Las tradiciones de los incas, de muy relativo valor histórico, relatan prolijamente el nacimiento del poderoso imperio.
El primer héroe de la nación, decían, fue el inca Manco Cápac, quien, secundado por su esposa, Mama-Ocllo, civilizó y educó a su pueblo. Sus descendientes gobernaron por varias generaciones y, gracias a su sabia dirección, creció el prestigio y la influencia del Cuzco. Uno de esos notables gobernantes fue Pachacutec, quien consolidó el poder incaico y dio al imperio su organización definitiva. Su hijo extendió sus dominios en el sur, conquistando Chile, hasta el río Maule. Su nieto, Huayna-Cápac, en cambio, orientó las conquistas hacia el norte, y sometió al poderoso reino de Quito. Este Inca pasó sus últimos años en Quito, donde se había casado con una'princesa local, que le dio un hijo llamado Atahualpa. La muerte de Huayna-Cápac, acaecida en 1525, justamente cuando los españoles de Panamá realizaban las primeras tentativas de expedición al Perú, fue causa de un grave cisma político. En efecto, Huayna-Cápac dejó como heredero de su reino a Atahualpa, que no era de sangre inca, perjudicando, con ello, a su primogénito Huáscar, nacido de una princesa inca del Cuzco. Ambos hermanos se hicieron la guerra, y en ella venció Atahualpa. Volvía éste victorioso a Quito, y se hallaba de paso en Cajamárca (1531), cuando Pi/arro desembarcó en Tumbes, iniciando la conquista del imperio.
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El Imperio Inca estaba constituido según un rígido sistema militar. El estado se hallaba dividido en cuatro distritos. Su capital. Curco, planificada en cuadriculas. Los visitantes de las distintas provincias solo podían permanecer en la cuadricula correspondiente a su distrito. A la cabeza del gobierno estaba el Inca, con sede en el Cusco. Todas las escuelas administrativas recibían sus órdenes directamente de arriba abajo, y no existia comunicación de tipo lateral.
Los incas eran un pueblo de habla quechua, originario, quizá, de la región tropical y selvática del este de los Andes, de donde habrían emigrado hacia el siglo XI, estableciéndose en la altiplanicie del Cuzco. Sus grandes aptitudes para la guerra y su organización, extendieron su poder a expensas de las tribus vecinas. Las tradiciones de los incas, de muy relativo valor histórico, relatan prolijamente el nacimiento del poderoso imperio.
El primer héroe de la nación, decían, fue el inca Manco Cápac, quien, secundado por su esposa, Mama-Ocllo, civilizó y educó a su pueblo. Sus descendientes gobernaron por varias generaciones y, gracias a su sabia dirección, creció el prestigio y la influencia del Cuzco. Uno de esos notables gobernantes fue Pachacutec, quien consolidó el poder incaico y dio al imperio su organización definitiva. Su hijo extendió sus dominios en el sur, conquistando Chile, hasta el río Maule. Su nieto, Huayna-Cápac, en cambio, orientó las conquistas hacia el norte, y sometió al poderoso reino de Quito. Este Inca pasó sus últimos años en Quito, donde se había casado con una'princesa local, que le dio un hijo llamado Atahualpa. La muerte de Huayna-Cápac, acaecida en 1525, justamente cuando los españoles de Panamá realizaban las primeras tentativas de expedición al Perú, fue causa de un grave cisma político. En efecto, Huayna-Cápac dejó como heredero de su reino a Atahualpa, que no era de sangre inca, perjudicando, con ello, a su primogénito Huáscar, nacido de una princesa inca del Cuzco. Ambos hermanos se hicieron la guerra, y en ella venció Atahualpa. Volvía éste victorioso a Quito, y se hallaba de paso en Cajamárca (1531), cuando Pi/arro desembarcó en Tumbes, iniciando la conquista del imperio.