Existen diferentes tipos de graficos climaticos. Climograma o Climodiagrama, forma gráfica de mostrar los datos climáticos de una zona determinada para su comprensión y posterior comparación, mucho más expresiva a primera vista que una mera enumeración o comparación de cifras. Uno de los gráficos climáticos más usados es el diagrama ombrotérmico, normalmente llamado climograma, primeramente propuesto por Gaussen (1957) y popularizado por Walter y Lieth (1967).
En el diagrama ombrotérmico se reflejan variables fácilmente mensurables, como las temperaturas medias y las precipitaciones (lluvia, nieve, granizo…) totales promedio que se han producido en un lugar durante los doce meses del año durante un periodo largo de tiempo. Los intervalos de temperatura y precipitación siguen la relación de Gaussen: a un valor dado de temperatura le corresponderá un valor doble de precipitaciones (P=2T). En el gráfico, las temperaturas se indican con puntos unidos mediante una línea, que suele ser de colores rojizos, y las precipitaciones, con barras, habitualmente de tonos azulados. Como los datos suelen ser los promedios de varios años seguidos, el climograma refleja de forma visual el clima de ese lugar determinado.
Existen otros gráficos climáticos más sofisticados y complejos, entre los que se pueden destacar los siguientes: el diagrama bioclimático de Montero de Burgos y González Rebollar que, a partir del cómputo de las disponibilidades hídricas mensuales (según diferentes hipótesis de capacidad de retención hídrica del suelo y del porcentaje de escorrentía), calcula las intensidades bioclimáticas que evalúan, por ejemplo, el rigor del invierno o el grado de paralización de la actividad vegetal causada por el frío; el diagrama de Holdridge que clasifica varias zonas de vida mundiales, definidas mediante límites progresivos de los promedios de precipitación anual y biotemperatura (se deriva para un año promedio, sumando todas las temperaturas por hora entre 0 y 30 °C, que son los límites supuestos para el crecimiento de las plantas, y dividiendo por la cantidad total de horas en un año), y difiere de los demás sistemas por su escala geométricamente progresiva al confiar principalmente en medias anuales (para describir un clima estacional) y franjas altitudinales; y el diagrama de Thornthwaite, que refleja el balance hídrico a partir de los datos disponibles de una estación meteorológica: con líneas verticales se indica el periodo de precipitación y acumulación de la reserva, con líneas punteadas la disponibilidad de agua como reserva para las plantas, y en blanco, los meses con déficit hídrico. Thornthwaite amplió la clasificación climática de Wladimir Köppen para incluir estimaciones de pérdida de agua por evapotranspiración posible, como saldo de la precipitación, es decir, la que ocurriría si hubiera una disponibilidad adecuada de agua en forma continua.
ELABORACIÓN DE UN CLIMOGRAMA
Para elaborar un climograma se requiere la obtención previa de datos meteorológicos. En muchos servicios e institutos de meteorología nacionales se incluyen tablas con datos oficiales, obtenidos en estaciones meteorológicas. Los datos necesarios para el climograma son dos para cada uno de los meses del año: la temperatura media, dada normalmente en grados centígrados (ºC), y la cantidad de precipitaciones totales, que aparece con frecuencia en milímetros (mm), aunque puede darse también en litros por metro cuadrado (l/m2) y centímetros (cm).
Los datos se representan mediante un sistema de coordenadas. Es conveniente utilizar un papel milimetrado o cuadriculado para trabajar. Se debe marcar el eje horizontal con los meses del año, cada uno con sus iniciales, asignando el mismo espacio para cada mes, y trazar dos ejes verticales. El eje vertical izquierdo se utiliza para las temperaturas: se divide el espacio proporcionalmente (por ejemplo, cada 5 °C se puede ocupar un cuadrado), se escriben las cifras de temperatura por el margen exterior del eje y se anota en su título en la parte superior, por ejemplo, Temperatura (en °C). El eje vertical derecho es el de las precipitaciones: se divide el espacio proporcionalmente, teniendo en cuenta que la escala de las precipitaciones es el doble que la de las temperaturas (a la misma altura de 5 °C, se deben rotular 10 mm); se escriben las cifras de precipitaciones, y se anota el título del eje: Precipitaciones (en mm), por ejemplo. En ocasiones, cuando la precipitación supera los 100 mm, se suele reducir la escala o romperla, con una línea dentada o discontinua, para evitar gráficas excesivamente alargadas. Conviene conocer la cifra máxima de precipitaciones antes de empezar a elaborar el gráfico para decidir cómo segmentar los ejes.
Los datos se vuelcan en el sistema de coordenadas de la siguiente manera: se coloca un punto a la altura de las temperaturas medias de cada mes, y después se unen todos los puntos con una línea continua rojiza para trazar la curva de temperaturas; se marca la altura de las precipitaciones totales de cada mes y se dibuja una barra azul vertical para representarlas.
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Existen diferentes tipos de graficos climaticos. Climograma o Climodiagrama, forma gráfica de mostrar los datos climáticos de una zona determinada para su comprensión y posterior comparación, mucho más expresiva a primera vista que una mera enumeración o comparación de cifras. Uno de los gráficos climáticos más usados es el diagrama ombrotérmico, normalmente llamado climograma, primeramente propuesto por Gaussen (1957) y popularizado por Walter y Lieth (1967).
En el diagrama ombrotérmico se reflejan variables fácilmente mensurables, como las temperaturas medias y las precipitaciones (lluvia, nieve, granizo…) totales promedio que se han producido en un lugar durante los doce meses del año durante un periodo largo de tiempo. Los intervalos de temperatura y precipitación siguen la relación de Gaussen: a un valor dado de temperatura le corresponderá un valor doble de precipitaciones (P=2T). En el gráfico, las temperaturas se indican con puntos unidos mediante una línea, que suele ser de colores rojizos, y las precipitaciones, con barras, habitualmente de tonos azulados. Como los datos suelen ser los promedios de varios años seguidos, el climograma refleja de forma visual el clima de ese lugar determinado.
Existen otros gráficos climáticos más sofisticados y complejos, entre los que se pueden destacar los siguientes: el diagrama bioclimático de Montero de Burgos y González Rebollar que, a partir del cómputo de las disponibilidades hídricas mensuales (según diferentes hipótesis de capacidad de retención hídrica del suelo y del porcentaje de escorrentía), calcula las intensidades bioclimáticas que evalúan, por ejemplo, el rigor del invierno o el grado de paralización de la actividad vegetal causada por el frío; el diagrama de Holdridge que clasifica varias zonas de vida mundiales, definidas mediante límites progresivos de los promedios de precipitación anual y biotemperatura (se deriva para un año promedio, sumando todas las temperaturas por hora entre 0 y 30 °C, que son los límites supuestos para el crecimiento de las plantas, y dividiendo por la cantidad total de horas en un año), y difiere de los demás sistemas por su escala geométricamente progresiva al confiar principalmente en medias anuales (para describir un clima estacional) y franjas altitudinales; y el diagrama de Thornthwaite, que refleja el balance hídrico a partir de los datos disponibles de una estación meteorológica: con líneas verticales se indica el periodo de precipitación y acumulación de la reserva, con líneas punteadas la disponibilidad de agua como reserva para las plantas, y en blanco, los meses con déficit hídrico. Thornthwaite amplió la clasificación climática de Wladimir Köppen para incluir estimaciones de pérdida de agua por evapotranspiración posible, como saldo de la precipitación, es decir, la que ocurriría si hubiera una disponibilidad adecuada de agua en forma continua.
ELABORACIÓN DE UN CLIMOGRAMA
Para elaborar un climograma se requiere la obtención previa de datos meteorológicos. En muchos servicios e institutos de meteorología nacionales se incluyen tablas con datos oficiales, obtenidos en estaciones meteorológicas. Los datos necesarios para el climograma son dos para cada uno de los meses del año: la temperatura media, dada normalmente en grados centígrados (ºC), y la cantidad de precipitaciones totales, que aparece con frecuencia en milímetros (mm), aunque puede darse también en litros por metro cuadrado (l/m2) y centímetros (cm).
Los datos se representan mediante un sistema de coordenadas. Es conveniente utilizar un papel milimetrado o cuadriculado para trabajar. Se debe marcar el eje horizontal con los meses del año, cada uno con sus iniciales, asignando el mismo espacio para cada mes, y trazar dos ejes verticales. El eje vertical izquierdo se utiliza para las temperaturas: se divide el espacio proporcionalmente (por ejemplo, cada 5 °C se puede ocupar un cuadrado), se escriben las cifras de temperatura por el margen exterior del eje y se anota en su título en la parte superior, por ejemplo, Temperatura (en °C). El eje vertical derecho es el de las precipitaciones: se divide el espacio proporcionalmente, teniendo en cuenta que la escala de las precipitaciones es el doble que la de las temperaturas (a la misma altura de 5 °C, se deben rotular 10 mm); se escriben las cifras de precipitaciones, y se anota el título del eje: Precipitaciones (en mm), por ejemplo. En ocasiones, cuando la precipitación supera los 100 mm, se suele reducir la escala o romperla, con una línea dentada o discontinua, para evitar gráficas excesivamente alargadas. Conviene conocer la cifra máxima de precipitaciones antes de empezar a elaborar el gráfico para decidir cómo segmentar los ejes.
Los datos se vuelcan en el sistema de coordenadas de la siguiente manera: se coloca un punto a la altura de las temperaturas medias de cada mes, y después se unen todos los puntos con una línea continua rojiza para trazar la curva de temperaturas; se marca la altura de las precipitaciones totales de cada mes y se dibuja una barra azul vertical para representarlas.