Decía Mephistópheles "nunca me hizo gracia tratar con los muertos. Lo que a mí más me encandilan son mejillas llenas y lozanas. Con cadáveres no me encuentro yo a gusto; me ocurre con ellos lo que al gato con los ratones".
Al diablo no le importa un pobre diablo.
Para ver al diablo hay que estar loco. Todos los grimorios medievales, con sus entreveradas prácticas, sus aberraciones sacrílegas y profanas, sus crímenes dignos de la hoguera tenían el propósito de volver loco al practicante de las mismas....
Pero ahí está la puerta. Parece cerrada, pero siempre está abierta. Decía Blake "el camino de la locura conduce al palacio de la sabiduría", y "si el loco persistiera en su locura se volvería sabio". Pero la inversa es rigurosamente verdadera también: la sabiduría conduce igualmente a la locura. Es esa la esencia del viejo Fausto, el sabio que se da al diablo porque ha llegado a medir el valor de lo que sabe.
La línea de un círculo infinito es igual a una recta infinita. La Justicia insondable del Altísmo es para la mente finita del hombre lo mismo que la arbitrariedad de un tirano. Su sabiduría ininteligible es igual al absurdo. "Creo porque es absurdo", dijo Tertuliano. Estaba loco Tertuliano, es decir, su sabiduría se había asomado al infinito. Se detuvo en el umbral de la puerta, y creyó que había encontrado a Dios. Si Tertuliano hubiera cruzado el umbral, habría visto que del otro lado sólo estaba el diablo.
Hay dos formas de volverse loco. La de los ignorantes, que son los únicos con la fe ciega necesaria para creer los absurdos de un grimorio y cometer los crimenes prescritos en él. Y la del sabio, que no se detiene donde se detuvo Tertuliano, sino que cruzan el umbral y se encuentran con ese viejo deforme que sonríe como Dios Padre y promete imposibles en medio de maldiciones.
¿Qué pide el diablo a cambio? No pide más que un pedazo del harapo o brizna de paja que te quede más a mano. Jajajajajaja.
Solo invoca con mucha fé y así como puedes invocar un angel de luz , lo puedes hacer con un angel caido y en cualquiera de los dos sentidos te escuchan...no lo dudes.
No hay ritos definidos, solo fé y por supuesto, atente a los resultados, tambien son conocidos.
un demonio no creo que sea guardian de nadie, al contrario, solo buscara consumirte y cuando halla terminado ira por alguien mas, es fácil invocarlos por que ellos se mueren por estar aquí, y una vez que saben que los escuchas ya no callan
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Decía Mephistópheles "nunca me hizo gracia tratar con los muertos. Lo que a mí más me encandilan son mejillas llenas y lozanas. Con cadáveres no me encuentro yo a gusto; me ocurre con ellos lo que al gato con los ratones".
Al diablo no le importa un pobre diablo.
Para ver al diablo hay que estar loco. Todos los grimorios medievales, con sus entreveradas prácticas, sus aberraciones sacrílegas y profanas, sus crímenes dignos de la hoguera tenían el propósito de volver loco al practicante de las mismas....
Pero ahí está la puerta. Parece cerrada, pero siempre está abierta. Decía Blake "el camino de la locura conduce al palacio de la sabiduría", y "si el loco persistiera en su locura se volvería sabio". Pero la inversa es rigurosamente verdadera también: la sabiduría conduce igualmente a la locura. Es esa la esencia del viejo Fausto, el sabio que se da al diablo porque ha llegado a medir el valor de lo que sabe.
La línea de un círculo infinito es igual a una recta infinita. La Justicia insondable del Altísmo es para la mente finita del hombre lo mismo que la arbitrariedad de un tirano. Su sabiduría ininteligible es igual al absurdo. "Creo porque es absurdo", dijo Tertuliano. Estaba loco Tertuliano, es decir, su sabiduría se había asomado al infinito. Se detuvo en el umbral de la puerta, y creyó que había encontrado a Dios. Si Tertuliano hubiera cruzado el umbral, habría visto que del otro lado sólo estaba el diablo.
Hay dos formas de volverse loco. La de los ignorantes, que son los únicos con la fe ciega necesaria para creer los absurdos de un grimorio y cometer los crimenes prescritos en él. Y la del sabio, que no se detiene donde se detuvo Tertuliano, sino que cruzan el umbral y se encuentran con ese viejo deforme que sonríe como Dios Padre y promete imposibles en medio de maldiciones.
¿Qué pide el diablo a cambio? No pide más que un pedazo del harapo o brizna de paja que te quede más a mano. Jajajajajaja.
Solo invoca con mucha fé y así como puedes invocar un angel de luz , lo puedes hacer con un angel caido y en cualquiera de los dos sentidos te escuchan...no lo dudes.
No hay ritos definidos, solo fé y por supuesto, atente a los resultados, tambien son conocidos.
Saludos
(A preguntas idiotas, respuestas estúpidas)
un demonio no creo que sea guardian de nadie, al contrario, solo buscara consumirte y cuando halla terminado ira por alguien mas, es fácil invocarlos por que ellos se mueren por estar aquí, y una vez que saben que los escuchas ya no callan
rifan mas los angeles neta