Este mito, muy popular desde tiempos remotos, se refiere a la expedición que descubriera para los griegos las regiones costeras del Mar Negro. Es una suerte de prólogo a la Guerra de Troya, el conflicto que habría de enfrentar a griegos y asiáticos por el control de las rutas comerciales que traían cereales desde los ricos campos de las costas meridionales del Mar Negro. La conquista del vellocino de Oro se refiere a hechos y personajes que preceden en una generación a los involucrados en la Guerra de Troya, envolviendo en la trama a gran cantidad de célebres guerreros y héroes: los gemelos Cástor y Pólux, Hércules, Peleo (padre de Aquiles), el músico Orfeo,...
La trama de este mito se inicia con un rey griego, Atamante, que repudió a su esposa Nefele (con la que tenía dos hijos, Frixo y Hele) para casarse con la princesa Ino. Era Ino una mujer malvada, y al casarse con Atamante planeó la muerte de sus herederos para que fueran sus propios hijos los que aspiraran al trono. Para llevar a cabo su plan, se apoderó de todo el grano reservado para ser utilizado para simiente del reino de Atamante y lo tostó, con lo que obviamente ese año ninguna cosecha fue obtenida. Espantados, los campesinos acudieron al rey, que consultó con el oráculo del reino, previamente seducido por la maquiavélica Ino, quien sentenció que ninguna cosecha germinaría a menos que los hijos de Nefele fueran asesinados. Nefele, horrorizada frente al altar del sacrificio, imploró ayuda a los dioses, que respondieron enviando un carnero mágico, con el pelaje de oro y la capacidad de volar. Los niños escaparon a lomos del animal, que los condujo por los aires fuera de los territorios griegos. Al cruzar el estrecho que separa la Grecia continental del Asia Menor, la hija de Nefele, Hele, cayó al mar y se ahogó: desde entonces, aquel estrecho es denominado Helesponto o Mar de Hele. El carnero llevó al afligido Frixo hasta el país de la Cólquida, situado al sur del Mar Negro, donde sus habitantes acogieron al niño, que en señal de agradecimiento, sacrificó al carnero y les entregó su dorado vellocino.
Tiempo después, en la ciudad griega de Tesalia, reinaba Pelias, hombre cruel que había usurpado el reino a su legítimo propietario, Esón. Un oráculo predijo a Pelias que moriría a manos de un hombre calzado con una sola sandalia. El hijo de Esón se llamaba Jasón, y desde el exilio se dirigió a Tesalia para recuperar su reino. Fue llevado ante Pelias, que al verlo entrar en el salón del trono no pudo reprimir su miedo al comprobar que tan sólo estaba calzado con una sandalia. Las intenciones de Jasón, a pesar de todo, no eran matar a Pelias: le dio que podía conservar todos los bienes malversados durante su reinado, los ganados, el oro... todo excepto el trono, que debía ser devuelto inmediatamente al linaje de Esón. Pelias accedió, pero imponiendo una condición: Jasón debía traer a Tesalia la piel del Carnero de Oro, el vellocino de aquel mítico animal que se hallaba en la Cólquida. Y es que Pelias sabía muy bien que aquella era una empresa imposible, y que mandaba a Jasón a una muerte segura. Pero ante los ojos espantados de los súbditos del reino, Jasón aceptó el encargo, ordenando a los mensajeros de Pelias que difundieran la noticia de una gran expedición por mar a la desconocida Cólquida, en busca del Vellocino de Oro. Al mensaje respondieron los más grandes héroes griegos: el poderoso Hércules, hijo de Zeus, Orfeo el músico, capaz de encantar a las bestias con su lira, los gemelos Cástor y Pólux, hijos también de Zeus y grandes guerreros, Peleo, que llegaría a ser rey de Egina y padre de Aquiles... todos ansiaban embarcarse en el Argos, el buque destinado a llevarlos a través del Mediterráneo hasta alcanzar el Mar Negro, conocido entonces como el Mar Enemigo.
Zarparon de las costas griegas, y el primer escollo que encontraron fue al repostar en una pequeña isla: el escudero de Hércules, un joven llamado Hilas, fue raptado por una ninfa, que lo sumergió en las aguas de un estanque del que ya no saldría. Hércules emprendió una búsqueda desesperada de su amigo, pidiendo a los Argonautas que zarparan sin él.
El mítico buque de Jasón y las Harpías
Poco después, desembarcaron en otra isla donde un anciano llamado Fineo era perseguido por la jauría de Zeus: las Harpía, pájaros enormes que habían sido mandados por el dios para castigar a Fineo por sus enormes dotes de oráculo (facultad que siempre había desagradado profundamente a Zeus). El anciano había tenido la revelación de que tan sólo podían salvarle dos de los argonautas, los hijos de Bóreas, el Viento del Norte, que con su inigualable rapidez serían capaces de alcanzar y dar muerte a las harpías. Los dos hermanos se comprometieron en ayudarle, y habrían dado muerte a todos los monstruos de no ser por la intervención de Iris, la mensajera de Zeus, que prometió liberar a Fineo de su castigo si los Bóridas detenían su cacería. En agradecimiento por tal ayuda, el anciano vidente les explicó que si deseaban llegar al Mar Negro por mar, debían atravesar las Simplégades, grandes piedras que hacían las veces de frontera de dicho mar, una a cada lado de un angosto estrecho; estas piedras entrechocaban al pasar entre ellas cualquier embarcación, destruyéndola. Fineo les explicó que la única forma de trasponer este obstáculo era liberando poco antes de alcanzarlas a una paloma blanca desde la proa del barco. Al día siguiente, los Argonautas dejaron la isla de Fineo y se enfrentaron a las temibles Simplégades. Como el anciano les había advertido, dejaron libre a una paloma blanca desde la proa de su barco; el animal se puso a volar frente a ellos, guiándolos a través de las Simplégades sanos y salvos. Justo cuando el barco se encontraba a salvo, las piedras se cerraron una contra otra, con un terrible estruendo, volvieron a separarse, y nunca más se movieron de su sitio, dejando desde entonces un paso para los navegantes.
Las Simplégades
Tras alguna otra aventura, ya en el Mar Negro, los Argonautas desembarcaron por fin en el país de la Cólquida, final de su expedición.
El valor que hasta el momento habían demostrado los Argonautas había complacido mucho a la esposa de Zeus, Hera, que se decidió a ayudarlos en su misión. Se reunió con Afrodita y tejieron el plan siguiente: ordenarían a Cupido que lanzara sus flechas sobre Medea, hija del rey de la Cólquida, y hechicera de grandes poderes. Con esto, Medea caería enamorada de Jasón, y representaría una ayuda inestimable para su misión.
Los Argonautas se presentaron un día ante las puertas del rey de la Cólquida, Eetes, pidiéndole que les entregara el Vellocino de Oro a cambio de cualquier servicio que éste les quisiera encomendar. Eetes no podía permitir que aquella valiosa posesión cayese en manos de aquellos extranjeros, por lo que impuso una tarea imposible a Jasón: debía uncir a un arado a dos toros mágicos, que expelían fuego por la boca, labrar un campo y sembrarlo con los dientes de un dragón, de los que brotaría un ejército de hombres armados a los que él, sin ayuda de arma alguna, debía vencer. Aceptó Jasón la disparatada empresa y se retiró con sus hombres al Argos para descansar. Durante la noche, un mensajero de Medea les entregó un ungüento mágico que haría invencible a Jasón, y les comunicó además que si éste arrojaba una piedra en medio del ejército nacido de los dientes del dragón, éste se aniquilaría a sí mismo.
Al día siguiente, Jasón se dirigió a cumplir su misión: unció a los toros en el arado, sembró los dientes y al nacer un ejército de ellos, arrojó una piedra entre ellos, sorprendido al comprobar cómo se mataban los unos a los otros. El rey Eetes se enojó terriblemente, jurando que jamás obtendrían el Vellocino de Oro, encerrándose en su ciudad. Estaban los Argonautas apesadumbrados cuando recibieron la visita de Medea. La princesa prometió ayudarlos a robar el vellocino, a lo que Jasón respondió declarándole su amor y sus intenciones de casarse con ella al regresar a Grecia. Se dirigieron Jasón y Medea a un bosque, en cuyo centro una monstruosa serpiente custodiaba el Vellocino. Mediante un conjuro, durmió Medea a la serpiente, momento que aprovechó Jasón para apoderarse del Vellocino de Oro y huir con la princesa en el Argos.
Medea
Tras los Argonautas zarpó un numeroso ejército capitaneado por Apsirto, hermano de Medea. Cuando todo parecía perdido, Medea mató a su propio hermano, despedazándolo y arrojando sus fragmentos al mar. Mientras el ejército de la Cólquida se entretenía en recoger los restos de su príncipe, los Argonautas pudieron huir y dejar atrás para siempre la Cólquida. Una vez llegados a Grecia, Medea ayudaría a Jasón a recuperar el trono de Tesalia, matar al tirano Pelias (que en la ausencia de Jasón había dado muerte a sus padres, los reyes legítimos). Medea realizó los actos más repulsivos para ayudar a Jasón en todo lo que fue necesario. Pero Jasón, que en lo profundo de su alma era un ser despreciable, traicionó a Medea casándose con la princesa de Corinto, y disponiendo su destierro de la propia Medea y de los dos hijos que había tenido con ella. Sin ayuda ni dinero, aquello era una condena a muerte para Medea y sus hijos. La venganza de Medea fue terrible: usó la magia para asesinar a la nueva esposa de Jasón y, acto seguido, mató a sus propios hijos. Jasón, fue en su búsqueda para matarla, pero tan sólo encontró los cadáveres de sus hijos y a Medea huyendo en un carro tirado por dos dragones. A Jasón ya sólo le esperaba una vida de remordimientos y locura. A Medea, nadie la volvería a ver en Tesalia.
En nuestra anotación de ayer, al referirnos al Toison de Oro, hicimos referencia al vellocino de oro. Pero, ¿qué fue el tal vellocino?
Vellocino es el vellón que resulta de esquilar las ovejas. Entre los griegos, el Vellocino de Oro fue el nombre que se dio al vellocino del alado carnero divino que salvó por los aires a los hermanos Frixo y Hele cuando estaban a punto de sucumbir a manos de su madrastra Ino.
Perdida Hele por el camino al precipitarse al mar (en el lugar que a partir de este momento se llamó el Helesponto, es decir, mar de Hele), Frixó llegó a la Cólquida, donde inmoló el carnero a Zeus y regaló el vellón al rey del territorio, Aetes. Este lo colgó de una encina y puso a su pie un dragón para defenderlo.
Más tarde Pelias, rey usurpador del país de Yolco, ordenó a su sobrino Jasón (hijo del rey legítimo) que fuera a buscar el vellocino, con la esperanza de que pereciera en el intento, dando origen a la famosa expedición de los argonautas ("viaje de los argonautas a la conquista del vellocino de oro").
Entre los argonautas -llamados así porque viajaron en la nave Argos-, dirigidos por Jasón, se hallaban Heracles, Cástor y Pólux y Orfeo, entre otros, de un total de unos cincuenta.
Salieron de Tesalia y, después de numerosas aventuras, llegaron a la Cólquida. Aquí Jasón se apoderó del vellocino, ayudado por la hija del rey Aetes, Medea, que huyó con él.
Luego se inició el regreso, dando lugar éste a numerosas leyendas relativas a los diversos héroes de la expedición, que constituyeron un auténtico ciclo épico, dentro del cual destaca el poema Las argonáuticas, de Apolonio de Rodas.
Tras su regreso a Yolco, las tradiciones respecto a la suerte de Jasón difieren. Unas le hacen reinar en lugar de Pelias; otras le sitúan viviendo tranquilamente en Yolco en compañía de Medea.
En esta época, las artes mágicas se revisten de una nueva forma, "la belleza", el arquetipo de hombre que se elevaba a los cielos no tenía compañera, por lo que había llegado el momento de que naciera la "venus celeste", venus casta y fecunda, madre de las tres gracias surge de las tres olas agitadas del archipiélago.
En las tradiciones de la antigua Grecia vemos aparecer a Orfeo entre los héroes del "vellocino de oro", primeros conquistadores de la gran obra, el vellocino de oro representa la luz del Sol, la luz más adecuada para las costumbres del hombre, es el gran secreto de las obras mágicas, la iniciación que los héroes van a buscar en Asia, por otra parte Cadmo es un voluntario de la gran Tebas de Egipto, lleva a Grecia las letras primitivas y la armonía, la ciudad típica, la ciudad sabia, la nueva Tebas se construye por si sola, ya que la ciencia está comprendida por entero en la armonía existente en los caracteres jeroglíficos, fonéticos y numéricos que se mueven por si solos según unas leyes de las matemáticas eternas.
Existe también una perfecta cultura urbanística, Tebas es una ciudad circular, su fortaleza es cuadrada y tiene siete puertas como el cielo mágico, su leyenda se convertirá muy pronto en la epopeya del ocultismo y en la historia profética del reino humano.
La fábula del vellocino de oro une la magia hermética con las iniciaciones de Grecia, "el carnero solar", del que hay que conquistar el vellocino de oro para ser los amos del mundo, es la figura de la gran obra.
El navío de guerra de los argonautas construidos con las tablas proféticas de Dodona (el navío parlante), es la barca de los misterios de Iris, el arca de las renovaciones y de la fortaleza de Osiris, Jasón el aventurero es el que comienza y no un héroe, tiene todas las incertidumbres y las debilidades de la humanidad, pero lleva consigo la personificación de todas las fuerzas, Hércules que simboliza la fuerza brutal, no concurre a la gran obra, se pierde en el trascurso de su recorrido yendo a la caza de sus indignos amores, los otros llegan al país de la iniciación, a la Colkida, en donde todavía se conservan algunos secretos de Zoroastro, pero ¿como conseguir la clave de todos estos misterios?.
La ciencia, una vez más es traicionada por una mujer, Medea ofrece a Jasón los arcanos de la gran obra y ofrece su reino junto con la vida de su padre, ya que existe una ley fatal en el santuario oculto que sentencia a muerte a los que no han sabido custodiar sus secretos, Medea enseña a Jasón cuales son los monstruos que debe combatir y de que modo debe triunfar sobre ellos, el primer monstruo que hay que atacar es la serpiente alada y terrestre, el fluido astral a quien se debe sorprender y atacar, es necesario arrancarle los dientes y desperdigarlos en una llanura que deberá ser previamente trabajada atando al arado los toros de Marte, los dientes del dragón son los ácidos que deben disolver la tierra metálica preparada por un doble fuego y las fuerzas magnéticas de la tierra, entonces se efectúa una fermentación y como una especie de combate, lo impuro es devorado por lo impuro y el vellocino de oro se convierte en la recompensa del adepto, aquí finaliza la leyenda mágica de Jasón, seguidamente tiene lugar la de Medea, ya que en esta historia, la antigüedad griega ha querido encerrar la epopeya de las ciencias ocultas.
Después de la magia hermética, viene la magia Goecia, parricida, fraticida, infanticida, esta magia sacrifica todo a sus pasiones y no goza nunca el fruto de sus delitos, Medea traiciona a su padre como Cain asesina a su hermano, como Caín apuñala a sus hijos, envenena a su rival, y no consigue más que el odio del hombre del que quería ser amada, por tanto la primera parte de la leyenda del vellocino de oro encierra los secretos de la magia órfica, y la segunda está consagrada a las sensatas advertencias contra los abusos de la magia Goetia, es decir la magia tenebrosa, la magia Goecia o falsa magia (conocida en nuestros tiempos con el nombre de brujería), no es una ciencia sino que es tan solo la manifestación de la fatalidad, todas las pasiones desmesuradas producen una fuerza ficticia que la voluntad es incapaz de controlar, pero que obedece al despotismo de la pasión, por esto decía san Alberto magno, no maldigáis a nadie si estáis encolerizados.
La historia tebana es la historia de la maldición de Teseo e Hipólito, la pasión excesiva es una locura, y la locura es una embriaguez o congestión de la luz astral, por esto la locura es contagiosa y generalmente las pasiones llevan consigo verdaderos maleficios, las mujeres, que tienden con mas facilidad que los hombres a la embriaguez pasional, son en general mejores brujas que los hombres, la definición de brujos indica de manera bastante eficaz a las victimas del momento y, por decirlo así, a los venenosos hongos de la fatalidad.
Los brujos en Grecia y especialmente en Tesalia, practicaban horribles enseñanzas y se abandonaban a ritos abominables, en general, se trataba de mujeres llenas de deseos que ya no podían satisfacer de cortesanas envejecidas, monstruos de inmoralidad, celosas del amor y de la vida, esas miserables mujeres que no tenían ningún amante que no estuviera ya en la tumba y que violaban las sepulturas para poder acariciar la piel joven y fría, estas monstruosas mujeres raptaban a los niños y sofocaban sus horrorizados gritos apretándoles curiosamente contra ellas, eran llamadas brujas envenenadoras de los niños, que eran los principales motivos de envidia para ellas y por tanto de su odio, los raptaban y los sacrificaban, algunas (como Canidia), de la que habla Horacio, cogían a los niños y los enterraban hasta la cabeza y los dejaban morir de hambre rodeándolos de alimentos que no podían alcanzar, otras le cortaban la cabeza, los pies y las manos haciendo disolver la grasa de sus cuerpos y su carne en ollas de cobre hasta que adquirían la consistencia de un ungüento, se mezclaban con el jugo de beleño de belladona, y de amapolas negras, para efectuar sus aberrantes mezclas, estas mujeres llenaban de ese ungüento el órgano irritado por sus detestables deseos, se frotaban con el las sienes y las asilas y después caían en un letargo cargados de sueños desenfrenados y lujuriosos, he aquí el origen de la magia negra, cuyos secretos y tradiciones se perpetuaron hasta el medioevo.
Medea y Circe son los dos personajes característicos de la magia negra en Grecia, Circe es la hembra viciosa que atrae y degrada a sus amantes, Medea es la envenenadora que todo lo arriesga y que utiliza a la naturaleza para efectuar sus delitos, existen seres que atraen como Circe y junto a los cuales uno se envilece.
Existen mujeres cuyo amor degradan a las almas, mujeres cuyo amor exigen el máximo de nosotros mismos y cuando consiguen sus propósitos los desprecian, a estas mujeres hay que hacerlas obedecer como hizo Ulises, hay que dominarlas inspirándolas miedo, y después hay que saber abandonarlas sin sentir pesar, son monstruos de belleza sin corazón, solo viven en función a su propia vanidad, la antigüedad las inmortaliza con la figura de la sirena.
En lo que se refiere a Medea es una criatura perversa que solo quiere hacer el mal, es capaz de amar pero su amor es todavía más terrible que su odio, es mala madre y llega incluso a asesinar a sus hijos pequeños, es amante de las noches y va a recoger al claro de luna las hierbas maléficas para preparar los venenos, magnetiza el aire y traer la desgracia a la tierra, infecta el agua y envenena al fuego, los reptiles le prestan su baba, pronuncia espantosas palabras, la siguen huellas de sangre, miembros cortados caen de sus manos, sus consejos vuelven locos a los que la escuchan y sus caricias inspiran horror, he aquí a la mujer que ha querido ponerse por encima de la obligaciones de su sexo, aficionándose a las ciencias prohibidas, los hombres les vuelven la cara y los niños se esconde cuando la ven pasar, no tiene razón y tampoco tiene amor, y los engaños de la naturaleza dirigidos hacia ella son un suplicio nacido de su orgullo.
En las tradiciones de la antigua Grecia vemos aparecer a Orfeo entre los héroes del "vellocino de oro", primeros conquistadores de la gran obra, el vellocino de oro representa la luz del Sol, la luz más adecuada para las costumbres del hombre, es el gran secreto de las obras mágicas, la iniciación que los héroes van a buscar en Asia, por otra parte Cadmo es un voluntario de la gran Tebas de Egipto, lleva a Grecia las letras primitivas y la armonía, la ciudad típica, la ciudad sabia, la nueva Tebas se construye por si sola, ya que la ciencia está comprendida por entero en la armonía existente en los caracteres jeroglíficos, fonéticos y numéricos que se mueven por si solos según unas leyes de las matemáticas eternas.
Existe también una perfecta cultura urbanística, Tebas es una ciudad circular, su fortaleza es cuadrada y tiene siete puertas como el cielo mágico, su leyenda se convertirá muy pronto en la epopeya del ocultismo y en la historia profética del reino humano.
La fábula del vellocino de oro une la magia hermética con las iniciaciones de Grecia, "el carnero solar", del que hay que conquistar el vellocino de oro para ser los amos del mundo, es la figura de la gran obra.
Answers & Comments
Verified answer
El mito del Vellocino de Oro
Este mito, muy popular desde tiempos remotos, se refiere a la expedición que descubriera para los griegos las regiones costeras del Mar Negro. Es una suerte de prólogo a la Guerra de Troya, el conflicto que habría de enfrentar a griegos y asiáticos por el control de las rutas comerciales que traían cereales desde los ricos campos de las costas meridionales del Mar Negro. La conquista del vellocino de Oro se refiere a hechos y personajes que preceden en una generación a los involucrados en la Guerra de Troya, envolviendo en la trama a gran cantidad de célebres guerreros y héroes: los gemelos Cástor y Pólux, Hércules, Peleo (padre de Aquiles), el músico Orfeo,...
La trama de este mito se inicia con un rey griego, Atamante, que repudió a su esposa Nefele (con la que tenía dos hijos, Frixo y Hele) para casarse con la princesa Ino. Era Ino una mujer malvada, y al casarse con Atamante planeó la muerte de sus herederos para que fueran sus propios hijos los que aspiraran al trono. Para llevar a cabo su plan, se apoderó de todo el grano reservado para ser utilizado para simiente del reino de Atamante y lo tostó, con lo que obviamente ese año ninguna cosecha fue obtenida. Espantados, los campesinos acudieron al rey, que consultó con el oráculo del reino, previamente seducido por la maquiavélica Ino, quien sentenció que ninguna cosecha germinaría a menos que los hijos de Nefele fueran asesinados. Nefele, horrorizada frente al altar del sacrificio, imploró ayuda a los dioses, que respondieron enviando un carnero mágico, con el pelaje de oro y la capacidad de volar. Los niños escaparon a lomos del animal, que los condujo por los aires fuera de los territorios griegos. Al cruzar el estrecho que separa la Grecia continental del Asia Menor, la hija de Nefele, Hele, cayó al mar y se ahogó: desde entonces, aquel estrecho es denominado Helesponto o Mar de Hele. El carnero llevó al afligido Frixo hasta el país de la Cólquida, situado al sur del Mar Negro, donde sus habitantes acogieron al niño, que en señal de agradecimiento, sacrificó al carnero y les entregó su dorado vellocino.
Tiempo después, en la ciudad griega de Tesalia, reinaba Pelias, hombre cruel que había usurpado el reino a su legítimo propietario, Esón. Un oráculo predijo a Pelias que moriría a manos de un hombre calzado con una sola sandalia. El hijo de Esón se llamaba Jasón, y desde el exilio se dirigió a Tesalia para recuperar su reino. Fue llevado ante Pelias, que al verlo entrar en el salón del trono no pudo reprimir su miedo al comprobar que tan sólo estaba calzado con una sandalia. Las intenciones de Jasón, a pesar de todo, no eran matar a Pelias: le dio que podía conservar todos los bienes malversados durante su reinado, los ganados, el oro... todo excepto el trono, que debía ser devuelto inmediatamente al linaje de Esón. Pelias accedió, pero imponiendo una condición: Jasón debía traer a Tesalia la piel del Carnero de Oro, el vellocino de aquel mítico animal que se hallaba en la Cólquida. Y es que Pelias sabía muy bien que aquella era una empresa imposible, y que mandaba a Jasón a una muerte segura. Pero ante los ojos espantados de los súbditos del reino, Jasón aceptó el encargo, ordenando a los mensajeros de Pelias que difundieran la noticia de una gran expedición por mar a la desconocida Cólquida, en busca del Vellocino de Oro. Al mensaje respondieron los más grandes héroes griegos: el poderoso Hércules, hijo de Zeus, Orfeo el músico, capaz de encantar a las bestias con su lira, los gemelos Cástor y Pólux, hijos también de Zeus y grandes guerreros, Peleo, que llegaría a ser rey de Egina y padre de Aquiles... todos ansiaban embarcarse en el Argos, el buque destinado a llevarlos a través del Mediterráneo hasta alcanzar el Mar Negro, conocido entonces como el Mar Enemigo.
Zarparon de las costas griegas, y el primer escollo que encontraron fue al repostar en una pequeña isla: el escudero de Hércules, un joven llamado Hilas, fue raptado por una ninfa, que lo sumergió en las aguas de un estanque del que ya no saldría. Hércules emprendió una búsqueda desesperada de su amigo, pidiendo a los Argonautas que zarparan sin él.
El mítico buque de Jasón y las Harpías
Poco después, desembarcaron en otra isla donde un anciano llamado Fineo era perseguido por la jauría de Zeus: las Harpía, pájaros enormes que habían sido mandados por el dios para castigar a Fineo por sus enormes dotes de oráculo (facultad que siempre había desagradado profundamente a Zeus). El anciano había tenido la revelación de que tan sólo podían salvarle dos de los argonautas, los hijos de Bóreas, el Viento del Norte, que con su inigualable rapidez serían capaces de alcanzar y dar muerte a las harpías. Los dos hermanos se comprometieron en ayudarle, y habrían dado muerte a todos los monstruos de no ser por la intervención de Iris, la mensajera de Zeus, que prometió liberar a Fineo de su castigo si los Bóridas detenían su cacería. En agradecimiento por tal ayuda, el anciano vidente les explicó que si deseaban llegar al Mar Negro por mar, debían atravesar las Simplégades, grandes piedras que hacían las veces de frontera de dicho mar, una a cada lado de un angosto estrecho; estas piedras entrechocaban al pasar entre ellas cualquier embarcación, destruyéndola. Fineo les explicó que la única forma de trasponer este obstáculo era liberando poco antes de alcanzarlas a una paloma blanca desde la proa del barco. Al día siguiente, los Argonautas dejaron la isla de Fineo y se enfrentaron a las temibles Simplégades. Como el anciano les había advertido, dejaron libre a una paloma blanca desde la proa de su barco; el animal se puso a volar frente a ellos, guiándolos a través de las Simplégades sanos y salvos. Justo cuando el barco se encontraba a salvo, las piedras se cerraron una contra otra, con un terrible estruendo, volvieron a separarse, y nunca más se movieron de su sitio, dejando desde entonces un paso para los navegantes.
Las Simplégades
Tras alguna otra aventura, ya en el Mar Negro, los Argonautas desembarcaron por fin en el país de la Cólquida, final de su expedición.
El valor que hasta el momento habían demostrado los Argonautas había complacido mucho a la esposa de Zeus, Hera, que se decidió a ayudarlos en su misión. Se reunió con Afrodita y tejieron el plan siguiente: ordenarían a Cupido que lanzara sus flechas sobre Medea, hija del rey de la Cólquida, y hechicera de grandes poderes. Con esto, Medea caería enamorada de Jasón, y representaría una ayuda inestimable para su misión.
Los Argonautas se presentaron un día ante las puertas del rey de la Cólquida, Eetes, pidiéndole que les entregara el Vellocino de Oro a cambio de cualquier servicio que éste les quisiera encomendar. Eetes no podía permitir que aquella valiosa posesión cayese en manos de aquellos extranjeros, por lo que impuso una tarea imposible a Jasón: debía uncir a un arado a dos toros mágicos, que expelían fuego por la boca, labrar un campo y sembrarlo con los dientes de un dragón, de los que brotaría un ejército de hombres armados a los que él, sin ayuda de arma alguna, debía vencer. Aceptó Jasón la disparatada empresa y se retiró con sus hombres al Argos para descansar. Durante la noche, un mensajero de Medea les entregó un ungüento mágico que haría invencible a Jasón, y les comunicó además que si éste arrojaba una piedra en medio del ejército nacido de los dientes del dragón, éste se aniquilaría a sí mismo.
Al día siguiente, Jasón se dirigió a cumplir su misión: unció a los toros en el arado, sembró los dientes y al nacer un ejército de ellos, arrojó una piedra entre ellos, sorprendido al comprobar cómo se mataban los unos a los otros. El rey Eetes se enojó terriblemente, jurando que jamás obtendrían el Vellocino de Oro, encerrándose en su ciudad. Estaban los Argonautas apesadumbrados cuando recibieron la visita de Medea. La princesa prometió ayudarlos a robar el vellocino, a lo que Jasón respondió declarándole su amor y sus intenciones de casarse con ella al regresar a Grecia. Se dirigieron Jasón y Medea a un bosque, en cuyo centro una monstruosa serpiente custodiaba el Vellocino. Mediante un conjuro, durmió Medea a la serpiente, momento que aprovechó Jasón para apoderarse del Vellocino de Oro y huir con la princesa en el Argos.
Medea
Tras los Argonautas zarpó un numeroso ejército capitaneado por Apsirto, hermano de Medea. Cuando todo parecía perdido, Medea mató a su propio hermano, despedazándolo y arrojando sus fragmentos al mar. Mientras el ejército de la Cólquida se entretenía en recoger los restos de su príncipe, los Argonautas pudieron huir y dejar atrás para siempre la Cólquida. Una vez llegados a Grecia, Medea ayudaría a Jasón a recuperar el trono de Tesalia, matar al tirano Pelias (que en la ausencia de Jasón había dado muerte a sus padres, los reyes legítimos). Medea realizó los actos más repulsivos para ayudar a Jasón en todo lo que fue necesario. Pero Jasón, que en lo profundo de su alma era un ser despreciable, traicionó a Medea casándose con la princesa de Corinto, y disponiendo su destierro de la propia Medea y de los dos hijos que había tenido con ella. Sin ayuda ni dinero, aquello era una condena a muerte para Medea y sus hijos. La venganza de Medea fue terrible: usó la magia para asesinar a la nueva esposa de Jasón y, acto seguido, mató a sus propios hijos. Jasón, fue en su búsqueda para matarla, pero tan sólo encontró los cadáveres de sus hijos y a Medea huyendo en un carro tirado por dos dragones. A Jasón ya sólo le esperaba una vida de remordimientos y locura. A Medea, nadie la volvería a ver en Tesalia.
http://astronomia.webcindario.com/mito_vellocino.h...
---------------------------------
El vellocino de oro
En nuestra anotación de ayer, al referirnos al Toison de Oro, hicimos referencia al vellocino de oro. Pero, ¿qué fue el tal vellocino?
Vellocino es el vellón que resulta de esquilar las ovejas. Entre los griegos, el Vellocino de Oro fue el nombre que se dio al vellocino del alado carnero divino que salvó por los aires a los hermanos Frixo y Hele cuando estaban a punto de sucumbir a manos de su madrastra Ino.
Perdida Hele por el camino al precipitarse al mar (en el lugar que a partir de este momento se llamó el Helesponto, es decir, mar de Hele), Frixó llegó a la Cólquida, donde inmoló el carnero a Zeus y regaló el vellón al rey del territorio, Aetes. Este lo colgó de una encina y puso a su pie un dragón para defenderlo.
Más tarde Pelias, rey usurpador del país de Yolco, ordenó a su sobrino Jasón (hijo del rey legítimo) que fuera a buscar el vellocino, con la esperanza de que pereciera en el intento, dando origen a la famosa expedición de los argonautas ("viaje de los argonautas a la conquista del vellocino de oro").
Entre los argonautas -llamados así porque viajaron en la nave Argos-, dirigidos por Jasón, se hallaban Heracles, Cástor y Pólux y Orfeo, entre otros, de un total de unos cincuenta.
Salieron de Tesalia y, después de numerosas aventuras, llegaron a la Cólquida. Aquí Jasón se apoderó del vellocino, ayudado por la hija del rey Aetes, Medea, que huyó con él.
Luego se inició el regreso, dando lugar éste a numerosas leyendas relativas a los diversos héroes de la expedición, que constituyeron un auténtico ciclo épico, dentro del cual destaca el poema Las argonáuticas, de Apolonio de Rodas.
Tras su regreso a Yolco, las tradiciones respecto a la suerte de Jasón difieren. Unas le hacen reinar en lugar de Pelias; otras le sitúan viviendo tranquilamente en Yolco en compañía de Medea.
http://www.dhistoria.com/carpetas/2004/05/el_vello...
----------------------------------
En esta época, las artes mágicas se revisten de una nueva forma, "la belleza", el arquetipo de hombre que se elevaba a los cielos no tenía compañera, por lo que había llegado el momento de que naciera la "venus celeste", venus casta y fecunda, madre de las tres gracias surge de las tres olas agitadas del archipiélago.
En las tradiciones de la antigua Grecia vemos aparecer a Orfeo entre los héroes del "vellocino de oro", primeros conquistadores de la gran obra, el vellocino de oro representa la luz del Sol, la luz más adecuada para las costumbres del hombre, es el gran secreto de las obras mágicas, la iniciación que los héroes van a buscar en Asia, por otra parte Cadmo es un voluntario de la gran Tebas de Egipto, lleva a Grecia las letras primitivas y la armonía, la ciudad típica, la ciudad sabia, la nueva Tebas se construye por si sola, ya que la ciencia está comprendida por entero en la armonía existente en los caracteres jeroglíficos, fonéticos y numéricos que se mueven por si solos según unas leyes de las matemáticas eternas.
Existe también una perfecta cultura urbanística, Tebas es una ciudad circular, su fortaleza es cuadrada y tiene siete puertas como el cielo mágico, su leyenda se convertirá muy pronto en la epopeya del ocultismo y en la historia profética del reino humano.
La fábula del vellocino de oro une la magia hermética con las iniciaciones de Grecia, "el carnero solar", del que hay que conquistar el vellocino de oro para ser los amos del mundo, es la figura de la gran obra.
El navío de guerra de los argonautas construidos con las tablas proféticas de Dodona (el navío parlante), es la barca de los misterios de Iris, el arca de las renovaciones y de la fortaleza de Osiris, Jasón el aventurero es el que comienza y no un héroe, tiene todas las incertidumbres y las debilidades de la humanidad, pero lleva consigo la personificación de todas las fuerzas, Hércules que simboliza la fuerza brutal, no concurre a la gran obra, se pierde en el trascurso de su recorrido yendo a la caza de sus indignos amores, los otros llegan al país de la iniciación, a la Colkida, en donde todavía se conservan algunos secretos de Zoroastro, pero ¿como conseguir la clave de todos estos misterios?.
La ciencia, una vez más es traicionada por una mujer, Medea ofrece a Jasón los arcanos de la gran obra y ofrece su reino junto con la vida de su padre, ya que existe una ley fatal en el santuario oculto que sentencia a muerte a los que no han sabido custodiar sus secretos, Medea enseña a Jasón cuales son los monstruos que debe combatir y de que modo debe triunfar sobre ellos, el primer monstruo que hay que atacar es la serpiente alada y terrestre, el fluido astral a quien se debe sorprender y atacar, es necesario arrancarle los dientes y desperdigarlos en una llanura que deberá ser previamente trabajada atando al arado los toros de Marte, los dientes del dragón son los ácidos que deben disolver la tierra metálica preparada por un doble fuego y las fuerzas magnéticas de la tierra, entonces se efectúa una fermentación y como una especie de combate, lo impuro es devorado por lo impuro y el vellocino de oro se convierte en la recompensa del adepto, aquí finaliza la leyenda mágica de Jasón, seguidamente tiene lugar la de Medea, ya que en esta historia, la antigüedad griega ha querido encerrar la epopeya de las ciencias ocultas.
Después de la magia hermética, viene la magia Goecia, parricida, fraticida, infanticida, esta magia sacrifica todo a sus pasiones y no goza nunca el fruto de sus delitos, Medea traiciona a su padre como Cain asesina a su hermano, como Caín apuñala a sus hijos, envenena a su rival, y no consigue más que el odio del hombre del que quería ser amada, por tanto la primera parte de la leyenda del vellocino de oro encierra los secretos de la magia órfica, y la segunda está consagrada a las sensatas advertencias contra los abusos de la magia Goetia, es decir la magia tenebrosa, la magia Goecia o falsa magia (conocida en nuestros tiempos con el nombre de brujería), no es una ciencia sino que es tan solo la manifestación de la fatalidad, todas las pasiones desmesuradas producen una fuerza ficticia que la voluntad es incapaz de controlar, pero que obedece al despotismo de la pasión, por esto decía san Alberto magno, no maldigáis a nadie si estáis encolerizados.
La historia tebana es la historia de la maldición de Teseo e Hipólito, la pasión excesiva es una locura, y la locura es una embriaguez o congestión de la luz astral, por esto la locura es contagiosa y generalmente las pasiones llevan consigo verdaderos maleficios, las mujeres, que tienden con mas facilidad que los hombres a la embriaguez pasional, son en general mejores brujas que los hombres, la definición de brujos indica de manera bastante eficaz a las victimas del momento y, por decirlo así, a los venenosos hongos de la fatalidad.
Los brujos en Grecia y especialmente en Tesalia, practicaban horribles enseñanzas y se abandonaban a ritos abominables, en general, se trataba de mujeres llenas de deseos que ya no podían satisfacer de cortesanas envejecidas, monstruos de inmoralidad, celosas del amor y de la vida, esas miserables mujeres que no tenían ningún amante que no estuviera ya en la tumba y que violaban las sepulturas para poder acariciar la piel joven y fría, estas monstruosas mujeres raptaban a los niños y sofocaban sus horrorizados gritos apretándoles curiosamente contra ellas, eran llamadas brujas envenenadoras de los niños, que eran los principales motivos de envidia para ellas y por tanto de su odio, los raptaban y los sacrificaban, algunas (como Canidia), de la que habla Horacio, cogían a los niños y los enterraban hasta la cabeza y los dejaban morir de hambre rodeándolos de alimentos que no podían alcanzar, otras le cortaban la cabeza, los pies y las manos haciendo disolver la grasa de sus cuerpos y su carne en ollas de cobre hasta que adquirían la consistencia de un ungüento, se mezclaban con el jugo de beleño de belladona, y de amapolas negras, para efectuar sus aberrantes mezclas, estas mujeres llenaban de ese ungüento el órgano irritado por sus detestables deseos, se frotaban con el las sienes y las asilas y después caían en un letargo cargados de sueños desenfrenados y lujuriosos, he aquí el origen de la magia negra, cuyos secretos y tradiciones se perpetuaron hasta el medioevo.
Medea y Circe son los dos personajes característicos de la magia negra en Grecia, Circe es la hembra viciosa que atrae y degrada a sus amantes, Medea es la envenenadora que todo lo arriesga y que utiliza a la naturaleza para efectuar sus delitos, existen seres que atraen como Circe y junto a los cuales uno se envilece.
Existen mujeres cuyo amor degradan a las almas, mujeres cuyo amor exigen el máximo de nosotros mismos y cuando consiguen sus propósitos los desprecian, a estas mujeres hay que hacerlas obedecer como hizo Ulises, hay que dominarlas inspirándolas miedo, y después hay que saber abandonarlas sin sentir pesar, son monstruos de belleza sin corazón, solo viven en función a su propia vanidad, la antigüedad las inmortaliza con la figura de la sirena.
En lo que se refiere a Medea es una criatura perversa que solo quiere hacer el mal, es capaz de amar pero su amor es todavía más terrible que su odio, es mala madre y llega incluso a asesinar a sus hijos pequeños, es amante de las noches y va a recoger al claro de luna las hierbas maléficas para preparar los venenos, magnetiza el aire y traer la desgracia a la tierra, infecta el agua y envenena al fuego, los reptiles le prestan su baba, pronuncia espantosas palabras, la siguen huellas de sangre, miembros cortados caen de sus manos, sus consejos vuelven locos a los que la escuchan y sus caricias inspiran horror, he aquí a la mujer que ha querido ponerse por encima de la obligaciones de su sexo, aficionándose a las ciencias prohibidas, los hombres les vuelven la cara y los niños se esconde cuando la ven pasar, no tiene razón y tampoco tiene amor, y los engaños de la naturaleza dirigidos hacia ella son un suplicio nacido de su orgullo.
http://www.thaisyjosef.com/magia/magiasiglos/magia...
k
En las tradiciones de la antigua Grecia vemos aparecer a Orfeo entre los héroes del "vellocino de oro", primeros conquistadores de la gran obra, el vellocino de oro representa la luz del Sol, la luz más adecuada para las costumbres del hombre, es el gran secreto de las obras mágicas, la iniciación que los héroes van a buscar en Asia, por otra parte Cadmo es un voluntario de la gran Tebas de Egipto, lleva a Grecia las letras primitivas y la armonía, la ciudad típica, la ciudad sabia, la nueva Tebas se construye por si sola, ya que la ciencia está comprendida por entero en la armonía existente en los caracteres jeroglíficos, fonéticos y numéricos que se mueven por si solos según unas leyes de las matemáticas eternas.
Existe también una perfecta cultura urbanística, Tebas es una ciudad circular, su fortaleza es cuadrada y tiene siete puertas como el cielo mágico, su leyenda se convertirá muy pronto en la epopeya del ocultismo y en la historia profética del reino humano.
La fábula del vellocino de oro une la magia hermética con las iniciaciones de Grecia, "el carnero solar", del que hay que conquistar el vellocino de oro para ser los amos del mundo, es la figura de la gran obra.
Visita este link y enterate de todo el chisme, je, je, je
http://es.wikipedia.org/wiki/Vellocino_de_oro