Criminales, esclavos y hombres libres combatían como gladiadores en la arena de los anfiteatros. Muchos morían, pero algunos se convertían en verdaderos ídolos de las multitudes. Se les había privado de libertad, eran bienes de mercado y estaban entrenados para matar. Sin embargo, los gladiadores encarnaban los valores de masculinidad exaltados por la sociedad romana, y podían convertirse en héroes populares y objetos de deseo para las mujeres. Su profesión, la gladiatura, no estaba destinada tan sólo al combate, sino que ofrecía un entrenamiento dirigido a desarrollar las virtudes guerreras y a fomentar el arte de la espada (gladium, de la que toman el nombre), según unas reglas estrictas. El ingreso en el oficio podía deberse a circunstancias muy dispares, aunque no todos los que perdían la vida en la arena de un anfiteatro podían ser considerados gladiadores. Numerosos criminales de condición libre, condenados a morir degollados por la espada a la vista del pueblo (damnatio ad gladium, eran ejecutados durante el intermedio que separaba el fin del combate matutino con fieras (venatio), y el espectáculo gladiatorio (munus), que se desarrollaba a partir de mediodía. A diferencia de aquéllos, los condenados a trabajos forzados podían convertirse en luchadores profesionales al cumplir parte de su pena en una escuela de gladiadores o ludus, donde un maestro los entrenaba para luchar de forma ejemplar. Junto a ellos figuraban esclavos vendidos por piratas a un comerciante de gladiadores (lanista) o entregados por sus propios amos, así como libertos y hombres libres que buscaban en la gladiatura un medio seguro para conseguir un sueldo fijo, premios sustanciosos y gran popularidad. Forzados, esclavos, libertos o libres, todos podían formar parte de una misma familia gladiatoria, que convivía en el seno de una escuela. Al ingresar en el ludus, cada alumno se especializaba en un arma distinta, que distinguía a cada tipo degladiadores: samnitas, provocatores, retiarios, tracios, murmillones, essedarii o sagitarios. El adiestramiento estaba confiado a un maestro, el doctor o magister, cargo desempeñado generalmente por un antiguo gladiador veterano, que sólo iba al ludus durante los entrenamientos. Los aprendices practicaban con un florete de madera y se batían contra una estaca fijada en el suelo. Con una mano sostenían la espada y con la otra, un escudo de mimbre. Estos ejercicios recibían el nombre de batualia, del que deriva nuestra palabra batalla. Las armas se mantenían siempre fuera de su alcance, custodiadas en un arsenal del que únicamente podían extraerse con la autorización y vigilancia de un procurador. En muchos aspectos, la vida en un ludus era semejante a la vida en la prisión. Los gladiadores se alojaban en pequeñas celdas y los condenados pasaban la mayor parte del tiempo encadenados. Algunos gladiadores fueron tan populares que merecieron poemas, en los que eran comparados con héroes míticos como Meleagro o Jasón, modelo de virtudes guerreras, y los niños grababan sus figuras y nombres en las paredes de sus casas. Otros, por su bravura o belleza, recibieron protección imperial o hicieron perder la cabeza a emperatrices como Faustina, esposa de Marco Aurelio, de la que se dice que engendró a Cómodo con un gladiador del que estaba enamorada.
el mejor era el hispano aunque su nombre real era rasel crou.
Enrique iglesias vendia pepsi mientras algunas gladiadoras cataban por queen.
Pese a la creencia erronea de que el termino deriva del gladius (espada de la legion romana de la epoca), yo se que declina de glande porque me lo chupaban antes de morir y si lo hacian bien, les daba una muerte rapida.
Son algunos datos de interes que te puedo facilitar
RecibÃa el nombre de gladiador quien batallaba con otro, o con una bestia, en los juegos públicos de la Antigua Roma. La teorÃa más aceptada sobre el origen de este vocablo es que deriva de la palabra Gladius, la espada que utilizaban. Y se dice que provenÃan de los ritos ancestrales etruscos.
Dependiendo por su manera y forma de combatir existÃan varias clases de gladiadores: mirmillón, tracio, etc. El nombre con el que eran conocidos dependÃa de si llevaban cascos, o de la forma del mismo, escudo, espada o red..., o incluso la habilidad que poseÃan para la lucha.
El combate se dividÃa en varias partes, e iba desde el momento en que atravesaban la ciudad mientras se dirigÃan al anfiteatro, hasta que se declaraba victorioso uno de los gladiadores y era premiado con palmas, coronas adornadas de cintas y en los tiempos del Imperio una cantidad de dinero.
ConstituÃan una parte de los juegos fúnebres de los etruscos y parecen referirse al culto de Saturno, lo cual indica que en un principio se celebraban durante las Saturnales. Dichos combates se introdujeron en Roma hacia el siglo III a. C. Como no siempre habÃa prisioneros que combatieran mientras el cadáver se quemaba en la pira, pues tal era el momento en que se producÃa el duelo gladiatorio, en que la sangre que se vertÃa era como un holocausto ofrecido al difunto, no faltaban hombres temerarios que se prestaban libremente a combatir. Tales fueron los primeros gladiadores.
RecibÃa el nombre de gladiador quien batallaba con otro, o con una bestia, en los juegos públicos de la Antigua Roma. La teorÃa más aceptada sobre el origen de este vocablo es que deriva de la palabra Gladius, la espada que utilizaban.
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Criminales, esclavos y hombres libres combatían como gladiadores en la arena de los anfiteatros. Muchos morían, pero algunos se convertían en verdaderos ídolos de las multitudes. Se les había privado de libertad, eran bienes de mercado y estaban entrenados para matar. Sin embargo, los gladiadores encarnaban los valores de masculinidad exaltados por la sociedad romana, y podían convertirse en héroes populares y objetos de deseo para las mujeres. Su profesión, la gladiatura, no estaba destinada tan sólo al combate, sino que ofrecía un entrenamiento dirigido a desarrollar las virtudes guerreras y a fomentar el arte de la espada (gladium, de la que toman el nombre), según unas reglas estrictas. El ingreso en el oficio podía deberse a circunstancias muy dispares, aunque no todos los que perdían la vida en la arena de un anfiteatro podían ser considerados gladiadores. Numerosos criminales de condición libre, condenados a morir degollados por la espada a la vista del pueblo (damnatio ad gladium, eran ejecutados durante el intermedio que separaba el fin del combate matutino con fieras (venatio), y el espectáculo gladiatorio (munus), que se desarrollaba a partir de mediodía. A diferencia de aquéllos, los condenados a trabajos forzados podían convertirse en luchadores profesionales al cumplir parte de su pena en una escuela de gladiadores o ludus, donde un maestro los entrenaba para luchar de forma ejemplar. Junto a ellos figuraban esclavos vendidos por piratas a un comerciante de gladiadores (lanista) o entregados por sus propios amos, así como libertos y hombres libres que buscaban en la gladiatura un medio seguro para conseguir un sueldo fijo, premios sustanciosos y gran popularidad. Forzados, esclavos, libertos o libres, todos podían formar parte de una misma familia gladiatoria, que convivía en el seno de una escuela. Al ingresar en el ludus, cada alumno se especializaba en un arma distinta, que distinguía a cada tipo degladiadores: samnitas, provocatores, retiarios, tracios, murmillones, essedarii o sagitarios. El adiestramiento estaba confiado a un maestro, el doctor o magister, cargo desempeñado generalmente por un antiguo gladiador veterano, que sólo iba al ludus durante los entrenamientos. Los aprendices practicaban con un florete de madera y se batían contra una estaca fijada en el suelo. Con una mano sostenían la espada y con la otra, un escudo de mimbre. Estos ejercicios recibían el nombre de batualia, del que deriva nuestra palabra batalla. Las armas se mantenían siempre fuera de su alcance, custodiadas en un arsenal del que únicamente podían extraerse con la autorización y vigilancia de un procurador. En muchos aspectos, la vida en un ludus era semejante a la vida en la prisión. Los gladiadores se alojaban en pequeñas celdas y los condenados pasaban la mayor parte del tiempo encadenados. Algunos gladiadores fueron tan populares que merecieron poemas, en los que eran comparados con héroes míticos como Meleagro o Jasón, modelo de virtudes guerreras, y los niños grababan sus figuras y nombres en las paredes de sus casas. Otros, por su bravura o belleza, recibieron protección imperial o hicieron perder la cabeza a emperatrices como Faustina, esposa de Marco Aurelio, de la que se dice que engendró a Cómodo con un gladiador del que estaba enamorada.
el mejor era el hispano aunque su nombre real era rasel crou.
Enrique iglesias vendia pepsi mientras algunas gladiadoras cataban por queen.
Pese a la creencia erronea de que el termino deriva del gladius (espada de la legion romana de la epoca), yo se que declina de glande porque me lo chupaban antes de morir y si lo hacian bien, les daba una muerte rapida.
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http://www.cienciapopular.com/n/Astronomia/Gladiad...
Aquà encontrarás todo lo que necesitas:
es.wikipedia.org/wiki/Gladiador
RecibÃa el nombre de gladiador quien batallaba con otro, o con una bestia, en los juegos públicos de la Antigua Roma. La teorÃa más aceptada sobre el origen de este vocablo es que deriva de la palabra Gladius, la espada que utilizaban. Y se dice que provenÃan de los ritos ancestrales etruscos.
Dependiendo por su manera y forma de combatir existÃan varias clases de gladiadores: mirmillón, tracio, etc. El nombre con el que eran conocidos dependÃa de si llevaban cascos, o de la forma del mismo, escudo, espada o red..., o incluso la habilidad que poseÃan para la lucha.
El combate se dividÃa en varias partes, e iba desde el momento en que atravesaban la ciudad mientras se dirigÃan al anfiteatro, hasta que se declaraba victorioso uno de los gladiadores y era premiado con palmas, coronas adornadas de cintas y en los tiempos del Imperio una cantidad de dinero.
Ã
Pollice Verso, de Jean-Léon Gérôme, representando el final de un combate de gladiadores, en donde el público dirige el pulgar hacia abajo, en contra del gladiador derrotado.
El origen de los combates de gladiadores hay que buscarlo en las costumbres funerarias de los etruscos, aproximadamente en el siglo VI a.C.,1 en cuyos monumentos aparecen representados, y, remontándose algo más, es probable que se encontrase alguna relación con la costumbre de inmolar los prisioneros en la tumba del héroe muerto en la guerra, practicada por algunos pueblos primitivos.
ConstituÃan una parte de los juegos fúnebres de los etruscos y parecen referirse al culto de Saturno, lo cual indica que en un principio se celebraban durante las Saturnales. Dichos combates se introdujeron en Roma hacia el siglo III a. C. Como no siempre habÃa prisioneros que combatieran mientras el cadáver se quemaba en la pira, pues tal era el momento en que se producÃa el duelo gladiatorio, en que la sangre que se vertÃa era como un holocausto ofrecido al difunto, no faltaban hombres temerarios que se prestaban libremente a combatir. Tales fueron los primeros gladiadores.
RecibÃa el nombre de gladiador quien batallaba con otro, o con una bestia, en los juegos públicos de la Antigua Roma. La teorÃa más aceptada sobre el origen de este vocablo es que deriva de la palabra Gladius, la espada que utilizaban.