La poesía bucólica o pastoril exalta la vida del campo, las costumbres de los pastores, sus contiendas, sus amorosas inquietudes, sus inocentes placeres, la paz y seguridad que disfrutan cuidando sus ganados, lejos de la ambición y vicios de las ciudades.
Pertenecen a esta poesía los subgéneros siguientes:
1) ANACREÓNTICA.- Enaltece los placeres que el campo prodiga, como el amor, la comida y el vino.
Esteban Manuel de Villegas empleó la estrofa sáfica, como así también el romancillo heptasílabo asonante, como por ejemplo en su poema “De la lira”.
José Cadalso utilizó el romancillo heptasílabo asonante, pero también recreó los temas y la métrica característicos de la anacreóntica en el poema “A Venus”.
Otros poetas que incursionaron en esta composición fueron Juan Meléndez Valdés y José Iglesias de la Casa, entre otros.
2) ÉGLOGA.- Poema generalmente dialogado entre pastores, de asunto predominantemente amoroso.
Estancias, octavas o tercetos son sus estrofas más empleadas.
Las más conocidas y, quizás, de mayor calidad, son las tres Églogas del príncipe de la bucólica hispana, Garcilaso de la Vega.
Entre sus tipologías hay églogas que exaltan los placeres de la caza (venatorias) o están relacionadas con el mar o los placeres de la pesca (piscatorias).
3) IDILIO.- Esta composición resalta la vida sencilla y pastoril y sin complicaciones del campo. Es una poesía descriptiva y, aunque es semejante a la égloga, es de menor extensión y amplitud que ella.
Poetas que lo prodigaron fueron, entre otros, Fernando de Herrera, Pedro Espinosa, Juan Meléndez Valdés, José Iglesias de la Casa y Leandro Fernández de Moratín, poeta este último de quien puede leerse su poema intitulado “La ausencia”:
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Canta la serenidad y la belleza del campo, y la vida de pastores, más ideales que reales. Virgilio, teocrito, Calderon
Poesía bucólica es aquella que trata sobre asuntos pastoriles o campestres, muchas veces de forma idealizada.
"Las Bucólicas (en latín Bucolica, también conocidas como Églogas, Eclogae) constituyen la primera de las grandes obras del poeta romano Virgilio.
Roma conoció la poesía bucólica (del griego βουκολική ἀοιδή, «canto de pastores»)"
GÉNERO BUCÓLICO O PASTORIL
La poesía bucólica o pastoril exalta la vida del campo, las costumbres de los pastores, sus contiendas, sus amorosas inquietudes, sus inocentes placeres, la paz y seguridad que disfrutan cuidando sus ganados, lejos de la ambición y vicios de las ciudades.
Pertenecen a esta poesía los subgéneros siguientes:
1) ANACREÓNTICA.- Enaltece los placeres que el campo prodiga, como el amor, la comida y el vino.
Esteban Manuel de Villegas empleó la estrofa sáfica, como así también el romancillo heptasílabo asonante, como por ejemplo en su poema “De la lira”.
José Cadalso utilizó el romancillo heptasílabo asonante, pero también recreó los temas y la métrica característicos de la anacreóntica en el poema “A Venus”.
Otros poetas que incursionaron en esta composición fueron Juan Meléndez Valdés y José Iglesias de la Casa, entre otros.
2) ÉGLOGA.- Poema generalmente dialogado entre pastores, de asunto predominantemente amoroso.
Estancias, octavas o tercetos son sus estrofas más empleadas.
Las más conocidas y, quizás, de mayor calidad, son las tres Églogas del príncipe de la bucólica hispana, Garcilaso de la Vega.
Entre sus tipologías hay églogas que exaltan los placeres de la caza (venatorias) o están relacionadas con el mar o los placeres de la pesca (piscatorias).
3) IDILIO.- Esta composición resalta la vida sencilla y pastoril y sin complicaciones del campo. Es una poesía descriptiva y, aunque es semejante a la égloga, es de menor extensión y amplitud que ella.
Poetas que lo prodigaron fueron, entre otros, Fernando de Herrera, Pedro Espinosa, Juan Meléndez Valdés, José Iglesias de la Casa y Leandro Fernández de Moratín, poeta este último de quien puede leerse su poema intitulado “La ausencia”:
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