" ... la enorme libertad de que gozaban las mujeres espartanas. En ninguna parte de Grecia las mujeres fueron más libres que en Esparta. El recato de las mujeres de las demás ciudades griegas incluso se horrorizó de la "desfachatez" de las jóvenes espartanas.
. ¡Imagínense! ¡Las desvergonzadas caminaban por la calle mostrando los muslos! ¡Oh!
. Estas exclamaciones son de Eurípides. Es él quien se escandaliza de las "hijas de los espartanos" que "salen de sus casas" y "se mezclan con los varones mostrando los muslos".
. ¡Y todo por la vestimenta un tanto atrevida de las niñas de Esparta!
. Porque es cierto: el vestido de las espartanas estaba abierto por el costado hasta la cintura. Los muslos exhibidos, en todo caso, no deben haber sido desagradables porque - en primer lugar - las espartanas eran eximias deportistas y - en 2º lugar - la moralina burguesa todavía nunca se ha escandalizado por el exhibicionismo de las mujeres feas.
. Con todo, difícilmente las niñas habrán conseguido sacar de sus casillas a un candidato espartano mostrando un poco de muslos. Los varones de Esparta tenían oportunidades de sobra para calibrar íntegramente los atributos de las jóvenes. La mujer espartana vivía su juventud casi constantemente en el campo de deportes. Generalmente desnuda. FUE LA ÚNICA MUJER EN TODA GRECIA QUE TENÍA PERMITIDO EL ACCESO A LOS TORNEOS. Excepto las Olimpíadas - a las cuales, por la mojigatería de los demás griegos, no podía asistir - las espartanas participaban de todos los deportes. Todos los años, durante 10 días, tenían lugar LAS GIMNOPEDIAS en dónde la juventud de Esparta competía y bailaba completamente desnuda.
. No obstante, para los mirones bobos la cosa no carecía de riesgos. Las niñas tenían la lengua muy suelta y muy aguda y, en medio de una representación pública, podían tomar a un varón de blanco para destruirlo con burlas y socarronerías. Delante de reyes, éforos, senadores y pueblo en general, el pobre diablo quedaba hecho un estropicio en cuestión de minutos. Indudablemente, un remedio definitivo y eficaz contra la lascivia. Porque, sin duda, a veces es más agradable caer en una mezcladora de hormigón que en la boca viperina de una perfecta bribona - hermosa para colmo -dotada del condenado talento de adivinar nuestros puntos vulnerables. El que no lo crea, que haga la prueba.
. Podemos creer a PLUTARCO, a JENOFONTE y a PLATÓN cuando nos dicen que la desnudez femenina en Esparta no daba lugar a ningún tipo de comportamientos lascivos. Cuando una mujer tiene la oportunidad de ponerlo en ridículo a uno ante todo un estadio lleno de gente, el portarse como un idiota debe ser bastante peligroso.
. Como madres resultaron insuperadas. Si las jóvenes espartanas fueron compañeras de guerreros, las madres de Esparta fueron engendradoras de héroes. Se dice que una espartana que había mandado sus 5 hijos a la guerra se ubicó en las afueras de la ciudad para recibir más pronto las noticias del desenlace de la batalla. Cuando comenzaron a llegar los primeros guerreros, la mujer detiene a uno de ellos y lo interroga. El hombre, visiblemente incómodo, comienza a relatar cómo los 5 cayeron en el combate. "¡Esclavo estúpido!" - lo interrumpe la espartana - "¡No te pregunté por la suerte de mis hijos! ¡Te he preguntado por el resultado de la batalla!" En otra oportunidad, una anciana trató de consolar a una madre que estaba dándole sepultura a su hijo muerto en combate. "¡Pobre mujer!" - se compadeció la anciana - "¡Que triste destino!" - "¿Triste?" - preguntó la madre y agregó: "No es triste. Lo eduqué para servir a la Patria y murió por ella. ¡Logré mi objetivo! ¡Eso no tiene nada de triste!" ¿Exagerado? ¿Presuntuoso? Quizás. No es infrecuente que los seres humanos escondan el dolor detrás de la máscara del orgullo. Pero hay que encontrar la máscara del orgullo en un momento de dolor. Y eso, por favor, créanlo, no es nada fácil.
. En Esparta, una de las ignominias más grandes era perder el escudo en la batalla. Debido a la particularidad de la formación de combate espartana, el escudo no solamente cubría a su portador sino, en gran medida, también al hombre de al lado. Por eso, el escudo espartano era considerado un supremo símbolo de camaradería. Por otra parte, oficiaba también de féretro ya que a los caídos en combate se los transportaba sobre sus escudos. Sabiendo esto se comprende algo que, quizás, haya sido una mera fórmula. Una costumbre. Una de esas frases que se repiten como un ritual sin darles siempre todo su significado: el joven espartano recibía su escudo siempre de su madre quien se lo entregaba con estas palabras: "Hijo mío: vuelve con él o sobre él".
Los espartanos utilizaban el mismo equipamiento típico de los hoplitas de la Antigua Grecia. Su única marca distintiva de los espartanos con respecto a sus vecinos griegos eran su túnica (chitōn'') y su manto (himatión), de color escarlata, así como el pelo largo, que los espartanos mantuvieron durante mucho más tiempo que la mayor parte de los griegos. Para los espartanos, el pelo largo mantenía su antiguo significado arcaico como símbolo del hombre libre. Por otro lado, para los griegos del siglo V, su peculiar asociación con los espartanos había llegado a hacer que tuviese el significado de simpatía política a favor de éstos. En el siglo V a. C. y en Atenas dejarse crecer el cabello (komân) era una señal de laconismo.
Otro símbolo espartano muy conocido, y adoptado a mediados del siglo V a. C., era la letra lambda (Λ), que hacía referencia a la región de Laconia o Lacedemonia y que iba pintada en los escudos de los espartanos. Los hoplitas espartanos a menudo son representados llevando una cresta atravesada en su casco, si bien se trata posiblemente de un símbolo utilizado para identificar a los oficiales.
En el periodo arcaico, los espartanos estaban equipados con armaduras de bronce articuladas, cnémidas para las piernas, y el casco, normalmente un casco corintio. A menudo se discute qué tipo de armadura para el torso utilizaban los espartanos durante las Guerras Persas, si es que usaron alguno, aunque parece probable que continuasen llevando corazas de bronce, aunque de un estilo algo más esculpido, o bien que hubiesen llevado el linotorax en su lugar. En la última parte del siglo V a. C., cuando la guerra se había vuelto más flexible y los enfrentamientos a gran escala entre falanges eran más raros, los griegos fueron abandonando muchas de las formas de armadura corporal utilizadas hasta entonces. Los lacedemonios también adoptaron una nueva túnica, la exomis, que podía colocarse de forma que dejase el brazo y el hombro derecho descubiertos y libres para entablar el combate. Además, y junto con la lanza, los espartiatas también iban armados con un xifos como arma secundaria.
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Hola.
Vestimenta de las mujeres en Esparta.
" ... la enorme libertad de que gozaban las mujeres espartanas. En ninguna parte de Grecia las mujeres fueron más libres que en Esparta. El recato de las mujeres de las demás ciudades griegas incluso se horrorizó de la "desfachatez" de las jóvenes espartanas.
. ¡Imagínense! ¡Las desvergonzadas caminaban por la calle mostrando los muslos! ¡Oh!
. Estas exclamaciones son de Eurípides. Es él quien se escandaliza de las "hijas de los espartanos" que "salen de sus casas" y "se mezclan con los varones mostrando los muslos".
. ¡Y todo por la vestimenta un tanto atrevida de las niñas de Esparta!
. Porque es cierto: el vestido de las espartanas estaba abierto por el costado hasta la cintura. Los muslos exhibidos, en todo caso, no deben haber sido desagradables porque - en primer lugar - las espartanas eran eximias deportistas y - en 2º lugar - la moralina burguesa todavía nunca se ha escandalizado por el exhibicionismo de las mujeres feas.
. Con todo, difícilmente las niñas habrán conseguido sacar de sus casillas a un candidato espartano mostrando un poco de muslos. Los varones de Esparta tenían oportunidades de sobra para calibrar íntegramente los atributos de las jóvenes. La mujer espartana vivía su juventud casi constantemente en el campo de deportes. Generalmente desnuda. FUE LA ÚNICA MUJER EN TODA GRECIA QUE TENÍA PERMITIDO EL ACCESO A LOS TORNEOS. Excepto las Olimpíadas - a las cuales, por la mojigatería de los demás griegos, no podía asistir - las espartanas participaban de todos los deportes. Todos los años, durante 10 días, tenían lugar LAS GIMNOPEDIAS en dónde la juventud de Esparta competía y bailaba completamente desnuda.
. No obstante, para los mirones bobos la cosa no carecía de riesgos. Las niñas tenían la lengua muy suelta y muy aguda y, en medio de una representación pública, podían tomar a un varón de blanco para destruirlo con burlas y socarronerías. Delante de reyes, éforos, senadores y pueblo en general, el pobre diablo quedaba hecho un estropicio en cuestión de minutos. Indudablemente, un remedio definitivo y eficaz contra la lascivia. Porque, sin duda, a veces es más agradable caer en una mezcladora de hormigón que en la boca viperina de una perfecta bribona - hermosa para colmo -dotada del condenado talento de adivinar nuestros puntos vulnerables. El que no lo crea, que haga la prueba.
. Podemos creer a PLUTARCO, a JENOFONTE y a PLATÓN cuando nos dicen que la desnudez femenina en Esparta no daba lugar a ningún tipo de comportamientos lascivos. Cuando una mujer tiene la oportunidad de ponerlo en ridículo a uno ante todo un estadio lleno de gente, el portarse como un idiota debe ser bastante peligroso.
. Como madres resultaron insuperadas. Si las jóvenes espartanas fueron compañeras de guerreros, las madres de Esparta fueron engendradoras de héroes. Se dice que una espartana que había mandado sus 5 hijos a la guerra se ubicó en las afueras de la ciudad para recibir más pronto las noticias del desenlace de la batalla. Cuando comenzaron a llegar los primeros guerreros, la mujer detiene a uno de ellos y lo interroga. El hombre, visiblemente incómodo, comienza a relatar cómo los 5 cayeron en el combate. "¡Esclavo estúpido!" - lo interrumpe la espartana - "¡No te pregunté por la suerte de mis hijos! ¡Te he preguntado por el resultado de la batalla!" En otra oportunidad, una anciana trató de consolar a una madre que estaba dándole sepultura a su hijo muerto en combate. "¡Pobre mujer!" - se compadeció la anciana - "¡Que triste destino!" - "¿Triste?" - preguntó la madre y agregó: "No es triste. Lo eduqué para servir a la Patria y murió por ella. ¡Logré mi objetivo! ¡Eso no tiene nada de triste!" ¿Exagerado? ¿Presuntuoso? Quizás. No es infrecuente que los seres humanos escondan el dolor detrás de la máscara del orgullo. Pero hay que encontrar la máscara del orgullo en un momento de dolor. Y eso, por favor, créanlo, no es nada fácil.
. En Esparta, una de las ignominias más grandes era perder el escudo en la batalla. Debido a la particularidad de la formación de combate espartana, el escudo no solamente cubría a su portador sino, en gran medida, también al hombre de al lado. Por eso, el escudo espartano era considerado un supremo símbolo de camaradería. Por otra parte, oficiaba también de féretro ya que a los caídos en combate se los transportaba sobre sus escudos. Sabiendo esto se comprende algo que, quizás, haya sido una mera fórmula. Una costumbre. Una de esas frases que se repiten como un ritual sin darles siempre todo su significado: el joven espartano recibía su escudo siempre de su madre quien se lo entregaba con estas palabras: "Hijo mío: vuelve con él o sobre él".
Los espartanos utilizaban el mismo equipamiento típico de los hoplitas de la Antigua Grecia. Su única marca distintiva de los espartanos con respecto a sus vecinos griegos eran su túnica (chitōn'') y su manto (himatión), de color escarlata, así como el pelo largo, que los espartanos mantuvieron durante mucho más tiempo que la mayor parte de los griegos. Para los espartanos, el pelo largo mantenía su antiguo significado arcaico como símbolo del hombre libre. Por otro lado, para los griegos del siglo V, su peculiar asociación con los espartanos había llegado a hacer que tuviese el significado de simpatía política a favor de éstos. En el siglo V a. C. y en Atenas dejarse crecer el cabello (komân) era una señal de laconismo.
Otro símbolo espartano muy conocido, y adoptado a mediados del siglo V a. C., era la letra lambda (Λ), que hacía referencia a la región de Laconia o Lacedemonia y que iba pintada en los escudos de los espartanos. Los hoplitas espartanos a menudo son representados llevando una cresta atravesada en su casco, si bien se trata posiblemente de un símbolo utilizado para identificar a los oficiales.
En el periodo arcaico, los espartanos estaban equipados con armaduras de bronce articuladas, cnémidas para las piernas, y el casco, normalmente un casco corintio. A menudo se discute qué tipo de armadura para el torso utilizaban los espartanos durante las Guerras Persas, si es que usaron alguno, aunque parece probable que continuasen llevando corazas de bronce, aunque de un estilo algo más esculpido, o bien que hubiesen llevado el linotorax en su lugar. En la última parte del siglo V a. C., cuando la guerra se había vuelto más flexible y los enfrentamientos a gran escala entre falanges eran más raros, los griegos fueron abandonando muchas de las formas de armadura corporal utilizadas hasta entonces. Los lacedemonios también adoptaron una nueva túnica, la exomis, que podía colocarse de forma que dejase el brazo y el hombro derecho descubiertos y libres para entablar el combate. Además, y junto con la lanza, los espartiatas también iban armados con un xifos como arma secundaria.