El vampiro tradicional como personaje no-muerto o muerto-viviente tiene que ver con el esoterismo en su aspecto de la llamada “magia póstuma,” que son operaciones de magia cuya finalidad es, a grandes rasgos, mantener el contacto e influencia del mundo de los muertos con el mundo de los vivos.
Un ejemplo de magia póstuma es la momificación ritual de los cadáveres llevada a cabo por los egipcios, ya que se sabe que un “alma” conserva contacto e influencia con el mundo terrenal hasta que su cuerpo se descompone. Por lo tanto, los faraones eran momificados tras su muerte con la finalidad de que sus tumbas constituyeran una especie de poderosos talismanes que extenderían la influencia del gobernante egipcio sobre su país, como si realmente estuviera vivo.
Esto es posible gracias a la interacción entre realidades dimensionales (“mundo de los vivos” y “mundo de los muertos”) que se llevan a cabo mediante el mismo material genético del cuerpo empleado como un portal de manifestación hacia el mundo físico. Esa es la razón por la cual, los egipcios embalsamaban los cuerpos de sus soberanos para prepararlos para una estancia o vida postmortem.
Un vampiro, como los abundantemente reportados en los casos de Europa de los siglos XV y XVI sobre vampirismo, es usualmente el espíritu de difunto que utiliza formas de magia póstuma para conservar la conciencia tras la muerte, y comenzar a asesinar a personas con la finalidad de obtener su sangre y transfundirla a su cadáver dentro de la tumba, con la finalidad de que los nutrientes de la sangre fresca mantengan incorrupto el su cuerpo, y de ese modo, él o ella puedan seguir vinculados artificialmente al mundo material o de los vivos.
Tal información la conseguí en un libro, no en una página de Internet. Estos son sus datos:
Título: Vampiros: magia póstuma dentro y fuera de España
Fecha de publicación: 1994
ISBN: 84-87404-40-5
Autor: Flò, Ferrán y Ardanuy
Editorial: Luna Negra Ediciones
Otra pieza del rompecabezas ocultista relativo a los vampiros consiste en la práctica de la muerte y resurrección ritual que es práctica común en los círculos ocultistas. De hecho, el drama de Cristo representa la muerte y resurrección anual del sol físico y espiritual. Muchos otros mitos antiguos tienen como finalidad representar este proceso de renovación psicológica (o física): http://es.wikipedia.org/wiki/Deidad_de_vida,_muert...
En el libro de Flò, Ferrán y Ardanuy mencionan esta práctica ocultista relacionada con el vampirismo, en particular bajo la denominación de SENDERO DE MANO IZQUIERDA, que en círculos ocultistas usualmente connota maldad o perversión. Se supone que la mentada “resurrección” o renacimiento espiritual puede ser tanto para “bien”, como para “mal,” y en esta última categoría cae la práctica del vampirismo y el Tantra ( http://es.wikipedia.org/wiki/Tantra ) Kaula (supuestamente siniestro).
Personalmente no apoyo ni justifico ninguna de las escuelas ocultistas de “Izquierda” o “Derecha.” La historia de nuestras religiones nos ha demostrado que los conceptos de “bien” y “mal” son muy relativos y ampliamente manoseados por intereses ajenos que no siempre concuerdan con los de la humanidad en general.
Esto va a colación de que, siguiendo la etimología de la palabra, un “vampiro” antiguamente fue un Rey, Sacerdote y/o dios de la antigüedad (hombre o mujer), quienes fueron los que trajeron en primer lugar toda o casi toda la tradición esotérica que actualmente conocemos, incluida la Cábala, la Astrología, la Numerología, la Geometría Sagrada, el Yoga, el Druidismo, la tradición Védica y posiblemente el mismo Cristianismo en su forma primitiva. Su símbolo fue la serpiente alada, el dragón coronado y el fénix.
Vampiro (Upyr, Oupere, Uber) significaba antiguamente a estos individuos, que actualmente conocemos como la raza aria. Un ario no era un vikingo rubio y de ojos azules, como la propaganda nazi nos quiso hacer creer. Ellos eran de piel blanca, de ojos verdes y cabello rojo, un genotipo extremadamente raro hoy en día.
Constituyeron la casta real (y aparte) de los pueblos escitas, celtas, de los drávidas de la India, y también – de acuerdo a tradiciones nativas orales y escritas – estuvieron en América en tiempos anteriores a su “descubrimiento,” y fueron conocidos como los dioses blancos o dioses serpientes.
La relación de la palabra vampiro con la práctica de beber sangre se debe a los ritos de sangre que practicaba esta raza. Esto no debe sonarnos tan extraño cuando consideramos que el Santo Grial fue una “copa” que contenía la “sangre de Cristo” y que al beber de ella, se obtenía la “inmortalidad,” un atributo que sólo pertenece a los “dioses”.
Beber sangre de un "dios" era una forma de comunión para ellos que transmitía temporalmente el poder del dios (mas usualmente diosa). Al igual, existía la práctica de los dioses de beber sangre humana para poder manifestarse temporalmente en el plano material. De ellos también se originó la práctica de beber la sangre de un enemigo para "absorber su fuerza."
Entre los amantes de todo lo que se considera "paranormal", es válido considerar que están dentro del mismo rango, tanto las leyendas, como la santerÃa, las prácticas de quiromancia, tarot, runas y otros modos de ver el futuro, e incluso los vampiros.
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Extensamente.
El vampiro tradicional como personaje no-muerto o muerto-viviente tiene que ver con el esoterismo en su aspecto de la llamada “magia póstuma,” que son operaciones de magia cuya finalidad es, a grandes rasgos, mantener el contacto e influencia del mundo de los muertos con el mundo de los vivos.
Un ejemplo de magia póstuma es la momificación ritual de los cadáveres llevada a cabo por los egipcios, ya que se sabe que un “alma” conserva contacto e influencia con el mundo terrenal hasta que su cuerpo se descompone. Por lo tanto, los faraones eran momificados tras su muerte con la finalidad de que sus tumbas constituyeran una especie de poderosos talismanes que extenderían la influencia del gobernante egipcio sobre su país, como si realmente estuviera vivo.
Esto es posible gracias a la interacción entre realidades dimensionales (“mundo de los vivos” y “mundo de los muertos”) que se llevan a cabo mediante el mismo material genético del cuerpo empleado como un portal de manifestación hacia el mundo físico. Esa es la razón por la cual, los egipcios embalsamaban los cuerpos de sus soberanos para prepararlos para una estancia o vida postmortem.
Un vampiro, como los abundantemente reportados en los casos de Europa de los siglos XV y XVI sobre vampirismo, es usualmente el espíritu de difunto que utiliza formas de magia póstuma para conservar la conciencia tras la muerte, y comenzar a asesinar a personas con la finalidad de obtener su sangre y transfundirla a su cadáver dentro de la tumba, con la finalidad de que los nutrientes de la sangre fresca mantengan incorrupto el su cuerpo, y de ese modo, él o ella puedan seguir vinculados artificialmente al mundo material o de los vivos.
Tal información la conseguí en un libro, no en una página de Internet. Estos son sus datos:
Título: Vampiros: magia póstuma dentro y fuera de España
Fecha de publicación: 1994
ISBN: 84-87404-40-5
Autor: Flò, Ferrán y Ardanuy
Editorial: Luna Negra Ediciones
Otra pieza del rompecabezas ocultista relativo a los vampiros consiste en la práctica de la muerte y resurrección ritual que es práctica común en los círculos ocultistas. De hecho, el drama de Cristo representa la muerte y resurrección anual del sol físico y espiritual. Muchos otros mitos antiguos tienen como finalidad representar este proceso de renovación psicológica (o física): http://es.wikipedia.org/wiki/Deidad_de_vida,_muert...
En el libro de Flò, Ferrán y Ardanuy mencionan esta práctica ocultista relacionada con el vampirismo, en particular bajo la denominación de SENDERO DE MANO IZQUIERDA, que en círculos ocultistas usualmente connota maldad o perversión. Se supone que la mentada “resurrección” o renacimiento espiritual puede ser tanto para “bien”, como para “mal,” y en esta última categoría cae la práctica del vampirismo y el Tantra ( http://es.wikipedia.org/wiki/Tantra ) Kaula (supuestamente siniestro).
Personalmente no apoyo ni justifico ninguna de las escuelas ocultistas de “Izquierda” o “Derecha.” La historia de nuestras religiones nos ha demostrado que los conceptos de “bien” y “mal” son muy relativos y ampliamente manoseados por intereses ajenos que no siempre concuerdan con los de la humanidad en general.
Esto va a colación de que, siguiendo la etimología de la palabra, un “vampiro” antiguamente fue un Rey, Sacerdote y/o dios de la antigüedad (hombre o mujer), quienes fueron los que trajeron en primer lugar toda o casi toda la tradición esotérica que actualmente conocemos, incluida la Cábala, la Astrología, la Numerología, la Geometría Sagrada, el Yoga, el Druidismo, la tradición Védica y posiblemente el mismo Cristianismo en su forma primitiva. Su símbolo fue la serpiente alada, el dragón coronado y el fénix.
Vampiro (Upyr, Oupere, Uber) significaba antiguamente a estos individuos, que actualmente conocemos como la raza aria. Un ario no era un vikingo rubio y de ojos azules, como la propaganda nazi nos quiso hacer creer. Ellos eran de piel blanca, de ojos verdes y cabello rojo, un genotipo extremadamente raro hoy en día.
Constituyeron la casta real (y aparte) de los pueblos escitas, celtas, de los drávidas de la India, y también – de acuerdo a tradiciones nativas orales y escritas – estuvieron en América en tiempos anteriores a su “descubrimiento,” y fueron conocidos como los dioses blancos o dioses serpientes.
La relación de la palabra vampiro con la práctica de beber sangre se debe a los ritos de sangre que practicaba esta raza. Esto no debe sonarnos tan extraño cuando consideramos que el Santo Grial fue una “copa” que contenía la “sangre de Cristo” y que al beber de ella, se obtenía la “inmortalidad,” un atributo que sólo pertenece a los “dioses”.
Beber sangre de un "dios" era una forma de comunión para ellos que transmitía temporalmente el poder del dios (mas usualmente diosa). Al igual, existía la práctica de los dioses de beber sangre humana para poder manifestarse temporalmente en el plano material. De ellos también se originó la práctica de beber la sangre de un enemigo para "absorber su fuerza."
El ocultismo es una pseudo-ciencia que es rechazada tanto por los cientÃficos como por la religión católica y otras de la misma clase.
Los vampiros, en cambio, son una leyenda que procede de diferentes culturas, y que fueron recogidos en la literatura. La historia de Bram Stoker, Drácula, es la más conocida, y de la que parten la mayorÃa de subproductos del género.
Entre los amantes de todo lo que se considera "paranormal", es válido considerar que están dentro del mismo rango, tanto las leyendas, como la santerÃa, las prácticas de quiromancia, tarot, runas y otros modos de ver el futuro, e incluso los vampiros.
Pero una cosa es mera literatura, mientras que la otra es una práctica extendida por todo el mundo, desde chamanes de tribus de Alaska hasta Ãfrica, pasando por Sudamérica.
Constituye una creencia tan fuerte que para millones de personas es su religión.
El ocultismo es una cosa, los vampiros son otra.
ocultismo, vampiros, dioses todo relacionado a la ignorancia creo XD
no lo se, ni tampoco me interesa...