La lírica en la segunda mitad del siglo XVI. La lírica de esta época coincide con el reinado de Felipe II y refleja las preocupaciones religiosas generadas por la reforma protestante. Aparece entonces las literatura llamada ascética y mística.
Ascética: Describe las actividades que debe realizar la mente humana para llegar a ser perfecto y salvarse.
Mística: Después de la etapa ascética, Dios concede a algunas almas el don del amor en su más alto grado. Se da la unión con Dios y se alcanza la perfección.
Características
Utilización de un lenguaje sencillo, sin demasiados adornos literarios; pero de forma muy cuidada.
Los temas son religiosos, morales y filosóficos.
La mitología sirve de base para poner ejemplos sobre algún tema religioso, moral o teológico
Según la teología, la mística se diferencia de la ascética en que ésta ejercita el espíritu humano para la perfección, a manera de una propedéutica para la mística, mediante dos vías o métodos, la purgativa y la iluminativa, mientras que la mística, a la cual sólo pueden acceder unos pocos, añade a un alma perfeccionada por la gracia o por el ejercicio ascético la experiencia de la unión directa y momentánea con Dios, que sólo se consigue por la vía unitiva, mediante un tipo de experiencias denominadas visiones o éxtasis místicos, de los que son propios una plenitud y conocimiento tales que son repetidamente caracterizados como inefables por quienes acceden a ellos.
¿Si quieres memorizar cómo experimentar las sincronizadas? Es decir, coincidencias significativas que te puede cambiar la vida entonces, con este ejemplar https://tr.im/1EcNy, El Secreto Detrás Del Secreto es el volumen con el cual harás todo esto posibles.
Con el manual El Secreto Detrás Del Secreto podrás atraer eventos relacionados con la manifestación que comenzará a llenar su vida. De pronto, parece que todo y todos quieren ayudarte a conseguir lo que deseas.
Con este libro harás que tu realidad cambie, aunque es posible que se trate de la misma gente y el mismo lugar que antes. El volumen El Secreto Detrás Del Secreto te cambiara la vida sin duda.
La íntima relación entre ascetismo y misticismo, a pesar de su diferencia conceptual (ascética es el intento de llegar a Dios por diferentes vías, especialmente la oración y la penitencia mediante una vida austera y la privación de la satisfacción de las necesidades corporales, mientras mística es la consecución de la unión con Dios.
Fray Luis de León es uno de los escritores más importantes de la segunda fase del Renacimiento español junto con Francisco de Aldana, Alonso de Ercilla, Fernando de Herrera y San Juan de la Cruz y forma parte de la literatura ascética de la segunda mitad del siglo XVI.
Su poesía está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios, identificado con la paz y el conocimiento. Los temas morales y ascéticos dominan toda su obra.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
Este tema se reitera en toda su lírica, la búsqueda de serenidad, de calma, de tranquilidad para una naturaleza que, como la suya, era propensa a la pasión. Y ese consuelo y serenidad lo halla en los cielos o en la naturaleza:
Sierra que vas al cielo
altísima, y que gozas del sosiego
que no conoce el suelo,
adonde el vulgo ciego
ama el morir, ardiendo en vivo fuego:
recíbeme en tu cumbre,
recíbeme, que huyo perseguido
la errada muchedumbre,
el trabajar perdido,
la falsa paz, el mal no merecido.
La mística literaria española cuenta con figuras señeras en los siglos de Oro (de mediados del XVI a mediados del XVII), Ya en el periodo señalado, la literatura ascética y mística floreció sobre todo en la Corona de Castilla, representada por autores como Fray Bernardino de Laredo, Fray Francisco de Osuna, Santo Tomás de Villanueva, San Juan Bautista de la Concepción, Cristóbal de Fonseca, el beato Alonso de Orozco, o fray Juan de los Ángeles.
A San Juan de Ávila se le debe tal vez el famoso soneto místico:
Answers & Comments
Verified answer
La lírica en la segunda mitad del siglo XVI. La lírica de esta época coincide con el reinado de Felipe II y refleja las preocupaciones religiosas generadas por la reforma protestante. Aparece entonces las literatura llamada ascética y mística.
Ascética: Describe las actividades que debe realizar la mente humana para llegar a ser perfecto y salvarse.
Mística: Después de la etapa ascética, Dios concede a algunas almas el don del amor en su más alto grado. Se da la unión con Dios y se alcanza la perfección.
Características
Utilización de un lenguaje sencillo, sin demasiados adornos literarios; pero de forma muy cuidada.
Los temas son religiosos, morales y filosóficos.
La mitología sirve de base para poner ejemplos sobre algún tema religioso, moral o teológico
Según la teología, la mística se diferencia de la ascética en que ésta ejercita el espíritu humano para la perfección, a manera de una propedéutica para la mística, mediante dos vías o métodos, la purgativa y la iluminativa, mientras que la mística, a la cual sólo pueden acceder unos pocos, añade a un alma perfeccionada por la gracia o por el ejercicio ascético la experiencia de la unión directa y momentánea con Dios, que sólo se consigue por la vía unitiva, mediante un tipo de experiencias denominadas visiones o éxtasis místicos, de los que son propios una plenitud y conocimiento tales que son repetidamente caracterizados como inefables por quienes acceden a ellos.
¿Si quieres memorizar cómo experimentar las sincronizadas? Es decir, coincidencias significativas que te puede cambiar la vida entonces, con este ejemplar https://tr.im/1EcNy, El Secreto Detrás Del Secreto es el volumen con el cual harás todo esto posibles.
Con el manual El Secreto Detrás Del Secreto podrás atraer eventos relacionados con la manifestación que comenzará a llenar su vida. De pronto, parece que todo y todos quieren ayudarte a conseguir lo que deseas.
Con este libro harás que tu realidad cambie, aunque es posible que se trate de la misma gente y el mismo lugar que antes. El volumen El Secreto Detrás Del Secreto te cambiara la vida sin duda.
La íntima relación entre ascetismo y misticismo, a pesar de su diferencia conceptual (ascética es el intento de llegar a Dios por diferentes vías, especialmente la oración y la penitencia mediante una vida austera y la privación de la satisfacción de las necesidades corporales, mientras mística es la consecución de la unión con Dios.
Fray Luis de León es uno de los escritores más importantes de la segunda fase del Renacimiento español junto con Francisco de Aldana, Alonso de Ercilla, Fernando de Herrera y San Juan de la Cruz y forma parte de la literatura ascética de la segunda mitad del siglo XVI.
Su poesía está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios, identificado con la paz y el conocimiento. Los temas morales y ascéticos dominan toda su obra.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
Este tema se reitera en toda su lírica, la búsqueda de serenidad, de calma, de tranquilidad para una naturaleza que, como la suya, era propensa a la pasión. Y ese consuelo y serenidad lo halla en los cielos o en la naturaleza:
Sierra que vas al cielo
altísima, y que gozas del sosiego
que no conoce el suelo,
adonde el vulgo ciego
ama el morir, ardiendo en vivo fuego:
recíbeme en tu cumbre,
recíbeme, que huyo perseguido
la errada muchedumbre,
el trabajar perdido,
la falsa paz, el mal no merecido.
La mística literaria española cuenta con figuras señeras en los siglos de Oro (de mediados del XVI a mediados del XVII), Ya en el periodo señalado, la literatura ascética y mística floreció sobre todo en la Corona de Castilla, representada por autores como Fray Bernardino de Laredo, Fray Francisco de Osuna, Santo Tomás de Villanueva, San Juan Bautista de la Concepción, Cristóbal de Fonseca, el beato Alonso de Orozco, o fray Juan de los Ángeles.
A San Juan de Ávila se le debe tal vez el famoso soneto místico:
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.