Correspondencias es un soneto escrito por Charles Baudelaire, en el marco de Las Flores del Mal, su obra maestra. Charles Baudelaire fue un poeta y crítico de arte francés, parisino para ser más específico, nacido en 1821 y muerto en 1867. Coinciden todas las biografías en que llevó una vida licenciosa, bohemia, y que tuvo relación con muchos de los grandes poetas contemporáneos, como Hugo o Vigny, entre otros. Fue llamado por la crítica "poeta maldito", dado que uno de sus tópicos más recurrentes fue el Mal.
Si bien su primera edición data de 1857, después del período de decadencia del Romanticismo, es válido decir que Las Flores del Mal es una de las obras más maduras del movimiento, en donde el poeta tiene la conciencia más crítica del Romanticismo. Realiza poéticamente la aspiración romántica de la modernidad, descubriendo una poesía de la ciudad. La melacolía que se había expresado en las novelas del movimiento se transforma en angustia, el demonio que posee los corazones ahora también posee las conciencias. Baudelarie, desde lo natural, vislumbra lo sobrenatural, a través de lo múltiple, lo único, a través del transcurrir de los instantes lo eterno.
En su primera edición de 1857, de Las Flores del Mal fueron censurados 6 poemas por "ultraje a la moral pública y a las buenas costumbres". Fue obligado, junto a su editor, a pagar multas. Baudelaire comentó sobre el hecho que: "Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una **** de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse públicamente semejantes indecencias." Entendiendo esta declaración, podemos decir que se corresponde con L'Albatros, poema alegórico también parte de Las Flores del Mal. En 1861 se hace una segunda edición, que si bien deja fuera a los poemas censurados, agrega 30 poemas nuevos. La versión definitiva será póstuma, de 1868, y contará con 151.
Las Flores del Mal es una obra de concepción clásica, es decir, digna de ser imitada, y que marca un modelo para las generaciones venideras, de un contenido oscuramente romántico, en que los poemas se exponen de manera ordenada, siguiendo un criterio. Las Flores del Mal no es un simple poemario, en donde los poemas están juntos por el sólo propósito de juntarlos. Tienen valor por sí mismos, pero tampoco puede ser despreciado el inmenso valor que tienen como parte de un todo integrado, que es la obra. Ésta está divida en seis secciones, siendo "Spleen e Ideal" la primera de ellas, y la más extensa, abarcando más de la mitad de la obra. Mediante el Amor y el Tedio, el Poeta llega a la "conciencia en el mal". En la segunda sección, llamada Cuadros Parisinos, compuesta de dieciocho poemas, el Poeta contempla la ciudad y sus habitantes, dejando de buscar en sí mismo para ser testigo de las calles de París; descubriendo en el exterior el problema esencial de la condición humana: el Mal. La tercera sección se llama El Vino, y está compuesta por cinco poemas y es un intento de huída a los paraísos artificiales, que no termina sino en el fracaso y el tedio. En la cuarta sección, titulada Las Flores del Mal, se aprecian doce poemas en que se constituyen los apóstoles del mal. La quinta sección, titulada Rebelión, según Thibaudet "después de haber optado por el mal el poeta opta por el jefe del mal, por el Diablo", y por su gesto más definidor, la blasfemia, la rebelión. Cuenta sólo con tres poemas. Como no podía ser de otra forma, la obra cierra con La Muerte. Una sección que cuenta con seis poemas, que son la muerte de los protagonistas (los artistas, los amantes, los pobres), y el comienzo de un viaje hacia lo "Nuevo". Precediendo a esta secciones encontramos el poema "Al Lector", que cumple la función de un prólogo, de donde la obra se apoyará para despegar en su viaje.
CORRESPONDENCIAS
Naturaleza es templo donde vivos pilares
dejan salir a veces sus confusas palabras;
por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos
que lo observan atentos con familiar mirada
Como muy largos ecos de lejos confundidos
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche, como la claridad
perfumes y colores y sones se responden
Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces como el oboe, verdes como praderas,
y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes.
que la expansión poseen de coass infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del alma y los sentidos
Traducción de Edmundo Gómez Mango - Original en francés
La crítica coincide en que Correspondencias es el credo estético del Poeta. Aquí él da cátedra, y nos propone sus principios estéticos. Correspondencias es su poética. En este manifiesto, se sientan los principios fundamentales del simbolismo, rumbo que tomará la poesía francesa posteriormente. Por eso se dice que este soneto es una etapa clave y decisiva de la historia de la poesía. Que la naturaleza es una "correspondencia del cielo", al decir de Gómez Mango, siendo el cielo el paraíso, el ideal platónico, su mundo de las Ideas, las verdades eternas; que los diferentes aspectos sensibles de la naturaleza (los sentidos) se "corresponden" entre sí, es decir, podemos asociar uno al otro, y son expresiones múltiples de una unidad esencial; que el mundo sensible y el mundo de las ideas se corresponden, y que el segundo puede ser expresado por medio del primero (dadas las correspondencias), y que lo natural y lo espiritual también convergen en esta analogía. Los tres enunciados anteriormente son los principios antedichos del simbolismo. Podemos notar aquí la impronta neo-platónica de Baudelaire.
El mundo de las "correspondencias" es un mundo sobrenatural, que su encuentro es un reencuentro con lo primitivo. Conocerlo es recordar, recordar lo divino, recordar a Dios, a la Idea, al ideal, como decía Platón. Esa es la misión fundamental de la poesía, y la del poeta es de descifrar, de intuir en los "bosques de símbolos" la unidad del mundo, de la creación, del hombre y de la idea. Vale acotar que esta actividad conduce al ascenso, y por lo tanto al bien. La caída es el pecado, y es el mal. El divorcio del hombre con lo Originario, con el Ideal, se intenta rescatar mediante el sacro impulso hacia ésto, que es la poesía.
Baudelaire nos insinúa que todos los significados están en la Naturaleza, sólo esperan una sensibilidad que tenga la capacidad de descifrarlos. También que hasta lo más nimio y vulgar puede significar algo que se busca en vano hace siglos, que tanto la violencia como el sexo que satisface los instintos bestiales, la enfermedad, la corrupción, así como la belleza y el amor, forman parte de las correspondencias. Aquí el poeta muestra su panteísmo, en todo, absolutamente todo, encuentra a Dios. Tomemos al hombre, por ejemplo: Si Dios crea al hombre a su imagen y semejanza, entonces, tomando en cuenta el neoplatonismo de Baudelaire, podemos decir que Dios está en el hombre. La esencia del hombre es Dios. Llevando esto más lejos, todo lo que el hombre crea, contiene a Dios en esencia.
El poeta concluye entonces, que la poesía debe abrirse. Los temas grandes e ideales, la naturaleza en el sentido romántico más trillado, caducan tarde o temprano. Una prostituta enferma representa tanto el ideal y lo inalcanzable, como la flor azul de Novalis. Baudelaire sabe que el poeta está ligado a la tierra, a este mundo. Sabe que la inspiración divina no existe, que escribir es un trabajo cotidiano y, a veces, monótono y frustrante. Tiene que percatarse de la paradoja del arte por el arte, cuyos temas pertenecen a un entorno infestado por estupidez, hipocresía y vicio. La forma –la metáfora deliberada y la oración intelectualmente penetrada– es arte, pero el arte tiene contenido y éste vuelve a ligarlo a la tierra. Lo demuestra en otros poemas, donde aplica la teoría estética enunciada en este afamado soneto.
En cuanto a la parte formal, Correspondencias es un soneto. Esto quiere decir que está compuesto de dos cuartetos y dos tercetos. Esta forma, clásica y cerrada tiene una musicalidad particular, y eso la hace ser modelo de perfección. Como no trabajo con el original, encuentro irrelevante el escandir los versos; no estoy seguro de que se haya respetado (ni de que se pudiera respetar) esto en la traducción. Traducir un poema es, en cierto modo, escribirlo de nuevo.
El primer verso ya nos habla de religiosidad, a través de unir a "Naturaleza" con "Templo" a través del verbo "Es". Aquí funciona para dar la idea de unidad, de reunión. Relígere, de donde viene religión, significa religar, volver a unir. Recordar el ideal y reunirnos con él. La Naturaleza es esa portadora de significados, esa todavía no transitada, y el templo viene de contemplo, de contemplar, y contemplar es pensar en Dios. San Agustín reputaba al estado de contemplación como el de mayor contacto con Dios, único en donde se puede alcanzar la ausencia de pecado, y por tanto el bien. Este verso nos da una visión panteísta. En la naturaleza (en todo, pues todo tiene naturaleza en sí) está Dios, el Ideal. Los "vivos pilares" son imagen, un vehículo para plantear una metáfora del cosmos. El hecho de que luego "dejen salir a veces sus palabras confusas" lo humaniza. El "bosque de símbolos" que aparece después, es un bosque bajo una visión humanista. Hay un paralelismo psicocósmico, en estos bosques que nos obse
"Correspondencias" es del francés Charles Baudelaire, el Padre del Simbolismo. Perteneció a mediados del siglo XIX. Se trata de un soneto perfecto, 2 cuartetos y 2 tercetos de versos endecasílabos. Su tema se refiere a la estrecha relación que hay entre el hombre y la naturaleza que lo rodea. Como recursos estilísticos, hay aquí numerosas sinestesias, es decir, imágenes diferentes de distintos sentidos. Con esto, él quiso representar la unidad que existe en el mundo. También quiso representar que no deben seguirse las reglas convencionales, ni en la Literatura, ni en ninguna otra arte. Todo se corresponde, en la música, en la pintura y en las palabras. Simplemente, hay que saberlo ver.
Answers & Comments
Verified answer
Correspondencias es un soneto escrito por Charles Baudelaire, en el marco de Las Flores del Mal, su obra maestra. Charles Baudelaire fue un poeta y crítico de arte francés, parisino para ser más específico, nacido en 1821 y muerto en 1867. Coinciden todas las biografías en que llevó una vida licenciosa, bohemia, y que tuvo relación con muchos de los grandes poetas contemporáneos, como Hugo o Vigny, entre otros. Fue llamado por la crítica "poeta maldito", dado que uno de sus tópicos más recurrentes fue el Mal.
Si bien su primera edición data de 1857, después del período de decadencia del Romanticismo, es válido decir que Las Flores del Mal es una de las obras más maduras del movimiento, en donde el poeta tiene la conciencia más crítica del Romanticismo. Realiza poéticamente la aspiración romántica de la modernidad, descubriendo una poesía de la ciudad. La melacolía que se había expresado en las novelas del movimiento se transforma en angustia, el demonio que posee los corazones ahora también posee las conciencias. Baudelarie, desde lo natural, vislumbra lo sobrenatural, a través de lo múltiple, lo único, a través del transcurrir de los instantes lo eterno.
En su primera edición de 1857, de Las Flores del Mal fueron censurados 6 poemas por "ultraje a la moral pública y a las buenas costumbres". Fue obligado, junto a su editor, a pagar multas. Baudelaire comentó sobre el hecho que: "Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una **** de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse públicamente semejantes indecencias." Entendiendo esta declaración, podemos decir que se corresponde con L'Albatros, poema alegórico también parte de Las Flores del Mal. En 1861 se hace una segunda edición, que si bien deja fuera a los poemas censurados, agrega 30 poemas nuevos. La versión definitiva será póstuma, de 1868, y contará con 151.
Las Flores del Mal es una obra de concepción clásica, es decir, digna de ser imitada, y que marca un modelo para las generaciones venideras, de un contenido oscuramente romántico, en que los poemas se exponen de manera ordenada, siguiendo un criterio. Las Flores del Mal no es un simple poemario, en donde los poemas están juntos por el sólo propósito de juntarlos. Tienen valor por sí mismos, pero tampoco puede ser despreciado el inmenso valor que tienen como parte de un todo integrado, que es la obra. Ésta está divida en seis secciones, siendo "Spleen e Ideal" la primera de ellas, y la más extensa, abarcando más de la mitad de la obra. Mediante el Amor y el Tedio, el Poeta llega a la "conciencia en el mal". En la segunda sección, llamada Cuadros Parisinos, compuesta de dieciocho poemas, el Poeta contempla la ciudad y sus habitantes, dejando de buscar en sí mismo para ser testigo de las calles de París; descubriendo en el exterior el problema esencial de la condición humana: el Mal. La tercera sección se llama El Vino, y está compuesta por cinco poemas y es un intento de huída a los paraísos artificiales, que no termina sino en el fracaso y el tedio. En la cuarta sección, titulada Las Flores del Mal, se aprecian doce poemas en que se constituyen los apóstoles del mal. La quinta sección, titulada Rebelión, según Thibaudet "después de haber optado por el mal el poeta opta por el jefe del mal, por el Diablo", y por su gesto más definidor, la blasfemia, la rebelión. Cuenta sólo con tres poemas. Como no podía ser de otra forma, la obra cierra con La Muerte. Una sección que cuenta con seis poemas, que son la muerte de los protagonistas (los artistas, los amantes, los pobres), y el comienzo de un viaje hacia lo "Nuevo". Precediendo a esta secciones encontramos el poema "Al Lector", que cumple la función de un prólogo, de donde la obra se apoyará para despegar en su viaje.
CORRESPONDENCIAS
Naturaleza es templo donde vivos pilares
dejan salir a veces sus confusas palabras;
por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos
que lo observan atentos con familiar mirada
Como muy largos ecos de lejos confundidos
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche, como la claridad
perfumes y colores y sones se responden
Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces como el oboe, verdes como praderas,
y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes.
que la expansión poseen de coass infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del alma y los sentidos
Traducción de Edmundo Gómez Mango - Original en francés
La crítica coincide en que Correspondencias es el credo estético del Poeta. Aquí él da cátedra, y nos propone sus principios estéticos. Correspondencias es su poética. En este manifiesto, se sientan los principios fundamentales del simbolismo, rumbo que tomará la poesía francesa posteriormente. Por eso se dice que este soneto es una etapa clave y decisiva de la historia de la poesía. Que la naturaleza es una "correspondencia del cielo", al decir de Gómez Mango, siendo el cielo el paraíso, el ideal platónico, su mundo de las Ideas, las verdades eternas; que los diferentes aspectos sensibles de la naturaleza (los sentidos) se "corresponden" entre sí, es decir, podemos asociar uno al otro, y son expresiones múltiples de una unidad esencial; que el mundo sensible y el mundo de las ideas se corresponden, y que el segundo puede ser expresado por medio del primero (dadas las correspondencias), y que lo natural y lo espiritual también convergen en esta analogía. Los tres enunciados anteriormente son los principios antedichos del simbolismo. Podemos notar aquí la impronta neo-platónica de Baudelaire.
El mundo de las "correspondencias" es un mundo sobrenatural, que su encuentro es un reencuentro con lo primitivo. Conocerlo es recordar, recordar lo divino, recordar a Dios, a la Idea, al ideal, como decía Platón. Esa es la misión fundamental de la poesía, y la del poeta es de descifrar, de intuir en los "bosques de símbolos" la unidad del mundo, de la creación, del hombre y de la idea. Vale acotar que esta actividad conduce al ascenso, y por lo tanto al bien. La caída es el pecado, y es el mal. El divorcio del hombre con lo Originario, con el Ideal, se intenta rescatar mediante el sacro impulso hacia ésto, que es la poesía.
Baudelaire nos insinúa que todos los significados están en la Naturaleza, sólo esperan una sensibilidad que tenga la capacidad de descifrarlos. También que hasta lo más nimio y vulgar puede significar algo que se busca en vano hace siglos, que tanto la violencia como el sexo que satisface los instintos bestiales, la enfermedad, la corrupción, así como la belleza y el amor, forman parte de las correspondencias. Aquí el poeta muestra su panteísmo, en todo, absolutamente todo, encuentra a Dios. Tomemos al hombre, por ejemplo: Si Dios crea al hombre a su imagen y semejanza, entonces, tomando en cuenta el neoplatonismo de Baudelaire, podemos decir que Dios está en el hombre. La esencia del hombre es Dios. Llevando esto más lejos, todo lo que el hombre crea, contiene a Dios en esencia.
El poeta concluye entonces, que la poesía debe abrirse. Los temas grandes e ideales, la naturaleza en el sentido romántico más trillado, caducan tarde o temprano. Una prostituta enferma representa tanto el ideal y lo inalcanzable, como la flor azul de Novalis. Baudelaire sabe que el poeta está ligado a la tierra, a este mundo. Sabe que la inspiración divina no existe, que escribir es un trabajo cotidiano y, a veces, monótono y frustrante. Tiene que percatarse de la paradoja del arte por el arte, cuyos temas pertenecen a un entorno infestado por estupidez, hipocresía y vicio. La forma –la metáfora deliberada y la oración intelectualmente penetrada– es arte, pero el arte tiene contenido y éste vuelve a ligarlo a la tierra. Lo demuestra en otros poemas, donde aplica la teoría estética enunciada en este afamado soneto.
En cuanto a la parte formal, Correspondencias es un soneto. Esto quiere decir que está compuesto de dos cuartetos y dos tercetos. Esta forma, clásica y cerrada tiene una musicalidad particular, y eso la hace ser modelo de perfección. Como no trabajo con el original, encuentro irrelevante el escandir los versos; no estoy seguro de que se haya respetado (ni de que se pudiera respetar) esto en la traducción. Traducir un poema es, en cierto modo, escribirlo de nuevo.
El primer verso ya nos habla de religiosidad, a través de unir a "Naturaleza" con "Templo" a través del verbo "Es". Aquí funciona para dar la idea de unidad, de reunión. Relígere, de donde viene religión, significa religar, volver a unir. Recordar el ideal y reunirnos con él. La Naturaleza es esa portadora de significados, esa todavía no transitada, y el templo viene de contemplo, de contemplar, y contemplar es pensar en Dios. San Agustín reputaba al estado de contemplación como el de mayor contacto con Dios, único en donde se puede alcanzar la ausencia de pecado, y por tanto el bien. Este verso nos da una visión panteísta. En la naturaleza (en todo, pues todo tiene naturaleza en sí) está Dios, el Ideal. Los "vivos pilares" son imagen, un vehículo para plantear una metáfora del cosmos. El hecho de que luego "dejen salir a veces sus palabras confusas" lo humaniza. El "bosque de símbolos" que aparece después, es un bosque bajo una visión humanista. Hay un paralelismo psicocósmico, en estos bosques que nos obse
"Correspondencias" es del francés Charles Baudelaire, el Padre del Simbolismo. Perteneció a mediados del siglo XIX. Se trata de un soneto perfecto, 2 cuartetos y 2 tercetos de versos endecasílabos. Su tema se refiere a la estrecha relación que hay entre el hombre y la naturaleza que lo rodea. Como recursos estilísticos, hay aquí numerosas sinestesias, es decir, imágenes diferentes de distintos sentidos. Con esto, él quiso representar la unidad que existe en el mundo. También quiso representar que no deben seguirse las reglas convencionales, ni en la Literatura, ni en ninguna otra arte. Todo se corresponde, en la música, en la pintura y en las palabras. Simplemente, hay que saberlo ver.