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Tiene que recibir bien el sol.

Para el buen crecimiento del romero, el suelo debe de estar bien drenado y es conveniente que esté colocado en un lugar donde reciba luz solar abundantemente y un riego moderado, puesto que no necesita regarla con mucha asiduidad. Cuando sembremos el romero es importante que esté situado en una zona protegida (junto a un muro o una pared) y a 50 centímetros de distancia entre planta y planta.

Las semillas se siembran durante los meses de marzo y abril.

La propagación de esta planta aromática es por esquejes, acodo o divisiones de la raíz y tardan en arraigarse de 11 a 20 días. También puede hacerse por semilla tratada en semillero, pero hay que tener en cuenta que la germinación no se da al mismo tiempo en todas sus semillas. Éstas se siembran durante los meses de marzo y abril, aunque el medio más rápido y seguro para cultivar esta planta consiste en emplear los esquejes recolectados en agosto y trasplantados en primavera o a finales del verano. Durante la época estival también es un buen momento para hacer de dos a tres podas.

Florece entre los meses de abril a mayo.

El romero florece entre los meses de abril a mayo, que es cuando se recolectan las hojas y las flores, además de tener una gran virtud, que ayuda a ahuyentar las plagas, por lo que las plantas que están a su alrededor se ven protegidas.