El sauce llorón hay varias leyendas de acuerdo a la zona
Un día de primavera, junto a un curso de agua, apareció una plantita. pronto llamó la atención porque se desarrollaba con gran fuerza. Y no era para menos. Junto al arroyo, lejos de toda molestia, rodeada de paz, humedad y sol... los árboles vecinos la llamaban "la planta alegre".
Meses más tarde encontró en el curso de agua un espejo, donde no se cansaba de mirarse y de admirarse por sus verdes ramas. Aparentemente tenía todo lo que podía ambicionar y no necesitaba de nadie ni de nada... hasta ignoraba si existían otros árboles.
Durante un día nublado, ya que no se veía reflejada, tuvo una idea. Quiso levantar sus ramas, mirar lejos, como quien anhela nuevos horizontes. Quiso descubrir lo que la rodeaba, pero no fue posible, a pesar de que lo intentó varias veces. Sus ramas, como cansadas, seguían acariciando el arroyo.
Pensó en pedir ayuda, pero su orgullo se lo impedía... ¿Quién me ayudaría a mi? pensaba angustiada. Y un escalofrío de tristeza sacudió su existencia.
La brisa agitó una vez más en las aguas, las largas ramas de la "planta alegre” que luego, pausadamente, dejaban caer lágrimas de impotencia porque ya no podía erguirse para apreciar lo que la rodeaba...
Desde entonces ya no sueña con mirarse en el espejo del arroyo.
Hoy, todos los que la ven la llaman "sauce llorón".
En nuestra vida, a veces, sucede algo parecido. El egoísmo, salpicado de vana gloria, nos impide realizarnos en la comunidad, en la familia y ser uno mismo.
"El hombre ha querido encontrar su reposo a la sombra de sí mismo".
"Y el resultado ha sido que sigue sin encontrarlo".
Cuando no descubrimos y no aceptamos el mundo que nos rodea, terminamos lamentando y pateando nuestra propia existencia.
Esta parábola nos invita a abrir el corazón y los brazos en gestos solidarios de bondad y superación.
Leyenda del sause lloron otra
Una dama oscura,
solitaria entre los mortales
siempre hablaba con un árbol,
de sus desventuras y amores,
limpio era el corazón de esta dama,
con lo que el árbol se enamoro de ella.
Todos los días se veían, fuera noche o día, el arbol siempre la escuchaba en las conversaciones, deseaba abrazarla cuando lloraba o reir junto a ella cuando se alegraba, pero solo era un maldito árbol, sin movimiento, solo tenia alma.
Pidio mil y una vez a la noche que le dejase expresar su amor para poder saber si su amada, le amaría de verdad o no.
Y con un rayo del cielo, en el árbol escribio dos nombres:
"Sauce love Enia" , rodeado de un gran corazón.
Cuando a la mañana siguiente la dama aparecio y sus ojos se clavaron en la llamada de amor, corrio lejos del arbol, a quien no volvio a ver jamas.
¿Cómo un humano iba a amar un arbol, si solo es madera y savia? se dijo el arbol.
Lágrimas y más lágrimas cayeron de sus ramas formando largas y caidas redes de hojas en forma de gota, y asi el gran sauce se le llamó el sauce llorón...
Era una paisanita muy linda y muy coqueta,todos los mozos del pago la pretendían,pero ella se burlaba
Había un mozo que casi no la miraba(pero por timidez) y entonces decidió conquistarlo
Estaban en un baile y ella lo invitó a bailar,pero fue sólo por un rato,apenas llegó otro buen mozo,lo dejó plantado.
Triste y avergonzado el muchacho se retiró y en su canoa se fue rio arriba..Pasado un tiempo la paisanita se dio cuenta que se había enamorado y lo iba a esperar todas las noches a la orilla del río,pero nunca volvió,solo su barca vacía
Y ella de tanto llorar se convirtió en un árbol que cuando el viento mueve sus ramas se esparcen sus lágrimas a su alrededor
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El sauce llorón hay varias leyendas de acuerdo a la zona
Un día de primavera, junto a un curso de agua, apareció una plantita. pronto llamó la atención porque se desarrollaba con gran fuerza. Y no era para menos. Junto al arroyo, lejos de toda molestia, rodeada de paz, humedad y sol... los árboles vecinos la llamaban "la planta alegre".
Meses más tarde encontró en el curso de agua un espejo, donde no se cansaba de mirarse y de admirarse por sus verdes ramas. Aparentemente tenía todo lo que podía ambicionar y no necesitaba de nadie ni de nada... hasta ignoraba si existían otros árboles.
Durante un día nublado, ya que no se veía reflejada, tuvo una idea. Quiso levantar sus ramas, mirar lejos, como quien anhela nuevos horizontes. Quiso descubrir lo que la rodeaba, pero no fue posible, a pesar de que lo intentó varias veces. Sus ramas, como cansadas, seguían acariciando el arroyo.
Pensó en pedir ayuda, pero su orgullo se lo impedía... ¿Quién me ayudaría a mi? pensaba angustiada. Y un escalofrío de tristeza sacudió su existencia.
La brisa agitó una vez más en las aguas, las largas ramas de la "planta alegre” que luego, pausadamente, dejaban caer lágrimas de impotencia porque ya no podía erguirse para apreciar lo que la rodeaba...
Desde entonces ya no sueña con mirarse en el espejo del arroyo.
Hoy, todos los que la ven la llaman "sauce llorón".
En nuestra vida, a veces, sucede algo parecido. El egoísmo, salpicado de vana gloria, nos impide realizarnos en la comunidad, en la familia y ser uno mismo.
"El hombre ha querido encontrar su reposo a la sombra de sí mismo".
"Y el resultado ha sido que sigue sin encontrarlo".
Cuando no descubrimos y no aceptamos el mundo que nos rodea, terminamos lamentando y pateando nuestra propia existencia.
Esta parábola nos invita a abrir el corazón y los brazos en gestos solidarios de bondad y superación.
Leyenda del sause lloron otra
Una dama oscura,
solitaria entre los mortales
siempre hablaba con un árbol,
de sus desventuras y amores,
limpio era el corazón de esta dama,
con lo que el árbol se enamoro de ella.
Todos los días se veían, fuera noche o día, el arbol siempre la escuchaba en las conversaciones, deseaba abrazarla cuando lloraba o reir junto a ella cuando se alegraba, pero solo era un maldito árbol, sin movimiento, solo tenia alma.
Pidio mil y una vez a la noche que le dejase expresar su amor para poder saber si su amada, le amaría de verdad o no.
Y con un rayo del cielo, en el árbol escribio dos nombres:
"Sauce love Enia" , rodeado de un gran corazón.
Cuando a la mañana siguiente la dama aparecio y sus ojos se clavaron en la llamada de amor, corrio lejos del arbol, a quien no volvio a ver jamas.
¿Cómo un humano iba a amar un arbol, si solo es madera y savia? se dijo el arbol.
Lágrimas y más lágrimas cayeron de sus ramas formando largas y caidas redes de hojas en forma de gota, y asi el gran sauce se le llamó el sauce llorón...
Quedó destruido anímicamente porque la sauza lo dejo por un sauce rión...
Ya le respondió muy bien la usuaria que me ha precedido.
Saludos.
Era una paisanita muy linda y muy coqueta,todos los mozos del pago la pretendían,pero ella se burlaba
Había un mozo que casi no la miraba(pero por timidez) y entonces decidió conquistarlo
Estaban en un baile y ella lo invitó a bailar,pero fue sólo por un rato,apenas llegó otro buen mozo,lo dejó plantado.
Triste y avergonzado el muchacho se retiró y en su canoa se fue rio arriba..Pasado un tiempo la paisanita se dio cuenta que se había enamorado y lo iba a esperar todas las noches a la orilla del río,pero nunca volvió,solo su barca vacía
Y ella de tanto llorar se convirtió en un árbol que cuando el viento mueve sus ramas se esparcen sus lágrimas a su alrededor
Más o menos es así..Acá no fui lacónica