Hay un banquete al que van invitados muy importantes, entre ellos Sócrates. En este banquete, Erixímaco propone que cada uno de los presentes haga un discurso en alabanza del Amor, de Eros. Todos aceptan, incluso Sócrates, que llega a decir que él sólo conoce de amor.
El primero en realizar el discurso es Fedro, y dice lo siguiente:
-Eros es el dios más anciano. Es el que hace más bien a los hombres, porque no hay mayor ventaja para un joven que tener un amante virtuoso, ni para un amante, que el amar un objeto virtuoso. Inspira al hombre la vergüenza del mal y la emulación del bien. Inspira valor, ya que “sólo los amantes saben morir el uno por el otro”. En el alma del que ama hay divinidad. De todos los dioses, Eros es el más capaz de hacer feliz al hombre.
El segundo en hablar es Pausanias, y lo hace de la siguiente manera:
-Hay dos Afroditas, y por lo tanto dos Eros. La Afrodita popular y la Afrodita Urania. El amor que acompaña a la primera es el del cuerpo y, por tanto, no dura. El amor que acompaña a la segunda es el del alma y, por tanto, es duradero. El amor es bello si es honesto. Es bello cuando la causa es la virtud, éste es el amor de la Afrodita Urania. Todos los demás pertenecen a la Afrodita popular.
Luego habla Erixímaco, y dice lo siguiente:
-El amor reside en todos los seres. Es preciso complacer a los hombres moderados y a los que están en camino de serlo, y fomentar su amor, el amor legítimo y celeste, el de la musa Urania. Pero respecto al amor vulgar, no se le debe favorecer sino con gran reserva y de modo que el placer que procure no pueda conducir al desorden. Cuando el amor se consagra al bien y se ajusta a la templanza y a la justicia, nos procura una felicidad perfecta.
El siguiente en hablar es Aristófanes:
-Eros es el dios más beneficioso. Es el protector y médico de los hombres, cura los males que impiden la felicidad. En un principio la naturaleza humana era distinta, había tres tipos de hombres: los dos sexos existentes, y otro compuesto por estos dos y llamado andrógino. Todos los hombres eran dobles. El sol produce el sexo masculino, la tierra el femenino, y la luna el compuesto de estos dos. Como eran tan poderosos querían escalar al cielo a luchar contra los dioses, y por ello, Zeus los dividió en dos mitades. A partir de ahí, hacían esfuerzos por encontrar a su otra mitad, y cuando se encontraban no querían separarse la una de la otra. Los hombres que provienen de andróginos aman a las mujeres, y las mujeres a los hombres. Las mujeres que provienen de las mujeres primitivas, aman a las mujeres. Y los hombres que provienen de los hombres primitivos aman a los hombres. El amor es el deseo de encontrar esa mitad que nos falta.
Ahora habla Agatón:
-Eros es el más bello y mejor de los dioses. Es el más joven y siempre es joven. Es delicado. Fija su morada en los corazones y en las almas. Es sutil. Es justo y templado. Es un poeta tan entendido que convierte en poeta al que quiere.
El último en hablar del amor es Sócrates, que dice esto:
-Uno desea lo que no tiene. El amor es el amor de la belleza, luego el amor no puede ser bello. Y como lo bello es bueno, tampoco puede ser bueno. Como todos los dioses son bellos y buenos, Eros no puede ser un dios, pero tampoco es humano. Es un demonio. Los demonios son intérpretes y medianeros entre los dioses y los hombres, la adivinación procede de los demonios. Por una parte no es bello ni delicado, pero por otra parte está siempre a la pista de lo que es bello, varonil, atrevido, etc. Como la sabiduría es bella, ama la sabiduría, por tanto es filósofo. El amor consiste en querer poseer siempre lo bueno. El objeto del amor es la producción y generación de la belleza. Y también la inmortalidad es su objeto. El que quiere aspirar a este objeto desde joven, debe amar a los cuerpos bellos, pero debe amar a todos los cuerpos bellos, y además, debe considerar al belleza del alma como más importante que la belleza del cuerpo.
En el banquete entra Alcibíades, y habla sobre Sócrates, diciendo que es un sátiro burlón y descarado. Que se burla de todos haciéndose el ignorante. Que dice no saber nada pero que en él hay muchos tesoros.
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Hay un banquete al que van invitados muy importantes, entre ellos Sócrates. En este banquete, Erixímaco propone que cada uno de los presentes haga un discurso en alabanza del Amor, de Eros. Todos aceptan, incluso Sócrates, que llega a decir que él sólo conoce de amor.
El primero en realizar el discurso es Fedro, y dice lo siguiente:
-Eros es el dios más anciano. Es el que hace más bien a los hombres, porque no hay mayor ventaja para un joven que tener un amante virtuoso, ni para un amante, que el amar un objeto virtuoso. Inspira al hombre la vergüenza del mal y la emulación del bien. Inspira valor, ya que “sólo los amantes saben morir el uno por el otro”. En el alma del que ama hay divinidad. De todos los dioses, Eros es el más capaz de hacer feliz al hombre.
El segundo en hablar es Pausanias, y lo hace de la siguiente manera:
-Hay dos Afroditas, y por lo tanto dos Eros. La Afrodita popular y la Afrodita Urania. El amor que acompaña a la primera es el del cuerpo y, por tanto, no dura. El amor que acompaña a la segunda es el del alma y, por tanto, es duradero. El amor es bello si es honesto. Es bello cuando la causa es la virtud, éste es el amor de la Afrodita Urania. Todos los demás pertenecen a la Afrodita popular.
Luego habla Erixímaco, y dice lo siguiente:
-El amor reside en todos los seres. Es preciso complacer a los hombres moderados y a los que están en camino de serlo, y fomentar su amor, el amor legítimo y celeste, el de la musa Urania. Pero respecto al amor vulgar, no se le debe favorecer sino con gran reserva y de modo que el placer que procure no pueda conducir al desorden. Cuando el amor se consagra al bien y se ajusta a la templanza y a la justicia, nos procura una felicidad perfecta.
El siguiente en hablar es Aristófanes:
-Eros es el dios más beneficioso. Es el protector y médico de los hombres, cura los males que impiden la felicidad. En un principio la naturaleza humana era distinta, había tres tipos de hombres: los dos sexos existentes, y otro compuesto por estos dos y llamado andrógino. Todos los hombres eran dobles. El sol produce el sexo masculino, la tierra el femenino, y la luna el compuesto de estos dos. Como eran tan poderosos querían escalar al cielo a luchar contra los dioses, y por ello, Zeus los dividió en dos mitades. A partir de ahí, hacían esfuerzos por encontrar a su otra mitad, y cuando se encontraban no querían separarse la una de la otra. Los hombres que provienen de andróginos aman a las mujeres, y las mujeres a los hombres. Las mujeres que provienen de las mujeres primitivas, aman a las mujeres. Y los hombres que provienen de los hombres primitivos aman a los hombres. El amor es el deseo de encontrar esa mitad que nos falta.
Ahora habla Agatón:
-Eros es el más bello y mejor de los dioses. Es el más joven y siempre es joven. Es delicado. Fija su morada en los corazones y en las almas. Es sutil. Es justo y templado. Es un poeta tan entendido que convierte en poeta al que quiere.
El último en hablar del amor es Sócrates, que dice esto:
-Uno desea lo que no tiene. El amor es el amor de la belleza, luego el amor no puede ser bello. Y como lo bello es bueno, tampoco puede ser bueno. Como todos los dioses son bellos y buenos, Eros no puede ser un dios, pero tampoco es humano. Es un demonio. Los demonios son intérpretes y medianeros entre los dioses y los hombres, la adivinación procede de los demonios. Por una parte no es bello ni delicado, pero por otra parte está siempre a la pista de lo que es bello, varonil, atrevido, etc. Como la sabiduría es bella, ama la sabiduría, por tanto es filósofo. El amor consiste en querer poseer siempre lo bueno. El objeto del amor es la producción y generación de la belleza. Y también la inmortalidad es su objeto. El que quiere aspirar a este objeto desde joven, debe amar a los cuerpos bellos, pero debe amar a todos los cuerpos bellos, y además, debe considerar al belleza del alma como más importante que la belleza del cuerpo.
En el banquete entra Alcibíades, y habla sobre Sócrates, diciendo que es un sátiro burlón y descarado. Que se burla de todos haciéndose el ignorante. Que dice no saber nada pero que en él hay muchos tesoros.