Nils Runeberg, protagonista de esta narración, que se sitúa en Lund y a principios del Siglo X X, es un teólogo sueco erudito, miembro de la Unión Evangélica Nacional y autor de “Kristus och Judas” y “Den hemlige Frälsaren”, obras en las que realiza una apología de Judas Iscariote, una vindicación de sus actos. Runeberg propone dos tesis generadas de investigaciones hechas en la Universidad de Lund; en la primera menciona que la traición de Judas no fue casual sino un hecho prefijado en el que Judas se sacrificó, y en la segunda tesis especula que Jesús se rebajó a ser hombre para la redención del género humano, renunció al honor, al reino de los cielos y eligió el destino de Judas.
Borges describe a Runeberg como un gnóstico hondamente religioso y con una singular pasión intelectual, alguien muy convencido de su tesis. Al confirmar que sus conclusiones dejan indiferentes a todos, se convence de que de este modo comparte el destino de los héroes bíblicos que sufrían el castigo divino por haber descubierto y divulgado el secreto nombre de Dios. Pasa los últimos días de su vida en una especie de delirio místico, hasta que muere por la rotura de un aneurisma.
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Nils Runeberg, protagonista de esta narración, que se sitúa en Lund y a principios del Siglo X X, es un teólogo sueco erudito, miembro de la Unión Evangélica Nacional y autor de “Kristus och Judas” y “Den hemlige Frälsaren”, obras en las que realiza una apología de Judas Iscariote, una vindicación de sus actos. Runeberg propone dos tesis generadas de investigaciones hechas en la Universidad de Lund; en la primera menciona que la traición de Judas no fue casual sino un hecho prefijado en el que Judas se sacrificó, y en la segunda tesis especula que Jesús se rebajó a ser hombre para la redención del género humano, renunció al honor, al reino de los cielos y eligió el destino de Judas.
Borges describe a Runeberg como un gnóstico hondamente religioso y con una singular pasión intelectual, alguien muy convencido de su tesis. Al confirmar que sus conclusiones dejan indiferentes a todos, se convence de que de este modo comparte el destino de los héroes bíblicos que sufrían el castigo divino por haber descubierto y divulgado el secreto nombre de Dios. Pasa los últimos días de su vida en una especie de delirio místico, hasta que muere por la rotura de un aneurisma.