Por favor, tengo que hacer un trabajo sobre el mito griego de Venus y Marte y no encuentro nada. Alguien me puede hacer un resumen? antes del lunes por la tarde por favoor!
Dicen las versiones que el primer amor adulterino de Afrodita fue Ares, dios de la guerra, era duro, poco amable y no se entretuvo en cortejar a la diosa con hermosas palabras, fue directamente a ella y le expresó sus deseos, de momento Afrodita no estaba acostumbrada a esas brusquedades y sintió miedo, entonces el se saco su pavoroso casco y su coraza y se mostró tal cual era, mucho más humano, y ocurrió lo que tenía que ocurrir.
Afrodita le dio tres hijos a Ares, Fobos, Deimos y Harmonía, los cuales pasaron a ser hijos de Hefesto, que no se enteraba de lo que estaba pasando, hasta que un día los amantes se quedaron demasiado tiempo en el lecho en el palacio de Ares en Tracia, pero Helio los vio y corrió enseguida a decirlo a su esposo Hefesto.
Este sumamente enojado se fue a su fragua y a golpe de martillos creo una red de bronce fina como la tela de una araña, que resultaban invisibles para los ojos de los inmortales, era sumamente fina y la ató a los postes y lados del tálamo cónyuge.
Afrodita que había llegado contenta, le explicó a su esposo que había estado ocupada en Corinto y él le dijo que debía hacer un viaje a la isla de Lemnos con el objeto de descansar de sus pesados trabajos.
Ella sin sospechar, dejó a su esposo alejarse y le avisó a Ares de que tenía el campo libre. Voló el dios del casco áureo junto a su amada y tomándola en sus brazos expresó sus deseos, entregándose al placer del amor, pues Hefesto, según él la había abandonado prefiriendo descansar lejos de ella.
Afrodita cegada por la pasión cedió a su ruego, la trampa se cerró sobre ellos y los dejó estrechamente abrazados sin poder realizar ningún movimiento. Avisado por Helio, Hefesto volvió y tras sorprender a su presa, llamó a sus compañeros celestiales para que fueran testigos de su deshonor., después prometió no dar libertad a los dos amantes hasta que le devolvieran los valiosos regalos con que había pagado a Zeus, padre adoptivo de la diosa. Los dioses llegaron pronto, pero el pudor detuvo a las diosas.....
Al ver las redes, obra de la artificiosa industria de Hefesto, una risotada divina general conmovió a los cielos y estalló sin fin entre el grupo de afortunados inmortales. Las mentiras tienen pronto o tarde consecuencia fatal, la lentitud triunfa de la ligereza, así el cojo Hefesto, con su arte y astucia, ha sorprendido a Ares, el más ágil de los dioses del Olimpo, Ares no tiene más remedio que pagar su maldad.....
Hermes decía que vergûenza, digna de envidia, multiplicad todavía estas innumerables ligaduras, que todos los dioses y diosas del Olimpo, rodeen el lecho y que pase yo la noche entera en brazos de la rubia Afrodita.
Como Zeus estaba muy enojado no quiso devolver los regalos de la boda pero a la vez dijo que lo que había hecho Hefesto estaba muy bien. Poseidón al ver el cuerpo desnudo de la diosa, se había enamorado de ella, ocultó sus celos a Ares y dijo que simpatizaba con Hefesto, puesto que Zeus se niega ayudar, yo me encargo de que Ares como precio de su libertad, pague el equivalente de los regalos de la boda en cuestión.
Pero Hefesto dijo, todo esta bien pero si no lo hace Poseidon tendrá que ocupar el lugar de Ares bajo la red. Pero el no podía creer que Ares no cumpliría, pero si así fuera, el estaba dispuesto a pagar la deuda y casarse con Afrodita si esta fuera repudiada.
Finalmente Hefesto.que estaba locamente enamorado de su esposa, accedió a romper con su mano la red maravillosa.
Libres de estos lazos que parecían indestructibles, termina diciendo el propio Hermes, los dos amantes volaron avergonzados, huyendo del Olimpo y de las miradas burlonas de sus compañeros.
Ares se refugió en su querida Tracia y la diosa del amor volvió a Chipre, a Pafos en donde las Gracias la condujeron al baño sagrado y allí renovó como siempre su virginidad, acto seguido derramaron sobre ella un perfume celeste que aumentaba la belleza de los inmortales y la adornaron con nuevos y hermosos vestidos, y así ataviada pudo lanzarse otra vez a la conquista.....
Afrodita-Venus, la más bella de las diosas, había recibido como esposo por disposición de Zeus-Júpiter al menos agraciado de los dioses, a Hefesto-Vulcano, el dios de la fragua, que era cojo y siempre andaba tiznado y sudoroso debido a su trabajo.
Era previsible que la bella diosa del amor engañara a su esposo con jóvenes divinidades de mayor atractivo. Uno de los elegidos fue Ares-Marte, dios de la guerra, apuesto y vigoroso. Los encuedemoraron más de lo previsto yntros de los dos amantes tienen lugar de noche, a escondidas del esposo, pero en una de ellas se dieron lugar a que Helios, el dios Sol, identificado posteriormente con Apolo, les sorprendiera.
Helios acudió a la fragua para enterar a Hefesto del adulterio de su esposa con Ares. El engañado dios tramó una afrentosa venganza. Valiéndose de su gran habilidad como orfebre les tendió una trampa que consistió en fabricar una finísima red que sólo él podía manejar y que instaló en el lecho donde los amantes se encontraban.
Después anunció a Afrodita que partía para un viaje. La diosa, confiada más que nunca, se citó con Ares. Cuando ambos amantes estaban en el lecho, Hefesto, que acechaba, cerró la red aprisionándolos e inmovilizándolos en él. A continuación avisó a los demás dioses del Olimpo para que presenciaran el regocijante y bochornoso espectáculo. Cuando Hefesto consintió en retirar la red, la diosa Afrodita escapó avergonzada hacia sus posesiones de Chipre mientras que Ares se dirigió a su tierra de Tracia.
El mito griego de Venus y Marte (o Afrodita y Ares, si estamos hablando de mitología griega) cuenta que a Afrodita, diosa del amor y la belleza, la casaron con Hefesto, dios herrero, un dios feo y deforme. Al cabo de un tiempo, Hefesto sospechó que Afrodita le era infiel con Ares, con lo que hizo una red de metal, tan fina que era casi invisible, y los atrapó cuando se fueron a acostar. Hefesto llamó a todos los dioses para que se burlaran de la pareja. Las diosas no fueron por vergüenza, y los dioses manifestaron que incluso ellos se acostarían con Afrodita, tal era su belleza. Al final Poseidón prometió a Hefesto que Ares pagaría una cantidad de dinero, pero tan pronto como se levantó la red, el asuntó se olvidó, y Ares nunca pagó.
Ares (Marte, en latín), era hijo de Zeus y Hera y, por eso, pertenece a la segunda generación de los Olímpicos, a diferencia de sus hermanas Hebe e Ilitía, que son divinidades secundarias. Desde la época homérica, Ares aparece como el espíritu de la Batalla, que goza en matanza y sangre. En el caso de la Guerra de Troya, combatió casi siempre a favor de los troyanos. Sin embargo, como que le importa poco la justicia de la causa que defiende, a veces ayuda a los aqueos. Armado de pies a cabezas, generalmente lo acompañan demonios, que le sirven de escuderos, en particular Deimo y Fobo (el Temor y el Terror), que son hijos suyos, y también a Éride (la Discordia) y Enio. Según las fuentes, Ares habitaría en Tracia, un país semisalvaje de clima rudo, rico en caballos y recorrido por poblaciones guerreras. Según cierta tradición, el pueblo de las Amazonas, hijas de Ares, también moran allí.
La mayoría de los mitos en que interviene Ares son narraciones de combates, pero no siempre el dios sale vencedor. Parece como si los griegos, desde la época de Homero, se hayan complacido en mostrar la fuerza bruta de Ares contenida o burlada por la más inteligente de Heracles o por la viril prudencia de Atenea. Por ejemplo, en la batalla de Troya, Ares combatía al lado de Héctor, que se encontró frente a frente con Diomedes. Acometiólo en seguida, pero Ateneainterviene y se las compone de modo que desvía la lanza del dios,el cual es herido por Diomedes. Después de un alarido espantoso que oye todo el ejército, el dios huye al Olimpo para que le cure Zeus. Otro infortunio de Ares es su encarcelamiento por los Alóadas, que lo tuvieron, durante trece meses, encadenado y encerrado en una vasija de bronce.
.
El nacimiento de Afrodita (Venus, en latín) ha sido transmitido según dos versiones: ora es hija de Zeus y Dione (Afrodita Pandemo, la popular, según Plaón), ora hija de Urano (Afrodita Urania, diosa del amor puro), cuyos órganos sexuales, cortados por Crono, cayeron al mar y engendraron a la diosa. Apenas salida del mar, los Céfiros la llevaron primero a Citera y luego a la costa de Chipre, donde fue acogida por las Estaciones, vestida, ataviada y conducida por ellas a la morada de los Inmortales.
).
Otro episodio conocido es el de Adonis. Cuando Mirra, convertida en árbol, dio a luz a Adonis, Afrodita recogió al niño, que era muy bello, y lo confió a Perséfone. Después, ésta se negó a devolverlo. El caso fue sometido a Zeus, quien decretó que el joven permanecería un tercio de cada año con Perséfone, y los otros dos tercios con Afrodita. Sin embArgo, malherido por un jabalí, tal vez víctima de los celos de Ares, Adonis murió. La diosa también amó a Anquises y tuvo de él dos hijos, Eneas y, según algunas versiones, Lirno.
También son famosas las iras y maldiciones de Afrodita: castigó a las mujeres de Lemnos porque no la honraban, impregnándolas de un olor insoportable, hasta el punto que de que sus maridos las abandonaron; inspiró a Eos (la Aurora) un amor irresistible por Orión, para castigarla por haber cedido a Ares; castigó también a las hijas de Cíniras, en Pafos, obligándolas a prostituirse con extranjeros.
Uno de los episodios más frecuentes es el Juicio de Paris. Se cuenta que un día la Discordia lanzó una manzana destinada a la más hermosa de las tres diosas, Hera, Atenea y Afrodita. Zeus ordenó a Hermes que las condujese a las tres al monte Ida de Tróade para que fuesen juzgadas por Alejandro, que más tarde debía ser conocido como Paris. Cada una de las divinidades inició ante él un debate vanagloriándose de su belleza y prometiéndole regalos: Hera, el reino del universo; Atenea, hacerlo invencible en la guerra; Afrodita, la mano de Helena. Fue elegida Afrodita, pero a raíz de esto se originó la Guerra de Troya. Durante toda la campaña concedió su protección a los troyanos y, en particular, a Paris, que lo salvó justo cuando éste se batió en combate con Menelao. Más tarde protegió también a Eneas cuando iba a ser muerto por Diomedes. No obstante, a pesar de que Afrodita no pudo evitar la caída de Troya ni la muerte de Paris, logró conservar la raza troyana y que Eneas pudiera escapar de la ciudad, junto con su padre Anquises y su hijo Julo, en busca de una tierra donde crear una nueva patria. Es por esta razón que Roma tuvo por particular protectora a Afrodita-Venus, que pasaba por ser la antepasada de los Julios, los descendientes de Julo. Por eso César le erigió un templo.
Los animales favoritos de la diosa eran las palomas -un tiro de estas aves arrastraba su carro-. Sus plantas, la rosa y el mirto.
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, AVENTURA DE AFRODITA Y ARES
Dicen las versiones que el primer amor adulterino de Afrodita fue Ares, dios de la guerra, era duro, poco amable y no se entretuvo en cortejar a la diosa con hermosas palabras, fue directamente a ella y le expresó sus deseos, de momento Afrodita no estaba acostumbrada a esas brusquedades y sintió miedo, entonces el se saco su pavoroso casco y su coraza y se mostró tal cual era, mucho más humano, y ocurrió lo que tenía que ocurrir.
Afrodita le dio tres hijos a Ares, Fobos, Deimos y Harmonía, los cuales pasaron a ser hijos de Hefesto, que no se enteraba de lo que estaba pasando, hasta que un día los amantes se quedaron demasiado tiempo en el lecho en el palacio de Ares en Tracia, pero Helio los vio y corrió enseguida a decirlo a su esposo Hefesto.
Este sumamente enojado se fue a su fragua y a golpe de martillos creo una red de bronce fina como la tela de una araña, que resultaban invisibles para los ojos de los inmortales, era sumamente fina y la ató a los postes y lados del tálamo cónyuge.
Afrodita que había llegado contenta, le explicó a su esposo que había estado ocupada en Corinto y él le dijo que debía hacer un viaje a la isla de Lemnos con el objeto de descansar de sus pesados trabajos.
Ella sin sospechar, dejó a su esposo alejarse y le avisó a Ares de que tenía el campo libre. Voló el dios del casco áureo junto a su amada y tomándola en sus brazos expresó sus deseos, entregándose al placer del amor, pues Hefesto, según él la había abandonado prefiriendo descansar lejos de ella.
Afrodita cegada por la pasión cedió a su ruego, la trampa se cerró sobre ellos y los dejó estrechamente abrazados sin poder realizar ningún movimiento. Avisado por Helio, Hefesto volvió y tras sorprender a su presa, llamó a sus compañeros celestiales para que fueran testigos de su deshonor., después prometió no dar libertad a los dos amantes hasta que le devolvieran los valiosos regalos con que había pagado a Zeus, padre adoptivo de la diosa. Los dioses llegaron pronto, pero el pudor detuvo a las diosas.....
Al ver las redes, obra de la artificiosa industria de Hefesto, una risotada divina general conmovió a los cielos y estalló sin fin entre el grupo de afortunados inmortales. Las mentiras tienen pronto o tarde consecuencia fatal, la lentitud triunfa de la ligereza, así el cojo Hefesto, con su arte y astucia, ha sorprendido a Ares, el más ágil de los dioses del Olimpo, Ares no tiene más remedio que pagar su maldad.....
Hermes decía que vergûenza, digna de envidia, multiplicad todavía estas innumerables ligaduras, que todos los dioses y diosas del Olimpo, rodeen el lecho y que pase yo la noche entera en brazos de la rubia Afrodita.
Como Zeus estaba muy enojado no quiso devolver los regalos de la boda pero a la vez dijo que lo que había hecho Hefesto estaba muy bien. Poseidón al ver el cuerpo desnudo de la diosa, se había enamorado de ella, ocultó sus celos a Ares y dijo que simpatizaba con Hefesto, puesto que Zeus se niega ayudar, yo me encargo de que Ares como precio de su libertad, pague el equivalente de los regalos de la boda en cuestión.
Pero Hefesto dijo, todo esta bien pero si no lo hace Poseidon tendrá que ocupar el lugar de Ares bajo la red. Pero el no podía creer que Ares no cumpliría, pero si así fuera, el estaba dispuesto a pagar la deuda y casarse con Afrodita si esta fuera repudiada.
Finalmente Hefesto.que estaba locamente enamorado de su esposa, accedió a romper con su mano la red maravillosa.
Libres de estos lazos que parecían indestructibles, termina diciendo el propio Hermes, los dos amantes volaron avergonzados, huyendo del Olimpo y de las miradas burlonas de sus compañeros.
Ares se refugió en su querida Tracia y la diosa del amor volvió a Chipre, a Pafos en donde las Gracias la condujeron al baño sagrado y allí renovó como siempre su virginidad, acto seguido derramaron sobre ella un perfume celeste que aumentaba la belleza de los inmortales y la adornaron con nuevos y hermosos vestidos, y así ataviada pudo lanzarse otra vez a la conquista.....
Afrodita-Venus, la más bella de las diosas, había recibido como esposo por disposición de Zeus-Júpiter al menos agraciado de los dioses, a Hefesto-Vulcano, el dios de la fragua, que era cojo y siempre andaba tiznado y sudoroso debido a su trabajo.
Era previsible que la bella diosa del amor engañara a su esposo con jóvenes divinidades de mayor atractivo. Uno de los elegidos fue Ares-Marte, dios de la guerra, apuesto y vigoroso. Los encuedemoraron más de lo previsto yntros de los dos amantes tienen lugar de noche, a escondidas del esposo, pero en una de ellas se dieron lugar a que Helios, el dios Sol, identificado posteriormente con Apolo, les sorprendiera.
Helios acudió a la fragua para enterar a Hefesto del adulterio de su esposa con Ares. El engañado dios tramó una afrentosa venganza. Valiéndose de su gran habilidad como orfebre les tendió una trampa que consistió en fabricar una finísima red que sólo él podía manejar y que instaló en el lecho donde los amantes se encontraban.
Después anunció a Afrodita que partía para un viaje. La diosa, confiada más que nunca, se citó con Ares. Cuando ambos amantes estaban en el lecho, Hefesto, que acechaba, cerró la red aprisionándolos e inmovilizándolos en él. A continuación avisó a los demás dioses del Olimpo para que presenciaran el regocijante y bochornoso espectáculo. Cuando Hefesto consintió en retirar la red, la diosa Afrodita escapó avergonzada hacia sus posesiones de Chipre mientras que Ares se dirigió a su tierra de Tracia.
El mito griego de Venus y Marte (o Afrodita y Ares, si estamos hablando de mitología griega) cuenta que a Afrodita, diosa del amor y la belleza, la casaron con Hefesto, dios herrero, un dios feo y deforme. Al cabo de un tiempo, Hefesto sospechó que Afrodita le era infiel con Ares, con lo que hizo una red de metal, tan fina que era casi invisible, y los atrapó cuando se fueron a acostar. Hefesto llamó a todos los dioses para que se burlaran de la pareja. Las diosas no fueron por vergüenza, y los dioses manifestaron que incluso ellos se acostarían con Afrodita, tal era su belleza. Al final Poseidón prometió a Hefesto que Ares pagaría una cantidad de dinero, pero tan pronto como se levantó la red, el asuntó se olvidó, y Ares nunca pagó.
Leyenda de Venus y Marte
Ares (Marte, en latín), era hijo de Zeus y Hera y, por eso, pertenece a la segunda generación de los Olímpicos, a diferencia de sus hermanas Hebe e Ilitía, que son divinidades secundarias. Desde la época homérica, Ares aparece como el espíritu de la Batalla, que goza en matanza y sangre. En el caso de la Guerra de Troya, combatió casi siempre a favor de los troyanos. Sin embargo, como que le importa poco la justicia de la causa que defiende, a veces ayuda a los aqueos. Armado de pies a cabezas, generalmente lo acompañan demonios, que le sirven de escuderos, en particular Deimo y Fobo (el Temor y el Terror), que son hijos suyos, y también a Éride (la Discordia) y Enio. Según las fuentes, Ares habitaría en Tracia, un país semisalvaje de clima rudo, rico en caballos y recorrido por poblaciones guerreras. Según cierta tradición, el pueblo de las Amazonas, hijas de Ares, también moran allí.
La mayoría de los mitos en que interviene Ares son narraciones de combates, pero no siempre el dios sale vencedor. Parece como si los griegos, desde la época de Homero, se hayan complacido en mostrar la fuerza bruta de Ares contenida o burlada por la más inteligente de Heracles o por la viril prudencia de Atenea. Por ejemplo, en la batalla de Troya, Ares combatía al lado de Héctor, que se encontró frente a frente con Diomedes. Acometiólo en seguida, pero Ateneainterviene y se las compone de modo que desvía la lanza del dios,el cual es herido por Diomedes. Después de un alarido espantoso que oye todo el ejército, el dios huye al Olimpo para que le cure Zeus. Otro infortunio de Ares es su encarcelamiento por los Alóadas, que lo tuvieron, durante trece meses, encadenado y encerrado en una vasija de bronce.
.
El nacimiento de Afrodita (Venus, en latín) ha sido transmitido según dos versiones: ora es hija de Zeus y Dione (Afrodita Pandemo, la popular, según Plaón), ora hija de Urano (Afrodita Urania, diosa del amor puro), cuyos órganos sexuales, cortados por Crono, cayeron al mar y engendraron a la diosa. Apenas salida del mar, los Céfiros la llevaron primero a Citera y luego a la costa de Chipre, donde fue acogida por las Estaciones, vestida, ataviada y conducida por ellas a la morada de los Inmortales.
).
Otro episodio conocido es el de Adonis. Cuando Mirra, convertida en árbol, dio a luz a Adonis, Afrodita recogió al niño, que era muy bello, y lo confió a Perséfone. Después, ésta se negó a devolverlo. El caso fue sometido a Zeus, quien decretó que el joven permanecería un tercio de cada año con Perséfone, y los otros dos tercios con Afrodita. Sin embArgo, malherido por un jabalí, tal vez víctima de los celos de Ares, Adonis murió. La diosa también amó a Anquises y tuvo de él dos hijos, Eneas y, según algunas versiones, Lirno.
También son famosas las iras y maldiciones de Afrodita: castigó a las mujeres de Lemnos porque no la honraban, impregnándolas de un olor insoportable, hasta el punto que de que sus maridos las abandonaron; inspiró a Eos (la Aurora) un amor irresistible por Orión, para castigarla por haber cedido a Ares; castigó también a las hijas de Cíniras, en Pafos, obligándolas a prostituirse con extranjeros.
Uno de los episodios más frecuentes es el Juicio de Paris. Se cuenta que un día la Discordia lanzó una manzana destinada a la más hermosa de las tres diosas, Hera, Atenea y Afrodita. Zeus ordenó a Hermes que las condujese a las tres al monte Ida de Tróade para que fuesen juzgadas por Alejandro, que más tarde debía ser conocido como Paris. Cada una de las divinidades inició ante él un debate vanagloriándose de su belleza y prometiéndole regalos: Hera, el reino del universo; Atenea, hacerlo invencible en la guerra; Afrodita, la mano de Helena. Fue elegida Afrodita, pero a raíz de esto se originó la Guerra de Troya. Durante toda la campaña concedió su protección a los troyanos y, en particular, a Paris, que lo salvó justo cuando éste se batió en combate con Menelao. Más tarde protegió también a Eneas cuando iba a ser muerto por Diomedes. No obstante, a pesar de que Afrodita no pudo evitar la caída de Troya ni la muerte de Paris, logró conservar la raza troyana y que Eneas pudiera escapar de la ciudad, junto con su padre Anquises y su hijo Julo, en busca de una tierra donde crear una nueva patria. Es por esta razón que Roma tuvo por particular protectora a Afrodita-Venus, que pasaba por ser la antepasada de los Julios, los descendientes de Julo. Por eso César le erigió un templo.
Los animales favoritos de la diosa eran las palomas -un tiro de estas aves arrastraba su carro-. Sus plantas, la rosa y el mirto.
sacado de internet
2/10/2010 anneci