17 Pues Herodes mismo había enviado a arrestar a Juan y lo había atado en prisión a causa de Herodías, la esposa de Filipo su hermano, porque se había casado con ella. 18 Porque Juan había dicho repetidas veces a Herodes: “No te es lícito tener a la esposa de tu hermano”. 19 Pero Herodías le abrigaba rencor y quería matarlo, pero no podía. 20 Porque Herodes le tenía temor a Juan, sabiendo que era varón justo y santo; y lo tenía protegido. Y después de oírlo estaba muy indeciso en cuanto a qué hacer; sin embargo, continuaba oyéndole con gusto. 21 Pero vino un día oportuno cuando Herodes, en su cumpleaños, dio una cena para sus hombres de primer rango y para los comandantes militares y para los insignes de Galilea. 22 Y entró la hija de la misma Herodías y danzó y agradó a Herodes y a los que con él estaban reclinados. El rey dijo a la jovencita: “Pídeme lo que quieras, y te lo daré”. 23 Sí, le juró: “Cualquier cosa que me pidas, te la daré, hasta la mitad de mi reino”. 24 Y ella salió y dijo a su madre: “¿Qué debo pedir?”. Ella dijo: “La cabeza de Juan el bautizante”. 25 Inmediatamente ella entró de prisa al rey e hizo su petición, diciendo: “Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”. 26 Aunque se contristó profundamente, el rey, sin embargo, no quiso desatenderla, a causa de los juramentos y de los que estaban reclinados a la mesa. 27 De modo que el rey inmediatamente despachó a uno de la guardia y le mandó traer la cabeza [de Juan]. Y este se fue y lo decapitó en la prisión, 28 y trajo la cabeza de aquel en una bandeja, y se la dio a la jovencita, y la jovencita se la dio a su madre. 29 Cuando los discípulos de él lo oyeron, vinieron y tomaron el cadáver y lo pusieron en una tumba conmemorativa.
TE GUSTA tener fiestas?—Si son fiestas buenas, uno puede gozar mucho en ellas.
Pero no todas las fiestas son buenas. Algunas fiestas son tan ruidosas que la gente de al lado se enoja. Y hay algunas fiestas que Dios mismo no aprueba. ¿Sabías tú eso?—¿Querrías estar en una fiesta que supieras que Dios no aprobaba?—
La Biblia habla acerca de fiestas. El Gran Maestro fue una vez a una fiesta, y sus apóstoles fueron también. Fue una fiesta que se celebró cuando alguien se estaba casando. ¿Has estado alguna vez en esa clase de fiesta?—
La Biblia habla también acerca de dos fiestas de cumpleaños. ¿Fue una de ellas para celebrar el cumpleaños del Gran Maestro?—No. Estas dos fiestas de cumpleaños fueron para hombres que no servían a Jehová.
Una de las fiestas de cumpleaños fue para el rey Herodes Antipas. Él era el gobernante del distrito de Galilea cuando Jesús vivía allí.
El rey Herodes hizo muchas cosas malas. Tomó para sí la esposa de su hermano. Ella se llamaba Herodías. Juan el Bautista, el siervo de Dios, le dijo a Herodes que era incorrecto que él hiciera aquello. Esto no le gustó a Herodes. Por eso hizo que encerraran a Juan en una prisión.—Lucas 3:19, 20.
Mientras Juan estaba en la prisión, llegó el día en que se recordaba el nacimiento de Herodes. Herodes hizo una fiesta grande. Invitó a mucha gente importante. Todos comieron y bebieron y pasaron un buen rato.
Entonces la hija de Herodías entró y bailó para ellos. Todos quedaron tan contentos con el baile de ella que Herodes quiso darle a ella un gran regalo. La llamó y le dijo: ‘Todo lo que me pidas, te lo daré, hasta la mitad de mi reino.’
¿Qué iría a pedir ella? ¿Sería dinero? ¿ropa bonita? ¿un palacio propio? La muchacha no sabía qué decir. Por eso habló con su madre Herodías y le dijo: “¿Qué debo pedir?”
Pues bien, Herodías odiaba muchísimo a Juan el Bautista. Así es que le dijo a su hija que pidiera la cabeza de él. La muchacha regresó a donde estaba el rey y dijo: ‘Quiero que me des ahora mismo en un plato la cabeza de Juan el Bautista.’
El rey Herodes no quería matar a Juan, porque sabía que Juan era un hombre bueno. Pero Herodes había hecho una promesa, y tenía temor de lo que otros que estaban en la fiesta pensarían si él cambiaba de parecer. Por eso mandó a un hombre a la prisión para que le cortara la cabeza a Juan. Pronto este hombre regresó. Tenía la cabeza de Juan en un plato, y se la dio a la muchacha. Entonces la muchacha corrió y se la dio a su madre. ¿No te parece terrible eso?—Marcos 6:17-29.
Pero, ¿qué hay de la otra fiesta de cumpleaños de que la Biblia cuenta? ¿Fue mejor?—
Esa fiesta fue para un rey de Egipto. En su fiesta él también hizo que le cortaran la cabeza a alguien. Y después colgó a éste para que se lo comieran los pájaros.—Génesis 40:20-22.
¿Crees tú que Dios aprobaba esas fiestas?—¿Hubieras querido estar en ellas?—
Pues bien, sabemos que todo lo que está en la Biblia está allí por algo. Ella nos habla acerca de personas buenas para que podamos copiarlas. Y nos habla acerca de personas malas para que no hagamos lo que ellas hicieron. La Biblia nos habla de solo dos fiestas de cumpleaños, y las dos fueron malas. Por eso, ¿qué dirías tú que Dios nos está diciendo acerca de las fiestas de cumpleaños? ¿Quiere Dios que celebremos cumpleaños?—
Es verdad que en esas fiestas hoy día la gente no le corta la cabeza a nadie. Pero la entera idea de celebrar cumpleaños comenzó con gente que hacía cosas como ésa. Eran paganos. Eran personas que no servían a Jehová. ¿Queremos ser como ellas?—
La biblia describe muy claramente lo que sucedio la noche que mataron a Juan. Lo puedes encontrar en Marcos 6:17-29:
17 Pues Herodes mismo había enviado a arrestar a Juan y lo había atado en prisión a causa de Herodías, la esposa de Filipo su hermano, porque se había casado con ella. 18 Porque Juan había dicho repetidas veces a Herodes: “No te es lícito tener a la esposa de tu hermano”. 19 Pero Herodías le abrigaba rencor y quería matarlo, pero no podía. 20 Porque Herodes le tenía temor a Juan, sabiendo que era varón justo y santo; y lo tenía protegido. Y después de oírlo estaba muy indeciso en cuanto a qué hacer; sin embargo, continuaba oyéndole con gusto. 21 Pero vino un día oportuno cuando Herodes, en su cumpleaños, dio una cena para sus hombres de primer rango y para los comandantes militares y para los insignes de Galilea. 22 Y entró la hija de la misma Herodías y danzó y agradó a Herodes y a los que con él estaban reclinados. El rey dijo a la jovencita: “Pídeme lo que quieras, y te lo daré”. 23 Sí, le juró: “Cualquier cosa que me pidas, te la daré, hasta la mitad de mi reino”. 24 Y ella salió y dijo a su madre: “¿Qué debo pedir?”. Ella dijo: “La cabeza de Juan el bautizante”. 25 Inmediatamente ella entró de prisa al rey e hizo su petición, diciendo: “Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”. 26 Aunque se contristó profundamente, el rey, sin embargo, no quiso desatenderla, a causa de los juramentos y de los que estaban reclinados a la mesa. 27 De modo que el rey inmediatamente despachó a uno de la guardia y le mandó traer la cabeza [de Juan]. Y este se fue y lo decapitó en la prisión, 28 y trajo la cabeza de aquel en una bandeja, y se la dio a la jovencita, y la jovencita se la dio a su madre. 29 Cuando los discípulos de él lo oyeron, vinieron y tomaron el cadáver y lo pusieron en una tumba conmemorativa.
(equivalente en español del nombre Jehohanán, que significa: “Jehová Ha Mostrado Favor; Jehová Ha Sido Benévolo”).
1. Juan el Bautista, hijo de Zacarías y Elisabet; fue el precursor de Jesús. Tanto el padre como la madre de Juan pertenecían a la casa sacerdotal de Aarón. Zacarías era un sacerdote de la división de Abías. (Lu 1:5, 6.)
Hay dos fuentes claras, la muerte de Juan el Bautista narrada por el historiador judío de la época de Jesús, Flavio Josefo, y después hay la narración en el nuevo testamento.
En Flavio Josefo:
"Pero algunos judíos creían que el ejército de Herodes fue destruido por Dios: realmente, en justo castigo de Dios a Herodes para vengar lo que él había hecho a Juan, llamado el Bautista.
Porque Herodes lo mató, aunque Juan era un hombre bueno e invitaba a los judíos a participar del bautismo, con tal de que estuviesen cultivando la virtud y practicando la justicia entre ellos y la piedad con respecto a Dios. Pues sólo así, en opinión de Juan, el bautismo sería realmente aceptable, es decir, si lo empleaban para obtener, no perdón por algunos pecados, sino más bien la purificación de sus cuerpos, dado que sus almas ya habían sido purificadas por la justicia.
Y cuando los otros se reunieron en torno a Juan, como su excitación llegaba al punto de la fiebre al escuchar sus palabras, Herodes empezó a temer que la gran capacidad de Juan para persuadir a la gente podría conducir a algún tipo de revuelta, ya que ellos parecían susceptibles de hacer cualquier cosa que él aconsejase. Por eso Herodes decidió eliminar a Juan adelantándose a atacar antes de que él encendiese una rebelión. Herodes consideró esto mejor que esperar a que la situación cambiara y lamentarse cuando estuviera sumido en una crisis.
Y así, a causa del recelo de Herodes, Juan fue llevado en cadenas a Maqueronte, la fortaleza de montaña antes mencionada; allí se le dio muerte" (Antigüedades judías L. 18, cap. 5.2)
En el nuevo testamento:
"En aquel tiempo Herodes el tetrarca se enteró de lo que decían de Jesús, y comentó a sus sirvientes: "¡Ése es Juan el Bautista; ha resucitado! Por eso tiene poder para realizar milagros." En efecto, Herodes había arrestado a Juan. Lo había encadenado y metido en la cárcel por causa de Herodías, esposa de su hermano Felipe. Es que Juan había estado diciéndole: "La ley te prohíbe tenerla por esposa." Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la gente, porque consideraban a Juan como un profeta. En el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó delante de todos; y tanto le agradó a Herodes que le prometió bajo juramento darle cualquier cosa que pidiera. Instigada por su madre, le pidió: "Dame en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista." El rey se entristeció, pero a causa de sus juramentos y en atención a los invitados, ordenó que se le concediera la petición, y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Llevaron la cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, quien se la entregó a su madre. Luego llegaron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo y le dieron sepultura. Después fueron y avisaron a Jesús" (Mateo 14:12)
Como puedes ver, lo narrado por Flavio Josefo es real y normal, lo narrado por el evangelista Mateo es novelado, lleno de leyenda y de acontecimientos improbables.
San Juan Bautista fue el último profeta que valientemente proclamó la verdad y la venida de Jesucristo, echó en cara al mismo rey Herodes su conducta inmoral, una verdad demasiado dolorosa y por ello fue encarcelado y martirizado...
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Murió decapitado
Marcos 6:17-29:
17 Pues Herodes mismo había enviado a arrestar a Juan y lo había atado en prisión a causa de Herodías, la esposa de Filipo su hermano, porque se había casado con ella. 18 Porque Juan había dicho repetidas veces a Herodes: “No te es lícito tener a la esposa de tu hermano”. 19 Pero Herodías le abrigaba rencor y quería matarlo, pero no podía. 20 Porque Herodes le tenía temor a Juan, sabiendo que era varón justo y santo; y lo tenía protegido. Y después de oírlo estaba muy indeciso en cuanto a qué hacer; sin embargo, continuaba oyéndole con gusto. 21 Pero vino un día oportuno cuando Herodes, en su cumpleaños, dio una cena para sus hombres de primer rango y para los comandantes militares y para los insignes de Galilea. 22 Y entró la hija de la misma Herodías y danzó y agradó a Herodes y a los que con él estaban reclinados. El rey dijo a la jovencita: “Pídeme lo que quieras, y te lo daré”. 23 Sí, le juró: “Cualquier cosa que me pidas, te la daré, hasta la mitad de mi reino”. 24 Y ella salió y dijo a su madre: “¿Qué debo pedir?”. Ella dijo: “La cabeza de Juan el bautizante”. 25 Inmediatamente ella entró de prisa al rey e hizo su petición, diciendo: “Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”. 26 Aunque se contristó profundamente, el rey, sin embargo, no quiso desatenderla, a causa de los juramentos y de los que estaban reclinados a la mesa. 27 De modo que el rey inmediatamente despachó a uno de la guardia y le mandó traer la cabeza [de Juan]. Y este se fue y lo decapitó en la prisión, 28 y trajo la cabeza de aquel en una bandeja, y se la dio a la jovencita, y la jovencita se la dio a su madre. 29 Cuando los discípulos de él lo oyeron, vinieron y tomaron el cadáver y lo pusieron en una tumba conmemorativa.
TE GUSTA tener fiestas?—Si son fiestas buenas, uno puede gozar mucho en ellas.
Pero no todas las fiestas son buenas. Algunas fiestas son tan ruidosas que la gente de al lado se enoja. Y hay algunas fiestas que Dios mismo no aprueba. ¿Sabías tú eso?—¿Querrías estar en una fiesta que supieras que Dios no aprobaba?—
La Biblia habla acerca de fiestas. El Gran Maestro fue una vez a una fiesta, y sus apóstoles fueron también. Fue una fiesta que se celebró cuando alguien se estaba casando. ¿Has estado alguna vez en esa clase de fiesta?—
La Biblia habla también acerca de dos fiestas de cumpleaños. ¿Fue una de ellas para celebrar el cumpleaños del Gran Maestro?—No. Estas dos fiestas de cumpleaños fueron para hombres que no servían a Jehová.
Una de las fiestas de cumpleaños fue para el rey Herodes Antipas. Él era el gobernante del distrito de Galilea cuando Jesús vivía allí.
El rey Herodes hizo muchas cosas malas. Tomó para sí la esposa de su hermano. Ella se llamaba Herodías. Juan el Bautista, el siervo de Dios, le dijo a Herodes que era incorrecto que él hiciera aquello. Esto no le gustó a Herodes. Por eso hizo que encerraran a Juan en una prisión.—Lucas 3:19, 20.
Mientras Juan estaba en la prisión, llegó el día en que se recordaba el nacimiento de Herodes. Herodes hizo una fiesta grande. Invitó a mucha gente importante. Todos comieron y bebieron y pasaron un buen rato.
Entonces la hija de Herodías entró y bailó para ellos. Todos quedaron tan contentos con el baile de ella que Herodes quiso darle a ella un gran regalo. La llamó y le dijo: ‘Todo lo que me pidas, te lo daré, hasta la mitad de mi reino.’
¿Qué iría a pedir ella? ¿Sería dinero? ¿ropa bonita? ¿un palacio propio? La muchacha no sabía qué decir. Por eso habló con su madre Herodías y le dijo: “¿Qué debo pedir?”
Pues bien, Herodías odiaba muchísimo a Juan el Bautista. Así es que le dijo a su hija que pidiera la cabeza de él. La muchacha regresó a donde estaba el rey y dijo: ‘Quiero que me des ahora mismo en un plato la cabeza de Juan el Bautista.’
El rey Herodes no quería matar a Juan, porque sabía que Juan era un hombre bueno. Pero Herodes había hecho una promesa, y tenía temor de lo que otros que estaban en la fiesta pensarían si él cambiaba de parecer. Por eso mandó a un hombre a la prisión para que le cortara la cabeza a Juan. Pronto este hombre regresó. Tenía la cabeza de Juan en un plato, y se la dio a la muchacha. Entonces la muchacha corrió y se la dio a su madre. ¿No te parece terrible eso?—Marcos 6:17-29.
Pero, ¿qué hay de la otra fiesta de cumpleaños de que la Biblia cuenta? ¿Fue mejor?—
Esa fiesta fue para un rey de Egipto. En su fiesta él también hizo que le cortaran la cabeza a alguien. Y después colgó a éste para que se lo comieran los pájaros.—Génesis 40:20-22.
¿Crees tú que Dios aprobaba esas fiestas?—¿Hubieras querido estar en ellas?—
Pues bien, sabemos que todo lo que está en la Biblia está allí por algo. Ella nos habla acerca de personas buenas para que podamos copiarlas. Y nos habla acerca de personas malas para que no hagamos lo que ellas hicieron. La Biblia nos habla de solo dos fiestas de cumpleaños, y las dos fueron malas. Por eso, ¿qué dirías tú que Dios nos está diciendo acerca de las fiestas de cumpleaños? ¿Quiere Dios que celebremos cumpleaños?—
Es verdad que en esas fiestas hoy día la gente no le corta la cabeza a nadie. Pero la entera idea de celebrar cumpleaños comenzó con gente que hacía cosas como ésa. Eran paganos. Eran personas que no servían a Jehová. ¿Queremos ser como ellas?—
La biblia describe muy claramente lo que sucedio la noche que mataron a Juan. Lo puedes encontrar en Marcos 6:17-29:
17 Pues Herodes mismo había enviado a arrestar a Juan y lo había atado en prisión a causa de Herodías, la esposa de Filipo su hermano, porque se había casado con ella. 18 Porque Juan había dicho repetidas veces a Herodes: “No te es lícito tener a la esposa de tu hermano”. 19 Pero Herodías le abrigaba rencor y quería matarlo, pero no podía. 20 Porque Herodes le tenía temor a Juan, sabiendo que era varón justo y santo; y lo tenía protegido. Y después de oírlo estaba muy indeciso en cuanto a qué hacer; sin embargo, continuaba oyéndole con gusto. 21 Pero vino un día oportuno cuando Herodes, en su cumpleaños, dio una cena para sus hombres de primer rango y para los comandantes militares y para los insignes de Galilea. 22 Y entró la hija de la misma Herodías y danzó y agradó a Herodes y a los que con él estaban reclinados. El rey dijo a la jovencita: “Pídeme lo que quieras, y te lo daré”. 23 Sí, le juró: “Cualquier cosa que me pidas, te la daré, hasta la mitad de mi reino”. 24 Y ella salió y dijo a su madre: “¿Qué debo pedir?”. Ella dijo: “La cabeza de Juan el bautizante”. 25 Inmediatamente ella entró de prisa al rey e hizo su petición, diciendo: “Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”. 26 Aunque se contristó profundamente, el rey, sin embargo, no quiso desatenderla, a causa de los juramentos y de los que estaban reclinados a la mesa. 27 De modo que el rey inmediatamente despachó a uno de la guardia y le mandó traer la cabeza [de Juan]. Y este se fue y lo decapitó en la prisión, 28 y trajo la cabeza de aquel en una bandeja, y se la dio a la jovencita, y la jovencita se la dio a su madre. 29 Cuando los discípulos de él lo oyeron, vinieron y tomaron el cadáver y lo pusieron en una tumba conmemorativa.
Treintaiceis años Despues de cristo
JUAN
(equivalente en español del nombre Jehohanán, que significa: “Jehová Ha Mostrado Favor; Jehová Ha Sido Benévolo”).
1. Juan el Bautista, hijo de Zacarías y Elisabet; fue el precursor de Jesús. Tanto el padre como la madre de Juan pertenecían a la casa sacerdotal de Aarón. Zacarías era un sacerdote de la división de Abías. (Lu 1:5, 6.)
Hay dos fuentes claras, la muerte de Juan el Bautista narrada por el historiador judío de la época de Jesús, Flavio Josefo, y después hay la narración en el nuevo testamento.
En Flavio Josefo:
"Pero algunos judíos creían que el ejército de Herodes fue destruido por Dios: realmente, en justo castigo de Dios a Herodes para vengar lo que él había hecho a Juan, llamado el Bautista.
Porque Herodes lo mató, aunque Juan era un hombre bueno e invitaba a los judíos a participar del bautismo, con tal de que estuviesen cultivando la virtud y practicando la justicia entre ellos y la piedad con respecto a Dios. Pues sólo así, en opinión de Juan, el bautismo sería realmente aceptable, es decir, si lo empleaban para obtener, no perdón por algunos pecados, sino más bien la purificación de sus cuerpos, dado que sus almas ya habían sido purificadas por la justicia.
Y cuando los otros se reunieron en torno a Juan, como su excitación llegaba al punto de la fiebre al escuchar sus palabras, Herodes empezó a temer que la gran capacidad de Juan para persuadir a la gente podría conducir a algún tipo de revuelta, ya que ellos parecían susceptibles de hacer cualquier cosa que él aconsejase. Por eso Herodes decidió eliminar a Juan adelantándose a atacar antes de que él encendiese una rebelión. Herodes consideró esto mejor que esperar a que la situación cambiara y lamentarse cuando estuviera sumido en una crisis.
Y así, a causa del recelo de Herodes, Juan fue llevado en cadenas a Maqueronte, la fortaleza de montaña antes mencionada; allí se le dio muerte" (Antigüedades judías L. 18, cap. 5.2)
En el nuevo testamento:
"En aquel tiempo Herodes el tetrarca se enteró de lo que decían de Jesús, y comentó a sus sirvientes: "¡Ése es Juan el Bautista; ha resucitado! Por eso tiene poder para realizar milagros." En efecto, Herodes había arrestado a Juan. Lo había encadenado y metido en la cárcel por causa de Herodías, esposa de su hermano Felipe. Es que Juan había estado diciéndole: "La ley te prohíbe tenerla por esposa." Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la gente, porque consideraban a Juan como un profeta. En el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó delante de todos; y tanto le agradó a Herodes que le prometió bajo juramento darle cualquier cosa que pidiera. Instigada por su madre, le pidió: "Dame en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista." El rey se entristeció, pero a causa de sus juramentos y en atención a los invitados, ordenó que se le concediera la petición, y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Llevaron la cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, quien se la entregó a su madre. Luego llegaron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo y le dieron sepultura. Después fueron y avisaron a Jesús" (Mateo 14:12)
Como puedes ver, lo narrado por Flavio Josefo es real y normal, lo narrado por el evangelista Mateo es novelado, lleno de leyenda y de acontecimientos improbables.
San Juan Bautista fue el último profeta que valientemente proclamó la verdad y la venida de Jesucristo, echó en cara al mismo rey Herodes su conducta inmoral, una verdad demasiado dolorosa y por ello fue encarcelado y martirizado...