Hola, L.G. Espero que te sirva de algo esta información.
“El Jíbaro”, de Manuel Alonso, publicado en 1849 con el título de "El Gíbaro", es el primer clásico de la literatura puertorriqueña. Esta obra consta de cuadros costumbristas que reflejan la vida, usos y lenguaje de los campesinos de Puerto Rico, que formaban la parte más importante de la población rural. En ella, Alonso describe los bailes, las jugadas de gallos de los campesinos y señala muchos rasgos del progreso en la economía y la sociedad puertorriqueña, en su tiempo. Estos cuadros de costumbres de “El Jíbaro” constituyen un repertorio único de vivencias y recuerdos de la cultura azucarera de haciendas esclavistas que poblaban los llanos costaneros de Puerto Rico y de la vida campesina del siglo XIX.
“El Jíbaro” es un libro variado, optimista, claramente enraizado en la cultura puertorriqueña. Expresa mucho orgullo por la isla y a la vez, evidencia una actitud crítica, aunque cautelosa, en el señalamiento de las limitaciones y defectos del mundo colonial. Los romances en lengua jíbara que incluye el autor responden a su deseo de caracterizar al campesino y su ambiente como elementos esenciales de la nacionalidad puertorriqueña, y sus artículos costumbristas sobre las fiestas, bailes y juegos describen con trazos pintorescos y evalúan con agudeza las costumbres tradicionales y el afán de progreso de Puerto Rico.
Answers & Comments
Verified answer
Hola, L.G. Espero que te sirva de algo esta información.
“El Jíbaro”, de Manuel Alonso, publicado en 1849 con el título de "El Gíbaro", es el primer clásico de la literatura puertorriqueña. Esta obra consta de cuadros costumbristas que reflejan la vida, usos y lenguaje de los campesinos de Puerto Rico, que formaban la parte más importante de la población rural. En ella, Alonso describe los bailes, las jugadas de gallos de los campesinos y señala muchos rasgos del progreso en la economía y la sociedad puertorriqueña, en su tiempo. Estos cuadros de costumbres de “El Jíbaro” constituyen un repertorio único de vivencias y recuerdos de la cultura azucarera de haciendas esclavistas que poblaban los llanos costaneros de Puerto Rico y de la vida campesina del siglo XIX.
“El Jíbaro” es un libro variado, optimista, claramente enraizado en la cultura puertorriqueña. Expresa mucho orgullo por la isla y a la vez, evidencia una actitud crítica, aunque cautelosa, en el señalamiento de las limitaciones y defectos del mundo colonial. Los romances en lengua jíbara que incluye el autor responden a su deseo de caracterizar al campesino y su ambiente como elementos esenciales de la nacionalidad puertorriqueña, y sus artículos costumbristas sobre las fiestas, bailes y juegos describen con trazos pintorescos y evalúan con agudeza las costumbres tradicionales y el afán de progreso de Puerto Rico.