Protagonismo social juvenil: La experiencia acumulada durante estos años a través de la juventud de antes, de hoy la de después y en particular la juventud barrial hace necesaria o quizás evidente la forja de la juventud como Movimiento Social, lo cual implica un compromiso protagónico de las y los jóvenes organizados por salir más allá de su micro entorno, para ubicarse desde él ante un contexto más amplio.
Del modelo que tengamos de juventud, seamos jóvenes o no, dependerá mucho la necesidad de apostar por este protagonismo juvenil, que se contradice totalmente con el paternalismo, asistencialismo ,autoritarismo y toda forma que no reconozca la capacidad de los Jóvenes para resolver sus propios problemas, para elaborar propuestas porque tienen la capacidad para hacerlo, pero si no nos ubicamos o rompemos los modelos pre-establecidos por la cultura adulta , seguiremos creyendo que los jóvenes son un problema, son incapaces, etc.
La posibilidad de una sociedad mejor democrática, participativa, incluyente, solidaria, justa y fraterna esta en las y los jóvenes y en los niños también, desde esa perspectiva el aporte generacional de todos los jóvenes en cualquier tiempo y que debemos tener siempre (o de lo contrario envejeceremos) está dado en lo que algunos llaman el espíritu juvenil.
Protagonismo social infantil: No podemos olvidar que los niños y adolescentes son un colectivo caracterizado por una especial vulnerabilidad y que en tanto que sujetos en desarrollo necesitan de terceros que les cuiden, asistan, eduquen y representen.
El niño y la niña, como ciudadanos de derecho que son, requieren una adecuada protección jurídica y administrativa, de forma que se garantice la atención de sus necesidades, el pleno desarrollo de su personalidad y su integración social.
Esta función “protectora” de los poderes públicos toma forma en casos de desprotección, desamparo o maltrato infantil con el fin de prevenir y evitar situaciones de exclusión social en la infancia.
Protagonismo social de la mujer: Teniendo presente la importancia de la contribución de la mujer a la vida social, política, económica y cultural, así como su función en la familia y especialmente en la educación de los hijos,
Considerando que la discriminación contra la mujer es incompatible con la dignidad humana y con el bienestar de la familia y de la sociedad, impide su participación en la vida política, social, económica y cultural de sus países en condiciones de igualdad con el hombre, y constituye un obstáculo para el pleno desarrollo de las posibilidades que tiene la mujer de servir a sus países y a la humanidad.
El principio de la igualdad de derechos del hombre y la mujer exige que todos los Estados lo apliquen en conformidad con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Protagonismo social del ciudadano: Es en general, la persona registrada por las autoridades, que forma parte de una sociedad. La condición de miembro de dicha comunidad se conoce como ciudadanía, y conlleva una serie de deberes y una serie de derechos que cada ciudadano debe respetar y hacer lo suyo que se cumplan como un ciudadano.
En las democracias actuales, tal como se conciben, normalmente tienen la condición de ciudadanos todas las personas mayores de edad (siendo la mayoría de edad fijada generalmente en los 18 años), aunque en algunos lugares, por razones excepcionales como es el caso de quienes han sido condenados por la justicia, se pierde dicha condición; de hecho, así sucede en algunos lugares de Estados Unidos.
Protagonismo social estudiantil: En la época contemporánea la realidad de los cambios políticos, económicos y científico-técnicos implican la necesidad de adaptaciones y readaptaciones de la actividad humana, para formar un hombre nuevo, que piense, sienta y actúe en relación con la sociedad que le rodea, un hombre honrado, responsable, que luche por el desarrollo y progreso de su nación.
Es precisamente en este contexto de cambios acelerados, que en los últimos años se han intensificado los intentos de perfeccionar, estimular y acelerar la materialización de todas las potencialidades del hombre, en el cual la Política Educacional trata de superar las concepciones centradas en el maestro como eje básico, transmisor de conocimientos supuestamente acabados, buscando alternativas que hagan del alumno un sujeto activo, que aprenda de manera creadora.
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Protagonismo social juvenil: La experiencia acumulada durante estos años a través de la juventud de antes, de hoy la de después y en particular la juventud barrial hace necesaria o quizás evidente la forja de la juventud como Movimiento Social, lo cual implica un compromiso protagónico de las y los jóvenes organizados por salir más allá de su micro entorno, para ubicarse desde él ante un contexto más amplio.
Del modelo que tengamos de juventud, seamos jóvenes o no, dependerá mucho la necesidad de apostar por este protagonismo juvenil, que se contradice totalmente con el paternalismo, asistencialismo ,autoritarismo y toda forma que no reconozca la capacidad de los Jóvenes para resolver sus propios problemas, para elaborar propuestas porque tienen la capacidad para hacerlo, pero si no nos ubicamos o rompemos los modelos pre-establecidos por la cultura adulta , seguiremos creyendo que los jóvenes son un problema, son incapaces, etc.
La posibilidad de una sociedad mejor democrática, participativa, incluyente, solidaria, justa y fraterna esta en las y los jóvenes y en los niños también, desde esa perspectiva el aporte generacional de todos los jóvenes en cualquier tiempo y que debemos tener siempre (o de lo contrario envejeceremos) está dado en lo que algunos llaman el espíritu juvenil.
Protagonismo social infantil: No podemos olvidar que los niños y adolescentes son un colectivo caracterizado por una especial vulnerabilidad y que en tanto que sujetos en desarrollo necesitan de terceros que les cuiden, asistan, eduquen y representen.
El niño y la niña, como ciudadanos de derecho que son, requieren una adecuada protección jurídica y administrativa, de forma que se garantice la atención de sus necesidades, el pleno desarrollo de su personalidad y su integración social.
Esta función “protectora” de los poderes públicos toma forma en casos de desprotección, desamparo o maltrato infantil con el fin de prevenir y evitar situaciones de exclusión social en la infancia.
Protagonismo social de la mujer: Teniendo presente la importancia de la contribución de la mujer a la vida social, política, económica y cultural, así como su función en la familia y especialmente en la educación de los hijos,
Considerando que la discriminación contra la mujer es incompatible con la dignidad humana y con el bienestar de la familia y de la sociedad, impide su participación en la vida política, social, económica y cultural de sus países en condiciones de igualdad con el hombre, y constituye un obstáculo para el pleno desarrollo de las posibilidades que tiene la mujer de servir a sus países y a la humanidad.
El principio de la igualdad de derechos del hombre y la mujer exige que todos los Estados lo apliquen en conformidad con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Protagonismo social del ciudadano: Es en general, la persona registrada por las autoridades, que forma parte de una sociedad. La condición de miembro de dicha comunidad se conoce como ciudadanía, y conlleva una serie de deberes y una serie de derechos que cada ciudadano debe respetar y hacer lo suyo que se cumplan como un ciudadano.
En las democracias actuales, tal como se conciben, normalmente tienen la condición de ciudadanos todas las personas mayores de edad (siendo la mayoría de edad fijada generalmente en los 18 años), aunque en algunos lugares, por razones excepcionales como es el caso de quienes han sido condenados por la justicia, se pierde dicha condición; de hecho, así sucede en algunos lugares de Estados Unidos.
Protagonismo social estudiantil: En la época contemporánea la realidad de los cambios políticos, económicos y científico-técnicos implican la necesidad de adaptaciones y readaptaciones de la actividad humana, para formar un hombre nuevo, que piense, sienta y actúe en relación con la sociedad que le rodea, un hombre honrado, responsable, que luche por el desarrollo y progreso de su nación.
Es precisamente en este contexto de cambios acelerados, que en los últimos años se han intensificado los intentos de perfeccionar, estimular y acelerar la materialización de todas las potencialidades del hombre, en el cual la Política Educacional trata de superar las concepciones centradas en el maestro como eje básico, transmisor de conocimientos supuestamente acabados, buscando alternativas que hagan del alumno un sujeto activo, que aprenda de manera creadora.