Una vez un lirio de jardín (de jardín de rico) preguntaba a las demás flores por Cristo.
Su dueño, pasando, lo había nombrado al alabar su flor recién abierta.
Una rosa de Sarón, de viva púrpura, contestó:
-No le conozco. Tal vea sea un rústico, pues yo he visto a todos los príncipes.
-Tampoco lo he visto nunca -agregó un jazmín menudo y fragante- y ningún espíritu delicado deja de aspirar mis pequeñas flores.
-Tampoco yo -añadió todavía la camelia fría e impasible. -Será un patán: yo he estado en el pecho de los hombres y las mujeres hermosas...
Replicó el lirio:
-No se me parecería si lo fuera, y mi dueño lo ha recordado al mirarme esta mañana.
Entonces la violeta dijo:
-Uno de nosotros hay que sin duda lo ha visto: es nuestro pobre hermano el cardo.
Vive a la orilla del camino, conoce a cuantos pasan, y a todos saluda con su cabeza cubierta de ceniza. Aunque humillado por el polvo, es dulce, como que da una flor de mi matiz.
-Has dicho una verdad -contestó el lirio. -Sin duda, el cardo conoce a Cristo; pero te has equivocado al llamarlo nuestro. Tiene espinas y es feo como un malhechor. Lo es también, pues se queda con la lana de los corderillos, cuando pasan los rebaños.
Pero, dulcificando hipócritamente la voz, gritó, vuelto al camino:
-Hermano cardo, pobrecito hermano nuestro, el lirio te pregunta si conoces a Cristo.
Y vino en el viento la voz cansada y como rota del cardo:
-Sí; ha pasado por este camino y le he tocado los vestidos, yo, ¡un triste cardo!
-¿Y es verdad que se me parece?
-Sólo un poco, y cuando la luna te pone dolor. Tú levantas demasiado la cabeza. ...
Aquí te dejo la canción de El Cardo de Gabriela Mistral, compuesta por José Oyarzo (Tito Roa) e interpretada por Felipe y David Oyarzo, hermosa canción de este cuento de la Premio Nobel chilena: https://youtu.be/G774enMvvaQ
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Gabriela Mistral
El Cardo
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A don Rafael Díaz.
Una vez un lirio de jardín (de jardín de rico) preguntaba a las demás flores por Cristo.
Su dueño, pasando, lo había nombrado al alabar su flor recién abierta.
Una rosa de Sarón, de viva púrpura, contestó:
-No le conozco. Tal vea sea un rústico, pues yo he visto a todos los príncipes.
-Tampoco lo he visto nunca -agregó un jazmín menudo y fragante- y ningún espíritu delicado deja de aspirar mis pequeñas flores.
-Tampoco yo -añadió todavía la camelia fría e impasible. -Será un patán: yo he estado en el pecho de los hombres y las mujeres hermosas...
Replicó el lirio:
-No se me parecería si lo fuera, y mi dueño lo ha recordado al mirarme esta mañana.
Entonces la violeta dijo:
-Uno de nosotros hay que sin duda lo ha visto: es nuestro pobre hermano el cardo.
Vive a la orilla del camino, conoce a cuantos pasan, y a todos saluda con su cabeza cubierta de ceniza. Aunque humillado por el polvo, es dulce, como que da una flor de mi matiz.
-Has dicho una verdad -contestó el lirio. -Sin duda, el cardo conoce a Cristo; pero te has equivocado al llamarlo nuestro. Tiene espinas y es feo como un malhechor. Lo es también, pues se queda con la lana de los corderillos, cuando pasan los rebaños.
Pero, dulcificando hipócritamente la voz, gritó, vuelto al camino:
-Hermano cardo, pobrecito hermano nuestro, el lirio te pregunta si conoces a Cristo.
Y vino en el viento la voz cansada y como rota del cardo:
-Sí; ha pasado por este camino y le he tocado los vestidos, yo, ¡un triste cardo!
-¿Y es verdad que se me parece?
-Sólo un poco, y cuando la luna te pone dolor. Tú levantas demasiado la cabeza. ...
saludos.☺
http://www.logoslibrary.eu/document.php?document_i...
no se si es este, pero mira la pagina xD
El espino prende a una roca
su enloquecida contorsión,
y es el espíritu del yermo,
retorcido de angustia y sol.
La encina es bella como Júpiter,
y es un Narciso el mirto en flor.
A él lo hicieron como a Vulcano,
el horrible dios forjador.
A él lo hicieron sin el encaje
del claro álamo temblador,
porque el alma del caminante
ni le conozca la aflicción.
De las greñas le nacen flores.
(Así el verso le nació a Job.)
Y como el salmo del leproso,
es de agudo su intenso dolor.
Pero aunque llene el aire ardiente
de las siestas su exhalación,
no ha sentido en su greña oscura
temblarle un nido turbador...
Me ha contado que me conoce,
que en una noche de dolor
en su espeso millón de espinas
magullaron mi corazón.
Le he abrazado como a una hermana,
cual si Agar abrazara a Job,
en un nudo que no es ternura,
porque es más ¡desesperación!
Lee todo en: El espino - Poemas de Gabriela Mistral http://www.poemas-del-alma.com/el-espino.htm#ixzz2...
Aquí te dejo la canción de El Cardo de Gabriela Mistral, compuesta por José Oyarzo (Tito Roa) e interpretada por Felipe y David Oyarzo, hermosa canción de este cuento de la Premio Nobel chilena: https://youtu.be/G774enMvvaQ