2005-09-26
LA ORACION DE LOS CABALLOS
Por los callejones de las alquerías
que el sol ilumina de vivos reflejos,
recordando siempre sus mejores dias
pasan renqueando los caballos viejos,
llenos de amarguras y melancolías...
Por entre las cercas de palo o de alambre
meten las cabezas, medio adormecidos,
los sigue de moscas zumbando un enjambre
y ellos - pobrecitos - transidos de hambre,
se quedan mirando los prados floridos...
Los prados floridos en donde nacieron
libres como el viento y como él veloces;
esos mismos prados en donde corrieron
lanzando felices relinchos y coces.
¡ y sus ilusiones todas se murieron!...
Uno rememora cuando altivo y fiero
llevaba en sus lomos la alfombra escarlata
de algún valeroso e hidalgo guerrero
de casco dorado y espuelas de plata.
El otro recuerda que sobre sus ancas
llevó dulcemente con gran donosura,
mujeres divinas, esbeltas y blancas,
de formas talladas como una escultura.
El otro medita: yo fui en las carreras
el rey de los vientos, de sedosas crines,
y vi desplegarse las rojas banderas
¡ y oí los saludos de roncos clarines.
Los viejos caballos meditan ahora
al pie de la cerca cerrados los ojos.
una flauta rústica a lo lejos llora
"¡la vida está llena de espinas y abrojos!"
Hermano caballo: Mejor es tu suerte
que la de los hombres a quienes la vida
clavó con su zarpa despiadada y fuerte...
y van por el mundo cubriendo su herida
en pos de la dicha que obsequia la muerte...
Hermano caballo: Igual es tu destino
al de los mortales,
a ti, cuando inútil, te arroja el destino
a morir de hambre a un viejo camino,
¡ y a aquellos arroja a los hospitales!
Serviste. Y ahora, ¿qué pides?,¿ qué quieres?
así son los hombres no solo contigo
que tan noble y dulce, que tan bueno eres;
en esta tragedia de todos los seres
es sólo el sepulcro el único amigo.
Hermano caballo como tú los parias
de la vida pasan horas de quebranto;
para sus oídos no fueron las arias
de los vencedores... Almas solitarias,
¡flores que se abrieron regadas con llanto!
Empleados oscuros de las oficinas,
músico ambulante, pobres artesanos,
artistas...poetas...que parecen ruinas,
del caballo viejo somos los hermanos...
¡ como a él no nos quedan sino las espinas!...
Cuando las arrugas surcan ya la frente,
y el alma tenemos llena de consejos,
la vida que todo lo ve brutalmente
nos manda morirnos dolorosamente.
¡ como mueren siempre los caballos viejos...!
Ricardo Nieto
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Answers & Comments
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Buenas tardes aparcero ¡valiente comparación la tuya!
... pero la cosa es cierta sólo si te aislás. Si no te rodeás de amigos.
Y no tenés un palenque donde rascarte!!!
Pero no todos los caballos tienen un final solitario.
No es más que fatalismo, pensar que hay un mandato que nos signa (a ellos y a nosotros) a morir dolorosamente
No lo tuvo por lo menos Babieca, el mío. Cuando los años minaron su ímpetu, y se fue haciendo viejito, tuvo una vida apacible, llena de mimos.
Me hacía sus buenos kilómetros los fines de semana para llegar a su lado.
Salíamos a caminar juntos, como para despuntar el vicio.
Íbamos hasta ahí nomás, y al llegar al arroyo, tras el consabido chapuzón, pegábamos la vuelta. Me empujaba travieso con su belfo, relinchaba de contento.
Y se murió en mis brazos por así decirlo. Tendida a su lado, acariciando su cabeza.
Ojalá que cuando a mí me toque, mis hijos me traten como yo a Babieca.
Te dejo con la poesía de Conrado Nalé Roxlo. De chica, supe tener también yo, mi época oscura y me la sabía de memoria!!! Hoy, me identifico con el video (ver fuentes)
Gracias por la de Nieto.
Un beso Juan
Marta
“Balada del jinete muerto”
Ay, alazán, alazán
si llegaremos a tiempo.
Rojas traigo las espuelas
de tu sangre, compañero,
y mi blusa azul manchada
de sangre en el lado izquierdo.
¡Como resuena el camino
bajo tus cascos ligeros!
Suena como un ataúd.
¡Si llegaremos a tiempo!...
Solo tu sombra se alarga
por el suelo ceniciento.
Ay, que mi sombra no va
con la tuya, compañero.
Alazán, alazán mió,
no corras, que ya no es tiempo.
Cuando llegues a la casa
-¡como me duele el recuerdo!-
oirás cantar la roldana,
te darán un cubo fresco,
y ella, de brazos desnudos,
ira a abrazarte gimiendo;
sus lágrimas correrán
con el sudor de tu cuello,
y oirás cantar a mis hijos
la canción del padre muerto.
Ay, alazán, alazán,
no corras, que ya no es tiempo.
Esta muy buena esa oración del caballo, aunque un poco pesimista, pero si creo que en algunas oportunidades si somos como los caballos que con el tiempo van perdiendo las ilusiones, pero debemos reconfortarnos y no dejar que eso ocurra.
Juan Voz sos un caballo viejo
Creo que hay otro que tienen un destino fatal...como el de A.Yupanqui
Era una cinta de fuego mi caballo galopando
crin revuelta en llamaradas, mi alazán te estoy nombrando,
cruzó los valles con luna, cruzó los cerros nevando
mil caminos anduvimos, mi alazán te estoy nombrando.
Oscura cinta de niebla te pialó junto al barranco
como fue que no lo viste, que estrella estabas buscando,
en el fondo del abismo, ni voz para nombrarlo
solito se fue muriendo mi caballo, mi caballo.
En una horqueta del tala hay un morral solitario
y hay un corral sin relinchos, mi alazán te estoy nombrando,
si es como dicen algunos que hay cielo pa'l buen caballo
por ahí andará mi flete galopando, galopando.
Oscura cinta de niebla te pialó junto al barranco
como fue que no lo viste, que estrella estabas buscando,
en el fondo del abismo, ni voz para nombrarlo
solito se fue muriendo mi caballo, mi caballo.
Es una canción...
Los versos son buenos, bastante buenos.
La idea un tanto pesismista. Echamos a Dios de nuestras vidas y nos queda eso, morir como los caballos, sin esperanza, sin fe, sin amor.
Muchas felicdades.