Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo nació el 21 de febrero de 1747, en Quito, Ecuador y murió el 27 de diciembre de 1795, después de estar encarcelado en Quito. Fue un prominente investigador científico, médico, escritor, abogado, periodista, pensador, quiteño ideólogo, político y considerado en Ecuador prócer de la independencia.
Importancia de su obra
Eugenio Espejo fue ciertamente un hombre de la Ilustración. Asimiló las ideas que los pensadores modernos echaban a circular desde Europa. Poseía una biblioteca apreciable. Se entusiasmaba con los nuevos libros. Y congregaba en su hogar pobre y solitario a los jóvenes de Quito, para explicar y comentar la doctrina de aquellos. Se lo consideraba un verdadero filósofo (tal se desprende de las palabras de José Mejía, una de las personalidades más cabales dentro de la oratoria en lengua castellana, y en cierto modo discípulo de Espejo). Pero en su espíritu hallaban lugar no únicamente las ideas de su tiempo, sino también las de los clásicos. Estos ejercían sobre él mucho sugestión. Los citaba a cada paso. Y hasta prefirió la estructura de los diálogos a la manera de Luciano para exponer sus propias enseñanzas. Por eso se llamó a sí mismo "el nuevo Luciano de Quito", o "despertador de los ingenios", que es precisamente el título de la primera obra que escribió. El propósito que entonces alentó y que persistió a lo largo de su carrera, fue el de hacer una crítica sin contemporizaciones al estado intelectual de la Colonia.
El caso de Espejo es de los más únicos de nuestra América: por su ancestro, por su condición social, por sus estudios, por su labor de investigación científica, por su labor en el periodismo. Por su crítica de la educación pública y de las instituciones españolas. Por su docencia estética, por su nítida comprensión de la realidad americana, por su empeño revolucionario, mantenido con el sacrificio de la propia vida, y llevado hasta los países vecinos con ánimo ejemplar, Espejo fue "una de las figuras más descollantes de la Ilustración", y sus libros "la mejor exposición de la cultura colonial del siglo XVIII".
Sus obras:
El retrato de la Golilla
Marco Porcio Cantón o Memorias para la impugnación
Voto de un ministro togado de la Audiencia de Quito
Cartas riobambenses
Cartas Teológicas.
Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas
Discurso sobre el establecimiento en Quito de una sociedad patriótica
Answers & Comments
eugenio espejo fue escritor de varias obras tales como:
-Nuevo Luciano de Quito (1779),
- Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de la viruela (1785),
- Cartas Riobambenses (1787),
-Discurso sobre la necesidad de establecer una sociedad patriótica con el nombre de "Escuela de la Concordia" (1789), etc.
Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo nació el 21 de febrero de 1747, en Quito, Ecuador y murió el 27 de diciembre de 1795, después de estar encarcelado en Quito. Fue un prominente investigador científico, médico, escritor, abogado, periodista, pensador, quiteño ideólogo, político y considerado en Ecuador prócer de la independencia.
Importancia de su obra
Eugenio Espejo fue ciertamente un hombre de la Ilustración. Asimiló las ideas que los pensadores modernos echaban a circular desde Europa. Poseía una biblioteca apreciable. Se entusiasmaba con los nuevos libros. Y congregaba en su hogar pobre y solitario a los jóvenes de Quito, para explicar y comentar la doctrina de aquellos. Se lo consideraba un verdadero filósofo (tal se desprende de las palabras de José Mejía, una de las personalidades más cabales dentro de la oratoria en lengua castellana, y en cierto modo discípulo de Espejo). Pero en su espíritu hallaban lugar no únicamente las ideas de su tiempo, sino también las de los clásicos. Estos ejercían sobre él mucho sugestión. Los citaba a cada paso. Y hasta prefirió la estructura de los diálogos a la manera de Luciano para exponer sus propias enseñanzas. Por eso se llamó a sí mismo "el nuevo Luciano de Quito", o "despertador de los ingenios", que es precisamente el título de la primera obra que escribió. El propósito que entonces alentó y que persistió a lo largo de su carrera, fue el de hacer una crítica sin contemporizaciones al estado intelectual de la Colonia.
El caso de Espejo es de los más únicos de nuestra América: por su ancestro, por su condición social, por sus estudios, por su labor de investigación científica, por su labor en el periodismo. Por su crítica de la educación pública y de las instituciones españolas. Por su docencia estética, por su nítida comprensión de la realidad americana, por su empeño revolucionario, mantenido con el sacrificio de la propia vida, y llevado hasta los países vecinos con ánimo ejemplar, Espejo fue "una de las figuras más descollantes de la Ilustración", y sus libros "la mejor exposición de la cultura colonial del siglo XVIII".
Sus obras:
El retrato de la Golilla
Marco Porcio Cantón o Memorias para la impugnación
Voto de un ministro togado de la Audiencia de Quito
Cartas riobambenses
Cartas Teológicas.
Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas
Discurso sobre el establecimiento en Quito de una sociedad patriótica