No sera que en algun remoto pasado llegaron los dioses del cielo?
Update:La verdad que he recibido maravillosas respuestas
Mamu , yo de niño me tiraba panza arriba en las noches incomparables de cielo despejado ,y jugaba a que viajaba por las estrellas
Los dioses desde los Acadios al Popol vhu
Desde los Maories a los indios Kayapos de Brasil Todos nos hablan de dioses venidos del cosmos y de su interaccion con las hijas de los hombres
Temo ser injusto con tan buenas respuestas
dejare a la calificacion por la comunidad
Vox populis vox dei
De nuevo gracias a todos
Juan
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La gente mira al cielo, buscando en los astros la confirmación de la antigua premisa hermética que en el siglo ** rescataron los investigadores de los nuevos paradigmas científicos: “Lo que está abajo es como lo que está arriba. Y lo que está arriba es como lo que está abajo, para que pueda cumplirse el milagro de lo Uno” (Tabula Smaragdina).
Este “principio de correspondencia”, uno de los siete que se atribuyen a Hermes Trismegisto –personaje egipcio legendario que no se sabe si fue rey o dios, y tampoco si verdaderamente existió, pero que habría sentado las bases del pensamiento esotérico de Occidente– nos estaría diciendo que lo que pasa en una dimensión macro como el cielo tiene su correspondencia en nosotros, pequeños mortales.
Supongo que el hombre primitivo tuvo las mismas preguntas que desués estructuró la filosofía, y las hizo (se las hizo) mirando cara a cara a las estrellas.
Yo lo entiendo, porque en las noches serenas (de esas que sabe regalarnos el campo) cuando uno relajado y panza arriba sobre el pasto se pone a mirar hacia arriba, queda atrapado por el espectáculo de ese infinito manto estrellado… y vuelve a pensar como los primeros hombres, si hay algo más allá, debe ser bueno, si no lo puedo alcanzar debe ser mágico… (digo) y se replantea la existencia divina porque el sol y las estrellas rigen las estaciones, marcan el paso de la vida aunque el almanaque no coincida del todo, o le ande cerca…
Mirar hacia arriba es consecuencia de estar mirando más hacia adentro.
Mirar el cielo es mirar más profundo quién soy dentro del universo, y allí lo instalamos a Dios (¡faltaba más! ¿en qué otra parte?).
Estamos en una época de crisis de valores y de crecimiento evolutivo de la humanidad; hay una aceleración de la evolución que nos dejó sin referentes culturales, sociales, políticos e ideológicos, y en este contexto mirar hacia arriba tiene un simbolismo casi poético. El cielo es la dimensión de lo desconocido, lo infinito, lo misterioso.
Y… si Dios o los Dioses hubieran venido del cielo? ¿porqué no corporizarlo así?.
Yo, confieso, a Dios lo consideo energía. Pero bueno, ese es otro tema
Me desarmaste Juan. Desde mi ventanal abarco la ciudad y apenas un retacito de cielo.
Acaso si estuviera en este momento bajo el cielo pampeano, mi respuesta fuera muy distinta, y borracha de estrellas pudiera contarte “la justa”. (pero ¡bueno!)
Te mando un beso – Ha sido como siempre, un gustazo charlar contigo.
Marta
eso es mentira en el cielo solo esta el padre y el hijo junto a sus angeles supongo
la verdadera morada de los dioces son las piramides
La morada de los dioses
Las pirámides del sitio de Teotihuacán, cerca de Ciudad de México, son el espléndido testimonio de una cultura que dominó saberes increÃbles para su tiempo. Un sitio que tiene sus misterios, y un profundo significado religioso.
En México existe un lugar donde los hombres se convirtieron en dioses: Teotihuacán, palabra que en la lengua náhuatl significa “lugar de los dioses”. Es un sitio donde la montaña enmarca pirámides simétricas y avenidas imponentes, un espacio donde un silencio mineral agranda aún más las construcciones de piedra de una civilización desaparecida hace más de 1500 años, pero creadora de algunos de los vestigios más increÃbles del Hemisferio Occidental.
Tal como se traduce a partir de su nombre, en Teotihuacán los hombres adquirieron la dimensión de dioses por la magnitud de sus obras, al menos en la mente de quienes las descubrieron luego de su desaparición: los aztecas, que se establecieron en el vecino sitio de Tenochtitlán, la ciudad flotante sobre islas artificiales en medio de un lago que los españoles transformaron un dÃa en la Ciudad de México.
La Roma de las Americas En el siglo IV de nuestra era, Teotihuacán era la sexta ciudad más importante del planeta y se estima que tenÃa unos 125.000 habitantes (los arqueólogos calculan que con una evolución normal esta cifra equivaldrÃa a unos 33 millones de personas para este siglo). En aquellos tiempos abarcaba unos 20 kilómetros cuadrados, una superficie que la hacÃa más grande aun que Roma, la ciudad que todos concordaban en calificar como la más prodigiosa de un mundo que no conocÃa todavÃa las Américas.
Teotihuacán era un centro urbano próspero, un centro cultural pero sobre todo espiritual. La profusión de templos y pirámides que se construyeron en ella hicieron pensar a los hombres que allà habÃan habitado antiguos dioses. Su arquitectura también marcó profundamente a las civilizaciones posteriores de América Central, que adoptaron muchos de sus elementos arquitectónicos para armar sus propias ciudades y pirámides.
Cuando se camina hoy sobre la Calzada de los Muertos, que divide lo que queda de la ciudad en dos partes simétricas, se siente todavÃa esta atmósfera especial, austera y liviana a la vez, una mezcla de rigidez y de belleza. Hoy en verdad se puede ver y conocer apenas una porción de Teotihuacán: la céntrica, con su avenida y su doble fila de construcciones puntuadas de pirámides. La Calzada de los Muertos era ya, como en la actualidad, el principal eje de la ciudad, pero tenÃa más de tres kilómetros de largo. Hoy va de la Ciudadela hasta la Pirámide de la Luna. Por ella transitaban las mercancÃas y los hombres que comerciaban en todo el valle de México, y mucho más allá, en todo el centro del México actual. Sin embargo, la historia de Teotihuacán empieza como todos los demás asentamientos humanos, cuando en torno del siglo VI antes de Cristo una etnia local comienza a tallar herramientas de piedra en la zona y se dedica a la agricultura, en este valle lluvioso y provisto de muchos pozos de agua dulce.
Ya a partir del siglo II antes de Cristo, según pudieron demostrar los arqueólogos, el asentamiento habÃa desarrollado una agricultura planificada y comercializaba los excedentes de objetos de piedra pedernal de sus canteras. Poco a poco, con el bienestar económico, el pueblo empezó a convertirse en ciudad, impulsado por motivos religiosos. Teotihuacán se transformaba asà en un centro espiritual y polÃtico que logró hegemonÃa sobre toda su región. Su apogeo se sitúa hacia el siglo VI de nuestra era, y ya en el siglo IX habÃa desaparecido toda forma de presencia humana relevante en la ciudad.
248 escalones hasta el cielo Los aztecas llegaron al valle de México en el siglo XIV, y levantaron su capital unos 50 kilómetros hacia el sur. Teotihuacán ya era desde hacÃa siglos una ciudad desierta, una morada divina abandonada, como una especie de Olimpo fantasma.
La Calzada de los Muertos es un eje norte-sur, bordeado de edificios, palacios, plazas y edificios religiosos. Se ingresa por la parte sur, a la altura de la Ciudadela, previo pago de una entrada (más adicionales para las cámaras y videocámaras que uno lleve consigo) en una oficina que sirve también de museo y centro explicativo. Lo más interesante es una maqueta que da una idea de lo que se va a ver y los puntos más importantes, si no se tiene mucho tiempo para recorrer el sitio con detenimiento. Hay también muchos puestos de artesanos y de vendedores de recuerdos. Los objetos de plata son los más interesantes, y de precio accesible incluso para nuestros pesos devaluados.
La Ciudadela se conoce también como Templo de Quetzalcóatl. Su fachada está adornada con sofisticados bajorrelieves y esculturas que representan al dios serpiente cuya cabeza emerge de un collar de plumas, uno de los grandes sÃmbolos de esta civilización americana. Esta parte del sitio está enfrentada a la Pirámide de la Luna, pero entre ella y la Ciudadela se levanta la Pirámide del Sol, la construcción más fotogénica –para calificarla de un modo acorde con sus funciones actuales– de Teotihuacán. Se estima que fue construida durante el primer siglo de nuestra era. Aunque sus medidas sean impresionantes, hace falta mucha imaginación para tener una idea de lo que era cuando estaba cubierta de estuco y pintada en colores vivos. Se pueden trepar sus 248 escalones (aunque vale recordar que son muy empinados, y es frecuente que algunos visitantes se desmayen bajo el doble efecto del esfuerzo y la altura). La cumbre de la Pirámide culmina a unos 64 metros sobre la calzada, y ofrece una vista imperdible sobre toda la ciudad. No en vano es la tercera pirámide más grande del planeta... El templo que la coronaba se derrumbó hace mucho tiempo, de modo que hoy Teotihuacán sólo sacrifica ofrendas a los dioses del turismo. En torno de las pirámides y sobre la calzada, vendedores de todo tipo persiguen a los turistas para ofrecerles de todo un poco: bisuterÃa de plata, rollos de fotos, ocarinas y souvenires de obsidiana. Mercaderes modernos que pisan sobre las huellas de sus antecesores, varios siglos después de ellos. Cuando las horas del dÃa avanzan y el sitio se llena de gente, su presencia se vuelve a veces irritante, con sus gritos puntuando sin cesar el zumbido de las conversaciones.
Por eso las mejores horas para visitar Teotihuacán son las de la primera mañana, con el sol apenas levantado. A esa hora hay poca gente, y faltos de oyentes los vendedores aún no se animan a alabar a los gritos sus mercancÃas. De vez en cuando un silbido de ocarina evoca incluso un toque solemne, y parece un sonido del pasado que acaba de llegar rebotando contra las paredes de una de las pirámides...
Del cenit al declive La Pirámide de la Luna está al norte del sitio. Es más pequeña que la del Sol, pero por estar construida sobre una lomada sus vértices se encuentran a la misma altura. Si uno no se anima a la trabajosa ascensión de la Pirámide del Sol, puede animarse por lo menos a la de la Luna, que cuenta con muchos menos escalones. La vista ofrece una perspectiva diferente, y permite divisar la demarcación que hace la Calzada en medio de toda la ciudad. Alrededor de la Plaza de la Luna, a los pies de la pirámide, hay varios templetes, como el Templo de los Caracoles Emplumados y el Templo de los Animales Mitológicos. Hay también varios palacios, como el de Quetzalpapalotl (mariposa Quetzal) y el de los Jaguares. En las habitaciones interiores de estos edificios hay pinturas murales bien conservadas asà como bajorrelieves que representan sÃmbolos rituales y animales mitológicos. Otro palacio de gran interés es el de Tepantitla, detrás de la Pirámide del Sol, que contiene los restos del mural del ParaÃso de Tláloc, reproducido en el famoso Museo de AntropologÃa de México DF.
Luego de visitarlo, las miradas se vuelcan otra vez hacia las perspectivas y las pirámides. Se ven más imponentes aun cuando se sabe que su construcción fue regida por sofisticados y muy avanzados cálculos astronómicos. Sus gradas tienen una inclinación de 17º en dirección del polo terrestre, lo que permite hacer coincidir el cenit del sol con el centro de estas pirámides los dÃas 20 de mayo y 18 de junio. Hoy, lamentablemente, se han perdido muchas de sus esculturas y todas sus pinturas. Es muy difÃcil imaginárselas en los tiempos de su máximo esplendor, imponentes escaleras coloridas hacia el cielo, hacia esos dioses que bien pudieron haberlas habitado.
Al lado de lo monumental, en Teotihuacán convivÃan también otros tipos de arte: vajilla, objetos rituales de diversos materiales, esculturas y artesanÃas. Para poder embellecer la ciudad y fortalecer su imagen de poder, se atraÃa a los mejores artesanos de toda América Central, y hasta de la lejana Yucatán. Teotihuacán era asà una ciudad cosmopolita, con barrios enteros reservados a los artesanos mayas o zapotecas. Algunos especialistas piensan que se puede encontrar justamente allà una de las explicaciones de su declive, por el quiebre de su hegemonÃa ante las influencias de grupos extraños cada vez más numerosos. Sin embargo, parecen más probables otras explicaciones: sobre todo, que la ciudad hubiese crecido demasiado sobre los terrenos de cultivo, hasta tal punto que necesitaba importar parte de sus reservas de comida, y estaba por lo tanto la merced de otros grupos de agricultores.
Aunque el auge espiritual de Teotihuacán abrazaba todo el actual México, la ciudad empezó a entrar en crisis y en el siglo X otras ciudades del centro de México ya empezaban a fortalecerse: TajÃn, Cholula y Xochicalco. Los nuevos grupos aportaban sus propias divinida
Opino como Marta dice que al mirar el cielo infinito, uno siente que tal belleza tiene por fuerza que ser mágico y allà sà o sà viven los dioses.
Tambien yo creo que Dios es energÃa.
Saludos desde Mendoza mi amigo
Nacho
Esta es una pregunta muy pero muy buena aunque te parezca que no lo es o este hecha en otro sentido Pero desde el punto de vista totalmente TEOLOGICO te digo que el CIELO es:
Con este domingo del Bautismo del Señor finaliza el tiempo de Navidad y EpifanÃa. Ya podemos guardar nuestros pesebres y arbolitos hasta el año que viene.
Es sabido que, junto con el relato del pesebre y los Reyes y las Bodas de Caná, la Iglesia primitiva festejó, como pieza principal de la manifestación de la encarnación realizada ocultamente el dÃa de la Anunciación, también el Bautismo de Jesús. 'EpifanÃa' quiere decir, precisamente, 'manifestación'. Los tres momentos: reyes, transformación del agua en vino, bautismo, se consideraban los tres milagros, -" tria mirácula ", les llamaba la antigua liturgia- que iniciaban la publicación de lo que ya habÃa sucedido reservadamente en el seno de MarÃa.
Se cierra, empero, el ciclo navideño, con el Bautismo de Jesús, por dos razones: una, que la escena es un breve compendio de lo que Cristo significa en la historia de la salvación ¡y del universo!; otra, porque nos obliga a pensar en la inmediata consecuencia de la Navidad para nosotros: nuestro propio bautismo.
Que Jesús fue bautizado por Juan es un hecho histórico difÃcilmente cuestionable, ya que a los evangelistas les hubiera sido más fácil suprimir la escena que tratar de explicar -como intenta hacerlo nuestro breve pasaje de hoy- porqué tuvo el Señor que pasar por el bautismo de Juan sin ningún desmedro de su persona.
De todos modos, sea lo que fuera de su facticidad, los evangelistas -en nuestro caso Marcos- utilizan la escena para brindarnos su enseñanza respecto a quién es Jesús. Recordemos que, en aquel tiempo, no se enseñaba teologÃa principalmente por medio de proposiciones filosóficas o catequÃsticas, sino mediante imágenes plásticas, simbólicas, que entraban más vivamente en el pensamiento de los oyentes, al modo de las parábolas, o las fábulas, o alegorÃas. A los judÃos se les hablaba trayéndoles reminiscencias del Antiguo Testamento.
AsÃ, el Jordán no era una corriente de agua más, era el rÃo que habÃa atravesado legendariamente Josué para ingresar en la Tierra Prometida; el mismo rÃo que habÃan debido atravesar los exiliados en Babilonia para retornar a su patria; figura también del Mar Rojo que hubo de vadear Moisés para huir de Egipto. Más aún, el Jordán representa aquà a las aguas primordiales sobre las cuales, en el poema de la creación del Génesis, mÃticamente, se cernÃa el espÃritu iniciando al mundo.
En todo caso la mención del Jordán, muchÃsimo más allá de buscar el lugar exacto donde puede haber sido Cristo bautizado por Juan e ir a mirarlo, en turismo religioso, con peregrina piedad, quiere despertar la atención del avisado lector hacia la percepción de que en el bautismo está ocurriendo un acontecimiento primordial, originario, de donde surgirá algo tan novedoso como la misma creación de la nada. En realidad ¡la creación del hombre nuevo!, del segundo Adán, surgiendo de las aguas amnióticas del Jordán. De eso se trata: del hombre elevado de su condición natural a la realidad divina -realidad que lo supera tanto como el ser a la nada-. El misterio de la unión del "hombre verdadero al Dios verdadero", como dirá San León Magno .
La escena se hace todavÃa más elocuente en la alegorÃa de los cielos que se abren. "Vio que los cielos se abrÃan" Es sabido que el arriba, el cielo, lo que hoy llamamos la atmósfera, representó siempre, en la simbologÃa religiosa, el ámbito de lo divinal, en si inalcanzable por el hombre. El mundo cerrado de los dioses, de la inmortalidad, de la perfecta felicidad, y que, de por sÃ, está clausurado para el ser humano, que debe conformarse con el 'aquà abajo', con lo puramente terreno, con el tiempo que se gasta, con la biologÃa que perece.
Pero, ahora, el paso del Jordán y del Mar Rojo y de las aguas primordiales no lleva solo a la 'tierra prometida' en este mundo, sino que se transforma en paso hacia los prometidos 'nuevos cielos y nueva tierra', lo celestial. " Vio que los cielos se abrÃan" . El paso a lo celeste ha sido 'puenteado', se encontró el conjuro exacto que, en la solidez de la roca, abre la puerta a la cámara del tesoro, al pasadizo secreto que lleva a la eternidad. Ya el cielo, la morada de Dios, ¡Dios mismo!, es algo que puede ser ambicionado por el hombre, porque abierto para Cristo, e invitados que somos, inexplicablemente, al palacio real.
" Y el EspÃritu Santo descendÃa sobre él como una paloma ". La figuración de lo divino no se queda en un sÃmbolo meramente local: el arriba y el abajo, la puerta que se abre, lo celeste y lo terreno, sino que, haciéndose cada vez más intensamente explÃcita, se expresa en el 'espÃritu santo', la vitalidad de Dios, su soplo, su respiración, su aliento, aleteando otrora sobre las aguas primordiales, ahora descendiendo sobre Cristo, señalando su participación plena del vivir de Dios.
No es del todo claro el porqué de la elección de la figura de una paloma. ¿La famosa paloma, quizá, que volvió al arca de Noé con una hojita de olivo en el pico? ¿SerÃa paloma la forma del ave con la cual el espÃritu aleteaba sobre el abismo en el Génesis, según afirmaban algunos rabinos? Hemos perdido la clave de su simbolismo. Quizá algún dÃa la hallemos en algún viejo manuscrito todavÃa no descubierto.
" Y una voz desde el cielo dijo ". La voz que resuena desde el cielo anuncia que, otra vez, Yahvé, Adonai -quien, afirmaban los judÃos, hacÃa mucho tiempo habÃa enmudecido y dejado de hablarles por medio de los profetas- vuelve a ocuparse de su pueblo. Esa voz, esa palabra, ese verbo, que no solo comunica órdenes y enseñanzas, sino que crea , en susurro de amor, como creó en el inicio de los tiempos -" Y dijo Dios, la tierra sea "-. El evangelista Juan -lo escuchamos el domingo pasado- expresaba esta misma idea de nuestro pasaje de hoy de otra manera: " Y el verbo se hizo carne ".
Pues bien, esa misma voz que se oye desde el cielo, voz principalmente dirigida a Jesús -'Palabra hecha hombre'- pero también a nosotros, revela que allà se consuma y ultima excelsamente la creación: en Cristo, el Hijo de Dios. " Tú eres mi hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección ".
Esa "predilección" de Dios por Cristo, este querer paterno, este amor que ha dirigido hacia Ãl toda la creación del universo dándole su último sentido. Como decÃa Pablo: "todo ha sido creado por Ãl -por Jesús- y para Ãl". O, en la epÃstola a los Romanos, englobándonos a nosotros: "todo fue hecho para que Ãl fuera el primogénito de muchos hermanos".
Porque esta misma escena del bautismo con la cual el evangelista Marcos explica el ser de Jesús explica también el nuestro. Nosotros, recreados bautismalmente para que seamos hermanos del Primogénito.
También para los cristianos se han abierto, en el bautismo, en las aguas del Jordán de la pila bautismal, las puertas del cielo, bajado el espÃritu santo, oÃdo la voz que nos declaraba 'hijos de Dios'.
Es bueno terminar este tiempo de navidad, pues, y renovar fuerzas para recorrer el año, reavivando la conciencia de nuestra nobilÃsima condición: de la diferencia abisal que existe entre vivir en Egipto, en el exilio, en la mera condición humana y biológica, cerrados en nuestro lÃmite creatural, terreno y temporal, destinados a la muerte, o vivir como hijos de Dios, el cielo abierto para nosotros, vivificados ya por el EspÃritu, transformados en hermanos de Jesucristo, herederos de la vida eterna.
y......HAY MUCHO MAS PARA SABER LO QUE ES EL CIELO COMO MORADA DE DIOS NO DE LOS DIOSES POR QUE SIEMPRE HUBO Y HABRA UN SOLO DIOS CON DISTINTOS NOMBRES ALA, RA etc etc PERO SIEMPRE UN SOLO DIOS
creo que los fenómenos astrológicos serÃan todo un espectáculo y causarÃan sensación entre los primigenios habitantes de la tierra, casi todas las religiones efectivamente están emparentadas con el cielo, pero piensa por un momento sin los conocimientos que tenemos ahora: el sol se sumergÃa en el mar y volvÃa a salir al dÃa siguiente, lo mismo la luna, los cometas surcaban el cielo lÃmpido (no el de hoy que apenas vislumbramos las estrellas) y quizás al entrar en la atmósfera causarÃa un estruendo terrible, los eclipses...eso era algo que develarÃa a los sacerdotes, curanderos y sabios, y efectivamente los asociarÃan a fenómenos climáticos: un eclipse de luna quizás causarÃa inundaciones en las zonas donde se asentaban.... lo mismo las manchas solares, una actividad por demás frecuente en el sol causa sequÃas en la tierra...de ahà a creer que es un mensaje de los dioses hay un solo paso. de ahà a creer que los dioses moran en el cielo un chasquido de dedos. de ahà ha magnificar ciertos acontecimientos que quizás no son contemporáneos con estos fenómenos pero que la extrapolación los hacÃa simultáneos, un par de generaciones.
sabemos que la estrella de Belen sucedió mucho antes del nacimiento de Jesús, pero se lo asocia.
la torre de Babel lo mismo, se hizo la torre, pero quizás una gran sequia provocó la diáspora de la ciudad, con la formación de nuevos pueblos con nuevos idiomas y costumbres y quedó en el inconciente colectivo de todos los pueblos que el haber contruido la torre Dios los hizo cambiar de lengua y entre ellos no se entendÃan, y lo que efectivamebte cambió las cosas fue la distancia geográfica entre los nuevos asentamientos y la aislación que mantuvieron durante generaciones en donde el idioma degeneró en varios dialectos a veces incomprensibles para los otros.
la creencia de la elevación de hombres sagrados al cielo, se dio de igual manera, una persona sagrada debÃa elevarse al cielo a morar con los dioses una vez muerto. Jesús, Mahoma y algunos más fueron elevados a la categorÃa de dioses, por ende viven en el cielo. los dioses griegos y romanos son los planetas y las estrellas, ahà la cosa es más rebuscada, pero en definitiva es lo mismo.
no te aburro más, pero te paso un cuento de ciencia ficción que por supuesto nunca recuerdo al autor:
dentro de 3.000, los hombres del futuro inventan la máquina para viajar por el tiempo, al pasado, a nuestro presente hacia su propio futuro...resulta que aún se mantiene viva la leyenda y la creencia de un tal Jesús, que sube a los cielos al tercer dÃa de estar muerto en lo que era la antigua Jerusalem, hacen cálculos, calculan la fecha y el lugar exacto, seleccionan a 4 cientÃficos, los meten en la máquina y los mandan al pasado. llegan justo cuando a Jesus ya lo estaban descendiendo de la cruz y los familiares se lo llevan a enterrar...esperan un dÃa, dos, tres y nada pasa, solo aparecen por la cueva donde estaba el cuerpo depositado sus familiares a llorarlo, a la noche del tercer dÃa entran a la cueva y miran el cuerpo exámine de jesús: sigue muerto...hacen los preparativos para volver a su presente sabiendo que la cosa era sólo un mito y daba por tierra tal leyenda...cuando por fin regresan a su futuro los cientÃficos llevan consigo el cuerpo de Jesús para examinarlo en sus laboratorios, sin darse cuenta que con la acción de raptar el cuerpo ellos mismos habÃan provocado el inicio de la leyenda.
PORQUE ARRIBA INVOCA EL CIELO, PERO NO SE DAN CUENTA QUE MAS ALLA DEL CIELO HAY PLANETAS, SATELITES, MUNDOS, QUIZA UNIVERSOS.
eso me suena a algo metaforico la palabra cielo Dios esta en su lugar llamalo como quieras
besos
yo que soy de religión católica te puedo decir que yo creo en el cielo pero tal vez creer en el cielo no sea como todos piensan lleno de nubes y ángeles si no como un lugar en el que por fin te puedas sentir gusto sin ningún tipo de carga
por k solo abusan de la ignorancia popular
Las alturas; o por lo menos lo que la gente cree ser eso; y le llaman cielo, siempre han intrigado al ser humano y la magestuosidad del firmamente produce reacciones parecido a lo mistico