Mediante figuras ficticias o tal vez reales, una madre enseña sabiduría a su hijo. No se trata de dos personajes comunes y corrientes, sino de una madre que enseña sabiamente a su hijo rey. Esta madre, que podría ser la Sabiduría personificada por el autor, da a su hijo unas instrucciones que corresponden más a un rey ideal que real.
¡No hay que tomar muy en serio el consejo que aprueba la bebida y el licor para los pobres y oprimidos, con el fin de que olviden sus penas y sufrimientos! (6s) Sin conocer el consejo de esta madre, en muchos lugares patrones y caciques políticos suelen emborrachar a los pobres para que olviden sus penas y no causen problemas; ¿estará de acuerdo Dios con eso? Todo lo contrario: necesitamos mostrar una conciencia lúcida que nos permita llenarnos más y más de la palabra de Dios, que es ante todo justicia, y en solidaridad con nuestros semejantes nos unamos en la lucha por reclamar nuestros derechos.
El vino puede convertirse en un grave peligro para un rey (Pr 20.1; Ec 10.17; Is 28.7).
La triple advertencia contra entregarse a las mujeres (v. 3), la bebida (v. 4-7) y en favor de la justicia (v. 8, 9), están dirigidas a un gobernante, no sólo a la población en general (v. 4).
La embriaguez puede ser comprensible entre moribundos y con gran dolor, pero es inexcusable para los líderes nacionales. El alcohol nubla la mente y puede llevar a la injusticia y a malas decisiones. Los líderes tienen cosas mejores que hacer que anestesiarse con alcohol.
Vemos que se presenta un segundo peligro, es decir, el vino y el licor (ver 20:1; 23:31). No se deben mezclar los deberes del servicio público con el vino y el licor (v. 4). Por lo tanto, el v. 5 admite la relación entre la perversión de la justicia y el abuso del alcohol (vv. 8, 9). Un rey intoxicado no puede velar por el bienestar del pueblo, especialmente de los más necesitados. El v. 5 lucha en favor de la abstención (otros pasajes hablan de la moderación, como en 9:1 ).
O sea, muestran un uso apropiado del vino, es decir como apoyo para el que va a fallecer (¿criminal? ¿enfermo terminal?), el que tiene el ánimo por el suelo. Desafortunadamente, se puede abusar de esta forma de beber si se usa para evitar o escapar de las responsabilidades ordinarias. Sin duda, se trata aquí de algunas circunstancias extremas y extraordinarias. A veces es difícil distinguir. Varios pasajes tratan el tema de la borrachera (20:1; 23:20, 21, 29-35; ver Exo_23:6-7; 1Rey_16:9; 1Rey_20:1).
Bueno, ahora los borrachos culparán a la Biblia y por ende a Jehova. Por que medio mundo anda desfallecido y amargado por la pobreza y necesidad.
Proverbios 31:6 Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo. 31:7 Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más.
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Pro 31:6 Dad la sidra al desfallecido,
Y el vino a los de amargado ánimo.
Pro 31:7 Beban, y olvídense de su necesidad,
Y de su miseria no se acuerden más.
Mediante figuras ficticias o tal vez reales, una madre enseña sabiduría a su hijo. No se trata de dos personajes comunes y corrientes, sino de una madre que enseña sabiamente a su hijo rey. Esta madre, que podría ser la Sabiduría personificada por el autor, da a su hijo unas instrucciones que corresponden más a un rey ideal que real.
¡No hay que tomar muy en serio el consejo que aprueba la bebida y el licor para los pobres y oprimidos, con el fin de que olviden sus penas y sufrimientos! (6s) Sin conocer el consejo de esta madre, en muchos lugares patrones y caciques políticos suelen emborrachar a los pobres para que olviden sus penas y no causen problemas; ¿estará de acuerdo Dios con eso? Todo lo contrario: necesitamos mostrar una conciencia lúcida que nos permita llenarnos más y más de la palabra de Dios, que es ante todo justicia, y en solidaridad con nuestros semejantes nos unamos en la lucha por reclamar nuestros derechos.
El vino puede convertirse en un grave peligro para un rey (Pr 20.1; Ec 10.17; Is 28.7).
La triple advertencia contra entregarse a las mujeres (v. 3), la bebida (v. 4-7) y en favor de la justicia (v. 8, 9), están dirigidas a un gobernante, no sólo a la población en general (v. 4).
La embriaguez puede ser comprensible entre moribundos y con gran dolor, pero es inexcusable para los líderes nacionales. El alcohol nubla la mente y puede llevar a la injusticia y a malas decisiones. Los líderes tienen cosas mejores que hacer que anestesiarse con alcohol.
Vemos que se presenta un segundo peligro, es decir, el vino y el licor (ver 20:1; 23:31). No se deben mezclar los deberes del servicio público con el vino y el licor (v. 4). Por lo tanto, el v. 5 admite la relación entre la perversión de la justicia y el abuso del alcohol (vv. 8, 9). Un rey intoxicado no puede velar por el bienestar del pueblo, especialmente de los más necesitados. El v. 5 lucha en favor de la abstención (otros pasajes hablan de la moderación, como en 9:1 ).
O sea, muestran un uso apropiado del vino, es decir como apoyo para el que va a fallecer (¿criminal? ¿enfermo terminal?), el que tiene el ánimo por el suelo. Desafortunadamente, se puede abusar de esta forma de beber si se usa para evitar o escapar de las responsabilidades ordinarias. Sin duda, se trata aquí de algunas circunstancias extremas y extraordinarias. A veces es difícil distinguir. Varios pasajes tratan el tema de la borrachera (20:1; 23:20, 21, 29-35; ver Exo_23:6-7; 1Rey_16:9; 1Rey_20:1).
Bueno, ahora los borrachos culparán a la Biblia y por ende a Jehova. Por que medio mundo anda desfallecido y amargado por la pobreza y necesidad.
Proverbios 31:6 Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo. 31:7 Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más.