Para los docentes que aún no han alcanzado un nombramiento, las convocatorias para este fin se convierten en una odisea, por cuanto la gran mayoría de ellos están a la expectativa de una plaza vacante y para ello es necesario presentar una serie de documentos.
En esta circunstancia, los profesores presentan sus expedientes en las respectivas Unidades de Gestión Educativa Local (Ugel) y, en medio de ese ambiente, se escuchan con frecuencia dos términos: *folear y *fedatear. Así, expresiones como: Su documentación ya está *fedateada, ahora *foléela, *¿Cómo foleo el expediente?, *Ya no están fedateando, entre otras similares, se repiten en las interminables colas.
Empecemos con el término *folear, vocablo que como tal no se encuentra registrado en los diccionarios académicos de la lengua castellana. El infinitivo correcto es foliar, verbo que en la 23. ª edición del diccionario de la Real Academia Española (2014) significa ‘numerar los folios de un libro o de un cuaderno’. Los hablantes cambian erróneamente la i por la e en este verbo porque lo comparan con palabras como patear y pasear en las que sí es posible usar pasee, paseando, patee, pateando. Este error, conocido lingüísticamente como ultracorrección, es un fenómeno que se produce cuando se interpreta una forma correcta del lenguaje como incorrecta y se corrige, supuestamente, con la forma que se cree normal. Lo cierto es que el verbo en mención se deriva del sustantivo folio (del latín folĭum, ‘hoja’) y, en consecuencia, debe mantenerse la diptongación ia y conjugarse como folias o están foliando.
Por otro lado, *fedatear (no registrado en el DRAE, 2014) es un término que se presenta como una creación lingüística, pues al existir el sustantivo fedatario –‘notario o funcionario que da fe pública’–, se busca otorgar a esta persona la función que le corresponde, así, para la mayoría de los hablantes, el fedatario fedatea los documentos, aunque lo que realmente hace es autenticarlos dando fe de su legitimidad. No dudamos de que, por convención en el uso, esta palabra pueda acabar siendo aceptada como en los casos de telefonear o formatea,r que actualmente ya aparecen en el DRAE.
Entonces, la próxima vez que acudamos con nuestros expedientes para que el fedatario verifique su autenticidad, podemos pensar en cómo estamos siendo partícipes de la creación de nuevos términos que evidencian la creatividad del idioma; pero también tener cuidado en que no nos *foleen el expediente sino que lo folien.
Answers & Comments
Verified answer
fedatario, -ria
nombre masculino y femenino
Notario o funcionario que tiene autoridad y competencia para aprobar o confirmar la autenticidad de un documento, un hecho, etc.: fedatario público.
fedatear se refiere a la función que hacen estas personas.
Confirmar la autenticidad de un documento, un hecho, etc. por un notario publico.
Para los docentes que aún no han alcanzado un nombramiento, las convocatorias para este fin se convierten en una odisea, por cuanto la gran mayoría de ellos están a la expectativa de una plaza vacante y para ello es necesario presentar una serie de documentos.
En esta circunstancia, los profesores presentan sus expedientes en las respectivas Unidades de Gestión Educativa Local (Ugel) y, en medio de ese ambiente, se escuchan con frecuencia dos términos: *folear y *fedatear. Así, expresiones como: Su documentación ya está *fedateada, ahora *foléela, *¿Cómo foleo el expediente?, *Ya no están fedateando, entre otras similares, se repiten en las interminables colas.
Empecemos con el término *folear, vocablo que como tal no se encuentra registrado en los diccionarios académicos de la lengua castellana. El infinitivo correcto es foliar, verbo que en la 23. ª edición del diccionario de la Real Academia Española (2014) significa ‘numerar los folios de un libro o de un cuaderno’. Los hablantes cambian erróneamente la i por la e en este verbo porque lo comparan con palabras como patear y pasear en las que sí es posible usar pasee, paseando, patee, pateando. Este error, conocido lingüísticamente como ultracorrección, es un fenómeno que se produce cuando se interpreta una forma correcta del lenguaje como incorrecta y se corrige, supuestamente, con la forma que se cree normal. Lo cierto es que el verbo en mención se deriva del sustantivo folio (del latín folĭum, ‘hoja’) y, en consecuencia, debe mantenerse la diptongación ia y conjugarse como folias o están foliando.
Por otro lado, *fedatear (no registrado en el DRAE, 2014) es un término que se presenta como una creación lingüística, pues al existir el sustantivo fedatario –‘notario o funcionario que da fe pública’–, se busca otorgar a esta persona la función que le corresponde, así, para la mayoría de los hablantes, el fedatario fedatea los documentos, aunque lo que realmente hace es autenticarlos dando fe de su legitimidad. No dudamos de que, por convención en el uso, esta palabra pueda acabar siendo aceptada como en los casos de telefonear o formatea,r que actualmente ya aparecen en el DRAE.
Entonces, la próxima vez que acudamos con nuestros expedientes para que el fedatario verifique su autenticidad, podemos pensar en cómo estamos siendo partícipes de la creación de nuevos términos que evidencian la creatividad del idioma; pero también tener cuidado en que no nos *foleen el expediente sino que lo folien.
Luis Enrique Guzmán Trelles
Universidad de Piura
Foto: Petr Novák (CC BY-SA 2.5)