el murciélago, delfín y la ballena aquí tienes un concepto:
En realidad, en el estado actual de nuestros conocimientos, nada definitivo puede opinarse sobre el psiquismo del delfín. De todas formas, es cierto que poseen una gran inteligencia, con toda probabilidad mayor que la de los monos antropoides más desarrollados.
Tan sólo la observación de un cerebro de delfín hace pensar a cualquier neurólogo que se trata de un animal de gran desarrollo psíquico.
En cuanto a peso, es superior al humano y muy superior al de todos los monos antropoides. La complejidad del córtex o corteza cerebral, zona donde residen las más altas cualidades psíquicas, es enorme. Por sólo citar algunos aspectos, mencionaremos que el número de circunvoluciones cerebrales es por lo menos doble que el del cerebro humano y que el número de neuronas del córtex de un delfín es, al menos, un cincuenta por ciento mayor que en el hombre. Pero sabemos que en el hombre el porcentaje de células de la Glía por neuronas es, casi, del 90%; y estas células son las que alimenta y defienden a las neuronas y que está relacionado ésto con el psiquismo, pero no sabemos dicho porcentaje (al menos nosotros) en los delfines.
Los delfines emiten pulsos de sonidos desde el melón, una estructura formada por grasa y aceite que está situada justo debajo del espiráculo. De modo similar al sistema de los murciélagos, estos pulsos de sonidos retornan al delfín en forma de ecos después de rebotar en los objetos que se encuentran en su camino. El animal utiliza los ecos para desplazarse y para calcular la distancia y el lugar en el que se encuentran sus presas, algunas veces tan pequeñas como una quisquilla. Los delfines también emiten silbidos cuando están excitados o cuando se comunican con otros delfines. Estos sonidos se producen en la laringe.
Los delfines emiten de forma continua chasquidos y silbidos. Los primeros consisten en pequeños pulsos de 300 sonidos por segundo que se generan desde un mecanismo situado justo debajo del espiráculo y que se utilizan para la ecolocación de los objetos (funciona como un sonar). El melón (abombamiento de la frente situada encima de la mandíbula superior), consta principalmente de grasa y aceite, y actúa como una pantalla acústica que mejora la resolución de la emisión de sonidos. La mandíbula inferior, también llena de aceite, ayuda a la transmisión del eco reflejado por los objetos, y recibido por la zona posterior de dicha mandíbula, hacia el oído. Este sistema de ecolocación, similar al de los murciélagos, permite a los delfines navegar y detectar a sus presas con suma facilidad. Respecto a los silbidos, son sonidos de tono uniforme que provienen de la parte profunda de la laringe. Se utilizan para comunicar estados de alarma, excitación sexual y, tal vez, otros estados emocionales.
Los delfines emiten de forma continua chasquidos y silbidos. Los primeros consisten en pequeños pulsos de 300 sonidos por segundo que se generan desde un mecanismo situado justo debajo del espiráculo y que se utilizan para la ecolocación de los objetos (funciona como un sonar). El melón (abombamiento de la frente situada encima de la mandíbula superior), consta principalmente de grasa y aceite, y actúa como una pantalla acústica que mejora la resolución de la emisión de sonidos. La mandíbula inferior, también llena de aceite, ayuda a la transmisión del eco reflejado por los objetos, y recibido por la zona posterior de dicha mandíbula, hacia el oído. Este sistema de ecolocación, similar al de los murciélagos, permite a los delfines navegar y detectar a sus presas con suma facilidad. Respecto a los silbidos, son sonidos de tono uniforme que provienen de la parte profunda de la laringe. Se utilizan para comunicar estados de alarma, excitación sexual y, tal vez, otros estados emocionales.
Los delfines emiten de forma continua chasquidos y silbidos. Los primeros consisten en pequeños pulsos de 300 sonidos por segundo que se generan desde un mecanismo situado justo debajo del espiráculo y que se utilizan para la ecolocación de los objetos (funciona como un sonar). El melón (abombamiento de la frente situada encima de la mandíbula superior), consta principalmente de grasa y aceite, y actúa como una pantalla acústica que mejora la resolución de la emisión de sonidos. La mandíbula inferior, también llena de aceite, ayuda a la transmisión del eco reflejado por los objetos, y recibido por la zona posterior de dicha mandíbula, hacia el oído. Este sistema de ecolocación, similar al de los murciélagos, permite a los delfines navegar y detectar a sus presas con suma facilidad. Respecto a los silbidos, son sonidos de tono uniforme que provienen de la parte profunda de la laringe. Se utilizan para comunicar estados de alarma, excitación sexual y, tal vez, otros estados emocionales.
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Murciélagos, ballenas, delfines, creo que las rayas y los topos tambien..
el murciélago, delfín y la ballena aquí tienes un concepto:
En realidad, en el estado actual de nuestros conocimientos, nada definitivo puede opinarse sobre el psiquismo del delfín. De todas formas, es cierto que poseen una gran inteligencia, con toda probabilidad mayor que la de los monos antropoides más desarrollados.
Tan sólo la observación de un cerebro de delfín hace pensar a cualquier neurólogo que se trata de un animal de gran desarrollo psíquico.
En cuanto a peso, es superior al humano y muy superior al de todos los monos antropoides. La complejidad del córtex o corteza cerebral, zona donde residen las más altas cualidades psíquicas, es enorme. Por sólo citar algunos aspectos, mencionaremos que el número de circunvoluciones cerebrales es por lo menos doble que el del cerebro humano y que el número de neuronas del córtex de un delfín es, al menos, un cincuenta por ciento mayor que en el hombre. Pero sabemos que en el hombre el porcentaje de células de la Glía por neuronas es, casi, del 90%; y estas células son las que alimenta y defienden a las neuronas y que está relacionado ésto con el psiquismo, pero no sabemos dicho porcentaje (al menos nosotros) en los delfines.
Los delfines emiten pulsos de sonidos desde el melón, una estructura formada por grasa y aceite que está situada justo debajo del espiráculo. De modo similar al sistema de los murciélagos, estos pulsos de sonidos retornan al delfín en forma de ecos después de rebotar en los objetos que se encuentran en su camino. El animal utiliza los ecos para desplazarse y para calcular la distancia y el lugar en el que se encuentran sus presas, algunas veces tan pequeñas como una quisquilla. Los delfines también emiten silbidos cuando están excitados o cuando se comunican con otros delfines. Estos sonidos se producen en la laringe.
Los delfines emiten de forma continua chasquidos y silbidos. Los primeros consisten en pequeños pulsos de 300 sonidos por segundo que se generan desde un mecanismo situado justo debajo del espiráculo y que se utilizan para la ecolocación de los objetos (funciona como un sonar). El melón (abombamiento de la frente situada encima de la mandíbula superior), consta principalmente de grasa y aceite, y actúa como una pantalla acústica que mejora la resolución de la emisión de sonidos. La mandíbula inferior, también llena de aceite, ayuda a la transmisión del eco reflejado por los objetos, y recibido por la zona posterior de dicha mandíbula, hacia el oído. Este sistema de ecolocación, similar al de los murciélagos, permite a los delfines navegar y detectar a sus presas con suma facilidad. Respecto a los silbidos, son sonidos de tono uniforme que provienen de la parte profunda de la laringe. Se utilizan para comunicar estados de alarma, excitación sexual y, tal vez, otros estados emocionales.
Los delfines emiten de forma continua chasquidos y silbidos. Los primeros consisten en pequeños pulsos de 300 sonidos por segundo que se generan desde un mecanismo situado justo debajo del espiráculo y que se utilizan para la ecolocación de los objetos (funciona como un sonar). El melón (abombamiento de la frente situada encima de la mandíbula superior), consta principalmente de grasa y aceite, y actúa como una pantalla acústica que mejora la resolución de la emisión de sonidos. La mandíbula inferior, también llena de aceite, ayuda a la transmisión del eco reflejado por los objetos, y recibido por la zona posterior de dicha mandíbula, hacia el oído. Este sistema de ecolocación, similar al de los murciélagos, permite a los delfines navegar y detectar a sus presas con suma facilidad. Respecto a los silbidos, son sonidos de tono uniforme que provienen de la parte profunda de la laringe. Se utilizan para comunicar estados de alarma, excitación sexual y, tal vez, otros estados emocionales.
Los delfines emiten de forma continua chasquidos y silbidos. Los primeros consisten en pequeños pulsos de 300 sonidos por segundo que se generan desde un mecanismo situado justo debajo del espiráculo y que se utilizan para la ecolocación de los objetos (funciona como un sonar). El melón (abombamiento de la frente situada encima de la mandíbula superior), consta principalmente de grasa y aceite, y actúa como una pantalla acústica que mejora la resolución de la emisión de sonidos. La mandíbula inferior, también llena de aceite, ayuda a la transmisión del eco reflejado por los objetos, y recibido por la zona posterior de dicha mandíbula, hacia el oído. Este sistema de ecolocación, similar al de los murciélagos, permite a los delfines navegar y detectar a sus presas con suma facilidad. Respecto a los silbidos, son sonidos de tono uniforme que provienen de la parte profunda de la laringe. Se utilizan para comunicar estados de alarma, excitación sexual y, tal vez, otros estados emocionales.