1. Características básicas de la Comunidad de Estados del Caribe
La Caricom entró en vigor en 1973 y está compuesta por quince miembros.[1] Es la sucesora del Carifta (The Caribbean Free Trade Asociation), que fuera creada en 1968. La Caricom se propone constituir un mercado común y también coordinar las políticas económicas frente a terceros países. De hecho, en los últimos años, este organismo de integración ha intensificado sus negociaciones con terceros países, siendo ya varios los acuerdos que están actualmente vigentes. Con todo, aún no está operando de manera completa el arancel externo común.
2. Principales avances en materia de facilitación del comercio en la Comunidad de Estados del Caribe
La expresión facilitación del comercio no existe en las negociaciones internas de la Caricom, aunque tal tema de algún modo es señalado, si bien de manera mínima y casi indirecta, en el texto de la reforma actual a la disposición relativa a la armonización de las regulaciones técnicas y estándares de calidad regionales, Asimismo, en otras normativas relacionadas con un concepto amplio de facilitación del comercio, en este esquema de integración se han verificado ciertos desarrollos. Esto ha ocurrido principalmente en materia de origen, de acuerdos para evitar la doble tributación, de telecomunicaciones, de infraestructura, y de transporte aéreo y marítimo. Con todo, estos avances son todavía bastante mejorables.
Por su parte, la principal normativa existente en materia de asuntos aduaneros es la siguiente:
b) Cooperación entre las administraciones aduaneras. Esta disposición, también vigente desde la fundación de la Caricom, se refiere a que los estados miembros tomarán las medidas apropiadas, incluida la cooperación administrativa, para asegurar el cumplimiento armonizado de diversas normativas relacionadas, principalmente las existentes en materia de origen, de derechos arancelarios, de drawback a las exportaciones, y de impuestos internos. Todo esto con el propósito de reducir al máximo las formalidades y de alcanzar soluciones mutuamente satisfactorias en caso de conflicto.
c) Establecimiento. Esta normativa, que data desde la creación de la Caricom, se refiere a otorgar trato nacional y facilidades de entrada, residencia, actividad y salida de personas provenientes de cualquier país miembro, especialmente si se trata de la realización de una operación comercial.
d) Provisión de servicios. Existente desde el origen mismo de la Caricom, esta disposición enfatiza el trato nacional en materia de servicios remunerados para actividades industriales, comerciales y profesionales.
e) Movimiento de capital. Al respecto, se acuerda examinar formas y mecanismos para la introducción de un esquema para regular el movimiento interno de capitales al interior del mercado común. Recientemente se han iniciado acciones preliminares en la perspectiva de avanzar hacia la integración del sector financiero.
Una primera característica de orden histórico se refiere a los grandes períodos que ha tenido la región en su historia económica reciente. Tal y como aparece en la Tabla No. 1, estos períodos principian con la relativa estabilidad de los años sesentas, con el funcionamiento de las instituciones de Bretton Woods. Durante estos años fue posible lograr crecimientos económicos importantes no sólo por el ámbito económico externo, sino también por la política de industrialización seguida en la región, además de la influencia de dinamismo de la economía internacional.
Durante los setentas ocurren las dos alzas importantes en el precio del petróleo y sus derivados (1973 y 1979). Los grandes niveles de liquidez en la banca exterior y, en varios casos, la necesidad de contar con circulante para el pago de los energéticos en naciones que no son productoras del mismo, fueron aspectos que favorecieron la generación de la deuda externa. La región continúa creciendo, pero impulsada por fondos de empréstito.
En los ochentas un fenómeno muy característico es la crisis de la deuda, las negociaciones y el establecimiento generalizado en el área, de los planes de ajuste macroeconómico. Uno de los objetivos fue generar los recursos necesarios para cumplir con los compromisos que imponía la deuda externa contraída. Estos ajustes promovieron un clima de estancamiento y recesión económica en varios casos, de inflaciones galopantes en otros tantos, y de desempleo e inflación generalizados.
Estas condiciones resultaron en grandes niveles de concentración de beneficios en algunas naciones y de aumento del número de marginados en la gran mayoría de los casos. Fueron evidentes los retrocesos en materia de avance social para las sociedades, en un ambiente en el cual se "desmantelaba" la capacidad de servicio de los gobiernos y se cumplía con el pago de los compromisos internacionales. La tendencia general del precio de los productos de exportación fue a la baja.
En los noventas se evidencian logros en el crecimiento económico, sin que para el final del siglo ** se haya logrado revertir completamente el retroceso que ocurrió durante la década de los ochentas. En los noventas se continúa con la aplicación de los planes de ajuste en un clima en el cual los niveles de inflación han sido por lo general bastante controlados. Al final de la década varios países, en medio de la alta dependencia externa y de la vulnerabilidad que han creado los planes de ajuste, buscan establecer escenarios para una mayor estabilidad monetaria con planes de dolarización de las economías. En varias naciones se evidencia un círculo reiterativo de ajustes-breve estabilidad-crisis-más ajustes.
En el caso de las dolarizaciones, los países que hasta ahora, en diferentes modalidades, han optado por ella son: Panamá, Argentina, Ecuador, El Salvador y Guatemala. En Panamá la situación no es nueva, sino se deriva prácticamente desde la creación de este país producto de la división de Colombia y de los intereses con la creación del canal. Argentina ha establecido la modalidad de caja de conversión.
Los esfuerzos de dolarización en Ecuador han seguido desde septiembre de 1999, la modalidad de choque en la substitución del sucre ecuatoriano, por la divisa estadounidense, la que se concretó para enero de 2000. En El Salvador desde el 1 de enero de 2001 el dólar es moneda de curso legal junto al Colón, y en Guatemala se permite ya la circulación del dólar y de cuentas en esa denominación, a partir del 1 de mayo del 2001, en una suerte de "cohabitación" monetaria, junto a la moneda nacional: el quetzal.
Un caso particularmente interesante en el aparecimiento de estos círculos viciosos que se presentan como reiterativos, es Argentina. Luego de privatizar, entrar a estabilidad monetaria atando el peso argentino al dólar, de "sincerar" los precios en el mercado interno, y de promover una alta fluidez en el manejo de capitales, el país no ha podido recuperarse permanente y satisfactoriamente, de manera estable, prácticamente desde los efectos de la crisis financiera mexicana de 1995.
Los ya cuatro años de recesión en la economía Argentina que se presentaron hasta 2002, llegaron a imponer costos sociales muy altos a la población, mayores niveles de endeudamiento y estancamiento, cuando no retroceso en indicadores macroeconómicos. Esto ha repercutido en un debilitamiento del MERCOSUR, en lo externo subregional, y en menor credibilidad de las instituciones democráticas, en lo interno.
En la Tabla 2 y la Gráfica 1, se presentan datos económicos generales que ubican en nivel comparativo a las tres grandes subregiones: Gran Caribe, Comunidad Andina y Cono Sur. Como evidencia de esos datos a nivel absoluto (no datos per capita) es claro que el dominio más significativo lo tiene el Cono Sur. Allí se encuentran dos de las tres grandes economías de la región, Argentina y Brasil que prácticamente tienen un 51 por ciento de producto geográfico bruto de la región.
Nótese también en esas cifras absolutas, el mayor peso de la deuda e incluso de valores como los de ingresos per capita. Estas condiciones confieren una importancia mayor en las negociaciones, como tradicionalmente ha ocurrido, a los países grandes.
En términos estructurales, la integración económica implica cinco ventajas generales básicas, que son comunes a todo bloque de integración entre diferentes países:
En lo externo
Mayor poder de negociación; y
Mayor capacidad de atracción de recursos internacionales y de reinversión. Esto último se encuentra muy relacionado con la capacidad de los mercados internos, la demanda efectiva de la población y la estabilidad históricos de flujos financieros externos.
En lo interno
Mayor aprovechamiento de economías de escala en la producción;
Ampliaciones en el mercado efectivo como producto de relaciones entre países; y
Menor vulnerabilidad económica, especialmente debido a factores externos.
Los procesos de integración pueden ser vistos en tres dimensiones. La primera de ellas sería el aspecto clásico de las etapas de integración regional. De manera más específica, esta primera dimensión incluye la consideración y desarrollo de varias etapas:
la de tratados preferenciales de comercio (disminución de aranceles entre países miembros);
el área de libre comercio (donde se eliminan aranceles entre las naciones del bloque comercial;
unión aduanera (además de eliminación de aranceles entre miembros, se establecen aranceles externos comunes);
mercado común (además de las características de unión aduanera se agrega la libre circulación de factores productivos, especialmente mano de obra y capitales); y
unión económica (fase culminante de la integración incluyendo coordinación de políticas macroeconómicas, sistema monetario común y moneda común).
Una segunda dimensión sería si la integración se logra o no, en términos profundos. Es decir si afecta o no de manera sostenida y significativa, estructuras productivas importantes de las economías y la actuación de los gobiernos. Tal y como ha sido mencionado en la exposición de argumentos de la introducción de este libro, como en lo relativo a casos ilustrativos más arriba, el ALCA es un tratado comercial limitado en los alcances de las fases de integración -primera dimensión- pero tiende a tener gran profundidad en las esferas económica y política de los países. Ese acuerdo establecería significativas restricciones a la capacidad de acción de instituciones públicas en función de alcanzar condiciones para un desarrollo sustentable en la región.
La tercera dimensión de la integración sería el carácter reversible o no reversible de los acuerdos, es decir, hasta qué punto los países se comprometen a un acuerdo y lo mantienen. Hasta que punto construyen secuencialmente los procesos de integración. Por ejemplo, tanto en el caso de Europa o como en el caso de América Latina, se ha llegado a establecer aranceles comunes. Con ello se aproximan las características para la conformación de una unión aduanera. En el caso europeo los acuerdos se han mantenido y profundizado, no así en varios de los casos latinoamericanos. Se trata de logros, pero que en el ámbito de América Latina han tendido a ser reversibles.
Con todo, y respecto a procesos de integración, la región no ha sido ajena a este tipo de experiencias. Desde los años cincuenta se desarrollaron los primeros planteamientos. Estos propiciaron ya en los sesenta la creación del Mercado Común Centroamericano y del Pacto Andino. En los setenta se formó la Comunidad del Caribe (CARICOM). Durante los ochentas, con motivo de la aplicación de planes de ajuste y de la transferencia neta de recursos fuera de la región, América Latina y el Caribe tuvo un período de estancamiento relativo de los procesos integracionistas.
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1. Características básicas de la Comunidad de Estados del Caribe
La Caricom entró en vigor en 1973 y está compuesta por quince miembros.[1] Es la sucesora del Carifta (The Caribbean Free Trade Asociation), que fuera creada en 1968. La Caricom se propone constituir un mercado común y también coordinar las políticas económicas frente a terceros países. De hecho, en los últimos años, este organismo de integración ha intensificado sus negociaciones con terceros países, siendo ya varios los acuerdos que están actualmente vigentes. Con todo, aún no está operando de manera completa el arancel externo común.
2. Principales avances en materia de facilitación del comercio en la Comunidad de Estados del Caribe
La expresión facilitación del comercio no existe en las negociaciones internas de la Caricom, aunque tal tema de algún modo es señalado, si bien de manera mínima y casi indirecta, en el texto de la reforma actual a la disposición relativa a la armonización de las regulaciones técnicas y estándares de calidad regionales, Asimismo, en otras normativas relacionadas con un concepto amplio de facilitación del comercio, en este esquema de integración se han verificado ciertos desarrollos. Esto ha ocurrido principalmente en materia de origen, de acuerdos para evitar la doble tributación, de telecomunicaciones, de infraestructura, y de transporte aéreo y marítimo. Con todo, estos avances son todavía bastante mejorables.
Por su parte, la principal normativa existente en materia de asuntos aduaneros es la siguiente:
b) Cooperación entre las administraciones aduaneras. Esta disposición, también vigente desde la fundación de la Caricom, se refiere a que los estados miembros tomarán las medidas apropiadas, incluida la cooperación administrativa, para asegurar el cumplimiento armonizado de diversas normativas relacionadas, principalmente las existentes en materia de origen, de derechos arancelarios, de drawback a las exportaciones, y de impuestos internos. Todo esto con el propósito de reducir al máximo las formalidades y de alcanzar soluciones mutuamente satisfactorias en caso de conflicto.
c) Establecimiento. Esta normativa, que data desde la creación de la Caricom, se refiere a otorgar trato nacional y facilidades de entrada, residencia, actividad y salida de personas provenientes de cualquier país miembro, especialmente si se trata de la realización de una operación comercial.
d) Provisión de servicios. Existente desde el origen mismo de la Caricom, esta disposición enfatiza el trato nacional en materia de servicios remunerados para actividades industriales, comerciales y profesionales.
e) Movimiento de capital. Al respecto, se acuerda examinar formas y mecanismos para la introducción de un esquema para regular el movimiento interno de capitales al interior del mercado común. Recientemente se han iniciado acciones preliminares en la perspectiva de avanzar hacia la integración del sector financiero.
Una primera característica de orden histórico se refiere a los grandes períodos que ha tenido la región en su historia económica reciente. Tal y como aparece en la Tabla No. 1, estos períodos principian con la relativa estabilidad de los años sesentas, con el funcionamiento de las instituciones de Bretton Woods. Durante estos años fue posible lograr crecimientos económicos importantes no sólo por el ámbito económico externo, sino también por la política de industrialización seguida en la región, además de la influencia de dinamismo de la economía internacional.
Durante los setentas ocurren las dos alzas importantes en el precio del petróleo y sus derivados (1973 y 1979). Los grandes niveles de liquidez en la banca exterior y, en varios casos, la necesidad de contar con circulante para el pago de los energéticos en naciones que no son productoras del mismo, fueron aspectos que favorecieron la generación de la deuda externa. La región continúa creciendo, pero impulsada por fondos de empréstito.
En los ochentas un fenómeno muy característico es la crisis de la deuda, las negociaciones y el establecimiento generalizado en el área, de los planes de ajuste macroeconómico. Uno de los objetivos fue generar los recursos necesarios para cumplir con los compromisos que imponía la deuda externa contraída. Estos ajustes promovieron un clima de estancamiento y recesión económica en varios casos, de inflaciones galopantes en otros tantos, y de desempleo e inflación generalizados.
Estas condiciones resultaron en grandes niveles de concentración de beneficios en algunas naciones y de aumento del número de marginados en la gran mayoría de los casos. Fueron evidentes los retrocesos en materia de avance social para las sociedades, en un ambiente en el cual se "desmantelaba" la capacidad de servicio de los gobiernos y se cumplía con el pago de los compromisos internacionales. La tendencia general del precio de los productos de exportación fue a la baja.
En los noventas se evidencian logros en el crecimiento económico, sin que para el final del siglo ** se haya logrado revertir completamente el retroceso que ocurrió durante la década de los ochentas. En los noventas se continúa con la aplicación de los planes de ajuste en un clima en el cual los niveles de inflación han sido por lo general bastante controlados. Al final de la década varios países, en medio de la alta dependencia externa y de la vulnerabilidad que han creado los planes de ajuste, buscan establecer escenarios para una mayor estabilidad monetaria con planes de dolarización de las economías. En varias naciones se evidencia un círculo reiterativo de ajustes-breve estabilidad-crisis-más ajustes.
ver tablas 1, 2 acá
http://www.zonaeconomica.com/economia-region-ameri...
En el caso de las dolarizaciones, los países que hasta ahora, en diferentes modalidades, han optado por ella son: Panamá, Argentina, Ecuador, El Salvador y Guatemala. En Panamá la situación no es nueva, sino se deriva prácticamente desde la creación de este país producto de la división de Colombia y de los intereses con la creación del canal. Argentina ha establecido la modalidad de caja de conversión.
Los esfuerzos de dolarización en Ecuador han seguido desde septiembre de 1999, la modalidad de choque en la substitución del sucre ecuatoriano, por la divisa estadounidense, la que se concretó para enero de 2000. En El Salvador desde el 1 de enero de 2001 el dólar es moneda de curso legal junto al Colón, y en Guatemala se permite ya la circulación del dólar y de cuentas en esa denominación, a partir del 1 de mayo del 2001, en una suerte de "cohabitación" monetaria, junto a la moneda nacional: el quetzal.
Un caso particularmente interesante en el aparecimiento de estos círculos viciosos que se presentan como reiterativos, es Argentina. Luego de privatizar, entrar a estabilidad monetaria atando el peso argentino al dólar, de "sincerar" los precios en el mercado interno, y de promover una alta fluidez en el manejo de capitales, el país no ha podido recuperarse permanente y satisfactoriamente, de manera estable, prácticamente desde los efectos de la crisis financiera mexicana de 1995.
Los ya cuatro años de recesión en la economía Argentina que se presentaron hasta 2002, llegaron a imponer costos sociales muy altos a la población, mayores niveles de endeudamiento y estancamiento, cuando no retroceso en indicadores macroeconómicos. Esto ha repercutido en un debilitamiento del MERCOSUR, en lo externo subregional, y en menor credibilidad de las instituciones democráticas, en lo interno.
En la Tabla 2 y la Gráfica 1, se presentan datos económicos generales que ubican en nivel comparativo a las tres grandes subregiones: Gran Caribe, Comunidad Andina y Cono Sur. Como evidencia de esos datos a nivel absoluto (no datos per capita) es claro que el dominio más significativo lo tiene el Cono Sur. Allí se encuentran dos de las tres grandes economías de la región, Argentina y Brasil que prácticamente tienen un 51 por ciento de producto geográfico bruto de la región.
Nótese también en esas cifras absolutas, el mayor peso de la deuda e incluso de valores como los de ingresos per capita. Estas condiciones confieren una importancia mayor en las negociaciones, como tradicionalmente ha ocurrido, a los países grandes.
En términos estructurales, la integración económica implica cinco ventajas generales básicas, que son comunes a todo bloque de integración entre diferentes países:
En lo externo
Mayor poder de negociación; y
Mayor capacidad de atracción de recursos internacionales y de reinversión. Esto último se encuentra muy relacionado con la capacidad de los mercados internos, la demanda efectiva de la población y la estabilidad históricos de flujos financieros externos.
En lo interno
Mayor aprovechamiento de economías de escala en la producción;
Ampliaciones en el mercado efectivo como producto de relaciones entre países; y
Menor vulnerabilidad económica, especialmente debido a factores externos.
Los procesos de integración pueden ser vistos en tres dimensiones. La primera de ellas sería el aspecto clásico de las etapas de integración regional. De manera más específica, esta primera dimensión incluye la consideración y desarrollo de varias etapas:
la de tratados preferenciales de comercio (disminución de aranceles entre países miembros);
el área de libre comercio (donde se eliminan aranceles entre las naciones del bloque comercial;
unión aduanera (además de eliminación de aranceles entre miembros, se establecen aranceles externos comunes);
mercado común (además de las características de unión aduanera se agrega la libre circulación de factores productivos, especialmente mano de obra y capitales); y
unión económica (fase culminante de la integración incluyendo coordinación de políticas macroeconómicas, sistema monetario común y moneda común).
Una segunda dimensión sería si la integración se logra o no, en términos profundos. Es decir si afecta o no de manera sostenida y significativa, estructuras productivas importantes de las economías y la actuación de los gobiernos. Tal y como ha sido mencionado en la exposición de argumentos de la introducción de este libro, como en lo relativo a casos ilustrativos más arriba, el ALCA es un tratado comercial limitado en los alcances de las fases de integración -primera dimensión- pero tiende a tener gran profundidad en las esferas económica y política de los países. Ese acuerdo establecería significativas restricciones a la capacidad de acción de instituciones públicas en función de alcanzar condiciones para un desarrollo sustentable en la región.
La tercera dimensión de la integración sería el carácter reversible o no reversible de los acuerdos, es decir, hasta qué punto los países se comprometen a un acuerdo y lo mantienen. Hasta que punto construyen secuencialmente los procesos de integración. Por ejemplo, tanto en el caso de Europa o como en el caso de América Latina, se ha llegado a establecer aranceles comunes. Con ello se aproximan las características para la conformación de una unión aduanera. En el caso europeo los acuerdos se han mantenido y profundizado, no así en varios de los casos latinoamericanos. Se trata de logros, pero que en el ámbito de América Latina han tendido a ser reversibles.
Con todo, y respecto a procesos de integración, la región no ha sido ajena a este tipo de experiencias. Desde los años cincuenta se desarrollaron los primeros planteamientos. Estos propiciaron ya en los sesenta la creación del Mercado Común Centroamericano y del Pacto Andino. En los setenta se formó la Comunidad del Caribe (CARICOM). Durante los ochentas, con motivo de la aplicación de planes de ajuste y de la transferencia neta de recursos fuera de la región, América Latina y el Caribe tuvo un período de estancamiento relativo de los procesos integracionistas.
T_T