Definicion de Decencia: f. Recato, honestidad. Dignidad en los actos y las palabras.
Posiblemente uno de los valores que habla más de una persona es la decencia, para vivirla se necesita educación, compostura, buena presencia, respeto por si mismo y por los demás, pero es muy notable la delicadeza que guarda respecto a la sexualidad humana y todo lo que de ella se deriva. La decencia es el valor que nos hace conscientes de la propia dignidad humana, por él se guardan los sentidos, la imaginación y el propio cuerpo, de exponerlos a la morbosidad y al uso promiscuo e indebido de la sexualidad. Faltar a la decencia hace que las relaciones con personas del sexo opuesto sean inestables y poco duraderas, fundamentadas en la búsqueda de placer, con una evidente falta de compromiso y obligaciones. Por eso no debe sorprendernos el aumento de infidelidades y divorcios; jóvenes que cambian de pareja con mucha faciliad, madres solteras, orfandad, abortos... Al vivir este valor se garantiza la unión y estabilidad familiar, los hijos pueden contar con la presencia y ayuda de ambos padres; los jóvenes descubren que la verdadera realización personal no se alcanza con la satisfacción de los placeres, sino a través de el desarrollo profesional, el trabajo y la formación intelectual; y socialmente las personas no tendrían que preocuparse de la calidad moral de los ambientes que le rodean. La persona decente hace valer la integridad de su comportamiento, cuida de que no existan interpretaciones equivocadas sobre su conducta: evita trasnochar sin necesidad; se informa con anterioridad sobre los espectáculos y lugares a los que desea asistir y no conoce; aunque trata a todo las personas con respeto y cortesía, evita las compañías cuya conducta es incompatible con su formación.
me parece que lo marca la moral y eso va cambiado con el tiempo, pues en un pueblo decencia es novio para toda la vida y en la ciudad eso es la tonta del bote
Es un concepto social que depende del punto de vista de cada persona. Por ejemplo, usar una falda muy corta podría resultar para algunas personas de edad mayor una indecencia pero a los chicos parecerle que es la moda y que eso se ve muuy bien. Otro ejemplo sería que para algunas personas tener un free o amigo cariñoso sería algo indecente para la mayoría de los jovenes de hoy es algo norma, que sucede en todas partes.
Así que sin más rodeos te digo que la decencia es el concepto social de las reglas que se viven en cada una de las épocas, la educación que reciben las personas desde pequeñas ya sea estricta o liberal tendrá diferentes puntos de vista acerca de la decencia.
La decencia nos recuerda la importancia de vivir y comportarse dignamente en todo lugar.
Posiblemente uno de los valores que habla más de una persona es la decencia; para vivirla se necesita educación, compostura, buena presencia y respeto por los demás, pero es muy notable la delicadeza que guarda respecto a la sexualidad humana y todo lo que de ella se deriva.
La decencia nos hace conscientes de la propia dignidad humana, por él se guardan los sentidos, la imaginación y el propio cuerpo, de exponerlos a la morbosidad y al uso indebido de la sexualidad.
Cuando una persona deja de vivir este valor, su personalidad sufre una transformación poco agradable: muchas de sus conversaciones hacen referencia al tema sexual; continuamente busca algo que estimule su imaginación y sentidos (revistas, películas, internet, etc.); la mirada se vuelve inquieta, buscando enfocarse en personas físicamente atractivas; asiste a espectáculos y lugares donde la sexualidad humana es sólo una forma de tener placer...
Una vez que se entra en este círculo todo cambia de dimensión, de considerar como importantes los aspectos más humanos de las persona (inteligencia, cualidades, sentimientos), ahora es la presencia y atracción física lo que cuenta por el placer que pueda obtenerse, debido a que los afectos ya no importan.
Faltar a la decencia hace que las relaciones con personas del sexo opuesto sean inestables y poco duraderas, fundamentadas en la búsqueda de placer, con una evidente falta de compromiso y obligaciones. Por eso no debe sorprendernos el aumento de infidelidades y divorcios; jóvenes que cambian de pareja con mucha facilidad, madres solteras, orfandad, abortos...
Lamentablemente, parece ser que en determinadas empresas el poseer un buen físico y poca calidad moral son los requisitos para obtener un empleo, debido a ello, muchas son las mujeres que pierden "estupendas" oportunidades de trabajo, por vivir la decencia, por no permitir que se abuse de su condición. ¿Políticas empresariales? Seguramente son las personas al frente de los recursos humanos, quienes abusando de su posición pretenden aprovecharse de la necesidad que los demás tienen.
Así es, una sola persona es capaz de destruir la imagen de una empresa.
Al vivir este valor se garantiza la unión y estabilidad familiar, los hijos pueden contar con la presencia y ayuda de ambos padres; los jóvenes descubren que la verdadera realización personal no se alcanza
con la satisfacción de los placeres, sino a través de el desarrollo profesional, el trabajo y la formación intelectual; y socialmente las personas no tendrían que preocuparse de la calidad moral de los
ambientes que le rodean.
En medio de un ambiente que parece rechazar las buenas costumbres y se empeña en cerrar los oídos a toda norma moral, emerge la personalidad de quien vive el valor de la decencia: una forma de vestir discreta, con buen gusto, elegante si lo amerita la ocasión; sus conversaciones no tienen como tema principal el sexo; en su compañía no existe la incomodidad de encontrar miradas obscenas; su amistad e interés son genuinos, sin intenciones ocultas y poco correctas.
Esta personalidad en ningún momento se asusta ante la sexualidad humana, se puede afirmar que la conoce y entiende con mucho más perfección que el común de las personas. Conocedor de su propia naturaleza, evita los espectáculos, imágenes, conversaciones y compañías que puedan despertar
su sensualidad. No es su propósito fingir que no tiene esas inclinaciones, les da su lugar, su importancia; ha decidido que lo más valioso del hombre se alcanza a través del entendimiento, el
autodominio, el trabajo y la sana convivencia con sus semejantes.
La persona decente hace valer la integridad de su comportamiento, cuida de que no existan interpretaciones equivocadas sobre su conducta: evita trasnochar sin necesidad; se informa con anterioridad sobre los espectáculos y lugares a los que desea asistir y no conoce; aunque trata a todo las personas con respeto y cortesía, evita las compañías cuya conducta es incompatible con su formación.
Para vivir mejor el valor de la decencia, puedes considerar como importante:
v A toda costa debes evitar el ocio y la soledad. En estas circunstancias, la sensualidad se despierta
fácilmente.
v Manifiesta respeto por los demás. Cuida que tu mirada no ofenda o incomode a las personas del
sexo opuesto. Evita que tus conversaciones y bromas hagan alusiones a la sexualidad.
v Ten especial cuidado con tu forma de vestir. Los atuendos demasiado cortos o ligeros, efectivamente
hacen que te conviertas en centro de atención, pero no te hace lucir con formalidad, además, puedes
llevarte una sorpresa al descubrir las intenciones que despiertas en los demás.
v No vivas con ingenuidad pensando que tu educación y principios bastan para vivir decentemente.
Evita las ocasiones y los medios que pongan en peligro tu integridad: revistas, espectáculos,
películas e incluso compañías.
v Al cuidar tu mirada formas un carácter recio: Evita observar con insistencia a las personas, esto
siempre demuestra intenciones poco honestas.
v No basta ser decente, es necesario actuar como tal: sin cometer falta alguna, se pone en entredicho
la honorabilidad de una jovencita que llega a su casa en la madrugada, sobre todo si salió con el
novio y en automóvil; lo mismo ocurre con la mujer casada que viste con prendas demasiado cortas;
quien adquiere revistas con publicidad demasiado sugestiva, aunque el contenido haya sido el
propósito...
La persona que se preocupa por vivir el valor de la decencia en los detalles más mínimos, paralelamente despierta confianza en los demás por la integridad de su conducta; sus relaciones son estables porque se basan en el respeto y el interés auténtico que tiene por colaborar con los demás.
Tal vez por eso la decencia es motivo de burla, porque no es un valor para tímidos y cobardes que se dejan llevar por lo que la comodidad y el placer dictan, es un valor que templa el carácter. lo fortifica y
Para mi es ser congruente con quien soy, y con lo que creo y si creo que nadie puede quitarte o hacer menos tu dignidad, que todos somo valiosos, y que todos somos seres de luz pues asi vere a los demas, me comportare, y actuare, mas que una ley social, creo que es un compromiso con mi ser
La decencia es cumplir con las reglas morales y divinas que te impone la sociedad...es respetarse uno mismo y no romper con el equilibrio que hay en el entorno. Es ser una persona común y corriente y no destacar en nada que se considere moralmente negativo. Ser decente es ser digno y no pasar a llevar nuestra naturaleza...Es ser honesto con nuestras creencias y con el mundo entero. Ser decente es ser transparente.
la decencia es ser honesto, con uno mismo y con los demas y respetarse y respetar a los demas, aunq en estos tiempos ya no existe o esta desapareciendo muy rapidamente
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Definicion de Decencia: f. Recato, honestidad. Dignidad en los actos y las palabras.
Posiblemente uno de los valores que habla más de una persona es la decencia, para vivirla se necesita educación, compostura, buena presencia, respeto por si mismo y por los demás, pero es muy notable la delicadeza que guarda respecto a la sexualidad humana y todo lo que de ella se deriva. La decencia es el valor que nos hace conscientes de la propia dignidad humana, por él se guardan los sentidos, la imaginación y el propio cuerpo, de exponerlos a la morbosidad y al uso promiscuo e indebido de la sexualidad. Faltar a la decencia hace que las relaciones con personas del sexo opuesto sean inestables y poco duraderas, fundamentadas en la búsqueda de placer, con una evidente falta de compromiso y obligaciones. Por eso no debe sorprendernos el aumento de infidelidades y divorcios; jóvenes que cambian de pareja con mucha faciliad, madres solteras, orfandad, abortos... Al vivir este valor se garantiza la unión y estabilidad familiar, los hijos pueden contar con la presencia y ayuda de ambos padres; los jóvenes descubren que la verdadera realización personal no se alcanza con la satisfacción de los placeres, sino a través de el desarrollo profesional, el trabajo y la formación intelectual; y socialmente las personas no tendrían que preocuparse de la calidad moral de los ambientes que le rodean. La persona decente hace valer la integridad de su comportamiento, cuida de que no existan interpretaciones equivocadas sobre su conducta: evita trasnochar sin necesidad; se informa con anterioridad sobre los espectáculos y lugares a los que desea asistir y no conoce; aunque trata a todo las personas con respeto y cortesía, evita las compañías cuya conducta es incompatible con su formación.
me parece que lo marca la moral y eso va cambiado con el tiempo, pues en un pueblo decencia es novio para toda la vida y en la ciudad eso es la tonta del bote
Es un concepto social que depende del punto de vista de cada persona. Por ejemplo, usar una falda muy corta podría resultar para algunas personas de edad mayor una indecencia pero a los chicos parecerle que es la moda y que eso se ve muuy bien. Otro ejemplo sería que para algunas personas tener un free o amigo cariñoso sería algo indecente para la mayoría de los jovenes de hoy es algo norma, que sucede en todas partes.
Así que sin más rodeos te digo que la decencia es el concepto social de las reglas que se viven en cada una de las épocas, la educación que reciben las personas desde pequeñas ya sea estricta o liberal tendrá diferentes puntos de vista acerca de la decencia.
La decencia nos recuerda la importancia de vivir y comportarse dignamente en todo lugar.
Posiblemente uno de los valores que habla más de una persona es la decencia; para vivirla se necesita educación, compostura, buena presencia y respeto por los demás, pero es muy notable la delicadeza que guarda respecto a la sexualidad humana y todo lo que de ella se deriva.
La decencia nos hace conscientes de la propia dignidad humana, por él se guardan los sentidos, la imaginación y el propio cuerpo, de exponerlos a la morbosidad y al uso indebido de la sexualidad.
Cuando una persona deja de vivir este valor, su personalidad sufre una transformación poco agradable: muchas de sus conversaciones hacen referencia al tema sexual; continuamente busca algo que estimule su imaginación y sentidos (revistas, películas, internet, etc.); la mirada se vuelve inquieta, buscando enfocarse en personas físicamente atractivas; asiste a espectáculos y lugares donde la sexualidad humana es sólo una forma de tener placer...
Una vez que se entra en este círculo todo cambia de dimensión, de considerar como importantes los aspectos más humanos de las persona (inteligencia, cualidades, sentimientos), ahora es la presencia y atracción física lo que cuenta por el placer que pueda obtenerse, debido a que los afectos ya no importan.
Faltar a la decencia hace que las relaciones con personas del sexo opuesto sean inestables y poco duraderas, fundamentadas en la búsqueda de placer, con una evidente falta de compromiso y obligaciones. Por eso no debe sorprendernos el aumento de infidelidades y divorcios; jóvenes que cambian de pareja con mucha facilidad, madres solteras, orfandad, abortos...
Lamentablemente, parece ser que en determinadas empresas el poseer un buen físico y poca calidad moral son los requisitos para obtener un empleo, debido a ello, muchas son las mujeres que pierden "estupendas" oportunidades de trabajo, por vivir la decencia, por no permitir que se abuse de su condición. ¿Políticas empresariales? Seguramente son las personas al frente de los recursos humanos, quienes abusando de su posición pretenden aprovecharse de la necesidad que los demás tienen.
Así es, una sola persona es capaz de destruir la imagen de una empresa.
Al vivir este valor se garantiza la unión y estabilidad familiar, los hijos pueden contar con la presencia y ayuda de ambos padres; los jóvenes descubren que la verdadera realización personal no se alcanza
con la satisfacción de los placeres, sino a través de el desarrollo profesional, el trabajo y la formación intelectual; y socialmente las personas no tendrían que preocuparse de la calidad moral de los
ambientes que le rodean.
En medio de un ambiente que parece rechazar las buenas costumbres y se empeña en cerrar los oídos a toda norma moral, emerge la personalidad de quien vive el valor de la decencia: una forma de vestir discreta, con buen gusto, elegante si lo amerita la ocasión; sus conversaciones no tienen como tema principal el sexo; en su compañía no existe la incomodidad de encontrar miradas obscenas; su amistad e interés son genuinos, sin intenciones ocultas y poco correctas.
Esta personalidad en ningún momento se asusta ante la sexualidad humana, se puede afirmar que la conoce y entiende con mucho más perfección que el común de las personas. Conocedor de su propia naturaleza, evita los espectáculos, imágenes, conversaciones y compañías que puedan despertar
su sensualidad. No es su propósito fingir que no tiene esas inclinaciones, les da su lugar, su importancia; ha decidido que lo más valioso del hombre se alcanza a través del entendimiento, el
autodominio, el trabajo y la sana convivencia con sus semejantes.
La persona decente hace valer la integridad de su comportamiento, cuida de que no existan interpretaciones equivocadas sobre su conducta: evita trasnochar sin necesidad; se informa con anterioridad sobre los espectáculos y lugares a los que desea asistir y no conoce; aunque trata a todo las personas con respeto y cortesía, evita las compañías cuya conducta es incompatible con su formación.
Para vivir mejor el valor de la decencia, puedes considerar como importante:
v A toda costa debes evitar el ocio y la soledad. En estas circunstancias, la sensualidad se despierta
fácilmente.
v Manifiesta respeto por los demás. Cuida que tu mirada no ofenda o incomode a las personas del
sexo opuesto. Evita que tus conversaciones y bromas hagan alusiones a la sexualidad.
v Ten especial cuidado con tu forma de vestir. Los atuendos demasiado cortos o ligeros, efectivamente
hacen que te conviertas en centro de atención, pero no te hace lucir con formalidad, además, puedes
llevarte una sorpresa al descubrir las intenciones que despiertas en los demás.
v No vivas con ingenuidad pensando que tu educación y principios bastan para vivir decentemente.
Evita las ocasiones y los medios que pongan en peligro tu integridad: revistas, espectáculos,
películas e incluso compañías.
v Al cuidar tu mirada formas un carácter recio: Evita observar con insistencia a las personas, esto
siempre demuestra intenciones poco honestas.
v No basta ser decente, es necesario actuar como tal: sin cometer falta alguna, se pone en entredicho
la honorabilidad de una jovencita que llega a su casa en la madrugada, sobre todo si salió con el
novio y en automóvil; lo mismo ocurre con la mujer casada que viste con prendas demasiado cortas;
quien adquiere revistas con publicidad demasiado sugestiva, aunque el contenido haya sido el
propósito...
La persona que se preocupa por vivir el valor de la decencia en los detalles más mínimos, paralelamente despierta confianza en los demás por la integridad de su conducta; sus relaciones son estables porque se basan en el respeto y el interés auténtico que tiene por colaborar con los demás.
Tal vez por eso la decencia es motivo de burla, porque no es un valor para tímidos y cobardes que se dejan llevar por lo que la comodidad y el placer dictan, es un valor que templa el carácter. lo fortifica y
ennoblece.
Para mi es ser congruente con quien soy, y con lo que creo y si creo que nadie puede quitarte o hacer menos tu dignidad, que todos somo valiosos, y que todos somos seres de luz pues asi vere a los demas, me comportare, y actuare, mas que una ley social, creo que es un compromiso con mi ser
La decencia es cumplir con las reglas morales y divinas que te impone la sociedad...es respetarse uno mismo y no romper con el equilibrio que hay en el entorno. Es ser una persona común y corriente y no destacar en nada que se considere moralmente negativo. Ser decente es ser digno y no pasar a llevar nuestra naturaleza...Es ser honesto con nuestras creencias y con el mundo entero. Ser decente es ser transparente.
Yo me conformo con no pasarme a llevar...
ser decente es ser honesto,y justo saber vestir con decoro cordialmente triunfador
La decencia es el respeto exterior a los criterios éticos por dignidad individual y social en el actuar y decir.
el normal
la decencia es ser honesto, con uno mismo y con los demas y respetarse y respetar a los demas, aunq en estos tiempos ya no existe o esta desapareciendo muy rapidamente