Aspectos generales del desarrollo de la revolución rusa
La revolución rusa tuvo dos fases, una de carácter liberal y burgués que logró instaurarse en el poder en febrero de 1917 y otra de carácter popular y socialista que derrocó al gobierno establecido en octubre del mismo año y organizó el régimen socialista, el primero de la historia política del siglo XX.
La revolución de febrero de 1917
El gobierno provisional moderado, formado principalmente por liberales y demócratas bajo la presidencia del príncipe Lvov y, a partir de julio, por Alejandro Kerensky, fue favorable a los intereses de la burguesía y la aristocracia; resultó de la alianza entre la Duma y el comité de Petrogrado que acordaron, entre otros aspectos, la concesión de las libertades de expresión, prensa, reunión y asociación, así como la preparación de una asamblea constituyente, electa por sufragio universal.
Con todo, el nuevo gobierno transcurrió en medio de la inestabilidad política y social, debido a que continuó participando en la Primera Guerra y porque las manifestaciones obreras y campesinas en demanda de mejores condiciones laborales y el reparto de tierras, respectivamente, no cesaban; más bien, la participación de dichos sectores se incrementó mediante una intensa multiplicación de soviets compuestos por obreros, soldados desertores de la guerra y campesinos, siendo los de Petrogrado y Moscú los de más fuerza; además, ese mismo gobierno tuvo que enfrentar a los grupos contrarrevolucionarios, simpatizantes del antiguo orden.
La revolución de octubre de 1917
Los bolcheviques decidieron derrocar al gobierno de Kerensky en el marco de la celebración del Segundo Congreso de los soviets; para ello, el 24 de octubre de 1917 (según el calendario ruso), tomaron por asalto los principales edificios públicos de Petrogrado y el Palacio de Invierno, logrando su objetivo. Inmediatamente, se estableció un nuevo gobierno –el Consejo de Comisarios del Pueblo- presidido por Lenin y conformado únicamente por bolcheviques, entre los cuales destacaban personajes como Trotski –en Asuntos exteriores- y José Stalin –en nacionalidades.
El Consejo debía inmediatamente afrontar problemas diversos entre los cuales los más urgentes eran:
* El retiro de Rusia de la Primera Guerra y la lucha contra los grupos contrarrevolucionarios, opuestos a la nueva situación política y protagonistas de la guerra civil que se extendería entre 1918 y 1921.
* La organización de las instituciones del nuevo Estado y la vida política conforme a los planteamientos marxistas-leninistas.
* La reorganización de la economía, afectada por la Primera Guerra, y por la lucha interna.
En el primer caso, el nuevo gobierno comenzó las negociaciones para firmar la paz con Alemania y retirarse de la guerra. Esto concluyó con la firma del Tratado de Brest-Litovsk, en 1918, por el cual tuvo que ceder los territorios de Finlandia, Lituania, Letonia, Estonia, Polonia y Ucrania, lo que significó perder la tercera parte de las tierras cultivables, mas de la mitad de las industrias, el 90 por ciento de las minas de carbón y un tercio de la población. (...)
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La revolución bolchevique de octubre de 1917...
Aspectos generales del desarrollo de la revolución rusa
La revolución rusa tuvo dos fases, una de carácter liberal y burgués que logró instaurarse en el poder en febrero de 1917 y otra de carácter popular y socialista que derrocó al gobierno establecido en octubre del mismo año y organizó el régimen socialista, el primero de la historia política del siglo XX.
La revolución de febrero de 1917
El gobierno provisional moderado, formado principalmente por liberales y demócratas bajo la presidencia del príncipe Lvov y, a partir de julio, por Alejandro Kerensky, fue favorable a los intereses de la burguesía y la aristocracia; resultó de la alianza entre la Duma y el comité de Petrogrado que acordaron, entre otros aspectos, la concesión de las libertades de expresión, prensa, reunión y asociación, así como la preparación de una asamblea constituyente, electa por sufragio universal.
Con todo, el nuevo gobierno transcurrió en medio de la inestabilidad política y social, debido a que continuó participando en la Primera Guerra y porque las manifestaciones obreras y campesinas en demanda de mejores condiciones laborales y el reparto de tierras, respectivamente, no cesaban; más bien, la participación de dichos sectores se incrementó mediante una intensa multiplicación de soviets compuestos por obreros, soldados desertores de la guerra y campesinos, siendo los de Petrogrado y Moscú los de más fuerza; además, ese mismo gobierno tuvo que enfrentar a los grupos contrarrevolucionarios, simpatizantes del antiguo orden.
La revolución de octubre de 1917
Los bolcheviques decidieron derrocar al gobierno de Kerensky en el marco de la celebración del Segundo Congreso de los soviets; para ello, el 24 de octubre de 1917 (según el calendario ruso), tomaron por asalto los principales edificios públicos de Petrogrado y el Palacio de Invierno, logrando su objetivo. Inmediatamente, se estableció un nuevo gobierno –el Consejo de Comisarios del Pueblo- presidido por Lenin y conformado únicamente por bolcheviques, entre los cuales destacaban personajes como Trotski –en Asuntos exteriores- y José Stalin –en nacionalidades.
El Consejo debía inmediatamente afrontar problemas diversos entre los cuales los más urgentes eran:
* El retiro de Rusia de la Primera Guerra y la lucha contra los grupos contrarrevolucionarios, opuestos a la nueva situación política y protagonistas de la guerra civil que se extendería entre 1918 y 1921.
* La organización de las instituciones del nuevo Estado y la vida política conforme a los planteamientos marxistas-leninistas.
* La reorganización de la economía, afectada por la Primera Guerra, y por la lucha interna.
En el primer caso, el nuevo gobierno comenzó las negociaciones para firmar la paz con Alemania y retirarse de la guerra. Esto concluyó con la firma del Tratado de Brest-Litovsk, en 1918, por el cual tuvo que ceder los territorios de Finlandia, Lituania, Letonia, Estonia, Polonia y Ucrania, lo que significó perder la tercera parte de las tierras cultivables, mas de la mitad de las industrias, el 90 por ciento de las minas de carbón y un tercio de la población. (...)