Que así como Jehová le dijo a Moises que para que los israelitas NO murieran en el desierto por las mordeduras de las serpientes, levantara una de cobre, y todo aquel que fijara su vista en "el objeto que Jehová utilizó, permaneciera con vida; estaba PREFIGURANDO el sacrificio del señor Jesús, en el sentido de que todo aquel que ejerza fe en ése sacrificio pueda obtener la vida eterna, ya que tal sacrificio dice el versículo 19 es la base para el juicio , porque su hijo vino, pero los hombres rechazan la iluminación tanto del conocimiento, que Jesús nos trasmite porque dice que han amado la oscuridad ( espiritual) mas bien que la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo. Y el que ama la verdad ama la luz.
Jua 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
Jua 3:15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Jua 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Jua 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Jua 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Jua 3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Jua 3:20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
Jua 3:21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Cuando los israelitas vagaban por el desierto, Dios envió una plaga de serpientes para castigarlos por su actitud rebelde. Los sentenciados a muerte por causa de la mordedura de serpientes podían curarse al obedecer a Dios y mirar a la serpiente de bronce que se levantó, creyendo que El podría sanarlos si lo hacían (Num_21:8-9). Mirar a Jesús en busca de salvación tiene los mismos efectos. Dios nos preparó este modo de ser salvos de los efectos mortíferos de la "mordedura" del pecado.
(Juan 3:16) Todo el evangelio se centra en este versículo. El amor de Dios no es estático ni egoísta, sino que se extiende y atrae a otros a sí. Dios establece aquí el verdadero molde del amor, la base de toda relación de amor. Si uno ama a alguien profundamente, está dispuesto a darle amor a cualquier precio. Dios pagó, con la vida de su Hijo, el más alto precio que se puede pagar. Jesús aceptó nuestro castigo, pagó el precio de nuestros pecados, y luego nos ofreció una nueva vida que nos compró con su muerte. Cuando predicamos el evangelio a otros, nuestro amor debe de ser como el suyo, y estar dispuestos a renunciar a nuestra comodidad y seguridad para que otros reciban el amor de Dios como nosotros.
Muchas personas rechazan la idea de vivir para siempre porque viven vidas tristes. Pero la vida eterna no es la extensión de la miserable vida mortal del hombre; vida eterna es la vida de Dios encarnada en Cristo que se da a todos los que creen como garantía de que vivirán para siempre. En esa vida no hay muerte, enfermedad, enemigo, demonios ni pecado. Cuando no conocemos a Cristo, tomamos decisiones pensando que esta vida es todo lo que tenemos. En realidad, esta vida es solo el comienzo de la eternidad. Empiece, por lo tanto, a evaluar todo lo que le sucede desde una perspectiva eterna.
"Creer" es más que una reflexión intelectual de que Jesús es Dios. Significa depositar nuestra confianza en El, que es el único que nos puede salvar. Es poner a Cristo al frente de nuestros planes presentes y nuestro destino eterno. Creer es confiar en su palabra y depender de El para cambiar. Si nunca ha confiado en Cristo, haga suya esta promesa de vida eterna y crea.
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Que así como Jehová le dijo a Moises que para que los israelitas NO murieran en el desierto por las mordeduras de las serpientes, levantara una de cobre, y todo aquel que fijara su vista en "el objeto que Jehová utilizó, permaneciera con vida; estaba PREFIGURANDO el sacrificio del señor Jesús, en el sentido de que todo aquel que ejerza fe en ése sacrificio pueda obtener la vida eterna, ya que tal sacrificio dice el versículo 19 es la base para el juicio , porque su hijo vino, pero los hombres rechazan la iluminación tanto del conocimiento, que Jesús nos trasmite porque dice que han amado la oscuridad ( espiritual) mas bien que la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo. Y el que ama la verdad ama la luz.
Jua 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
Jua 3:15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Jua 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Jua 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Jua 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Jua 3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Jua 3:20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
Jua 3:21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Cuando los israelitas vagaban por el desierto, Dios envió una plaga de serpientes para castigarlos por su actitud rebelde. Los sentenciados a muerte por causa de la mordedura de serpientes podían curarse al obedecer a Dios y mirar a la serpiente de bronce que se levantó, creyendo que El podría sanarlos si lo hacían (Num_21:8-9). Mirar a Jesús en busca de salvación tiene los mismos efectos. Dios nos preparó este modo de ser salvos de los efectos mortíferos de la "mordedura" del pecado.
(Juan 3:16) Todo el evangelio se centra en este versículo. El amor de Dios no es estático ni egoísta, sino que se extiende y atrae a otros a sí. Dios establece aquí el verdadero molde del amor, la base de toda relación de amor. Si uno ama a alguien profundamente, está dispuesto a darle amor a cualquier precio. Dios pagó, con la vida de su Hijo, el más alto precio que se puede pagar. Jesús aceptó nuestro castigo, pagó el precio de nuestros pecados, y luego nos ofreció una nueva vida que nos compró con su muerte. Cuando predicamos el evangelio a otros, nuestro amor debe de ser como el suyo, y estar dispuestos a renunciar a nuestra comodidad y seguridad para que otros reciban el amor de Dios como nosotros.
Muchas personas rechazan la idea de vivir para siempre porque viven vidas tristes. Pero la vida eterna no es la extensión de la miserable vida mortal del hombre; vida eterna es la vida de Dios encarnada en Cristo que se da a todos los que creen como garantía de que vivirán para siempre. En esa vida no hay muerte, enfermedad, enemigo, demonios ni pecado. Cuando no conocemos a Cristo, tomamos decisiones pensando que esta vida es todo lo que tenemos. En realidad, esta vida es solo el comienzo de la eternidad. Empiece, por lo tanto, a evaluar todo lo que le sucede desde una perspectiva eterna.
"Creer" es más que una reflexión intelectual de que Jesús es Dios. Significa depositar nuestra confianza en El, que es el único que nos puede salvar. Es poner a Cristo al frente de nuestros planes presentes y nuestro destino eterno. Creer es confiar en su palabra y depender de El para cambiar. Si nunca ha confiado en Cristo, haga suya esta promesa de vida eterna y crea.
yo solo conozco a juan y medio y a juan 23
3,14 es pi no es juan
es una especie de enseñanza, de aviso
Que si te vas a drogar no salgas de tu casa a hacer pendejadas.