Yo creo que una mancha blanca en las uñas puede ser de un golpe que te has dado y que no ha roto ningún capilar, entonces en ausencia de sangre se queda con un color blanquecino.
Dicen las malas lenguas y las supersticiones que son las mentiras que decimos, las más gordas que nos salen en las uñas para que todos los que te miren a las manos sepan que eres un mentiroso.
Supongo que habrá múltiples explicaciones científicas que erradiquen las respuestas esotéricas o de brujería.
Asimismo, hay condiciones que hacen que las uñas se vuelvan más frágiles y, por tanto, más susceptibles a sufrir este problema, tales como:
Contacto frecuente con agua, sobre todo caliente.
Las manchas blancas que surgen debido a golpes no requieren la asistencia del dermatólogo puesto que, a medida que la uña crezca, se irán desplazando hacia el extremo hasta desaparecer.
Hay algo de verdad en todo esto, ya que la falta de nutrientes, en particular aquellos que participan en la formación, crecimiento y desarrollo de las uñas, vuelven más frágiles a estas laminillas y, por tanto, las hacen susceptibles a tener manchas blancas. Reforzar la alimentación contribuirá a disminuir la leuconiquia, ante todo cuando se incluyen los siguientes elementos:
Zinc. Se encuentra en mariscos, pescados, hÃgado y carnes en general, asà como en lácteos, huevo, frutos secos, pepitas de calabaza, legumbres y cereales integrales.
Hierro. Aparece principalmente en alimentos de origen animal como hÃgado, carne y pescado. Entre las fuentes de origen vegetal encontramos plantas de hojas verdes (espinaca, acelga, perejil), uvas y ciruelas pasa, betabel, pistaches, almendras, nueces e higos.
Calcio. Es común en leche y sus derivados, sobre todo yogurt y queso, además de sardinas, hortalizas de hoja verde, perejil, durazno, amaranto y ajonjolÃ.
Retinol o vitamina A. Está presente en frutas y verduras de color amarillo-anaranjado (zanahoria, mandarina, durazno, papaya, mango, piña, jitomate, fresa y pimiento rojo), pescado, grasas lácteas (mantequilla y crema), yema de huevo e hÃgado.
Sumergir las manos durante largo tiempo en sustancias agresivas empleadas en la limpieza del hogar.
Hacer "palanca" con las uñas (al abrir recipientes, por ejemplo), utilizarlas como "desarmador" (al ajustar tornillos pequeños, como en los anteojos) o al emplearlas para quitar etiquetas adheribles.
Usar accesorios maltratados o con escaso filo que requieren considerable esfuerzo para cortar las uñas.
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Yo creo que una mancha blanca en las uñas puede ser de un golpe que te has dado y que no ha roto ningún capilar, entonces en ausencia de sangre se queda con un color blanquecino.
Dicen las malas lenguas y las supersticiones que son las mentiras que decimos, las más gordas que nos salen en las uñas para que todos los que te miren a las manos sepan que eres un mentiroso.
Supongo que habrá múltiples explicaciones científicas que erradiquen las respuestas esotéricas o de brujería.
pienso lo mismo que ardilla--es devilidad por falta de calcio en los huesos--tendras que comer yogures--queso y mas lacteos--
Bueno, esa manchita blanca, parece indicar que hay deficiencia de calcio, yo lo comprobé, porque hubo un tiempo en que me estaba alimentando mal. Caundo mejoré mis hábitos alimenticios, desparecieron las manchitas que yo tenÃa en las uñas y dejaron de partirse.
El término médico que define esta condición es leuconiquia y hoy se sabe que surge como consecuencia de rupturas diminutas que se generan en la base de la uña (matriz), mismas que favorecen la formación de pequeñas bolsas de aire. Las manchas, pues, aparecen cuando nos golpeamos la punta de los dedos, muchas veces sin percatarnos de ello.
Asimismo, hay condiciones que hacen que las uñas se vuelvan más frágiles y, por tanto, más susceptibles a sufrir este problema, tales como:
Contacto frecuente con agua, sobre todo caliente.
Las manchas blancas que surgen debido a golpes no requieren la asistencia del dermatólogo puesto que, a medida que la uña crezca, se irán desplazando hacia el extremo hasta desaparecer.
¿Mala alimentación?
Muchos especialistas sostienen que este problema también puede reflejar una dieta deficiente, ya que se observa con frecuencia en personas con desórdenes como bulimia (episodios repetidos de excesivo consumo de alimentos seguidos de vómito o uso de laxantes), anorexia (pérdida de peso por dejar de comer y someterse a intensas rutinas de ejercicio) o anemia (mala transportación de oxÃgeno en la sangre por falta de hierro y ácido fólico).
Hay algo de verdad en todo esto, ya que la falta de nutrientes, en particular aquellos que participan en la formación, crecimiento y desarrollo de las uñas, vuelven más frágiles a estas laminillas y, por tanto, las hacen susceptibles a tener manchas blancas. Reforzar la alimentación contribuirá a disminuir la leuconiquia, ante todo cuando se incluyen los siguientes elementos:
Zinc. Se encuentra en mariscos, pescados, hÃgado y carnes en general, asà como en lácteos, huevo, frutos secos, pepitas de calabaza, legumbres y cereales integrales.
Hierro. Aparece principalmente en alimentos de origen animal como hÃgado, carne y pescado. Entre las fuentes de origen vegetal encontramos plantas de hojas verdes (espinaca, acelga, perejil), uvas y ciruelas pasa, betabel, pistaches, almendras, nueces e higos.
Calcio. Es común en leche y sus derivados, sobre todo yogurt y queso, además de sardinas, hortalizas de hoja verde, perejil, durazno, amaranto y ajonjolÃ.
Vitamina B6. Abunda en cereales integrales, nueces, frutos secos (almendras, cacahuates, avellanas) y vÃsceras (hÃgado y riñones); en menor cantidad se obtiene de frutas como plátano y piña. La levadura de cerveza también es buen complemento de este nutriente.
Retinol o vitamina A. Está presente en frutas y verduras de color amarillo-anaranjado (zanahoria, mandarina, durazno, papaya, mango, piña, jitomate, fresa y pimiento rojo), pescado, grasas lácteas (mantequilla y crema), yema de huevo e hÃgado.
Por cierto, la presencia de manchas blancas también se atribuye a excesivo trabajo, agotamiento, fatiga y estrés; esta creencia tiene algo de cierto, ya que la alta exigencia a que se somete al organismo cuando se trabaja bajo presión o hay muchas preocupaciones genera pérdida casi imperceptible de nutrientes y minerales, con lo que se debilitan paulatinamente las uñas.
Sumergir las manos durante largo tiempo en sustancias agresivas empleadas en la limpieza del hogar.
Hacer "palanca" con las uñas (al abrir recipientes, por ejemplo), utilizarlas como "desarmador" (al ajustar tornillos pequeños, como en los anteojos) o al emplearlas para quitar etiquetas adheribles.
Usar accesorios maltratados o con escaso filo que requieren considerable esfuerzo para cortar las uñas.