la verdad ke no se a ke te referis con el cero, pero sea lo ke sea, la respuesta es Dios, porke Dios existe desde el principio de los tiempos, fue el creador del cielo y de la tierra, y antes ke todo estuvo y esta Dios
No está claramente determinado si el cero fue inventado por los árabes 1000 años A.C. o por matemáticos hindúes en el año 628. Lo que sà está seguro es que toda civilización tubo un Dios, sea cual fuera la forma de su representación.
Comentario aparte. Puedo considerar que el invento del cero es el mayor logro de la ciencia. Tubo que ser un súper genio el matemático que lo haya inventado. Como prueba, intenta multiplicar XXXIV por XIX, o representar 1x10^(-25) en numeración romana.
el cero porque el cero es algo que conocemos y usamos casi a diario por otro lado yo no conosco a dios y aunque paresca ir en contra de la iglesia o de sus creencias prefiero creer en lo que existe y uso
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la verdad ke no se a ke te referis con el cero, pero sea lo ke sea, la respuesta es Dios, porke Dios existe desde el principio de los tiempos, fue el creador del cielo y de la tierra, y antes ke todo estuvo y esta Dios
el cero porque almenos el cero sabemos que existe
Dios!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
No está claramente determinado si el cero fue inventado por los árabes 1000 años A.C. o por matemáticos hindúes en el año 628. Lo que sà está seguro es que toda civilización tubo un Dios, sea cual fuera la forma de su representación.
Comentario aparte. Puedo considerar que el invento del cero es el mayor logro de la ciencia. Tubo que ser un súper genio el matemático que lo haya inventado. Como prueba, intenta multiplicar XXXIV por XIX, o representar 1x10^(-25) en numeración romana.
El humano, que inventó a ambos.
el cero porque el cero es algo que conocemos y usamos casi a diario por otro lado yo no conosco a dios y aunque paresca ir en contra de la iglesia o de sus creencias prefiero creer en lo que existe y uso
EL VACIO O DIOS
Las publicaciones del jesuita de la India P. Anthony de Mello (1931-1987) han alcanzado una notable difusión en muchos paÃses y entre personas de diferentes condiciones. En tales escritos, con en un estilo asequible y de fácil lectura, en la mayorÃa de los casos en forma de breves narraciones, ha recogido algunos elementos válidos de la sabidurÃa oriental que pueden ayudar a alcanzar el dominio de sÃ, romper los lazos y afectos que nos impiden ser realmente libres, evitar el egocentrismo, afrontar con serenidad las vicisitudes de la vida sin dejarse influenciar por el mundo exterior, a la vez que percibir la riqueza del mundo que nos rodea. Es de justicia señalar estos valores positivos, que se pueden encontrar en muchos de los escritos del P. de Mello. Sobre todo en las obras que datan de sus primeros años de actividad como director de retiros, aunque influenciado por las corrientes espirituales budistas y taoÃstas, se mueve en muchos aspectos en las lÃneas de la espiritualidad cristiana: se refiere a la espera, en el silencio y en la oración, de la venida del EspÃritu, puro don del Padre (Incontro con Dio, 11-13). Habla muy bien de la oración de Jesús y la que él nos enseña, tomando como base el Padre nuestro (ibid. 40-43).
Habla también de la fe, del arrepentimiento, de la contemplación de los misterios de la vida de Cristo según el método de san Ignacio. En su obra Sà dhana. Un cammino verso Dio, publicado por primera vez en 1978, sobre todo en su parte final (La devozione, pp. 175-235), Jesús ocupa un lugar central: se habla de la oración de petición, de la oración de intercesión, tal como Jesús enseña en el evangelio, de la oración de alabanza, de la invocación del nombre de Jesús. El libro está dedicado a la Bienaventurada Virgen MarÃa, modelo de la contemplación (p.11).
Pero ya en esto volumen desarrolla su teorÃa de la contemplación como autoconciencia (consapevolezza), que no aparece exenta de ambigüedad. Ya al comienzo de la obra se equipara la noción de la revelación cristiana y la de Lao-Tse, con una cierta preferencia por la de este último: "«El silencio es la grand revelación», dijo Lao-Tse. Según nuestra forma común de pensar, la Revelación se encuentra en la Sagrada Escritura. Y es asÃ. Pero hoy quisiera que descubrieras qué revelación puede encontrarse en el silencio" (p. 15; cfr p. 18). En el ejercicio de la conciencia (consapevolezza) de nuestras sensaciones corporales entramos ya en comunicación con Dios (p.44). Una comunicación que se explica en estos términos: "Muchos mÃsticos nos dicen que, además de la mente y el corazón, con los cuales ordinariamente nos comunicamos con Dios, todos nosotros estamos dotados de una mente mÃstica y de un corazón mÃstico, una facultad que nos hace capaz de conocer a Dios directamente, de acogerlo e intuirlo en su mismo ser, aunque de manera oscura" (ibid.). Pero esta intuición, sin imágenes ni forma, es la de un vacÃo: "¿Qué cosa miro cuando en silencio miro a Dios? Una realidad sin imagen, sin forma. ¡Un vacÃo!" (p. 45). Para comunicar con el infinito es necesario "mirar al vacÃo". Asà se llega a la conclusión, "aparentemente desconcertante, de que la concentración en nuestra respiración o en nuestras sensaciones corporales es una óptima contemplación, en el sentido estricto de la palabra" (p. 51). En otras obras posteriores se habla del "despertarse", de la iluminación interior o del conocimiento: "¿Cómo despertarse? ¿Cómo saber si se duerme? Los mÃsticos, cuando ven lo que les rodea, descubren un gran gozo que brota del corazón de las cosas. Unánimemente hablan de este gozo y del amor que lo inunda todo... ¿Cómo llegar a ésto? Mediante la comprensión, liberándonos de las ilusiones y de las ideas deformadas" (Istruzioni di volo per aquile e polli, 77; cfr Chiamati all'amore, 178). La iluminación interior es la verdadera revelación, mucho más importante que la que nos llega por la Escritura: "Un gurú prometió a cierto estudioso una revelación de mayores consecuencias que cualquier otra contenida en las escrituras... Cuando has adquirido conocimiento, usas una antorcha para mostrar el camino. Cuando estás iluminado, te conviertes en antorcha" (La preghiera della rana I, 126-127). "La santidad no es una conquista, es una Gracia. Una gracia llamada conciencia, una gracia que se llama mirar, observar, entender. Si encendieras la luz de la conciencia y te observaras a ti y todo lo que te rodea durante el dÃa; si te vieras reflejado en el espejo de la conciencia de la forma en que ves tu rostro reflejado en un espejo... sin emitir ningún juicio o condena, te darÃas cuenta de las transformaciones maravillosas que ocurren en ti." (Chiamati all'amore, 176).
El 0,... quién sinó.
Jvvl
Dios..
dios creo el cero
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