El punto de partida son las células del ganglio de Corti situadas en el caracol o coclea del oido interno. Desde allí los impulsos electricos auditivos recorren el nervio auditivo o raiz coclear del VIII par craneal, hasta llegar a los núcleos bulboprotuberanciales.
Desde esos nucleos, la vía se dirige hacia arriba formando el lemnisco lateral o cinta de Reil lateral.
Sin embargo allí se divide en un fascículo ipsilateral y otro contralateral o cruzado. Esto permite que a éste nivel la via auditiva tenga tanto fibras directas como cruzadas, lo que explica porque las lesiones retronucleares (más allá de los nucleos bulboprotuberanciales) no den hipoacusia apreciable).
La segunda neurona de los nucleos bulboprotuberanciales origina un haz dorsal y otro ventral, que como se dijo forman la cinta de Reil lateral o lemnisco lateral, el cual termina en el cuerpo geniculado interno.
El sentido del oÃdo está encargo de hacernos percibir los sonidos y el aparato anatómico destinado a percibirlos, en conjunto, se denomina órgano del oÃdo, y se encuentra ubicado en el peñasco del hueso temporal en el cráneo.
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El punto de partida son las células del ganglio de Corti situadas en el caracol o coclea del oido interno. Desde allí los impulsos electricos auditivos recorren el nervio auditivo o raiz coclear del VIII par craneal, hasta llegar a los núcleos bulboprotuberanciales.
Desde esos nucleos, la vía se dirige hacia arriba formando el lemnisco lateral o cinta de Reil lateral.
Sin embargo allí se divide en un fascículo ipsilateral y otro contralateral o cruzado. Esto permite que a éste nivel la via auditiva tenga tanto fibras directas como cruzadas, lo que explica porque las lesiones retronucleares (más allá de los nucleos bulboprotuberanciales) no den hipoacusia apreciable).
La segunda neurona de los nucleos bulboprotuberanciales origina un haz dorsal y otro ventral, que como se dijo forman la cinta de Reil lateral o lemnisco lateral, el cual termina en el cuerpo geniculado interno.
AUDICIÃN: Es la interpretación de las ondas sonoras por el cerebro.
Deben existir dos factores para que exista el sonido. Es necesaria una fuente de vibración mecánica y también un medio elástico a través del cual se propague la perturbación. La fuente puede ser un diapasón, una cuerda que vibre o una columna de aire vibrando en un tubo de órgano. Los sonidos se producen por una materia que vibra.
Sonido audible es el que corresponde a las ondas sonoras en un intervalo de frecuencias de 20 a 20 000 Hz.
Las ondas sonoras viajan a través del conducto auditivo externo hasta incidir sobre el tÃmpano, haciendo que éste vibre. El martillo, sujeto al tÃmpano, comienza a vibrar, al igual que lo hacen el yunque y el estribo, que se hallan unidos al martillo por el otro lado. Las vibraciones se transfieren a la ventana oval del oÃdo interno, en la que se inserta la placa del estribo. Desde aquÃ, las ondas viajan por el lÃquido de la cóclea hasta alcanzar la ventana redonda, donde se disipan. Las vibraciones de la mem. hacen que los finos cilios de las células ciliadas del órgano de Corti golpeen contra la mem. de Corti, originando impulsos en las terminaciones sensoriales de la división auditiva del VIII nervio craneal, que se transmiten hacia el lóbulo temporal del cerebro para su interpretación. Las vibraciones sonoras también puede llegar al oÃdo interno mediante transmisión directa a través del hueso.
El sentido del oÃdo está encargo de hacernos percibir los sonidos y el aparato anatómico destinado a percibirlos, en conjunto, se denomina órgano del oÃdo, y se encuentra ubicado en el peñasco del hueso temporal en el cráneo.