"Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero"
Después de la cena, don Quijote va a la caballeriza y se pone de rodillas ante el ventero y le pide que le dé la orden de caballería y permiso para velar sus armas en la capilla. Con la sospecha de que don Quijote ha perdido el juicio, el ventero le sigue el juego y le dice que también tuvo sus propias aventuras de caballero cuando era más joven y que puede velar sus armas en el patio del "castillo", ya que la capilla está en obras.
El ventero le pregunta si trae dinero y don Quijote le responde que no porque nunca leyó en los libros de caballerías que traían dinero. El ventero le explica que era un detalle menor que los autores no mencionaron y le recomienda que además de dinero lleve encima camisas, ungüento para curar heridas y otros víveres necesarios.
Don Quijote pone sus armas sobre la pila en el patio para velarlas durante la noche, pero llega un arriero quien quiere darles agua a sus mulas. Tiene que mover las armas para acceder a la pila, pero a don Quijote le parece una falta de respeto que las toque y afronta al arriero. Éste no le hace caso y como resultado don Quijote le da un golpe en la cabeza con su lanza. Viene otro arriero a la pila por el mismo motivo y don Quijote arremete contra él también. Los compañeros de los arrieros comienzan a tirarle piedras a don Quijote por lo que se enfada aún más.
Para poner fin al conflicto, el ventero le dice a don Quijote que no es necesario velar las armas durante toda la noche y que ya hecho más que suficiente. Luego le hace una pequeña ceremonia para darle la orden de caballería. Don Quijote sale de la venta y el ventero no le cobra el alojamiento.
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Capítulo 3:
"Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero"
Después de la cena, don Quijote va a la caballeriza y se pone de rodillas ante el ventero y le pide que le dé la orden de caballería y permiso para velar sus armas en la capilla. Con la sospecha de que don Quijote ha perdido el juicio, el ventero le sigue el juego y le dice que también tuvo sus propias aventuras de caballero cuando era más joven y que puede velar sus armas en el patio del "castillo", ya que la capilla está en obras.
El ventero le pregunta si trae dinero y don Quijote le responde que no porque nunca leyó en los libros de caballerías que traían dinero. El ventero le explica que era un detalle menor que los autores no mencionaron y le recomienda que además de dinero lleve encima camisas, ungüento para curar heridas y otros víveres necesarios.
Don Quijote pone sus armas sobre la pila en el patio para velarlas durante la noche, pero llega un arriero quien quiere darles agua a sus mulas. Tiene que mover las armas para acceder a la pila, pero a don Quijote le parece una falta de respeto que las toque y afronta al arriero. Éste no le hace caso y como resultado don Quijote le da un golpe en la cabeza con su lanza. Viene otro arriero a la pila por el mismo motivo y don Quijote arremete contra él también. Los compañeros de los arrieros comienzan a tirarle piedras a don Quijote por lo que se enfada aún más.
Para poner fin al conflicto, el ventero le dice a don Quijote que no es necesario velar las armas durante toda la noche y que ya hecho más que suficiente. Luego le hace una pequeña ceremonia para darle la orden de caballería. Don Quijote sale de la venta y el ventero no le cobra el alojamiento.