Era un día de pentecostés cuando el doctor Juvenal Urbino muy temprano entro al cuarto de un gran amigo, don Jeremiah de Saint – Amour, que había tomado la mas lamentable de las decisiones, se había encerrado en su cuarto con un sahumerio de cianuro de oro quien al lado de su fiel amigo el perro, debieron tener un lento fallecimiento. El doctor Juvenal al presenciar aquello, ordeno que no se le realizara ninguna autopsia al comisario ni al estudiante auxiliar que fue su alumno, puesto que don Jeremiah era uno de los amigos del doctor, y se reunían cada noche para jugar una partida de ajedrez. El comisario encontró un sobre dirigido al doctor Juvenal, el cual al ser leído por el doctor encontró unos once pliegos de petición y revelación apenas leyó las primeras partes y ordeno que se le entierrase a don jeremiah de la manera mas digna y lo mas pronto posible evadiendo todos los tramites burocráticos. También indicó al comisario que dijese a la opinión pública y a la prensa que había muerto por muerte natural. El doctor era una de las pocas veces que había de faltar a la misa de pentecostés, pero lo que tenía que hacer valía la pena, al leer las revelaciones de su amigo Jeremiah, el doctor ordenó a uno de sus sirvientes que le llevara en su coche a una de las zonas de la ciudad, la mas marginada. Al ir por aquellas zonas, con un carruaje de la época colonial, bien conservada con todos los lujos, algunas pandillas de grupos juveniles estaban tras el carruaje, pero el cochero con el látigo del los caballos los espantaba. Al llegar a la dirección indicada en el
sobre el doctor Jeremiah se encontró con una mujer vestida de luto y con una rosa; el doctor se sorprendió muchísimo al saber que aquella persona había sido la amada del don Jeremiah, y mas aún cuando esa persona supo de la muerte del mismo. La mujer le explicó por qué Jeremiah había decidido quitarse la vida, don Jeremiah era una persona bastante culta y por lo tanto sabia y cuando el era joven decía que “yo nunca seré viejo” solo era interpretar estas palabras para entender su cometido.
El Doctor Juvenal se marcho de aquel barrio desconcertado por aquellas palabras y mas aún al observar esa otra parte de la ciudad que no conocía, considerándolo lugares precario e incivilizados. Cave señalar que el Doctor Juvenal era una persona un tanto discriminadora, puesto que su clientela era gente de un estatus social bastante elevado, de tal manera que ignoraba aquella parte de la ciudad.
Cuando llego a su hogar, un lugar bastante amplio con todas las comodidades y lujos se encontró con su esposa doña Fermina Daza, con quien había pasado los mejores años de su vida y con quien tenía un hijo y una hija. El doctor Juvenal al encontrarse con su esposa le conto lo sucedido, pero no causo mucha impresión en doña Fermina Daza puesto que no lo conocía en persona solo sabia que era un lisiado de guerra y que era un gran jugador de ajedrez y excelente fotógrafo de niños. Esa tarde el doctor Juvenal tenia planificado un almuerzo por el aniversario de bodas de plata de su colega el Dr. Lacides Olivella, que era el mayor acontecimiento social del año. Sin embargo el Dr. Juvenal era un hombre bastante planificado y rutinario, y que empezaba su jornada con los primeros cantares de lo gallos e iba a visitar a sus pacientes,
luego en la tarde después del almuerzo se ponía a leer en la terraza distintos libros en compañía de su loro que era un experto en hablar y cantar en mas de cuatro idiomas. Esa tarde no fue la excepción, ya se había olvidado de su amigo Jeremiah puesto que aquello ya estaba predicho.
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CAPITULO I
Era un día de pentecostés cuando el doctor Juvenal Urbino muy temprano entro al cuarto de un gran amigo, don Jeremiah de Saint – Amour, que había tomado la mas lamentable de las decisiones, se había encerrado en su cuarto con un sahumerio de cianuro de oro quien al lado de su fiel amigo el perro, debieron tener un lento fallecimiento. El doctor Juvenal al presenciar aquello, ordeno que no se le realizara ninguna autopsia al comisario ni al estudiante auxiliar que fue su alumno, puesto que don Jeremiah era uno de los amigos del doctor, y se reunían cada noche para jugar una partida de ajedrez. El comisario encontró un sobre dirigido al doctor Juvenal, el cual al ser leído por el doctor encontró unos once pliegos de petición y revelación apenas leyó las primeras partes y ordeno que se le entierrase a don jeremiah de la manera mas digna y lo mas pronto posible evadiendo todos los tramites burocráticos. También indicó al comisario que dijese a la opinión pública y a la prensa que había muerto por muerte natural. El doctor era una de las pocas veces que había de faltar a la misa de pentecostés, pero lo que tenía que hacer valía la pena, al leer las revelaciones de su amigo Jeremiah, el doctor ordenó a uno de sus sirvientes que le llevara en su coche a una de las zonas de la ciudad, la mas marginada. Al ir por aquellas zonas, con un carruaje de la época colonial, bien conservada con todos los lujos, algunas pandillas de grupos juveniles estaban tras el carruaje, pero el cochero con el látigo del los caballos los espantaba. Al llegar a la dirección indicada en el
sobre el doctor Jeremiah se encontró con una mujer vestida de luto y con una rosa; el doctor se sorprendió muchísimo al saber que aquella persona había sido la amada del don Jeremiah, y mas aún cuando esa persona supo de la muerte del mismo. La mujer le explicó por qué Jeremiah había decidido quitarse la vida, don Jeremiah era una persona bastante culta y por lo tanto sabia y cuando el era joven decía que “yo nunca seré viejo” solo era interpretar estas palabras para entender su cometido.
El Doctor Juvenal se marcho de aquel barrio desconcertado por aquellas palabras y mas aún al observar esa otra parte de la ciudad que no conocía, considerándolo lugares precario e incivilizados. Cave señalar que el Doctor Juvenal era una persona un tanto discriminadora, puesto que su clientela era gente de un estatus social bastante elevado, de tal manera que ignoraba aquella parte de la ciudad.
Cuando llego a su hogar, un lugar bastante amplio con todas las comodidades y lujos se encontró con su esposa doña Fermina Daza, con quien había pasado los mejores años de su vida y con quien tenía un hijo y una hija. El doctor Juvenal al encontrarse con su esposa le conto lo sucedido, pero no causo mucha impresión en doña Fermina Daza puesto que no lo conocía en persona solo sabia que era un lisiado de guerra y que era un gran jugador de ajedrez y excelente fotógrafo de niños. Esa tarde el doctor Juvenal tenia planificado un almuerzo por el aniversario de bodas de plata de su colega el Dr. Lacides Olivella, que era el mayor acontecimiento social del año. Sin embargo el Dr. Juvenal era un hombre bastante planificado y rutinario, y que empezaba su jornada con los primeros cantares de lo gallos e iba a visitar a sus pacientes,
luego en la tarde después del almuerzo se ponía a leer en la terraza distintos libros en compañía de su loro que era un experto en hablar y cantar en mas de cuatro idiomas. Esa tarde no fue la excepción, ya se había olvidado de su amigo Jeremiah puesto que aquello ya estaba predicho.
MIRA LO DEMAS ESTA EN LA PAGINA DE ABAJO :)
ese libro esta hermozo,
ve la pelicullaaa....
aunqe no hay tanto detalle como en el libro peroo hay lo ves todo en una hora jojo