2. ¡Sus ojos lanzarían desde la bóveda celeste unos rayos tan claros a través de la región etérea, que cantarían las aves, creyendo la llegada de la aurora!
3. Todavía no han libado mis oídos cien palabras de esa lengua y conozco ya el acento.
4. Dentro del tierno cáliz de esta débil flor, residen el veneno y el poder medicinal.
5. Despedirse tan pronto del lecho arguye un ánimo intranquilo.
6. {…} el amor de mi corazón radica en la bella hija del rico Capuleto
7. ¡Cuánta agua salobre vertida en vano, para sazonar un amor que no tiene ni gusto de ella!
8. Ama, pues, con mesura, que así se conduce el verdadero amor.
9. ¡Y aún quieres enseñarme a huir de pendencias!
10. {…} las razones que tengo para apreciarte excusan en gran manera el encono de semejante saludo.
11. ¡Mi honra está manchada por el ultraje de Teobaldo!
12. ¡Sal de tu estupor!¡El príncipe te condenará a muerte si te prenden!
13. ¿Dónde están los viles iniciadores de este lance?
14. Yo puedo daros cuenta de todo el desastroso curso de esta reyerta fatal.
15. Reboza con tu manto de tinieblas la indómita sangre que arde en mis mejillas…
16. ¡Oh, qué aciago día!
17. ¡Todos son perjuros, todos falsos, todos inicuos, todos hipócritas!
18. Ella te consolará, aunque te halles proscrito.
19. Considerad que profesaba gran afecto a su primo Teobaldo.
20. ¿Es mayor pecado incitarme así al perjuro, o vituperar a mi señor con esa misma lengua que tantos millares de veces le ha ensalzado sobre toda alabanza
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1. ¡Vuelve atrás tosco barro, y halla tu centro!
2. ¡Sus ojos lanzarían desde la bóveda celeste unos rayos tan claros a través de la región etérea, que cantarían las aves, creyendo la llegada de la aurora!
3. Todavía no han libado mis oídos cien palabras de esa lengua y conozco ya el acento.
4. Dentro del tierno cáliz de esta débil flor, residen el veneno y el poder medicinal.
5. Despedirse tan pronto del lecho arguye un ánimo intranquilo.
6. {…} el amor de mi corazón radica en la bella hija del rico Capuleto
7. ¡Cuánta agua salobre vertida en vano, para sazonar un amor que no tiene ni gusto de ella!
8. Ama, pues, con mesura, que así se conduce el verdadero amor.
9. ¡Y aún quieres enseñarme a huir de pendencias!
10. {…} las razones que tengo para apreciarte excusan en gran manera el encono de semejante saludo.
11. ¡Mi honra está manchada por el ultraje de Teobaldo!
12. ¡Sal de tu estupor!¡El príncipe te condenará a muerte si te prenden!
13. ¿Dónde están los viles iniciadores de este lance?
14. Yo puedo daros cuenta de todo el desastroso curso de esta reyerta fatal.
15. Reboza con tu manto de tinieblas la indómita sangre que arde en mis mejillas…
16. ¡Oh, qué aciago día!
17. ¡Todos son perjuros, todos falsos, todos inicuos, todos hipócritas!
18. Ella te consolará, aunque te halles proscrito.
19. Considerad que profesaba gran afecto a su primo Teobaldo.
20. ¿Es mayor pecado incitarme así al perjuro, o vituperar a mi señor con esa misma lengua que tantos millares de veces le ha ensalzado sobre toda alabanza