Del latín in-nocens, que significa "el que no hace daño" (obsérvese el término nocivo, formado de la misma raíz). Es una palabra que enuncia en negativo. Su contrario es nocens, del mismo modo que el contrario de "inseguro" es "seguro". Nocere significa "hacer daño", "perjudicar". El sustantivo de este verbo es noxa, y el adjetivo noxius, que se mantienen en la misma línea de significado. El origen viene de más atrás, del grupo léxico necare / necem, que encierra la idea de matar, pero no activamente, o al menos no violentamente, sino de "hacer morir" o "dejar morir", y está emparentado con el griego nekuV (nékys), que deriva hacia la forma nekroV (necrós), ya más conocida por haber formado a partir de ella "necrología", etc. En toda la línea de derivación, desde nekuV hasta nocens se mantiene el aspecto no violento, la idea de hacer mal más bien por omisión. En tal caso nocens sería el que consiente o participa en el daño, e in-nocens el que no tiene en él ni arte ni parte.
Si nos fijamos en los términos inocentón, inocentada, e incluso en el valor coloquial de la palabra inocente, vemos claramente que este término se ha devaluado, y que lo ha hecho precisamente en la dirección que por su origen tiene marcada. En efecto, inocente es aquel que no se entera del daño que le hacen o del que él mismo hace, el que "está en el limbo", que es donde mandaron los teólogos a los Santos Inocentes a hacer antesala. De ahí que sobre todo en los delitos cometidos por subordinados que no pueden mover un dedo sin el conocimiento y el consentimiento de sus jefes, decir que los autores materiales son culpables y los jefes inocentes es un insulto muy grueso a la inteligencia de los jefes o a la inteligencia de los jueces y de aquellos en defensa de quienes juzgan.
La Fiesta de los Inocentes tiene orígenes diversos y se ha ido moviendo bastante de fecha. En la Edad Media era la fiesta que celebraba el personal al servicio de las iglesias (sacristanes, campaneros, monaguillos...) el día de San Esteban, que era su patrón por ser el primer diácono. En esta fiesta, que durante siglos se llamó Fiesta de asnos, se toleraban actos de lo más incompatible con la santidad de los templos. Se llegó al extremo de introducir en el coro un burro ante el cual cantaban la famosa prosa del asno. Tiempos y lugares hubo en que la propia jerarquía eclesiástica participaba de lleno, e incluso el sacerdote en vez del Itre missa est soltaba un rebuzno, y los fieles respondían con otro. No hubo manera de poner coto a estos excesos, por más que se empeñaron las autoridades eclesiásticas, hasta que la reforma protestante sirvió de acicate para imponer más seriedad en las iglesias, de las que fue sacada esta fiesta. Todavía siguió coleando en algunos lugares en el siglo XVII (Provins) y hasta mediados del XVIII (Antibes). La Fiesta de locos, que se celebraba también principalmente en Francia el primer día del año, para honrar al asno en que cabalgó Jesús el domingo de Ramos para hacer su entrada triunfal en Jerusalén, fue también precursora de los Inocentes.
el latín in-nocens, que significa "el que no hace daño" (obsérvese el término nocivo, formado de la misma raíz). Es una palabra que enuncia en negativo. Su contrario es nocens, del mismo modo que el contrario de "inseguro" es "seguro". Nocere significa "hacer daño", "perjudicar". El sustantivo de este verbo es noxa, y el adjetivo noxius, que se mantienen en la misma línea de significado. El origen viene de más atrás, del grupo léxico necare / necem, que encierra la idea de matar, pero no activamente, o al menos no violentamente, sino de "hacer morir" o "dejar morir", y está emparentado con el griego nekuV (nékys), que deriva hacia la forma nekroV (necrós), ya más conocida por haber formado a partir de ella "necrología", etc. En toda la línea de derivación, desde nekuV hasta nocens se mantiene el aspecto no violento, la idea de hacer mal más bien por omisión. En tal caso nocens sería el que consiente o participa en el daño, e in-nocens el que no tiene en él ni arte ni parte.
Si nos fijamos en los términos inocentón, inocentada, e incluso en el valor coloquial de la palabra inocente, vemos claramente que este término se ha devaluado, y que lo ha hecho precisamente en la dirección que por su origen tiene marcada. En efecto, inocente es aquel que no se entera del daño que le hacen o del que él mismo hace, el que "está en el limbo", que es donde mandaron los teólogos a los Santos Inocentes a hacer antesala. De ahí que sobre todo en los delitos cometidos por subordinados que no pueden mover un dedo sin el conocimiento y el consentimiento de sus jefes, decir que los autores materiales son culpables y los jefes inocentes es un insulto muy grueso a la inteligencia de los jefes o a la inteligencia de los jueces y de aquellos en defensa de quienes juzgan.
La Fiesta de los Inocentes tiene orígenes diversos y se ha ido moviendo bastante de fecha. En la Edad Media era la fiesta que celebraba el personal al servicio de las iglesias (sacristanes, campaneros, monaguillos...) el día de San Esteban, que era su patrón por ser el primer diácono. En esta fiesta, que durante siglos se llamó Fiesta de asnos, se toleraban actos de lo más incompatible con la santidad de los templos. Se llegó al extremo de introducir en el coro un burro ante el cual cantaban la famosa prosa del asno. Tiempos y lugares hubo en que la propia jerarquía eclesiástica participaba de lleno, e incluso el sacerdote en vez del Itre missa est soltaba un rebuzno, y los fieles respondían con otro. No hubo manera de poner coto a estos excesos, por más que se empeñaron las autoridades eclesiásticas, hasta que la reforma protestante sirvió de acicate para imponer más seriedad en las iglesias, de las que fue sacada esta fiesta. Todavía siguió coleando en algunos lugares en el siglo XVII (Provins) y hasta mediados del XVIII (Antibes). La Fiesta de locos, que se celebraba también principalmente en Francia el primer día del año, para honrar al asno en que cabalgó Jesús el domingo de Ramos para hacer su entrada triunfal en Jerusalén, fue también precursora de los Inocentes.
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Un inocente he sido yo al creer que la pregunta iba en serio.
INOCENTE
Del latín in-nocens, que significa "el que no hace daño" (obsérvese el término nocivo, formado de la misma raíz). Es una palabra que enuncia en negativo. Su contrario es nocens, del mismo modo que el contrario de "inseguro" es "seguro". Nocere significa "hacer daño", "perjudicar". El sustantivo de este verbo es noxa, y el adjetivo noxius, que se mantienen en la misma línea de significado. El origen viene de más atrás, del grupo léxico necare / necem, que encierra la idea de matar, pero no activamente, o al menos no violentamente, sino de "hacer morir" o "dejar morir", y está emparentado con el griego nekuV (nékys), que deriva hacia la forma nekroV (necrós), ya más conocida por haber formado a partir de ella "necrología", etc. En toda la línea de derivación, desde nekuV hasta nocens se mantiene el aspecto no violento, la idea de hacer mal más bien por omisión. En tal caso nocens sería el que consiente o participa en el daño, e in-nocens el que no tiene en él ni arte ni parte.
Si nos fijamos en los términos inocentón, inocentada, e incluso en el valor coloquial de la palabra inocente, vemos claramente que este término se ha devaluado, y que lo ha hecho precisamente en la dirección que por su origen tiene marcada. En efecto, inocente es aquel que no se entera del daño que le hacen o del que él mismo hace, el que "está en el limbo", que es donde mandaron los teólogos a los Santos Inocentes a hacer antesala. De ahí que sobre todo en los delitos cometidos por subordinados que no pueden mover un dedo sin el conocimiento y el consentimiento de sus jefes, decir que los autores materiales son culpables y los jefes inocentes es un insulto muy grueso a la inteligencia de los jefes o a la inteligencia de los jueces y de aquellos en defensa de quienes juzgan.
La Fiesta de los Inocentes tiene orígenes diversos y se ha ido moviendo bastante de fecha. En la Edad Media era la fiesta que celebraba el personal al servicio de las iglesias (sacristanes, campaneros, monaguillos...) el día de San Esteban, que era su patrón por ser el primer diácono. En esta fiesta, que durante siglos se llamó Fiesta de asnos, se toleraban actos de lo más incompatible con la santidad de los templos. Se llegó al extremo de introducir en el coro un burro ante el cual cantaban la famosa prosa del asno. Tiempos y lugares hubo en que la propia jerarquía eclesiástica participaba de lleno, e incluso el sacerdote en vez del Itre missa est soltaba un rebuzno, y los fieles respondían con otro. No hubo manera de poner coto a estos excesos, por más que se empeñaron las autoridades eclesiásticas, hasta que la reforma protestante sirvió de acicate para imponer más seriedad en las iglesias, de las que fue sacada esta fiesta. Todavía siguió coleando en algunos lugares en el siglo XVII (Provins) y hasta mediados del XVIII (Antibes). La Fiesta de locos, que se celebraba también principalmente en Francia el primer día del año, para honrar al asno en que cabalgó Jesús el domingo de Ramos para hacer su entrada triunfal en Jerusalén, fue también precursora de los Inocentes.
Tu otra ves !?
Mira causita.... nada viene del diccionario, este es simplemente un compendio que recocopila las palabras usadas por un idioma.
pues si está en el diccionario, viene de in-nocens (latín)
que creías que somos inocentes y el diccionario no diría nada de nosotros, pues mira bien y lo encontrarás.
en el diccionario encarta o en http://www.elalmanque.com/
beso
inocente adj. Libre de culpa. Ú.t.c.s. •• Cándido, sin malicia ni
picardía. Ú.t.c.s. •• Que no daña, que no es nocivo. •• Niño.
Ú.t.c.s.
como veras en mi diccionario si esta
Diccionario Multimedia Planeta Agostini
si viene. acabo de consultar en el Larousse.
Espero qeu te alcance para acabar tu curiosidad:
el latín in-nocens, que significa "el que no hace daño" (obsérvese el término nocivo, formado de la misma raíz). Es una palabra que enuncia en negativo. Su contrario es nocens, del mismo modo que el contrario de "inseguro" es "seguro". Nocere significa "hacer daño", "perjudicar". El sustantivo de este verbo es noxa, y el adjetivo noxius, que se mantienen en la misma línea de significado. El origen viene de más atrás, del grupo léxico necare / necem, que encierra la idea de matar, pero no activamente, o al menos no violentamente, sino de "hacer morir" o "dejar morir", y está emparentado con el griego nekuV (nékys), que deriva hacia la forma nekroV (necrós), ya más conocida por haber formado a partir de ella "necrología", etc. En toda la línea de derivación, desde nekuV hasta nocens se mantiene el aspecto no violento, la idea de hacer mal más bien por omisión. En tal caso nocens sería el que consiente o participa en el daño, e in-nocens el que no tiene en él ni arte ni parte.
Si nos fijamos en los términos inocentón, inocentada, e incluso en el valor coloquial de la palabra inocente, vemos claramente que este término se ha devaluado, y que lo ha hecho precisamente en la dirección que por su origen tiene marcada. En efecto, inocente es aquel que no se entera del daño que le hacen o del que él mismo hace, el que "está en el limbo", que es donde mandaron los teólogos a los Santos Inocentes a hacer antesala. De ahí que sobre todo en los delitos cometidos por subordinados que no pueden mover un dedo sin el conocimiento y el consentimiento de sus jefes, decir que los autores materiales son culpables y los jefes inocentes es un insulto muy grueso a la inteligencia de los jefes o a la inteligencia de los jueces y de aquellos en defensa de quienes juzgan.
La Fiesta de los Inocentes tiene orígenes diversos y se ha ido moviendo bastante de fecha. En la Edad Media era la fiesta que celebraba el personal al servicio de las iglesias (sacristanes, campaneros, monaguillos...) el día de San Esteban, que era su patrón por ser el primer diácono. En esta fiesta, que durante siglos se llamó Fiesta de asnos, se toleraban actos de lo más incompatible con la santidad de los templos. Se llegó al extremo de introducir en el coro un burro ante el cual cantaban la famosa prosa del asno. Tiempos y lugares hubo en que la propia jerarquía eclesiástica participaba de lleno, e incluso el sacerdote en vez del Itre missa est soltaba un rebuzno, y los fieles respondían con otro. No hubo manera de poner coto a estos excesos, por más que se empeñaron las autoridades eclesiásticas, hasta que la reforma protestante sirvió de acicate para imponer más seriedad en las iglesias, de las que fue sacada esta fiesta. Todavía siguió coleando en algunos lugares en el siglo XVII (Provins) y hasta mediados del XVIII (Antibes). La Fiesta de locos, que se celebraba también principalmente en Francia el primer día del año, para honrar al asno en que cabalgó Jesús el domingo de Ramos para hacer su entrada triunfal en Jerusalén, fue también precursora de los Inocentes.
inocente
adj. Que no daña ni ofende: un chiste inocente.
adj. y com. Libre de culpa.
Sin malicia, ingenuo: el muy inocente aún cree que se puede cambiar el mundo.
Referido al niño que aún no ha alcanzado la edad de discreción: la matanza de los inocentes a manos de Herodes.
Con estupideces como esta se desprestigia este sitio
no sabia
Solo depende de lo que te hayas gastado en tu diccionario, te aconsejo el María Moliner, es muy bueno.