Los accidentes que se pueden indicar por procedimientos morfológicos en latín son: género, número, caso, persona, voz, aspecto, tiempo y modo.
La expresión morfológica número, es la única que aparece en cualquier forma flexionada, unida a la expresión de género y caso en los nombres, unida a la expresión de alguno de los demás accidentes citados en las formas verbales. Sólo en el caso de participio podemos encontrar juntos accidentes propios del verbo y del nombre.
En latín, desde le punto de vista morfológico, se distinguen tres géneros: masculino, femenino y neutro, la distinción más tajante se encuentra entre el último y los dos primeros, ya que el neutro se caracteriza por la identidad de su nominativo-vocativo-acusativo en los dos números.
Dentro de la flexión nominal latina existen palabras que se encuentran dentro del género animado o dentro del inanimado; otras presentan la capacidad de admitir ambas características a la vez, es decir, tener una forma de acusativo distinta de la correspondiente de nominativo y otra coincidente con ella. En esta diferencia de posibilidades formales estriba el fundamento más importante para distinguir, dentro de este tipo de flexión una estrictamente nominal, o de sustantivos, y otra adjetival.
Así: PASTOR tiene como único acusativo PASTOREM, es un sustantivo de género animado.
MARMOR tiene como único acusativo MARMOR, es un sustantivo de género neutro.
PRVDENS tiene dos acusativos posibles: PRVDENS y PRVDENTEM: es una forma adjetival.
Por otra parte, es únicamente en la flexión adjetival donde hay una diversidad morfológica entre femenino y masculino, ya que se especializaron para femenino las formas flexionadas sobre tema en -a, y para masculino y neutro las formas con vocal temática. De modo semejante, el tipo en -er especializado para el masculino polarizó como femeninos las formas terminadas en -is (ej. ACER, ACRIS, ACRE).
A esta capacidad para indicar géneros diferentes mediante temas distintos se le designa con el nombre de moción. En latín la aplicación de la moción era prácticamente ilimitada para el adjetivo, mientras que se sentía muy limitada en el sustantivo.
El accidente número en latín sólo se distingue singular y plural, si bien quedan algunos restos de dual totalmente aislados, que a efectos de función, se comportan como plurales y como indeclinables: OCTO, AMBO.
Respecto al accidente caso la lengua latina ofrece una reducción, con respecto a la distribución originaria indoeuropea que estableció una declinación de ocho casos: nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo, ablativo, instrumental y locativo. En latín al caso ablativo se han incorporado los valores de instrumental y locativo; la oposición nominativo/vocativo está casi neutralizada; el ablativo sólo se distingue del dativo en el singular y no en todas las declinaciones, y existe una fuerte tendencia a unificar nominativo y acusativo en plural.
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Los accidentes que se pueden indicar por procedimientos morfológicos en latín son: género, número, caso, persona, voz, aspecto, tiempo y modo.
La expresión morfológica número, es la única que aparece en cualquier forma flexionada, unida a la expresión de género y caso en los nombres, unida a la expresión de alguno de los demás accidentes citados en las formas verbales. Sólo en el caso de participio podemos encontrar juntos accidentes propios del verbo y del nombre.
En latín, desde le punto de vista morfológico, se distinguen tres géneros: masculino, femenino y neutro, la distinción más tajante se encuentra entre el último y los dos primeros, ya que el neutro se caracteriza por la identidad de su nominativo-vocativo-acusativo en los dos números.
Dentro de la flexión nominal latina existen palabras que se encuentran dentro del género animado o dentro del inanimado; otras presentan la capacidad de admitir ambas características a la vez, es decir, tener una forma de acusativo distinta de la correspondiente de nominativo y otra coincidente con ella. En esta diferencia de posibilidades formales estriba el fundamento más importante para distinguir, dentro de este tipo de flexión una estrictamente nominal, o de sustantivos, y otra adjetival.
Así: PASTOR tiene como único acusativo PASTOREM, es un sustantivo de género animado.
MARMOR tiene como único acusativo MARMOR, es un sustantivo de género neutro.
PRVDENS tiene dos acusativos posibles: PRVDENS y PRVDENTEM: es una forma adjetival.
Por otra parte, es únicamente en la flexión adjetival donde hay una diversidad morfológica entre femenino y masculino, ya que se especializaron para femenino las formas flexionadas sobre tema en -a, y para masculino y neutro las formas con vocal temática. De modo semejante, el tipo en -er especializado para el masculino polarizó como femeninos las formas terminadas en -is (ej. ACER, ACRIS, ACRE).
A esta capacidad para indicar géneros diferentes mediante temas distintos se le designa con el nombre de moción. En latín la aplicación de la moción era prácticamente ilimitada para el adjetivo, mientras que se sentía muy limitada en el sustantivo.
El accidente número en latín sólo se distingue singular y plural, si bien quedan algunos restos de dual totalmente aislados, que a efectos de función, se comportan como plurales y como indeclinables: OCTO, AMBO.
Respecto al accidente caso la lengua latina ofrece una reducción, con respecto a la distribución originaria indoeuropea que estableció una declinación de ocho casos: nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo, ablativo, instrumental y locativo. En latín al caso ablativo se han incorporado los valores de instrumental y locativo; la oposición nominativo/vocativo está casi neutralizada; el ablativo sólo se distingue del dativo en el singular y no en todas las declinaciones, y existe una fuerte tendencia a unificar nominativo y acusativo en plural.
Los accidentes del adjetivo son:
Género: masculino o femenino
Número: singular o plural