22. Que, como y porque el ser infiel 3 veces se justifica?

Alberto y Mariela estaban próximos a celebrar sus Bodas de

Plata matrimoniales. Una tranquila noche de viernes, cuando

estaban próximos a apagar la luz e irse a dormir, Alberto con

voz muy suave y tono algo tímido soltó la pregunta como un

cañonazo:

-"Gordita, ¿tú alguna vez me has sido infiel en estos años?"

-"Ay... bobito, tú si preguntas unas cosas, ¿cómo se te ocurre?

Claro que no."

-"Seguro, gordita... ¿nunca, nunca?"

-"Y ahora que fue lo que se te metió en la cabeza? Te digo que

nunca... cielito!"

-"Pero no te molestes... es sólo que hay días en que esas ideas

aparecen... no es que a estas alturas me moleste, pero es que

las dudas me matan".

Mariela permaneció un rato en silencio, abrazó a Alberto y

acercando su cara a la mejilla le susurró:

-"Mira mi cielo... si de verdad no te molesta y te hace estar

más tranquilo... sí, en estos 25 años te fui infiel 3 veces...".

Alberto alcanzó a tener un primer impulso de reaccionar pero se

tranquilizó, respiró profundo y con voz pausada le dijo a su

mujer:

-"¿Tres veces? ¿Y eso? Ahora no me vayas a dejar lleno de

dudas..."

-"Cielito, no le des más vueltas... fue hace tanto tiempo..."

-"No, cuéntame... te juro que es mejor, gordita".

-"Bueno. ¿Recuerdas hace como veinte años cuando querías comprar

la casa y en el banco no te querían hacer ningún préstamo?

Recuerdas que un día el gerente en persona vino, trajo los

papeles, te dio un plazo más amplio y con menores intereses?".

-"¿De verdad hiciste ese sacrificio para que yo lograra mi

sueño?" Ella movió la cabeza tímidamente y lo miró con cautela.

-"Tú sí eres la mujer más maravillosa del mundo... pero

cuéntame... ¿y la segunda?"

-"Ay cielito, ¿para qué quieres saber más? Déjalo así".

-"Por favor, dime... cuéntame".

-"Recuerdas cuando te dio el infarto triple... ¿recuerdas que no

teníamos cómo pagar la cirugía? ¿Recuerdas que sorpresivamente

el Doctor Haldemann se ofreció espontáneamente a hacer la

operación, viaje desde Houston y luego nunca cobró la cuenta?".

Alberto la abrazó, la besó y con voz entrecortada le dijo:

-"Mi amor, ¿de verdad tú llegaste hasta esos extremos por amor a

mí? Definitivamente tú eres la mejor esposa del mundo." Mariela

sonrió y dejó escapar un suspiro de alivio.

-"Pero, cuéntame, ¿y la tercera?".

-"¡Ayyy Alberto no más!".

-"Por favor, no me dejes con esa espinita, cuéntame".

-"Recuerdas... cuando resolviste que querías ser presidente del

club de golf.... recuerdas que te hacían falta los votos de

otros 32 socios... ¿recuerdas que sorpresivamente barriste en la

elección?!!!

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