Marca 2000000 desde cualquier teléfono local (agrégale 0212 si es celular o del interior, pero OJO allí si te cobrarán) y una voz tenebrosa te dirá “por favor marque el pin de acceso a conferencia”. Es una voz de mujer, computarizada y fría. Al escucharla por primera vez, la adrenalina se apodera de ti. ¿Qué pin metes? Pues el que te dé la gana. Puedes poner uno a lo loco. Si eres el primero en hacerlo, estarás solo hasta que alguien por casualidad ingrese el mismo pin de cuatro dígitos. La idea es que antes hayas corrido la voz y digas en qué “sala” estarás. Así es como se cuadra.
La sala predeterminada o en la que entra la gente curiosa que acaba de hacer el hallazgo es la 1234. Al marcar esos dígitos la misma voz anuncia que ha ingresado un nuevo participante en la conferencia. Después de eso, centenares de vocecitas te dan la bienvenida. Unas no son más que murmullos, pero otras son sonidos nítidos que hablan y hablan de lo más normal. Siempre hay alguien que pregunta quién es el que acaba de entrar pero las conversaciones siguen de fondo. Bienvenido a la megaconferencia. Es momento de hablar e interactuar con los participantes de la sala.
Casi todas las voces son de carajitas, pero todo depende de la sala en la que caigas de acuerdo al pin. Por lo general los que terminan en esas multillamadas son chamos de 13 a 17 años, que matan el tiempo libre hablando paja y conociendo gente nueva. Es como un sótano secreto. Es un deja vu comunicacional de la época en la que Digitel estaba en pleno auge, y podías chatear desde tu Sony Ericson de tapita por mensajes de texto con cualquier desconocido con un sobrenombre divertido, y terminar cuadrando una salida por allí.
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Marca 2000000 desde cualquier teléfono local (agrégale 0212 si es celular o del interior, pero OJO allí si te cobrarán) y una voz tenebrosa te dirá “por favor marque el pin de acceso a conferencia”. Es una voz de mujer, computarizada y fría. Al escucharla por primera vez, la adrenalina se apodera de ti. ¿Qué pin metes? Pues el que te dé la gana. Puedes poner uno a lo loco. Si eres el primero en hacerlo, estarás solo hasta que alguien por casualidad ingrese el mismo pin de cuatro dígitos. La idea es que antes hayas corrido la voz y digas en qué “sala” estarás. Así es como se cuadra.
La sala predeterminada o en la que entra la gente curiosa que acaba de hacer el hallazgo es la 1234. Al marcar esos dígitos la misma voz anuncia que ha ingresado un nuevo participante en la conferencia. Después de eso, centenares de vocecitas te dan la bienvenida. Unas no son más que murmullos, pero otras son sonidos nítidos que hablan y hablan de lo más normal. Siempre hay alguien que pregunta quién es el que acaba de entrar pero las conversaciones siguen de fondo. Bienvenido a la megaconferencia. Es momento de hablar e interactuar con los participantes de la sala.
Casi todas las voces son de carajitas, pero todo depende de la sala en la que caigas de acuerdo al pin. Por lo general los que terminan en esas multillamadas son chamos de 13 a 17 años, que matan el tiempo libre hablando paja y conociendo gente nueva. Es como un sótano secreto. Es un deja vu comunicacional de la época en la que Digitel estaba en pleno auge, y podías chatear desde tu Sony Ericson de tapita por mensajes de texto con cualquier desconocido con un sobrenombre divertido, y terminar cuadrando una salida por allí.
S U E R T E
No.
yo creo que si, es mejor que te dirijas a las oficinas, porque que yo sepa la mayoria de esos servicios son cobrados