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Primero le doy su buena propina y antes de irme le entrego una nota en la servilleta con mi numero de telefono.

Con una camarera que ves todos los dias puedes utilizar una estratégia completamente indirecta.

Por ejemplo, de repente un día le dices...

Aven: Perdona, ¿cómo te llamas?

TB: Tal.

Aven: ¿Puedo dejar este... (libro de poemas, una piedra tipo cuarzo rosa, algo llamativo, nada usual y que provoque curiosidad)? Va a venir a recogerlo una modelo. La reconocerás en seguida. Es una rubia más alta que tú, preciosa. Le he dicho que pase a recogerlo aquí porque ahora tengo mucha prisa.

Al día siguiente vuelves como si tal cosa.

TB: Oye, no vino la chica.

Aven: (Le sonríes muy muy muy feliz.) Ya... (Sonrisa) Pero nos vimos por la noche. Gracias.

TB: Entonces, ¿qué hago con lo que me diste?

Aven: ¿Te gustan los poemas? (O los cuarzos rosas, etc., infórmate un poco antes.)

TB: Pues no sé no conozco nada de esto.

Aven: ¿No? Pues deberías. Las chicas ganais mucho con (poemas, curazos rosas.... y le cuentas un rollo).

Ya tienes un tema de conversacion para que ella poco a poco vaya cualificándose.