El neoclasicismo o estilo neoclásico fue un movimiento cultural, artístico y literario que se desarrolló desde mediados del siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XIX, en que después fue sustituido por el Romanticismo. Su origen viene de la reacción ante los "excesos" del barroco en el arte y especialmente el abuso decorativo de su última fase: el rococó. El neoclasicismo significó una vuelta a los contenidos grecorromanos y se buscaba nuevamente el equilibrio y la armonía entre los diferentes elementos.
En Hispanoamérica, tuvo gran influencia en la cultura y política. Creo gran interés por la libertad y la suerte de sus pueblos; las ideas liberales de lucha contra la tiranía y la intolerancia. Varias de las manifestaciones reconocidas son la poesía neoclásica y la poesía gauchesca que se originó más tarde.
Los temas preferidos por los neoclásicos hispanoamericanos fueron de libertad y progreso inspirados por los generales Simón Bolívar, Sucre y José de San Martín. El máximo representante de la época es José Joaquín Olmedo (1780-1847), ecuatoriano que compuso una famosa obra que elogio a Simón Bolívar La victoria de Junín. También está José María Heredia (1803-1839), cubano y humanista, autor de dos célebres odas: En el teocalli de Cholula y Niágara.
En la prosa, los fenómenos fueron los siguientes: el surgimiento del periodismo político, social y económico, como medio de difusión de la nueva ideología y revolución. Una preferencia por los ensayos, proclamas, historias y discursos; el nacimiento de la verdadera novela realista hispanoamericana en México José Joaquín Fernández de Lizardi. Un ejemplo de este género son los himnos nacionales escritos en este estilo. Aunque el periodismo fue la actividad literaria más inmediata y directa, la prosa revolucionaria es riquísima en memorias, autobiografías, cartas, discursos, artículos, ensayos, panfletos y traducciones. En el teatro, sin embargo, no hubo grandes novedades. Se representaban las comedias y tragedias del repertorio clásico español. Hubo, con todo, intentos de teatro popular, que pueden considerarse como los precursores de los teatros realistas locales. El monólogo o unipersonal tuvo bastante auge en esos momentos.
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El neoclasicismo o estilo neoclásico fue un movimiento cultural, artístico y literario que se desarrolló desde mediados del siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XIX, en que después fue sustituido por el Romanticismo. Su origen viene de la reacción ante los "excesos" del barroco en el arte y especialmente el abuso decorativo de su última fase: el rococó. El neoclasicismo significó una vuelta a los contenidos grecorromanos y se buscaba nuevamente el equilibrio y la armonía entre los diferentes elementos.
En Hispanoamérica, tuvo gran influencia en la cultura y política. Creo gran interés por la libertad y la suerte de sus pueblos; las ideas liberales de lucha contra la tiranía y la intolerancia. Varias de las manifestaciones reconocidas son la poesía neoclásica y la poesía gauchesca que se originó más tarde.
Los temas preferidos por los neoclásicos hispanoamericanos fueron de libertad y progreso inspirados por los generales Simón Bolívar, Sucre y José de San Martín. El máximo representante de la época es José Joaquín Olmedo (1780-1847), ecuatoriano que compuso una famosa obra que elogio a Simón Bolívar La victoria de Junín. También está José María Heredia (1803-1839), cubano y humanista, autor de dos célebres odas: En el teocalli de Cholula y Niágara.
En la prosa, los fenómenos fueron los siguientes: el surgimiento del periodismo político, social y económico, como medio de difusión de la nueva ideología y revolución. Una preferencia por los ensayos, proclamas, historias y discursos; el nacimiento de la verdadera novela realista hispanoamericana en México José Joaquín Fernández de Lizardi. Un ejemplo de este género son los himnos nacionales escritos en este estilo. Aunque el periodismo fue la actividad literaria más inmediata y directa, la prosa revolucionaria es riquísima en memorias, autobiografías, cartas, discursos, artículos, ensayos, panfletos y traducciones. En el teatro, sin embargo, no hubo grandes novedades. Se representaban las comedias y tragedias del repertorio clásico español. Hubo, con todo, intentos de teatro popular, que pueden considerarse como los precursores de los teatros realistas locales. El monólogo o unipersonal tuvo bastante auge en esos momentos.