11 Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pesaba a través de Samaría y Galilea.
12 Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia
13 y empezaron a gritarle: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». LOS LEPROSOS ERAN EXPULSADOS DE LAS CIUDADES PORQUE ERA UNA ENFERMEDAD MUY CONTAGIOSA.
14 Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes». Y en el camino quedaron purificados. DESPUES DE CURARSE UNA PERSONA, DEBIA IR CON LOS SACERDOTES PARA QUE ESTOS CERTIFICARAN QUE REALMENTE ESTABAN SANADOS.
15 Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta
16 y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. LOS SAMARITANOS Y LOS JUDIOS (JESUS ERA JUDIO) NO SE HABLABAN. ERAN ENEMIGOS POR LLEVAR LA RELIGION DE DIFERENTE MANERA. EL SAMARITANO LE DIO LAS GRACIAS, PENSANDO QUE A EL NO LO IBA A CURAR UN JUDIO, ADEMAS DE SER EL UNICO AGRADECIDO DE LOS 10.
17 Jesús le dijo entonces: «¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
18 ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?».
19 Y agregó: «Levántate y vete, tu fe te ha salvado». ES MUCHA MAS IMPORTANTE LA FE EN DIOS, QUE OTRA COSA.
1- Significa tener FE. La fe es creer y confiar en Dios. Es creer que Dios existe aunque no podemos verlo o tocarlo. Cuando tenemos fe en Jesús significa que creemos que Jesús es el hijo de Dios; que El murió en la cruz por todos nuestros pecados; y que El resucitó tres días después. Confiamos en Jesús (somos salvos) porque le pedimos que entre dentro de nuestros corazones y more allí. Le pedimos perdón por cosas malas que hacemos y tratamos de vivir como El desea.
2- Jesús y los leprosos
¿Qué hace Jesús? Los milagros de Jesús no son para demostrar su autoridad o para justificar sus acciones, no buscan demostrar la divinidad. Los milagros de Jesús están encaminados a dar liberación, vida y a integrar a las personas tanto en su interior, como a la comunidad. Este es el sentido que hoy encontramos en el milagro de Jesús. No está de acuerdo en una sociedad que rechaza y condena, no es esa su misión. El da la vida, la salud, las oportunidades, no porque seamos buenos, puros u observadores de la ley, sino porque nos ama, su amor es desinteresado, no busca nada a cambio. Y esta es la primera enseñanza que nos puede dejar el milagro de los diez leprosos: reconocer a los marginados por la sociedad, descubrir a los discriminados de nuestro ambiente y buscar integrarlos, darles un lugar en nuestra comunidad, devolverles la vida. ¿A quién hemos estado segregando? ¿Somos nosotros universales, abiertos de corazón, dispuestos a ayudar a los forasteros, a los que no coinciden con nuestros gustos? Dios ofrece su salvación a todos, sin mirarles el color de la piel. Jesús cura a todos, sin dar importancia a que sean considerados pecadores, impuros o forasteros. ¿Y nosotros? ¿Acogemos así al hermano que es diferente?
3- Nuestra lepra
Pero hay también otra enseñanza podría ser también muy enriquecedora: mirarnos a nosotros mismos como los modernos leprosos. Sí, toda corrupción, todo egoísmo y toda envidia es lepra moderna. El pecado es la moderna lepra que carcome, destruye y avanza. El pecado es la moderna lepra que nos aparta de la comunidad, que nos quita la convivencia, nos aleja, destruye a nuestras familias y a la misma persona que se deshace a pedazos. Pensemos en cualquier pecado: robo, injusticia, mentira, adulterio, borrachera…. Cualquier pecado nos aleja de la comunidad y destruye a la familia. Hoy igual que los leprosos, frente a nuestra impotencia para superar el pecado tenemos que gritarle a Jesús: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros". Y el Señor Jesús, nos invita a que, dejado nuestro pecado, nos volvamos hacia la comunión con Dios, con la comunidad y con nosotros mismos. No podemos vivir siempre con nuestro pecado.
4- Gracias, gracias
Finalmente, por la gran riqueza que tiene el Evangelio de este día, quisiera que también tomáramos en cuenta en nuestra reflexión, ese llamado de atención que hace Jesús después del milagro. Solamente uno, y es extranjero, ha regresado para dar las gracias. Dicen que un termómetro para detectar la grandeza de una persona es la sinceridad de su agradecimiento. Hay quienes caminamos por la vida como si nos lo mereciéramos todo, derrochando todo y sin agradecer nunca nada. “La tierra se vuelve estéril a fuerza de ingratitudes” dice el himno y cuánta razón tiene. Debemos hacernos hoy esta pregunta, para checar cómo está nuestro corazón: ¿Realmente soy agradecido? ¿A quién le he manifestado con la sonrisa, con la atención, con un sencillo gracias, que agradezco el bien que me hace? Pero no es sólo dar las gracias, Jesús nos pide una actitud más profunda: un creyente se tiene que situar frente a Dios, no como exigiendo derechos, sino con humilde actitud de recibir todo por puro amor de Dios hacia nosotros. ¿Vivimos así nuestra vida como un regalo del amor de Dios?
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11 Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pesaba a través de Samaría y Galilea.
12 Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia
13 y empezaron a gritarle: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». LOS LEPROSOS ERAN EXPULSADOS DE LAS CIUDADES PORQUE ERA UNA ENFERMEDAD MUY CONTAGIOSA.
14 Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes». Y en el camino quedaron purificados. DESPUES DE CURARSE UNA PERSONA, DEBIA IR CON LOS SACERDOTES PARA QUE ESTOS CERTIFICARAN QUE REALMENTE ESTABAN SANADOS.
15 Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta
16 y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. LOS SAMARITANOS Y LOS JUDIOS (JESUS ERA JUDIO) NO SE HABLABAN. ERAN ENEMIGOS POR LLEVAR LA RELIGION DE DIFERENTE MANERA. EL SAMARITANO LE DIO LAS GRACIAS, PENSANDO QUE A EL NO LO IBA A CURAR UN JUDIO, ADEMAS DE SER EL UNICO AGRADECIDO DE LOS 10.
17 Jesús le dijo entonces: «¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
18 ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?».
19 Y agregó: «Levántate y vete, tu fe te ha salvado». ES MUCHA MAS IMPORTANTE LA FE EN DIOS, QUE OTRA COSA.
Este pasaje biblico nos deja muchas enseñanzas...
1- Significa tener FE. La fe es creer y confiar en Dios. Es creer que Dios existe aunque no podemos verlo o tocarlo. Cuando tenemos fe en Jesús significa que creemos que Jesús es el hijo de Dios; que El murió en la cruz por todos nuestros pecados; y que El resucitó tres días después. Confiamos en Jesús (somos salvos) porque le pedimos que entre dentro de nuestros corazones y more allí. Le pedimos perdón por cosas malas que hacemos y tratamos de vivir como El desea.
2- Jesús y los leprosos
¿Qué hace Jesús? Los milagros de Jesús no son para demostrar su autoridad o para justificar sus acciones, no buscan demostrar la divinidad. Los milagros de Jesús están encaminados a dar liberación, vida y a integrar a las personas tanto en su interior, como a la comunidad. Este es el sentido que hoy encontramos en el milagro de Jesús. No está de acuerdo en una sociedad que rechaza y condena, no es esa su misión. El da la vida, la salud, las oportunidades, no porque seamos buenos, puros u observadores de la ley, sino porque nos ama, su amor es desinteresado, no busca nada a cambio. Y esta es la primera enseñanza que nos puede dejar el milagro de los diez leprosos: reconocer a los marginados por la sociedad, descubrir a los discriminados de nuestro ambiente y buscar integrarlos, darles un lugar en nuestra comunidad, devolverles la vida. ¿A quién hemos estado segregando? ¿Somos nosotros universales, abiertos de corazón, dispuestos a ayudar a los forasteros, a los que no coinciden con nuestros gustos? Dios ofrece su salvación a todos, sin mirarles el color de la piel. Jesús cura a todos, sin dar importancia a que sean considerados pecadores, impuros o forasteros. ¿Y nosotros? ¿Acogemos así al hermano que es diferente?
3- Nuestra lepra
Pero hay también otra enseñanza podría ser también muy enriquecedora: mirarnos a nosotros mismos como los modernos leprosos. Sí, toda corrupción, todo egoísmo y toda envidia es lepra moderna. El pecado es la moderna lepra que carcome, destruye y avanza. El pecado es la moderna lepra que nos aparta de la comunidad, que nos quita la convivencia, nos aleja, destruye a nuestras familias y a la misma persona que se deshace a pedazos. Pensemos en cualquier pecado: robo, injusticia, mentira, adulterio, borrachera…. Cualquier pecado nos aleja de la comunidad y destruye a la familia. Hoy igual que los leprosos, frente a nuestra impotencia para superar el pecado tenemos que gritarle a Jesús: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros". Y el Señor Jesús, nos invita a que, dejado nuestro pecado, nos volvamos hacia la comunión con Dios, con la comunidad y con nosotros mismos. No podemos vivir siempre con nuestro pecado.
4- Gracias, gracias
Finalmente, por la gran riqueza que tiene el Evangelio de este día, quisiera que también tomáramos en cuenta en nuestra reflexión, ese llamado de atención que hace Jesús después del milagro. Solamente uno, y es extranjero, ha regresado para dar las gracias. Dicen que un termómetro para detectar la grandeza de una persona es la sinceridad de su agradecimiento. Hay quienes caminamos por la vida como si nos lo mereciéramos todo, derrochando todo y sin agradecer nunca nada. “La tierra se vuelve estéril a fuerza de ingratitudes” dice el himno y cuánta razón tiene. Debemos hacernos hoy esta pregunta, para checar cómo está nuestro corazón: ¿Realmente soy agradecido? ¿A quién le he manifestado con la sonrisa, con la atención, con un sencillo gracias, que agradezco el bien que me hace? Pero no es sólo dar las gracias, Jesús nos pide una actitud más profunda: un creyente se tiene que situar frente a Dios, no como exigiendo derechos, sino con humilde actitud de recibir todo por puro amor de Dios hacia nosotros. ¿Vivimos así nuestra vida como un regalo del amor de Dios?