Miguel Unamuno pertenece a la escuela de El existencialismo. Escuela genuinamente francesa como su creador: Jean-Paul Sartre.
Unamuno Unamuno entre los precursores del existencialismo, constituye un aspecto esencial de su obra (El sentimiento trágico de la vida, El ansia de inmortalidad, La agonía del cristianismo).
Su novelística comprende manifestaciones -novelas o "nivolas", como bautizó él mismo algunas de ellas- tan diferentes entre sí como La tía Tula, Paz en la guerra, Abel Sánchez, Amor y pedagogía y Niebla, esta última de técnica muy pirandeliana (su protagonista <<visita>> al autor, al propio Unamuno).
Como te ha dicho Tinxo, Miguel de Unamuno se encasilla entre los autores de la "Generación del 98". Como todos los autores de esta Generación, sus obras están impregnadas por un sentimiento patriótico, de exaltación a lo nacional español. Claro, que hay que decirte (aunque sea por encimita) algo de la Generación del 98. Resulta que España fue una gran potencia marítima (recuerda que sus colonias de ultramar se encontraban, en su gran mayoría, en América). Pues España fue perdiendo esas posesiones y en 1898 perdió las últimas, como fueron Cuba, Puerto Rico, Cavite y otras tierras. A raíz de esos fracasos surgió una serie de filósofos, pensadores, escritores que no se resignaron a rebajar tanto y entonces escribieron con dolor sobre lo que había sido España y lo que era en esos momentos. Aparecieron entonces escritores como Antonio Machado (recuerda los versos, convertidos después en canción existosa, "caminante, no hay camino, /se hace camino al andar"), Pío Baroja, Ramón Del Valle-Inclán, Ramiro Maeztu, Manuel Machado, Azorín, Miguel de Unamuno y otros. También se incluye entre ellos, aunque era muy joven, a José Ortega y Gasset. Bueno, ese era el espíritu de la "Generación del 98". Su nombre es obvio.
" La mente busca lo muerto pues lo vivo se le escapa; quiere cuajar en témpanos la corriente fugitiva, quiere fijarla. Para analizar un cuerpo, hay que menguarlo o destruirlo. Para comprender algo hay que matarlo, enrigidecerlo en la mente. La ciencia es un cementerio de ideas muertas, aunque de ellas salga vida. También los gusanos se alimentan de cadáveres. Mis propios pensamientos tumultuosos y agitados en los senos de mi mente, desgajados de su raíz cordial, vertidos a este papel y fijados en él en formas inalterables, son ya cadáveres de pensamientos. ¿Cómo pues, va a abrirse la razón a la revelación de la vida? Es un trágico combate, es el fondo de la tragedia, el combate de la vida con la razón. "
También son frecuentes los poemas dedicados a exaltar las tierras de Castilla, considerada la médula de España. Más tarde, la influencia de filósofos como Arthur Schopenhaner, Adolf von Harnack o Sören Aabye Kierkegaard, entre otros, y una crisis personal (cuando contaba 33 años) contribuyeron a que rechazara el racionalismo, al que contrapuso la necesidad de una creencia voluntarista de Dios y la consideración del carácter existencial de los hechos. Sus meditaciones (desde una óptica vitalista que anticipa el existencialismo) sobre el sentido de la vida humana, en el que juegan un papel fundamental la idea de la inmortalidad (que daría sentido a la existencia humana) y de un dios (que debe ser el sostén del hombre) son un enfrentamiento entre su razón, que le lleva al escepticismo y su corazón, que necesita desesperadamente de Dios. Aunque sus dos grandes obras sobre estos temas son Del sentimiento trágico de la vida (1913) y La agonía del cristianismo (1925), toda su producción literaria está impregnada de esas preocupaciones
La obra literaria de Unamuno resiste toda categorización. Rechazó los límites tradicionales del género narrativo al escribir Niebla (1914), obra que él clasificó de "nívola" en vez de "novela": "Invento el género e inventar un género no es más que darle un nombre nuevo, y le doy las leyes que me placen."
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Miguel Unamuno pertenece a la escuela de El existencialismo. Escuela genuinamente francesa como su creador: Jean-Paul Sartre.
Unamuno Unamuno entre los precursores del existencialismo, constituye un aspecto esencial de su obra (El sentimiento trágico de la vida, El ansia de inmortalidad, La agonía del cristianismo).
Su novelística comprende manifestaciones -novelas o "nivolas", como bautizó él mismo algunas de ellas- tan diferentes entre sí como La tía Tula, Paz en la guerra, Abel Sánchez, Amor y pedagogía y Niebla, esta última de técnica muy pirandeliana (su protagonista <<visita>> al autor, al propio Unamuno).
Buena su pregunta, éxitos amigo!!!
Como te ha dicho Tinxo, Miguel de Unamuno se encasilla entre los autores de la "Generación del 98". Como todos los autores de esta Generación, sus obras están impregnadas por un sentimiento patriótico, de exaltación a lo nacional español. Claro, que hay que decirte (aunque sea por encimita) algo de la Generación del 98. Resulta que España fue una gran potencia marítima (recuerda que sus colonias de ultramar se encontraban, en su gran mayoría, en América). Pues España fue perdiendo esas posesiones y en 1898 perdió las últimas, como fueron Cuba, Puerto Rico, Cavite y otras tierras. A raíz de esos fracasos surgió una serie de filósofos, pensadores, escritores que no se resignaron a rebajar tanto y entonces escribieron con dolor sobre lo que había sido España y lo que era en esos momentos. Aparecieron entonces escritores como Antonio Machado (recuerda los versos, convertidos después en canción existosa, "caminante, no hay camino, /se hace camino al andar"), Pío Baroja, Ramón Del Valle-Inclán, Ramiro Maeztu, Manuel Machado, Azorín, Miguel de Unamuno y otros. También se incluye entre ellos, aunque era muy joven, a José Ortega y Gasset. Bueno, ese era el espíritu de la "Generación del 98". Su nombre es obvio.
Espero que te sirva mi contribución. Saludos.
Miguel de Unamuno
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(España, 1864-1936)
EXISTENCIALISMO
LA ORACIÓN DEL ATEO
Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes.
¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si tü existieras
existiría yo también de veras.
“venceréis, pero no convenceréis”,
"¡Viva la muerte y muera la inteligencia
“fe en la fe misma”,
" La mente busca lo muerto pues lo vivo se le escapa; quiere cuajar en témpanos la corriente fugitiva, quiere fijarla. Para analizar un cuerpo, hay que menguarlo o destruirlo. Para comprender algo hay que matarlo, enrigidecerlo en la mente. La ciencia es un cementerio de ideas muertas, aunque de ellas salga vida. También los gusanos se alimentan de cadáveres. Mis propios pensamientos tumultuosos y agitados en los senos de mi mente, desgajados de su raíz cordial, vertidos a este papel y fijados en él en formas inalterables, son ya cadáveres de pensamientos. ¿Cómo pues, va a abrirse la razón a la revelación de la vida? Es un trágico combate, es el fondo de la tragedia, el combate de la vida con la razón. "
También son frecuentes los poemas dedicados a exaltar las tierras de Castilla, considerada la médula de España. Más tarde, la influencia de filósofos como Arthur Schopenhaner, Adolf von Harnack o Sören Aabye Kierkegaard, entre otros, y una crisis personal (cuando contaba 33 años) contribuyeron a que rechazara el racionalismo, al que contrapuso la necesidad de una creencia voluntarista de Dios y la consideración del carácter existencial de los hechos. Sus meditaciones (desde una óptica vitalista que anticipa el existencialismo) sobre el sentido de la vida humana, en el que juegan un papel fundamental la idea de la inmortalidad (que daría sentido a la existencia humana) y de un dios (que debe ser el sostén del hombre) son un enfrentamiento entre su razón, que le lleva al escepticismo y su corazón, que necesita desesperadamente de Dios. Aunque sus dos grandes obras sobre estos temas son Del sentimiento trágico de la vida (1913) y La agonía del cristianismo (1925), toda su producción literaria está impregnada de esas preocupaciones
no se de que movimiento era,solo se que perteneció a la generación del 98
La obra literaria de Unamuno resiste toda categorización. Rechazó los límites tradicionales del género narrativo al escribir Niebla (1914), obra que él clasificó de "nívola" en vez de "novela": "Invento el género e inventar un género no es más que darle un nombre nuevo, y le doy las leyes que me placen."