A ojos de la filosofía la mitología supone la explicación más primitiva e irracional sobre la realidad y la naturaleza (physis). Los mitos achacan a la intervención de los dioses los fenómenos meteorológicos, la mutabilidad de la realidad (por caprichos divinos que aún hoy día dentro del cristianismo se resume en la frase "los designios de dios son inexcrutables), la muerte, la procreación, el origen de todo. Los mitos sirven de consuelo y alivio existencial ante lo que no se comprende. Con el paso del mito al logos (de lo irracional a lo racional) el hombre se preocupa por comprender aquello que no tiene explicación y se vale no solo de su raciocinio sino de la ciencia incipiente (matemáticas, astronomía, biología). Quizás Aristóteles, más que Platón, fue el primer filósofo práctico, empirista y naturalista, de mente más científica que Platón (quien aún se servía de mitos para explicar sus propias teorías).
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A ojos de la filosofía la mitología supone la explicación más primitiva e irracional sobre la realidad y la naturaleza (physis). Los mitos achacan a la intervención de los dioses los fenómenos meteorológicos, la mutabilidad de la realidad (por caprichos divinos que aún hoy día dentro del cristianismo se resume en la frase "los designios de dios son inexcrutables), la muerte, la procreación, el origen de todo. Los mitos sirven de consuelo y alivio existencial ante lo que no se comprende. Con el paso del mito al logos (de lo irracional a lo racional) el hombre se preocupa por comprender aquello que no tiene explicación y se vale no solo de su raciocinio sino de la ciencia incipiente (matemáticas, astronomía, biología). Quizás Aristóteles, más que Platón, fue el primer filósofo práctico, empirista y naturalista, de mente más científica que Platón (quien aún se servía de mitos para explicar sus propias teorías).