En realidad son muchas las interpretaciones que se le pueden dar a este MICROCUENTO de Augusto Monterroso (DEJA LA PUERTA ABIERTA AL PENSAMIENTO). Tiene sólo 9 palabras contando el título. Es una breve obra de arte. Muchos han hecho intertextualidad a partir de éste:
“Otro dinosaurio” (19 palabras)
Cuando el dinosaurio despertó, los dioses todavía estaban allí, inventando a la carrera el resto del mundo.EDUARDO BERTI (Argentina)
“El dinosaurio” (12 palabras)
Cuando despertó, suspiró aliviado: el dinosaurio ya no estaba allí. PABLO URBANYI (Argentina-Canadá)
“El corrector” (9 palabras)
Cuando enmendó, la herrata todavía estaba allí. JAIME MUÑOZ VARGAS (México)
hace 6 meses
Aquí un articulo interesante:
La Historia de la Humanidad se ha podido ir contando a base de cuentos. Cuentos para todas las edades, para todas las épocas, para todas las culturas. El relato se ha ido transformando día a día, según lo que a uno le ha tocado vivir. Porque contar un cuento es como reinventar la realidad, enriquecerla o empobrecerla a tu antojo, como un ojo que vulnera la amenaza del cielo, pasando por el tamiz de la experiencia y la imaginación, cada trozo de vida que se te acerca.
Augusto Monterroso tiene el dudoso honor de haber escrito el cuento más corto del mundo. A este autor guatemalteco, afincado en México, le fue concedido el premio Príncipe de Asturias de las letras hace un tiempo. Predominan en él la fábula y una profusa fantasía literaria que le permite plasmar con ironía la amargura de ciertas existencias. Aquí os dejo el cuento más corto del mundo:
EL DINOSAURIO.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”
Todavía estaba allí… donde quizá siempre estuvo, convirtiendo la imagen de un sueño en un reptil con peso y gravedad que mira con ojos de hambrienta insatisfacción. Quizá estaba allí el soñador que nunca quiso despertar. Quizá un sueño dentro de otro sueño. Quizá yo fui el Dinosaurio que no te dejaba dormir con su aliento cercano a tu cuello, limando sus pezuñas en las sábanas, esperando un descuido de tus párpados para saltar… para arañarte la espalda con cariño. Quizá haya más dinosaurios que esperan su oportunidad detrás de la puerta del armario o debajo de la cama. Su oportunidad de revivir su instinto de extinción. Por todos los dinosaurios…
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En realidad son muchas las interpretaciones que se le pueden dar a este MICROCUENTO de Augusto Monterroso (DEJA LA PUERTA ABIERTA AL PENSAMIENTO). Tiene sólo 9 palabras contando el título. Es una breve obra de arte. Muchos han hecho intertextualidad a partir de éste:
“Otro dinosaurio” (19 palabras)
Cuando el dinosaurio despertó, los dioses todavía estaban allí, inventando a la carrera el resto del mundo.EDUARDO BERTI (Argentina)
“El dinosaurio” (12 palabras)
Cuando despertó, suspiró aliviado: el dinosaurio ya no estaba allí. PABLO URBANYI (Argentina-Canadá)
“El corrector” (9 palabras)
Cuando enmendó, la herrata todavía estaba allí. JAIME MUÑOZ VARGAS (México)
hace 6 meses
Aquí un articulo interesante:
La Historia de la Humanidad se ha podido ir contando a base de cuentos. Cuentos para todas las edades, para todas las épocas, para todas las culturas. El relato se ha ido transformando día a día, según lo que a uno le ha tocado vivir. Porque contar un cuento es como reinventar la realidad, enriquecerla o empobrecerla a tu antojo, como un ojo que vulnera la amenaza del cielo, pasando por el tamiz de la experiencia y la imaginación, cada trozo de vida que se te acerca.
Augusto Monterroso tiene el dudoso honor de haber escrito el cuento más corto del mundo. A este autor guatemalteco, afincado en México, le fue concedido el premio Príncipe de Asturias de las letras hace un tiempo. Predominan en él la fábula y una profusa fantasía literaria que le permite plasmar con ironía la amargura de ciertas existencias. Aquí os dejo el cuento más corto del mundo:
EL DINOSAURIO.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”
Todavía estaba allí… donde quizá siempre estuvo, convirtiendo la imagen de un sueño en un reptil con peso y gravedad que mira con ojos de hambrienta insatisfacción. Quizá estaba allí el soñador que nunca quiso despertar. Quizá un sueño dentro de otro sueño. Quizá yo fui el Dinosaurio que no te dejaba dormir con su aliento cercano a tu cuello, limando sus pezuñas en las sábanas, esperando un descuido de tus párpados para saltar… para arañarte la espalda con cariño. Quizá haya más dinosaurios que esperan su oportunidad detrás de la puerta del armario o debajo de la cama. Su oportunidad de revivir su instinto de extinción. Por todos los dinosaurios…
Aquí otros comentarios:
http://foros.librosenred.com/viewtopic.php?t=722&h...
Espero sea de utilidad.
QUE ES MUY LENTO